La gran noticia es que el presidente Uribe, su subpresidente Duque, su pandilla del Uribato y sus cómplices, los partidos Centro Democrático, conservador, Liberal, Cambio Radical, de la U, MIRA y Colombia Justas libres, sus aliados los banqueros, los gremios económicos y las bandas paramilitares y narcotraficantes, así como, su inhumano modelo neoliberal y su gobierno mafioso, que apoyaron al candidato de “Equipo por Colombia”, sufrieron un duro revés político, que puede convertirse en una derrota política histórica si, Gustavo Petro, Francia y el pueblo colombiano que los apoyó mayoritariamente, logran desengranar la primera y pisar el acelerador para derrotar a Rodolfo Hernández, en segunda vuelta, a quien Federico Gutiérrez adhirió al minuto de reconocer su derrota.
La verdad es que el mapa político electoral cambió sustancialmente. En las elecciones anteriores imperó la hegemonía de las castas gobernantes, las mafias y los clanes regionales, como los Char y los Gerlein en el Atlántico, los Cotes en el Magdalena, los Gnecco en el Cesar y la Guajira, los Aguilar en Santander, la Guerra Tulena en Sucre y los ñoños en Córdoba, entre otros, quienes, mediante el constreñimiento al elector y la compra de votos, fueron determinantes en la elección del subpresidente Duque. Pero, en esta oportunidad fueron derrotados por Petro y Francia, porque la ciudadanía no vendió el voto y votó sin miedo; en estas regiones, el respaldo ciudadano, en promedio, superó el 51%.
En los departamentos de la costa pacífica y el sur, el apoyo de la ciudadanía fue sorprendente, Chocó 72.44% (un hito histórico), Valle del Cauca 53.34%, Cauca 68.86%, Nariño 70.16%, regiones que, junto con San Andrés y providencia, registran el más alto porcentaje de población negra, raizal y palenquera, reflejaron el aporte invaluable de Francia Márquez; así como, su compromiso y participación en el estallido social del 28 A de 2021. De conjunto, estas zonas azotadas por las guerras del Estado, el narcotráfico y las guerrillas, expresaron con su voto el respaldo a las propuestas de paz, justicia social y cumplimiento del acuerdo de paz con las Farc, reiniciar los diálogos con el ELN y definir una política de sometimiento a los grupos armados ligados al narcotráfico, etc., planteadas en el programa de gobierno del Pacto Histórico.
Se suman los cerca de 1,8000.000 votos de Bogotá, que superaron los 680.000 votos obtenidos en la primera vuelta de 2018 por Gustavo Petro. Por su parte, en los departamentos de Quindío con 31.07%, Risaralda 35.42% y, en la mayoría de los departamentos de menor densidad poblacional, Petro y Francia también ganaron, en amazonas con el 46%, Vaupés con el 67.69%, Guainía con 47.22% y Putumayo con 70.85%; regiones que junto, con gran parte de la población Caucana y de La guajira, reflejan el trabajo de caminar la palabra por la defensa de sus territorios y la vida, de las mayorías de la población indígena, que se sumó a la propuesta del Pacto Histórico. En el resto del País, en donde la mayor votación fue para Rodolfo Hernández, como Casanare, Cundinamarca, caldas Caquetá, y los Santanderes, se registraron votaciones por Petro y Francia que oscilaron entre el 20% y el 34%. En Antioquia, como se esperaba, fue el único departamento en donde alias Fico obtuvo la mayoría, 48.80% y Petro consiguió el 24%, del voto popular. Es verdad que los resultados electorales reflejan una votación de castigo al establecimiento con su estela de bandidos, mafiosos, clientelistas y corruptos y un voto por el cambio. Sumadas las dos votaciones, de Petro y Rodolfo, se aproximan al 70%. El golpe fue duro, pero, es necesario aclarar las propuestas de cambio y anticorrupción del Pacto Histórico son muy diferentes a las del señor Rodolfo Hernández.
Mientras Petro y Francia, plantearon que se hace necesario enfrentar la alianza política de las oligarquías, los gremios económicos, el narcotráfico, los clanes, que controlan las regiones y las bandas paramilitares, para derrotarlos en las urnas y despojarlos del poder político, condición sine qua non, para derrotar la corrupción y poder iniciar un proceso de reformas estructurales de carácter económico, jurídico y político, en el marco del capitalismo y la Constitución nacional vigente, para reindustrializar el país, industrializar el agro, reformar la Justicia, poner a tributar a los evasivos ricos milmillonarios, garantizar educación básica, media y superior gratuitas, salud gratuita, pensiones para la mayoría de las clases trabajadoras y garantizar trabajo productivo en la ciudad y el campo, etc. Enfatizan que para lograrlo es necesario parar la guerra, mediante el cumplimiento de los acuerdos con las Farc, reiniciar las truncadas negociaciones con el ELN y abrir el diálogo con los demás actores de las violencias. Se trata de una propuesta integral de lucha contra la corrupción, por la paz y el progreso de los pueblos.
Por su parte, el ingeniero contendor, reduce su política anticorrupción a una propuesta extremadamente limitada y primaria, “acabar la robadera”, quitándoles “el manejo de la chequera” a los políticos tradicionales y corruptos que han gobernado el país. Su slogan reza que “si nadie roba, la plata alcanza”; es decir, que no se requieren reformas, ni económicas, ni políticas, ni jurídicas, pues Para él, bastaría con administrar con transparencia los recursos del erario.
Debemos preguntarnos por qué y cómo llegaron a segunda vuelta estos dos candidatos que aparentemente coinciden en su lucha contra el establecimiento. Respecto de Gustavo Petro, es fácil concluir que por su trayectoria de décadas de lucha y combate contra los gobiernos uribistas, sus cómplices, congresistas y empresarios aliados, ligados al paramilitarismo y la corrupción en la contratación pública y en la violencia estatal, denunciados por él, en históricos debates, poniendo incluso su vida en riesgo, llevaron a la cárcel decenas de congresistas parapolíticos y sacaron a la luz pública los actos de terrorismo de Estado, eufemísticamente llamados falsos positivos, cometidos por orden del alto gobierno y el generalato, denuncias de corruptos comprometidos con los escándalos de Odebrecht, Reficar y agro ingreso seguro Etc., que lo convirtieron en perseguido político del establecimiento y sus mass media; razones que le otorgan el reconocimiento de luchador anti corrupción. Sobra decir que, su larga trayectoria política y su formación académica e intelectual, lo acreditan como estadista que cuenta con la simpatía y el respaldo de millones de colombianos y colombianas que apoyaron su candidatura presidencial en 2018 y ratificaron su apoyo en la primera vuelta el pasado 29 de mayo.
En cuanto al cuasi octogenario, Rodolfo Hernández, se trata, como lo califican en los medios de comunicación masiva, de un candidato “outsider”, con trayectoria política precaria y de escasa formación académica, que, en un lenguaje muy básico, pero efectista, envía mensajes cortos dirigidos a las emociones de la gente para aparecer como un hombre bonachón e impoluto, que lucha contra la corrupción y que no hace alianzas con políticos corruptos. Pero la realidad es totalmente contraria, veamos: Construyó en Piedecuesta, viviendas de interés social inhabitables, financió campañas de alcaldes corruptos anteriores a su elección como alcalde de Bucaramanga, en su campaña prometió 20.000 viviendas a sus electores y no entregó ninguna, reconoce que tiene “negocios con los hijos de Uribe, pero asegura que “no hago política con ellos”, afirma emocionado que “Uribe me quiere” y que por eso lo apoyó para la alcaldía, igualmente le repitió su apoyo en la primera vuelta del 29 de mayo.
Está imputado por la fiscalía por corrupción en un contrato de basuras, es aporofóbico, se deleita sometiendo a los pobres a gravosas hipotecas “yo mismo financio los edificitos que hago y yo cojo las hipotecas, esa es la vaca de leche, imagínese 15 años un hombrecito pagándome intereses, eso es una delicia”, es misógino y relega a las mujeres a los oficios de la casa y a opinar de puertas para adentro “la mujer metida en el gobierno la gente (sic) no le gusta”, o las demerita y utiliza para menospreciar al contradictor “a ese lo han manoseado más que una prostituta de Puerto Wilches, que lo único que no le pasó por encima fue el ferrocarril”. Se proclama simpatizante del fascismo “yo soy seguidor de un gran pensador alemán que se llama Adolfo Hitler”, aunque luego, por conveniencia, se retracta. Es violento y votó no al acuerdo de paz e insulta, golpea y amenaza con “yo mismo voy a su casa y le pego (sic) un tiro malparido” a sus contradictores o denunciantes. Para remate, es xenófobo, califica a los/as migrantes venezolanos/as de ladrones y prostitutas.
En recientes entrevistas ha demostrado se un absoluto ignorante sobre la administración de la cosa pública, el funcionamiento del Estado, la separación de poderes, el trámite de las leyes, la utilización del recurso de la conmoción interior, la economía, las relaciones internacionales; carece de propuestas estructuradas y las que presentó a última hora, son calco y copia de muchas propuestas de Gustavo Petro. Además, no tiene bancada parlamentaria, tampoco equipo para gobernar. Carencias que, sumadas a su capacidad de mentir, su carácter impulsivo y violento, so obsesión por ganar a cualquier precio, conductas propias de un psicópata, narcisista y perverso, que se oculta tras la máscara de un hombre bonachón, frentero y bondadoso. (Profesor Andrés Ibáñez U.N.).
Todos esos antivalores que se resumen en este hombre, lo convierten en un peligro para la sociedad y el futuro de la democracia, la paz y el progreso de nuestro pueblo. Además, lo convierten en presa fácil de las castas corruptas y mafiosas que sus electores repudiaron y derrotaron el pasado 13 de marzo. Esta es la razón por la cual se le unieron el uribato, el gobierno, alias Fico, los banqueros, los partidos de la derecha y la extrema derecha, medios de comunicación masiva, etc., porque ven en él la posibilidad de convertir en efímera su derrota. De la ciudadanía liberada del miedo y la corrupción depende que el país se comprometa con el cambio real o continue sometido a las mafias gobernantes y a la corrupción, no se sabe por cuantos siglos más.
José Arnulfo Bayona, Miembro de la Red Socialista de Colombia.
Foto tomada de: Semana.com
Deja un comentario