Esta semana ese entusiasmo se transformó en angustia, por aquel entonces, se anunciaba que 10 proponentes estaban listos para dar la batalla por conectar el país a una red que cada vez más se convierte en una necesidad, entre ellos estaba la Unión temporal Centros Poblados Colombia 2020, ganadora de la licitación, una empresa que según medios como la W radio, no contaba con experiencia en el sector de telecomunicaciones suficiente para liderar un proyecto que transformaría la realidad de los territorios rurales del país. En otras latitudes esto ya sería motivo de alarma, pero pareciera que en Colombia es el día a día de la contratación pública (no quiero referirme aquí a otros sonados y no sonados casos de corrupción pública) lo que llamó más la atención, es que, a la fecha, el Ministerio ha dado recursos al contratista por 70.000 millones que corresponden al 7% del total del contrato. Y el contratista únicamente ha ejecutado el 1% del proyecto y ni una “sola mega” ha alumbrado las mentes de los jóvenes rurales de nuestro país.
Presuntamente, este contrato se consiguió con documentos apócrifos, pólizas y firmas falsas que hacen dudar hasta al más creyente, que con tantos organismos de control de la contratación pública nadie se haya percatado de tales irregularidades y que, de acuerdo con varios medios de comunicación, abren la puerta a una investigación más grande acerca de un cartel de falsificación de documentos en contratación pública. Ahora, la ministra Abudinen sin dar muchas explicaciones de lo sucedido promete en entrevistas y en su cuenta de twitter “recuperar el último peso de los 70.000 millones que ya se desembolsaron”.
Pareciera que No, pero más allá del escándalo que seguro en un par de días quedará en el olvido de la memoria, lo que nos lleva a esta reflexión es que se puede perder la oportunidad histórica de dar un paso adelante hacia la reducción de los costos de transacción en la producción agropecuaria campesina en el país. Dejando de lado el grave impacto en la educación que tiene beneficios infinitos, de acuerdo con el premio nobel de economía Krugman, lo que lo ya convierte este escándalo en un crimen contra la niñez y la juventud; se hace necesario que nos concentraremos en el impacto sobre la productividad rural de lo que representa un desatino en este megaproyecto.
De acuerdo con el mismo MinTic, para 2020 apenas el 17% de las personas que habitan los territorios rurales contaban con acceso a internet, otras fuentes como Skynet son menos optimistas y hablan de un escaso 3% en el caso de las 4G, entretanto, en las grandes urbes ese número estaba por el 98% abriendo aún más la brecha entre el campo y la ciudad, Así mismo, en la Colombia rural aún las redes que mandan son las 2G que si bien, permiten transmisión de voz, limitan el acceso a datos y conectividad.
Las implicaciones de esto para los productores son enormes, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, el acceso a internet implica para los empresarios del agro acceso a servicios y plataformas financieras que reducen los costos de acceso a crédito y de transacciones bancarias, afectando de forma directa los costos fijos, de igual forma, dificulta la generación de nuevos modelos de negocio desde lo rural limitando el acceso a las tecnologías 4.0 como el internet de las cosas (IoT) y el big data que han demostrado incrementar la productividad en cerca de un 35% para los pequeños negocios rurales en Latinoamérica.
Dando una mirada adicional desde las cadenas de abastecimiento, las denominadas agrocadenas rurales se han caracterizado por tener un alto grado de intermediación entre los productores y el consumidor final, no así, un alto grado de generación de valor en los productos que salen de puerta de finca y llegan a los clientes. De acuerdo con Long (2010), las dinámicas de mercado deberían llevar a que las cadenas por eficiencias productivas eliminaran las intermediaciones que generan costo, pero no agregan valor, sin embargo, esto no ha ocurrido en el entorno rural, o no con la dinámica de otros sectores industriales. Dentro de las posibles causas está la falta de información de los productores frente a las características de los mercados de consumo, tendencias, precios y volúmenes de producción que implican que cada ciclo productivo sea una verdadera apuesta por mantener los ingresos y sobrevivir en los territorios.
En este sentido, el garantizar el acceso a la conectividad como un servicio para el mundo rural teniendo como centro logístico las escuelas y colegios oficiales puede ayudar a transformar las realidades de mercado del campesinado colombiano aportando datos vitales para la toma de decisiones, previas a los ciclos productivos y generando mejores incentivos en la comercialización de sus productos, apuntando a la reducción de costos y por ende a un aumento de la competitividad.
La percepción de estas problemáticas de conectividad transformadas en barreras logísticas y competitivas también tienen su impacto en las grandes ciudades, ya en el año 2006, el Plan Maestro de Abastecimiento y Seguridad Alimentaria de Bogotá reconocía el sobre costo que genera la intermediación en las cadenas agroalimentarias que abastecían los alimentos de Bogotá. Igualmente, el diario Portafolio realizó un informe en el cual para 20 productos agropecuarios se llegaron a identificar hasta 8 intermediarios, esto por la falta de flujos de información y conectividad entre productores y consumidores, lo que afecta en mayor medida a la agricultura familiar y campesina. En este mismo estudio se hablaba de precios 5 veces más altos a los que se pagaban al productor en puerta de finca. Por tanto, garantizar el acceso a los mercados, general una cultura digital en el mundo rural reduce el costo de acceso alimentos en las grandes ciudades permitiendo a la población alimentarse mejor y más barato.
En este mismo orden de ideas, existen diferentes investigaciones que han buscado la relación directa e indirecta del acceso a las tecnologías de información y las comunicaciones en la lucha por los objetivos del desarrollo sostenible. Frente a este particular, cabe mencionar un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo aporta otra evidencia donde menciona que: “Una inversión en el sector de infraestructura digital reduce la malnutrición de forma significativa, en particular, un aumento de 1% en la inversión en telecomunicaciones se asocia con una reducción en el porcentaje de personas malnutridas del 0.011%.
Como conclusión, el problema de la conectividad del mundo rural va más allá de lo que a simple vista se ve, es el primer paso para la transformación de los territorios en semillas de productividad competitividad y sostenibilidad que logre que nuestros jóvenes vean en el campo una oportunidad de vida digna. Por tal razón, desde el Observatorio Rural de la Universidad de la Salle seguiremos realizando el seguimiento al “proyecto más importante de conectividad rural” buscando que los recursos públicos cumplan su función, que cierren brechas, y que la corrupción y el clientelismo no detengan las dinámicas para que el campo sea un eje de desarrollo e integración cultural, social, educativo y productivo.
Fuentes consultadas
Antonio García Zaballos, E. I. (2019). El impacto de la infraestructura digital en los Objetivos de Desarrollo Sostenible Un estudio para países de América Latina y el Caribe. Washington D. C: Banco Interamericano de Desarrollo.
Catalayaud, A., & Katz, R. (2019). Cadena de Suministro 4.0. Washington: Banco Intermericano de Desarrollo.
El tiempo. (2021, Agosto 8). Escándalo por garantías falsas al Mintic destapa otro millonario caso. El tiempo.
Frega, H. (2020, Marzo 12). La tecnología satelital será la gran aliada para que en la Colombia rural, se logre el acceso a Internet. La República.
Infobae. (2021, Agosto 10). Firmas falsificadas, 70 mil millones de pesos embolatados y los niños sin internet, así va el lío del MinTic. Infobae.
Lang, D. (2010). Logística Internacional. México D, F: Limusa.
Semana. (2020, Agosto 12). Skynet: “Conectividad de Colombia rural es igual a algunos países de África”. Semana.
Néstor Cordero Sáenz, Observatorio Rural Universidad de la Salle.
Foto tomada de: Semana.com
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