En las elecciones presidenciales del domingo 5 de mayo en Panamá se impuso el empresario “centroizquierdista” Laurentino Cortizo Cohen del Partido Revolucionario Democrático (PRD), quien anteriormente fue ministro de Martín Torrijos, hijo del fundador del nacionalismo militar panameño Omar Torrijos.
Cortizo llega a palacio con un tercio de los votos y ganando por solo 40,000 votos (dos puntos porcentuales) a Rómulo Roux, candidato de Cambio Democrático, el partido de Ricardo Martinelli (presidente en 2009-14, quien está arrestado bajo cargos de corrupción). Roux aún se niega a reconocer su derrota pues denuncia irregularidades que –según él- le estarían evitando llegar al poder.
Según los datos Cortizo gana con 33% seguido por Roux 31% de los votos. El oficialista Partido Panameñista se ha desplomado desgastado en el poder con solo el 10.5%, por debajo del 19% del independiente anticorrupción Ricardo Lombana. Hubieron otros 2 candidatos independientes (el hecho que casi la mitad de los 7 aspirantes a la presidencia corran sin partidos muestra el descrédito de éstos). La izquierda con el sindicalista de la construcción Saúl Méndez no llegó al 1%, en parte, por no haberse diferenciado mucho del PRD, partido que reclamaba encarnar el voto útil contra la derecha.
En esta pequeña república de 4 millones de habitantes y centrada en su centro financiero y, sobre todo, en el tráfico del canal que pasa en medio suyo, no hay segunda vuelta, por lo que esta es una de las naciones americanas donde los presidentes son electos con menos votos (tanto en términos de cantidad como de porcentaje).
Cortizo ha sacado alrededor de 650,000 votos, lo que le hace el presidente que menos votos haya sacado en la Panamá de este siglo, así como el que menos sufragios haya obtenido de todos los actuales mandatarios electos de todas las repúblicas latinoamericanas. En Uruguay, un país menos poblado que Panamá, todos los últimos 4 presidentes ganaron respaldados por más de un millón de electores.
Panamá
El líder del Partido Panameñista Juan Carlos Varela (presidente 2014-19) ha hecho que Panamá siga siendo uno de los países más cercanos a las políticas y a la diplomacia de Washington y también a que sea una de las naciones latinoamericanas con mayor desigualdad social. Allí el 10% más rico gana 28 veces que el 10% más pobre. Su crecimiento económico se ha dado en base a impulsar medidas monetaristas, privatizadoras y desreguladoras. Durante su quinquenio subió el desempleo y se desatendieron necesidades urgentes de infraestructura, salud, educación y servicios básicos, algo que fue castigado por la debacle electoral de su partido.
El PRD, el PP y CD han estado alternándose en el gobierno en el último medio siglo pero, a pesar de sus anteriores diferencias en torno a las dictaduras militares de Torrijos o Noriega o sobre las nacionalizaciones, hoy entre ellos no hay mayores diferencias programáticas, pues todos apuntalan al actual modelo que hace de Panamá un paraíso fiscal y financiero.
Panamá, como Chile, ha logrado cierto consenso en torno al modelo monetarista impuesto militarmente (por Pinochet en el primer caso y por la invasión estadounidense en el segundo) y un crecimiento económico basado en las estimulaciones a los grandes inversionistas privados. La mayor parte de la producción panameña se encuentra en el sector terciario y su canal marítimo es el más transitado del mundo, especialmente como vía para unir a las dos costas de EEUU, a los dos mayores océanos y a Occidente con China, Japón y Corea.
La banca panameña tiene una serie de exoneraciones tributarias con la que capta muchos recursos, así como también malversaciones. Tras los escándalos de los “Panama Papers”, donde se han denunciado una serie de manejos ilícitos y corruptelas, se han venido dando mayores controles para la apertura de cuentas extranjeras. Diversos casos de corrupción, como los de Odebrecht, también vienen salpicando a Panamá, lo que afectó a Roux, por ser miembro del partido de Martinelli.
Durante el quinquenio de Martinelli la producción llegó a crecer en un 8% al 9%, aunque con Varela bajaría a alrededor del 4%. Se tratan de cifras significativas pero también de un modelo de desarrollo que fomenta las altas inversiones privadas y con ellos las desigualdades sociales.
La Zona Libre de Panamá ha sido un motor regional, pero ahora se ve afectada por las restricciones de Colombia y la crisis de Venezuela.
Panamá carece de banco central de reserva y es un país dolarizado pues su moneda equivale exactamente al valor de la divisa norteamericana (un balboa es un dólar).
PRD
El PRD vuelva al poder tras una década de presidentes de las formaciones más derechistas. Este partido fue fundado en 1979 por el general Omar Torrijos quien en octubre 1968 había llegado al poder con un golpe militar nacionalista similar al que en Perú realizó días antes el general Juan Velasco Alvarado y al que poco después haría el general Juan José Torres en Bolivia. Mientras su homólogo peruano hizo una “revolución socialista castrense” que inspiró luego al comandante Hugo Chávez para terminar derrocado en 1975, Torrijos quedó como el hombre fuerte de Panamá hasta su muerte en 1981.
Durante su mandato Torrijos logró que se reintegren a Panamá las tierras del canal ocupadas por EEUU haciendo un acuerdo con la Casa Blanca de Carter. Torrijos nunca llegó a hacer nacionalizaciones radicales como las de Víctor Paz Estenssoro en Bolivia, Gamal Nasser en Egipto o Velasco en Perú.
En 1983-89 el PRD colaboró con la dictadura del general Manuel Noriega, alguien a quien EEUU castigó pues, tras haber sido un inicial agente de la CIA fue adoptando medidas nacionalistas ante Washington. Tras la invasión norteamericana en 1989-90, la cual derrocó a Noriega, se dio paso a un sistema monetarista y de apertura a las grandes inversiones extranjeras, al cual el PRD no solo se fue adaptando sino que incluso le fue profundizando. Noriega fue trasladado a una cárcel en EEUU y luego a una de Francia acusado de narcotráfico hasta acabar muriendo en 2017 en su natal Panamá.
En 1994-99 el PRD vuelve al poder con Ernesto Valladares y luego, nuevamente, en 2004-09 con Martín, el hijo de Torrijos. El PRD fue privatizando varias empresas que ellos mismos antes habían nacionalizado, como en los rubros de energía, telecomunicaciones, puertos, ferrocarril, casinos y cemento. También generan choques con los sindicatos quienes les cuestionan por haber hecho ajustes y reformas laborales en favor de los empleadores. En otra vez regresa a palacio.
El PRD ha transitado del nacionalismo “antiimperialista” a una socialdemocracia pro-EEUU sin pasar por fuertes rupturas como pasó con el velasquismo peruano (donde el general Morales Bermúdez removió a Velasco en 1975 para mover el país hacia la derecha hasta acabar su dictadura en 1980) o con el “socialismo del siglo XXI” ecuatoriano (donde Lenín Moreno hoy busca apresar a su anterior mentor Rafael Correa). En parte, ello se explica tras el descalabro de la dictadura de Noriega que el PRD apoyó y su necesidad de acomodarse al nuevo panorama impuesto y controlado por la ocupación norteamericana post-1989.
El mandato de Cortizo fenece en el 2024, fecha en la cual el nacionalismo de origen castrense habrá estado en el poder durante unas 3 ½ décadas de forma no continúa. El inicial “antiimperialismo” de este movimiento ya ha pasado por una evolución similar a la que han tenido otras formaciones nacionalistas similares como el PRI mexicano, el peronismo argentino de Saúl Menem, el MNR boliviano o el APRA peruana, todos los cuales terminaron acoplándose a la misma Washington contra la cual inicialmente se rebelaron.
Maduro
El PRD forma parte de la Internacional Socialista junto con los 3 partidos que ocupan la presidencia y las dos vicepresidencias de la Asamblea Nacional de Venezuela pero también con otros socialdemócratas que no apoyan una invasión norteamericana en Caracas. El presidente Cortizo tal vez podrá alejarse de las posturas más extremas que ha tenido su país ante la posibilidad de intervenir en Venezuela, pero lo haría en dirección a actitudes más conciliadoras como las que tiene la República Dominicana o Uruguay, quien promociona un diálogo en su capital.
La elección de Cortijo en Panamá y la de Nayib Bukele en El Salvador hacen que estos dos países centroamericanos puedan moverse más hacia el “medio” en torno a la cuestión venezolana, pues en el primer caso el ex presidente Varela estaba muy pegado a la línea dura pro-Casa Blanca y en el segundo a ser los farabundistas estaban muy cercanos al sandinismo nicaragüense y al chavismo.
Hoy muchos partidarios de una invasión estadounidense en Caracas creen que se podría aplicar el esquema panameño a Venezuela para lograr que la mayor república netamente caribeña termine abrazando una economía liberal abierta y que el chavismo evolucione a la derecha como ha pasado con el torrijismo, del cual inicialmente éste se ha inspirado. Mientras en 1989 Panamá tenía un dictador impopular y unos 10,000 uniformados, en el 2019 Venezuela, que es varias veces mayor en superficie y población, cuenta con 2 millones de milicianos y tiene un movimiento autoproclamado socialista en el poder durante dos décadas, el mismo que cuenta con fuertes apoyos internacionales y que está preparado para “vietnamizar” la región.
Cortizo posiblemente intente que su país se ofrezca para cortejar con la Comunidad del Caribe (Caricom) o con los dominicanos para ofrecerse como mediador y buscar un diálogo que evite que Venezuela sufra una invasión peor que la que Panamá tuvo hace 3 décadas. Habrá que ver hasta qué medida México, el país centroamericano más grande en territorio, población y recursos puede influir sobre los nuevos gobiernos panameño y salvadoreño para que adopten una posición de resistencia a una intervención norteamericana en Caracas.
Cortizo
Cortizo dice que uno de sus ejes es combatir a la pobreza y promete hacer un “buen gobierno”. Sus planteos están ajenos a toda forma de doctrinarismo ideológico, radicalismo o socialismo. Más bien, plantean intentar disminuir la gran brecha social mediante políticas de mercado. El PRD es el partido más estructurado del país y tiene mucha base social en el campo y dentro de las minorías indígenas, aunque el 70% de los panameños viven en urbes. Su gobierno ha de efectuar algunas reformas que preserven el actual modelo económico neo-liberal.
Uno de sus grandes lemas ha sido luchar por extirpar la corrupción aunque Cortizo mismo tiene un litigio familiar pues hermanos suyos le acusan de haber falsificado la firma del testamento de su madre Esther Cohen.
A pesar de su carácter formalmente socialdemócrata, el PRD no se distingue mucho de los demás partidos, debido a la poca demarcación ideológica que hay entre ellos y a la predominancia del clientelismo.
Es posible que Cortizo haga una administración socialdemócrata más similar a la que han hecho los peruanos Alan García o el chileno Ricardo Lagos quienes fueron más cercanas a EEUU, a las grandes empresas y al neo-liberalismo, que al de los últimos 3 gobiernos uruguayos que han tenido una política exterior más independiente y una interna más preocupada en cuestiones sociales.
Cortizo es un católico practicante y un conservador en materias sociales, a pesar de que su apellido materno es Cohen (lo que en hebreo significa pertenecer a la casa sacerdotal judía). Él es opuesto al aborto y a los matrimonios gays, aunque sí acepta el cannabis medicinal. Cortizo no proviene de la izquierda tradicional y antes de entrar al PRD estuvo en el movimiento centro-derechista Solidaridad. Dejó la cartera de agricultura siendo ministro del PRD por discrepar de dar un trato preferencial a las importaciones norteamericanas, aunque él no postula una política independiente hacia EEUU.
El 33% que ha obtenido esta vez el PRD es uno de los 3 porcentajes más bajos que ha tenido esta formación desde que se creó hace 4 décadas, y muy distante al 47% con las que ganó las elecciones de 1984 y 2004. Su triunfo por escasa diferencia viene siendo cuestionado por quien quedó segundo y va a implicar un poco margen de maniobra.
Por ello Cortizo ha llamado a un gobierno de unidad nacional lo que implica que no habrá mayores cambios en una sociedad panameña tan históricamente influenciada por EEUU. Esta última es la potencia que impulsó la separación de Panamá de Colombia en 1903 y que tuvo una zona propia en ambas márgenes del canal la que partía al país en dos. EEUU ha marcado la cultura, política y economía panameñas, especialmente tras su invasión y ocupación que iniciaron hace 4 décadas.
– Isaac Bigio, politólogo economista e historiador formado en la London School of Economics and Political Sciences donde ha enseñado Gobierno y Administración Pública en Latinoamérica
Foto tomada de: El Financiero
Fuente: https://www.alainet.org/es/articulo/199681?utm_source=email&utm_campaign=alai-amlatina
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