En efecto, la tasa de desempleo llegó al mes de septiembre al 10.2% si es para 23 ciudades y 10.6% si es para 13 ciudades, cuando un año atrás estaba en el 9.5%, en una clara tendencia al aumento, asunto que viene registrándose desde meses atrás. Para las mujeres la situación es más complicada, con un desempleo del 13%, mientras que la tasa de desempleo en los hombres es del 8.1%. Para la juventud el desempleo llegó al 18.1%, cuando un año antes estaba en el 16.5%.
Otro dato que llama la atención fue el crecimiento de la población inactiva, 821.000 personas, representado en orden de importancia por dedicación el hogar (40.5%), otros oficios (34.4%), o al estudio (25.1%). Este factor contribuye significativamente a que el aumento del desempleo no haya sido mayor. Datos por demás un tanto extraños, porque la evidencia empírica ha demostrado que mientras sube el desempleo la tendencia es a que amas de casa y jóvenes salgan a demandar trabajo, y no a quedarse en casa o dedicarse al estudio, donde, además, otras cifras y fuentes muestran la deserción que no solo es en secundaria sino en educación superior.
Si se toma el dato de trimestre móvil y por ciudades, la tasa de desempleo fue a septiembre del 10.9%, siendo Quibdó la de más alto desempleo con el 18.4% y Cartagena la de menor tasa de las 23 ciudades y áreas metropolitanas analizadas, con el 6.6%. Las grandes ciudades del país, esto es Bogotá. Medellín, Cali, han venido deteriorando sus mercados laborales. Igual podría decirse de Manizales, Bucaramanga. De otro lado Barranquilla y Cartagena han mejorado sus condiciones de empleo.
Los analistas del país se siguen preguntando por las lógicas de estas situaciones. Un mayor desempleo no es congruente con unas mejores condiciones y expectativas de crecimiento. He acá algunas hipótesis que se proponen para alentar el debate.
- Las variaciones más significativas se corresponden a los sectores de: Comercio, hoteles y restaurantes, así como al de Agricultura, pesca, ganadería, caza y silvicultura. Lo que muestra la alta volatilidad e inestabilidad del empleo en el primer sector, que depende de los ingresos de la población y sus expectativas futuras, y la difícil situación que sigue enfrentando el campo colombiano. Pero son sectores que han venido teniendo un aceptable comportamiento.
- La utilización de la capacidad instalada en Colombia, cuyo promedio histórico, de acuerdo con la Encuesta de Opinión de la Andi, es del 76,3%. En este año, los datos han superado el promedio histórico, aspecto que le ha posibilitado a la industria manufacturera reducir sus empleos en 115.000 personas respecto al año anterior, vía, obviamente de una mayor relación de capital trabajo. No obstante, desde diversos análisis se ha mostrado como la productividad total de los factores ha venido cayendo.
- La participación cada vez mayor del Sena en actividades de formación (contratos de aprendizajes) conduce a que se genere una oferta cada vez mayor de practicantes, que entran a reemplazar las posibles vacantes que puedan existir en los diferentes sectores a los que el Sena atiende con su formación. El problema es que los practicantes se reemplazan con más practicantes, generándose efectos posteriores de desempleo y frustración en las y los jóvenes.
- Si bien el DANE reconoce que la migración venezolana no explica lo que está sucediendo con el empleo, si es claro que los migrantes venezolanos han encontrado espacios de trabajo que no son solo las plataformas domiciliarias (el 40% de los trabajadores, mal llamados usuarios, de Rappi, son de origen Venezolano, aunque una reciente encuesta de la ENS y el Centro de Solidaridad de la AFL-CIO muestra datos superiores), esto ha generado un efecto desplazamiento de mano de obra colombiana por trabajadores venezolanos o con doble nacionalidad, que deberá estudiarse con más profundidad.
- Como las cifras no cuadran, y ni los más avezados son capaces de entender esta situación, le tocará al DANE demostrar que el crecimiento está bien medido, o también el empleo. Las revisiones que se han realizado al crecimiento deberán explicarse, en tanto si han correspondido a datos o a temas metodológicos. No vaya a ser que el crecimiento en Colombia esté recibiendo “subsidios metodológicos”.
A la par con esto el Gobierno, pero en espacial el partido que lo respalda, ha venido adelantando una complicada agenda legislativa en materia laboral, que no solo apunta al tema pensional sino a eliminar derechos de los trabajadores, en particular en temas pensionales, prestacionales y de reconocimientos extras. A lo que se sumó una propuesta indigna de pagarle el 75% de un salario mínimo a los jóvenes hasta los 25 años y por un solo año, como una alternativa para que sumen experiencia. El tema de los NINIS va generando un descontento juvenil, donde es difícil prever sus consecuencias futuras
Otros hechos que van motivando reacciones: las revueltas en el Continente van mostrando caminos posibles para frenar las agendas económicas de los gobiernos, particularmente en la profundización de reformas neoliberales: reducción de salarios, reformas a los sistemas de pensiones y salud, mayores cobros por combustibles energía y servicios públicos domiciliarios, entre otras. La propia Corte Constitucional le tumbó al Gobierno la ley de financiamiento por problemas de trámite y acaba de renunciar el ministro de defensa después de innumerables salidas en falso, las defensas inmorales del Centro Democrático a su gestión y la presión política y social acontecida por los hechos del bombardeo y muerte a menores de edad.
Las elecciones fueron entonces el reflejo del cansancio, de haberle apostado a un proyecto político que no da cuenta de las esperanzas de la gente. Allí donde el Centro Democrático obtuvo las mayores votaciones para las elecciones de plebiscito y de presidencia, también fue donde los y las votantes eligieron a fuerzas políticas diferentes.
En estos escenarios y con un recrudecimiento de la violencia expresada en un genocidio indígena en el Cauca y la muerte de cientos de líderes y lideresas, el país va a enfrentar un paro nacional. Se van sumando sectores, trabajadores, profesores, estudiantes y con ellos el descontento juvenil. También van llegando al baile “los que sobran”, los que ni estudian ni trabajan, los que van pateando piedras pensando que les han prometido otros sueños de futuro. Pero ni el Partido de Gobierno ni tampoco el Presidente se dan cuenta de esto, su soberbia no les permite visualizar los tiempos oscuros que llegan. El Presidente, que parece que gobierna a otro país, muy muy lejano, por ahora atina a preguntar “¿De qué me hablas viejo?”
Jaime Alberto Rendón Acevedo, Universidad de La Salle
Foto tomada de: Minuto30.com
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