Robledo nos dice que comparte estas ideas del industrial que, por cierto, no se destacan por su profundidad. Se limita a decir que el nivel de desarrollo capitalista de Colombia es más bajo que el de otros países que en las últimas décadas han logrado crecer mucho más. La causa son malos gobiernos, gobiernos dogmáticos que no defienden “los intereses de la creación de riqueza”. Pero lo que el destacado industrial Meyer no dice, ni tampoco plantea Robledo, es ¿por qué razón ha predominado dicho dogmatismo en las últimas cinco décadas? ¿Por qué los distintos gobiernos no han tomado determinaciones ciertas y serias? El diagnóstico es enclenque, pero lo que sí es claro es que tanto Robledo como Meyer atribuyen la responsabilidad al gobierno y no a los capitalistas ni al capitalismo.
Continua Robledo diciendo que Meyer propone hacer algún “tipo de acuerdo” entre los trabajadores y empresarios “para generar cambios en el modelo económico” y aprender de la experiencia de los países que han tenido éxitos e impulsar a Colombia por la vía del desarrollo”. Y reitera que “comparte ese punto de vista y lo estoy planteando desde hace muchos años”. Por este motivo envió la carta proponiendo un pacto nacional[2] .
Y bueno, ¿qué habría qué hacer para avanzar en este nuevo modelo económico? Robledo plantea una serie de puntos:
- Reconocer que estamos haciendo las cosas mal; por ejemplo, fue un error “haber puesto prácticamente todos los huevos en el canasto del petróleo y de la minería” “Ningún país del mundo…puede desarrollarse si centra todos sus esfuerzos en la economía minera, petrolera, productora de materias primas”
- Aceptar que no lo estamos haciendo bien “porque en vez de trabajar en creación de valor, en agregarle valor a materias primas nacionales y extranjeras, se le apuesta a la lotería petrolera o a la lotería minera”.
- Reconocer que ningún gobierno ha definido la estrategia correcta. “Quiénes nos han gobernado llevan toda una vida metiendo el cuento de que vamos muy bien, y que el 60% de desempleados e informales no es ningún problema, que démosles unos subsidios y con eso ahí van pasando”. La política social ha sido la de la mediocridad, no hacer lo que han hecho los países exitosos en el desarrollo.
- Asumir que vamos a cambiar las cosas en el sentido correcto. Hay que hacer como hizo Corea donde se tomaron las decisiones correctas.
- Un ejemplo de las ideas correctas es que si los trabajadores ganan un poco más, si gozan de unas mejores condiciones de vida y de trabajo, también será un estímulo al crecimiento empresarial, porque hay más capacidad de compra.
Realmente no es muy concreta la propuesta, salvo que tenemos que aprender del exitoso proceso de Corea. Luego se refiere en la entrevista a la creación de la riqueza y su distribución. Dice que en Colombia todos somos muy buenos discutiendo sobre cómo distribuir la riqueza, tema que es importante, pero nuevamente siguiendo las ideas de Jimmy Mayer, considera que lo más importante es crear más riqueza: “nadie puede distribuir una riqueza que primero no se haya creado”. Y afirma que “el primer problema que padece Colombia es que creamos muy poca riqueza”. El producto por persona de los colombianos es de unos 6 mil dólares al año y el de Estados Unidos está en 60 mil dólares, estamos en el subdesarrollo, por tanto, “los recursos del Estado colombiano para respaldarla (la atención a la pandemia) van a ser insuficientes”.
Conclusión, hay que hablar de distribución, pero es necesario conversar primero sobre cómo hacer para crear más riqueza. Señala que el potencial agrícola no se aprovecha, de 41 millones de hectáreas agrícolas solo se cultiva máximo ocho millones pero importamos 14 millones de toneladas de productos extranjeros, que se podrían producir aquí. Lo mismo se puede decir de la industria, Colombia es un país que no respalda ni la agricultura ni la industria, se considera que todo lo extranjero es mejor que lo colombiano.
Le pregunta Luis Carlos Vélez: ¿podría pensarse en que llegue a darse la posibilidad de debatir el cambio de modelo económico colombiano? La pregunta tiene su veneno por parte el periodista, porque intenta llevar a Robledo a una posible propuesta del socialismo (recordemos que el gobierno en las negociaciones de paz con las FARC puso como un punto inamovible la no discusión del modelo económico).
Respuesta de Robledo: “Creo que sí. Tiene que ver con un cambio, pero hago esta precisión, dentro de la economía de mercado” (Es tan importante esta precisión que así titularon la entrevista). Enfatiza que no está proponiendo salir de la economía de mercado, otro punto en el cual coincide con el industrial Meyer. Pero, no todas las economías de mercado son iguales, hay unas con mayores ingresos por habitante y además hay diferencias cualitativas: “Mire la de los países que funcionan bien. Son países industrializados, metidos en el mundo de la ciencia, la tecnología, los buenos empleos, la complejidad. La nuestra es en cambio una economía que funciona sobre el atraso, dependiente de las materias primas, agrícolas y mineras, intensivas en mano de obra, sobre todo la agrícola, bajos salarios, desempleo”. Y después de esta descripción salta de la economía de mercado al capitalismo: “los dos modelos están dentro del capitalismo, pero el de ellos es un capitalismo llamemos exitoso, y el nuestro es un capitalismo, en muy buena medida, fracasado. Son los dos tipos de capitalismo que hay actualmente en el mundo”.
Y sigue insistiendo en que no quieren que piensen que todavía tiene ideas socialistas o comunistas: “Entonces sí se necesita un cambio de modelo económico, pero un cambio de modelo económico dentro de la economía de mercado. No estoy planteando acabar con la propiedad privada ni estatizar la economía” Y reitera: “tenemos que meternos en el debate sobre las economías de mercado. Qué economías de mercado nos inspiran. Las de los países que han tenido éxito o las de los países fracasados”. Tenemos que pensar “qué tipo de mundo es el que vamos a montar. Un mundo en el que unos ganan y los demás perdemos, o un mundo en el que todos vamos de una u otra manera en los beneficios del desarrollo”
Y repite: “Es el debate que hay que hacer, pero repito, en el modelo de la economía de mercado, dándole gran importancia a la economía empresarial, porque sin empresas no hay desarrollo ni empleo, pero también dándole la importancia a la capacidad de la economía campesina de crear riqueza”. Se trata entonces de un “pacto de gana-gana, ganan los empresarios, ganan los campesinos, ganan los indígenas, ganan los trabajadores”. Y recuerda que Jimmy Mayer es enfático en que también tienen que ganar los trabajadores. En este marco se pueden encontrar acuerdos en muchos puntos.
Pero sus argumentos de Colombia primero me hacen pensar que usted es trumpista senador Robledo, le dice mañosamente el periodista. A lo cual responde que no es trumpista pero le reconoce que dice una cosa cierta, que es necesario cuidar el interés nacional. Los países que salen adelante son los que dicen mi país es mi país, porque si uno no defiende lo de uno, ¿quién? (es vergonzoso) y destaca el caso chino: “A su manera, con un sistema político muy distinto, lo está planteando en China y por eso se explica que China, que era más subdesarrollado que Colombia en 1950, también vaya adentrándose en el mundo de la industrialización”.
Los fundamentos del análisis y las propuestas
Es desconcertante la pobreza del análisis del senador Robledo, considerando su trayectoria y seriedad en sus investigaciones y debates. Examinemos algunos puntos.
- La simpleza y falsedad del diagnóstico. El senador Robledo reduce el bajo nivel de desarrollo capitalista de Colombia a la mala gestión de los gobiernos durante 50 años, y a su vez a su concepción dogmática sobre la promoción del desarrollo, pero además a la falta de aprecio y cariño por lo nuestro, afirmación que parece más propia de un publicista del turismo colombiano que de un analista serio.
- Ignorar que a pesar del bajo desarrollo capitalista en comparación con otros países, en el capitalismo enclenque colombiano los enclenques capitalistas logran obtener anualmente decenas de billones de ganancias mediante la explotación de millones de trabajadores asalariados. El modelo económico capitalista vigente no es ningún fracaso para sus dueños y beneficiarios, basta con preguntarle a Luis Carlos Sarmiento, Alejandro Santodomingo, Gabriel Gilinski, Carlos Ardilla y los otros 11 billonarios según la revista Forbes Colombia. La fracasada economía colombiana genera todos los años una gran cantidad de valor agregado que en gran medida va a las manos de los capitalistas.
- El senador Robledo olvida que el motor, razón de ser y finalidad del capitalismo es la obtención de ganancias y no satisfacer las necesidades de los trabajadores. Robledo piensa que la producción capitalista y la economía de mercado es un sistema productivo al servicio de todos. Por esto habla del país, de los colombianos, de todos nosotros, etc., negando la existencia de conflictos de clases y concibiendo las relaciones como una armonía entre trabajadores y capitalistas. Cree que la economía puede mejorar aumentando los salarios para que haya más demanda. Habría que ver qué opina el señor Mayer si se le propone duplicar o triplicar los salarios de sus trabajadores.
- Aunque a Robledo no le gusta el socialismo, parecería cuando habla de la economía estuviera pensando precisamente en una sociedad socialista planificada, donde se decide por ejemplo darle prioridad a unos sectores frente a otros (por ejemplo a la industria y a la agricultura en vez de la minería), olvidando que las decisiones se toman por parte de los capitalistas en búsqueda de ganancias.
- Robledo asume acríticamente la posición de los capitalistas que consideran que ellos son quienes generan empresa y empleo olvidando, nuevamente, el pequeño detalle de que no lo hacen por amor a la humanidad sino solamente por obtener ganancias; de hecho, cuando no les sirven los trabajadores simplemente los despiden.
- Considera, igual que los economistas neoclásicos, que el mercado es un mecanismo muy eficiente de asignación de los recursos pero que tiene algunas “fallas” como los monopolios, la concentración del ingreso y la extrema desigualdad y las crisis, y que le corresponde al Estado corregir dichas fallas. Por esto el énfasis en responsabilizar del atraso en el desarrollo capitalista a los gobiernos, o a rasgos culturales y actitudes de las personas, ocultando completamente las características básicas del capitalismo.
- Concibe al Estado como una instancia neutral, ajena por completo a los capitalistas que puede tomar decisiones por su propia cuenta, igual que Stiglitz quien propone un capitalismo progresista que se fundamenta en la acción del Estado pero se da cuenta del pequeño problema que el Estado está controlado por y al servicio de los grandes capitalistas.
- Robledo adopta la tesis neoliberal de que es necesario primero preocuparse por el crecimiento de la riqueza antes de hablar de distribución, con lo cual además de seguir intelectualmente al industrial Meyer también se inspira en el conservador Álvaro Gómez Hurtado[3].
- En su exposición idealiza las economías más avanzadas, destacando los logros materiales que han alcanzado pero dejando de lado la existencia de explotación, una concentración del ingreso mayor, y además pobreza y miseria, incluso en su modelo Corea[4].
Alguien podría pensar que estas ideas del senador Robledo y su conversión de un enfoque marxista que consideraba necesario la supresión del capitalismo y la implantación del socialismo[5] en Colombia, a un divulgador de las ideas de los empresarios capitalistas y líderes conservadores puede deberse a su interés de presentarse en forma aceptable al “modelo económico”, en su objetivo de ser presidente. Pero sobre esto no dice nada la entrevista.
Es muy posible que el senador Robledo comparta los siguientes postulados: defender las garantías al capital privado nacional e internacional, con exigencia de responsabilidad social; relaciones laborales, no de capitalismo salvaje ni de odio de clases, sino fraternas que son las únicas que hacen una Nación viable, que permiten crecer y construir armonía social; fomento al capital productivo y no especulativo, que es un activo de construcción de riqueza social; la iniciativa privada es una fuente de desarrollo que permite el disfrute colectivo de las libertades y es una fuente de autonomía que evita los abusos a los pobres. Quizá le pueden ser útiles para desarrollar sus tesis hacia el desarrollo de Colombia “dentro de la economía de mercado”. Estas tesis hacen parte del pilar de confianza inversionista del Centro Democrático.[6]
Los planteamientos económicos del senador Robledo nos recordaron un texto de Marx, que seguramente él conoce muy bien, donde describe a los economistas vulgares de su época: La economía vulgar no “sabe más que hurgar en las concatenaciones aparentes, cuidándose tan solo de explicar y hacer gratos los fenómenos más abultados, si se nos permite la frase, y mascando hasta convertirlos en papilla para el uso doméstico de la burguesía los materiales suministrados por la economía científica desde mucho tiempo atrás, y que por lo demás se contenta con sistematizar, pedantizar (sic) y proclamar como verdades eternas las ideas banales y engreídas que los agentes del régimen burgués de producción se forman acerca de su mundo, como el mejor de los mundos posibles” (El Capital, Tomo I, FCE, 1975, p. 45, Nota 35)
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[1] https://jorgerobledo.com/dentro-de-la-economia-de-mercado-colombia-necesita-realizar-cambios-en-su-modelo-economico-robledo/
[2] Están de moda los pactos y contratos sociales, el Plan de Desarrollo de Duque está lleno de pactos y Claudia López no hace sino hablar de hacer un nuevo contrato social
[3] “Gómez Hurtado hizo mucho énfasis que había que crecer para poder redistribuir una torta más grande, pero sus argumentos fueron poco escuchados y apreciados por la gran mayoría de la opinión pública colombiana y en sus campañas presidenciales lo llegaron a tildar despectivamente como “desarrollista”. https://www.larepublica.co/analisis/roberto-junguito-500053/alvaro-gomez-y-la-economia-2860290
[4] https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-44874358; https://digitalsevilla.com/2018/01/15/la-extrema-pobreza-en-corea-del-sur-que-los-medios-callan/; https://www.indexmundi.com/g/g.aspx?c=ks&v=69&l=es
[5] “…estas naciones atrasadas y sojuzgadas de la era imperialista no fueron, no son y no serán países capitalistas en el sentido estricto de la palabra, verbigracia, de acuerdo con el arquetipo europeo o norteamericano. La evolución hacia el desarrollo capitalista se les halla vedada, porque si bien en un principio el imperialismo aceleró el proceso interno del comienzo de tal desarrollo, cada vez que pasa el tiempo, lo interfiere más con el arma de que ha sido dotado, el control monopolista de la vida económica. Al modelo capitalista le pasó su cuarto de hora histórico. Exclusivamente la revolución desencadenará las fuerzas productivas aprisionadas por las relaciones neocoloniales y semifeudales y echará a andar el desarrollo del país, y aun cuando en forma limitada el capitalismo nacional se beneficie de ella también, tampoco logrará bajo el nuevo sistema entronizar su reino. No obstante ser la nuestra en la etapa actual una revolución democrático-burguesa, los monopolios nacionalizados, la capacidad de control del Estado popular y democrático y la dirección proletaria establecerán las bases económicas y políticas para la instauración del socialismo en un intervalo más o menos corto… La revolución de nueva democracia es el ensayo general final hacia la revolución socialista.” (p. 15), Mosquera Sánchez, Francisco, Unidad y combate, Tribuna Roja Editores, Bogotá, 2009.
[6] https://www.centrodemocratico.com/?page_id=93#2-confianza-inversionista
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: Colombia.com
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