Nuestro actual modelo de vida contaminante y consumista ha sido una bomba en el tiempo para la preservación de la vida en la Tierra, la humana incluida. Las malas condiciones climáticas y de todos los factores de salud han facilitado la propagación muy rápida de una especie de anticuerpo al interior del organismo vivo llamado Planeta Tierra: el Covid-19, que si lo miramos desde otro ángulo ha provocado cosas que antes de él, eran impensables como parar los aviones, las industrias, reunir de manera masiva las familias, ocuparnos de nuestros ancianos y de nuestros hijos con mayor calidad de tiempo… aportando de una manera u otra, con el equilibrio global, que hemos perdido por la acción humana de las ultimas 5 décadas, desde que comenzó la era del petróleo, equilibrio que es necesario restablecer para que la red de la vida se mantenga en su conjunto en el Planeta Tierra, la humana incluida. Dice el investigador del CSIC Fernando Valladares “La degradación de hábitat, la persecución, la caza indiscriminada o la competencia directa con la fauna para dejarla sin recursos, así como el empobrecimiento de los ecosistemas en general, causan una pérdida de diversidad biológica y abren una “autopista” para los virus” … “No hay sistema sanitario más capaz de defendernos de los virus que la naturaleza”, sentencia Valladares quien dirige el grupo de Ecología y Cambio Global del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (CSIC) y pregunta “¿Cómo pudimos pensar que destruir los ecosistemas y sobreexplotar los recursos no iba a tener consecuencias profundas en nuestras vidas?”.[i]
Las grandes causas del desequilibrio climático y de la naturaleza las conocemos a pesar de que no les hayamos prestado atención, desde hace varias décadas much@s científic@s, Eco activistas, entre otros, nos lo han venido manifestado, uno de ellos el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), que se expresó de la siguiente manera (2015): “El calentamiento del planeta Tierra es inequívoco, la influencia humana en el sistema climático es clara, y las emisiones de gases de efecto invernadero son las más altas de la historia”. Asimismo, el IPCC señaló en el documento que estoy citando: “muchos de los cambios observados no han tenido precedente en los últimos decenios a milenios. La atmósfera y el océano se han calentado, los volúmenes de nieve y hielo han disminuido y el nivel del mar se ha elevado. La influencia humana es evidente al tenor de las crecientes concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, el forzamiento radiactivo positivo y el calentamiento observado”. [ii] Ahora bien, esto es el resultado de la suma de todas las pequeñas acciones que hace cada ser humano en su vida cotidiana, acciones que aumentan su fuerza cuando son realizadas colectivamente por “grupos” de human@s organizad@s en diferentes formas: estados, multinacionales, industrias, partidos políticos etc.
En este momento 2020 que está viviendo toda la humanidad de diferentes maneras, tenemos dos opciones como individuos y como especie humana: la primera es luchar contra la situación de pandemia que estamos atravesando, batalla que desde mi punto de vista, tenemos perdida porque está claro que el poder de la naturaleza y de la muerte individual o masiva no está bajo el control de ningún ser humano por más poderoso que sea. La segunda opción y creo que es a lo que le debemos apostar, es contribuir con nuestras acciones individuales (cotidianas) y colectivas (comunitarias) a que el organismo vivo llamado Planeta Tierra, del cual formamos parte como miembros de la especie humana, recupere su equilibrio y con ello su salud, esto restablecerá consecuentemente, el equilibrio y bienestar en todas las especies que lo habitan, la humana incluida como parte integral, interdependiente e interrelacionada con ese organismo vivo llamado Planeta Tierra. Evidentemente mientras lo vamos haciendo, hay que seguir en primera línea de mar con las personas enfermas, las que están muriendo y las familias de los que ya han marchado de este mundo, por lo tanto, prioritariamente todo el apoyo económico científico y humano de los gobiernos debe ir sin duda a los sistemas de salud y demás áreas donde las personas están cada día gestionando de manera directa la pandemia.
Entramos en un nuevo escenario para la especie humana, donde queda de manifiesto la inutilidad de la arrogancia y la soberbia. Saldrán vacunas como respuesta a este y a otros virus, pero si seguimos manteniendo nuestro modo de vida anterior a la pandemia, continuaremos generando desequilibrio en toda la naturaleza y en todas las especies que la integran, la humana incluida, con lo cual saldrán nuevos virus y vendrán nuevas pandemias, la vacuna no resuelve la causa que los genera, apunta a buscarle soluciones a la enfermedad – me refiero a quienes están trabajando en ello éticamente, no a los que buscan hacer de esa necesidad un negocio-, pero la pandemia como todas las enfermedades tienen una causa, por lo tanto hay que ir a la causa para realmente poder darle una solución. Mi perspectiva de futuro es positiva, creo que aún podemos cambiar el escenario, ahora que estamos vivos, los ingredientes son: Consciencia y equilibrio, en lo personal y en lo colectivo.
En este orden de ideas, nuestra real tarea ahora mismo y de manera inmediata, es ser conscientes y contribuir de manera individual (vida cotidiana) y colectiva (vida comunitaria) a la restauración de ese equilibrio planetario perdido, el cual una vez restaurado en la Tierra, ella como organismo vivo dotado con inteligencia natural, no seguirá percibiendo a la especie humana como una especie de patógeno que está destruyendo, contaminando, consumiendo ilimitada e irresponsablemente rompiendo su equilibrio y con ello colocando en riego toda la red de vida, de la cual también hace parte la especie humana… entonces los virus también entraran en equilibrio y seguiremos conviviendo con ellos como históricamente ha sucedido y bien lo explica el historiador Andres Nadal[iii], pero en una línea de control y equilibrio dentro de todo el tinglado de la red de la vida que habita nuestro hermoso planeta azul.
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De la seria Tips” para gestionar la cuarentena según mi vivencia y experiencia en Barcelona. Tip#1, Tip#2, Tip#3, Tip#4 https://sandracampo2013.wordpress.com/
[i] Valladares, F. (9.05.2020). El ecólogo que receta naturaleza contra los virus. La Vanguardia Digital, recuperado de https://www.lavanguardia.com/vida/20200509/481027584994/ecologo-receta-naturaleza-contra-virus.htm .
[ii] IPCC, 2013: “Resumen para responsables de políticas. En: Cambio Climático 2013: Bases físicas. Contribución del Grupo de trabajo I al Quinto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático” [Stocker, T.F., D. Qin, G.-K. Plattner, M. Tignor, S.K. Allen, J. Boschung, A. Nauels, Y. Xia, V. Bex y P.M. Midgley (eds.)]. Cambridge University Press, Cambridge, Reino Unido y Nueva York, NY, Estados Unidos de América, p. 4.
[iii] Nadal, A. (7.05.2020).Historiador, recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=Wc3Ew_uv1ns
Sandra Campos, Sandra Campos Eco activista www.biocivilizacion.org, productora Ecológica del Ghee Caldes d’Estrac www.espaidelsilenci.com
Foto tomada de: Euronews
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