Al tiempo que la izquierda hace todo lo posible por borrar por completo cualquier rastro de comunismo y socialismo en sus programas, Álvaro Uribe, su hijo Tomás y Fernando Londoño, entre otros, nos advierten del peligro que representan, como si la sociedad colombiana estuviera ad portas de una revolución de corte leninista.
Dice Fernando Londoño: “Le estamos sirviendo el plato al comunismo. Ante problemas de esta clase, le toca el turno a la demagogia. Hay que subir los impuestos a los ricos, dicen los insensatos y los perversos. Hay que nacionalizar empresas, dicen los populistas. Hay que castigar a los bancos, repiten los imbéciles. Y por supuesto, como condición esencial, hay que derrotar en las elecciones a los burgueses, a los capitalistas.” “Y aquí es donde aparece de nuevo el fantasma de la revolución comunista”[2]. Advierte Tomás Uribe: “Pellizquémonos para 2022. Hay un proyecto político socialista que ya tiene poder para encarcelar a sus opositores y ahora va por el Poder Ejecutivo”, dijo Tomás Uribe, al señalar que un modelo de esas características está vigente en Venezuela hace 20 años y triunfó en Argentina y España. “Ahora viene por Colombia”[3]
Los partidos de izquierda ya no incluyen dentro de su propaganda análisis marxistas de la sociedad colombiana ni promueven la necesidad de superar el capitalismo. Curiosamente la propaganda está en manos de la derecha que mantiene vigente la noción del socialismo y del comunismo, así sea una propaganda negativa.
Evidentemente los planteamientos de Uribe y seguidores tienen una clara intención electoral: inflar el peligro del socialismo entre los trabajadores colombianos, especialmente en los trabajadores con ingresos más altos que conforman la denominada clase media. Pero al tratar de asustar con el fantasma del comunismo destacan algo relevante: los capitalistas siempre ven un peligro potencial en los trabajadores asalariados. Estos trabajadores son explotados, lo saben ellos muy claramente porque son dueños de empresas como el propio Uribe, María Fernanda Cabal o Mauricio Botero, y temen que a estos trabajadores se les ocurra llegar a pensar que este sistema no les conviene y que valdría la pena pensar en uno distinto, o por lo menos uno en el cual pudieran tener una tajada más grande del poder. Por eso recurren, en la lucha ideológica a estrategias orientadas a ocultar, a enmascarar y a asustar con las perspectivas de un sistema socialista. Tarea en la cual hay que reconocer que han tenido bastante éxito.
En el otro bando se abandona la labor de explicar a los trabajadores cuáles son las causas de su situación. Y se termina ofreciéndoles ilusiones que difícilmente se podrán materializar, incluso si ganan el gobierno. Podrá haber algunas mejoras, pero finalmente no habrá un cambio sustancial a pesar de toda la propaganda progresista. La izquierda y el progresismo proponen mejorar sustancialmente las condiciones de vida de los trabajadores dentro del marco de la sociedad capitalista pero no plantean eliminar el trabajo asalariado; quieren una sociedad igualitaria pero manteniendo a los esclavos y siervos asalariados. Han abandonado por completo la teoría de Marx y por tanto carecen de elementos suficientes para hacer una crítica radical. Terminan compartiendo con Álvaro Uribe algo fundamental: la defensa del capitalismo.
Es evidente que la clase trabajadora colombiana -asalariados y por cuenta propia- no tienen actualmente una perspectiva marxista de interpretación de la realidad ni una postura política a favor del socialismo. Por el contrario en una buena proporción rechaza estos planteamientos y no ve una alternativa diferente al capitalismo. Aspira a mejorar sus condiciones de vida dentro del capitalismo para lo cual espera que el Estado desarrolle un conjunto de acciones en materia de educación, salud, vivienda, servicios públicos, empleo, etc. Esta es una posición completamente comprensible. En respuesta a estas demandas los progresistas y la izquierda ofrecen un gobierno que actúe a favor de las clases trabajadoras y no de los grandes capitalistas, como es la costumbre. La reciente declaración política de la Unión Patriótica no menciona una vez en un texto de 30 páginas palabras como marxismo, socialismo, comunismo, revolución, pero tampoco trabajadores asalariados, explotación o plusvalía. Claramente no hay en el panorama político una propuesta hacia el socialismo.
Estas propuestas progresistas y de izquierda parecen favorables a las clases trabajadoras a las cuales se refieren como los sectores populares o las ciudadanías. Y lo son, efectivamente en términos de objetivos inmediatos y parciales pero no con respecto a objetivos de fondo. A pesar de su moderación son objeto de rechazo por los capitalistas que consideran como socialismo y comunismo cualquier reivindicación de los trabajadores que pueda afectar sus ingresos. Son enemigos del Estado de bienestar, de la educación gratuita y de una renta básica universal. Cualquier medida que pueda reducir sus ganancias es vista como una estrategia comunista.
La derecha hace muy bien su trabajo. Los progresistas y la izquierda, quizá sin querer, terminan ayudándoles. Es evidente que en las condiciones actuales es necesario organizarse y actuar para tratar de lograr medidas que permitan que una parte mayor del valor agregado por los trabajadores vaya a manos de los trabajadores, ya sea en la forma de salarios más altos o mediante subsidios monetarios o en especie por parte del Estado. Es necesario luchar por sistemas de educación, salud, vivienda, servicios públicos, etc., que contribuyan realmente a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores. Es una tarea irrenunciable así como la lucha por el mejoramiento de los salarios y las condiciones laborales.
Pero ¿por qué abandonar la labor de explicar que dentro del capitalismo no hay una salida de fondo a la situación de los trabajadores? ¿Por qué dejar de mostrar cómo funciona el capitalismo? ¿Por qué renunciar a la propuesta de una sociedad que no se base en la ganancia y la relación asalariada? ¿Por qué dejar la tarea de nombrar el socialismo y el comunismo a la extrema derecha?
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[1] https://partido-up.org/wp-content/uploads/2020/09/DECLARACION-POLITICA-Y-PRONUNCIAMIENTO-VII-CONGRESO-UP-FINAL.pdf
[2] https://www.las2orillas.co/comunismo-a-la-vista/
[3] https://www.semana.com/nacion/articulo/tomas-uribe-habla-de-la-detencion-domiciliaria-de-alvaro-uribe/696592
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: https://www.portafolio.co/
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