Era buen conversador y claro, yo como inexperto estudiante universitario escuchaba con entusiasmo las anécdotas que contaban acerca de las luchas estudiantiles en su época de estudiantes. Después las actividades de cada uno nos llevaron por distintos caminos y volvimos a encontrarnos a finales de los años 80s, cuando regresé de mis estudios en Lovaina (Bélgica) siendo él ya un reconocido dirigente político.
Horacio Serpa fue de esa generación de dirigentes liberales que en Santander vinieron a ‘relevar’ a quienes habían estado al frente del Partido Liberal durante el período más complejo de la violencia bipartidista, como lo fueron Alejandro Galvis Galvis, en primer lugar, y luego Augusto Espinoza Valderrama, Alfonso Gómez Gómez y Álvaro Uribe Rueda, entre otros. Pero va a ser su nombramiento como Alcalde de Barrancabermeja en 1970 el que lo coloca frente a la actividad política, de un lado y frente a la violencia política que ha estado presente en la región del Magdalena Medio y donde conoció a su compañera y esposa de toda la vida Rosa Moncada.
Llega al Congreso en 1974 como suplente del representante liberal Rogerio Ayala; en 1978 ya gana su curul a nombre del movimiento político que había creado, el FILA (Frente de Izquierda Liberal Autentico); en 1982 fue designado en la Comisión I de Cámara junto con Carlos Mauro Hoyos para rendir ponencia sobre el proyecto de Ley de Amnistía que promovió el gobierno de Belisario Betancur. Comenzando allí su relación institucional con los temas de la paz. Y esa va a ser una característica de su actuar, siempre en el marco de lo institucional.
Horacio Serpa nos cuenta –en una entrevista para el libro de ‘Magdalena Medio Santandereano: Colonización y Conflicto Armado’[1] – a propósito de la percepción que se tenía de esa región en Bogotá: “el Estado no se siente muy inclinado a desarrollar sus programas en aquellos lugares donde encuentra resistencia a sus propósitos políticos, eso ha sido una característica de la forma como se ha administrado en Colombia. Cuando yo empecé a ir a Bogotá a reclamar por Barranca, era muy difícil que me pararan bolas, aquí la gente decía, “pero esos son unos vergajos rebeldes, inconformes, allá no se puede hacer nada, allá se la pasan en huelgas, no hacen sino paros, allá no vale la pena invertir nada.”
Fue nombrado Procurador General de la Nación en remplazo del asesinado, por el cartel de Medellín, Carlos Mauro Hoyos, en un momento de alto nivel de violencia narco-terrorista por parte de este grupo de crimen organizado. Luego renuncia a la Procuraduría para asumir el Ministerio de Gobierno en la presidencia de Virgilio Barco.
Participa en las conversaciones con el EPL, en su condición de Ministro de Gobierno y como lo reconoce el dirigente de esa insurgencia Jaime Fajardo Landaeta: “La experiencia acumulada por el entonces comisionado de paz Rafael Pardo resultó fundamental para concretar los acercamientos iniciales y para definir los primeros acuerdos. Luego, el papel del dirigente y ex candidato presidencial Horacio Serpa sería trascendental para la culminación exitosa del proceso…”[2]
Posteriormente Horacio Serpa va a encabezar la lista a la Asamblea Nacional Constituyente más votada por el Partido Liberal, en diciembre de 1990 y fue elegido como uno de los co-presidentes de la misma, junto con Antonio Navarro Wolf de la Alianza Democrática M-19 y Álvaro Gómez Hurtado del Movimiento de Salvación Nacional. Allí, desde la Comisión I contribuyó a la construcción de la Constitución Política de 1991. Posteriormente va a colaborar con la desmovilización de la Corriente de Renovación Socialista (CRS) grupo disidente del ELN.
Igualmente asiste a las conversaciones de Caracas con la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB) y luego de la suspensión de las mismas originada por la emboscada del ELN contra la caravana del presidente del Senado Aurelio Iragorri Hormaza, encabeza, como nuevo Consejero de Paz del Presidente Cesar Gaviria, las Conversaciones de Tlaxcala (México); si bien se cambió la metodología, en comparación con lo que se venía haciendo en Caracas, de priorizar como llegar a un cese de hostilidades, sin embargo las conversaciones sólo duraron unos meses, así recuerda esa experiencia Horacio Serpa, “para tratar de crear un nuevo y mejor espacio de entendimiento llevamos a México nuevas propuestas y procedimientos distintos que buscaban establecer una agenda viable que permitiera, al gobierno y a la guerrilla, estudiar de fondo las causas del alzamiento y la situación real del país en lo político, económico y social, en el marco de los nuevos aires democráticos y culturales, para encontrar senderos que condujeran a los colombianos hacia una paz consciente, estable y duradera, sobre la base del imperio de un sistema político incluyente y participativo que permitiera luchar eficazmente contra la pobreza, la arbitrariedad, el delito y la violencia, en busca del bienestar y el desarrollo.”[3]
Las conversaciones se van a suspender al conocerse que el exministro Argelino Durán Quintero falleció estando secuestrado por el EPL y que este grupo siguió tratando de negociar un rescate, el Gobierno del Presidente Gaviria consideró que esto era inaceptable y procedió a suspender las conversaciones; posteriormente se reanudaron pero ya para ese momento la confianza se había minado y se llega a una nueva suspensión que se transformó en definitiva. Sobre este fracaso Serpa reflexiona así posteriormente: “Mucho, mucho nos hubiéramos evitado con la paz de Tlaxcala y habíamos logrado seguramente bastante más en materia de progreso y bienestar. Sobre todo si pensamos en lo que se hubiera podido hacer con los inmensos capitales que se han invertido durante estos años en sostener una guerra estéril que un día próximo debemos acabar. ¿Nos faltó decisión o audacia? ¿Hemos debido insistir un poco más?¿La guerrilla sólo utilizó ese espacio como estrategia para lograr figuración y alcanzar dividendos políticos?¿La Coordinadora evaluó mal la situación del país y de verdad pensó que estaba al borde de la insurrección popular? ¡Vaya uno a saber, pero qué lástima ese fracaso!.”[4]
Una vez pierde la elección presidencial frente a Andrés Pastrana en 1998, le brinda como jefe del Partido Liberal y de la Oposición política, total apoyo a las conversaciones del Caguan: “El Director Nacional del Partido Liberal Colombiano manifiesta a la opinión pública nacional su complacencia por el encuentro sostenido entre el señor Presidente Electo de la República, Doctor Andrés Pastrana Arango, y los dirigentes de las Farc-Ep, Manuel Marulanda Vélez y Manuel Briceño, así como con el acuerdo firmado para iniciar un proceso de paz con esa organización guerrillera… Apoya, igualmente, las gestiones por la paz de Colombia que se iniciarán el próximo domingo en Alemania, entre representantes de la sociedad civil y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), con el auspicio de la Iglesia alemana, con la certeza de que abren una puerta al reencuentro nacional.”[5]
Y una vez iniciada las conversaciones de San Vicente del Caguan entre el gobierno colombiano y las Farc-Ep, esto planteó Serpa en su columna semanal de Vanguardia Liberal: “A las 11:44 de la mañana del pasado jueves el Presidente Andrés Pastrana instaló oficialmente la mesa de diálogos entre el Gobierno Nacional y las Farc, en medio de la más grande esperanza que recuerde nuestra historia reciente. Y no es para menos. De lo que se trata es de romper por la vía de las negociaciones la cadena de violencia que azota a Colombia desde hace más de treinta años… La jornada que ha empezado debe romper el escepticismo, generar confianza e incentivar un arduo trabajo en todos los rincones de la patria, para hacer cierta una cultura de la tolerancia y de respeto a la vida, y para que empleemos toda la imaginación que usamos en matarnos para sembrar reconciliación y entendimiento. Colombia está hastiada de enterrar sus sueños.”[6]
En 1999, luego de los secuestros masivos adelantados por el ELN, es uno de los impulsores de la idea de Jaime Garzón de crear la Comisión Facilitadora Civil, junto con el Procurador Nacional de la época Jaime Bernal Cuellar, Antonio Navarro, Nohemí Sanín, Augusto Ramírez Ocampo, María Emma Mejía y una treintena de personas acompañamos inicialmente esa iniciativa. Durante estas dos décadas han sido muchas las gestiones humanitarias y de paz que se han hecho, siempre con el aporte de Serpa. El, fue uno de los que seguimos desde la Comisión Facilitadora, hasta este año, haciendo gestiones por la paz –este año y en plena pandemia se hicieron gestiones en las cuales Horacio Serpa estuvo, como siempre muy activo, pese a su situación de salud-.
Horacio Serpa fue un liberal, en todo el sentido del término, un demócrata y especialmente un perseverante trabajador por la paz, que directa o indirectamente estuvo acompañando todos los esfuerzos de paz que se intentaron o concluyeron en Colombia. Colombia perdió con el fallecimiento de Horacio Serpa Uribe un abanderado de la paz.
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[1] Alejo Vargas Velásquez, “Magdalena Medio Santandereano. Colonización y Conflicto Armado”, CINEP, Colección Estado y Sociedad, Santafé de Bogotá, 1992.
[2] Jaime A. Fajardo Landaeta, “Por la Paz de Colombia el EPL dispuso sus armas a discreción de la Constituyente”, en Prólogo al libro, Acuerdos con el EPL, PRT, MAQL y CRS. Diálogos con la CGSB, Álvaro Villarraga Sarmiento, compilador y editor, Biblioteca de la Paz 1986 – 1990, Tomo III, Fundación Cultura Democrática, Bogotá, 2009.
[3] Horacio Serpa Uribe, “Un proceso de paz en medio de los históricos cambios constitucionales y los problemas del narcotráfico y el manejo económico”, en Prólogo al libro, Acuerdos con el EPL, PRT, MAQL y CRS. Diálogos con la CGSB, Álvaro Villarraga Sarmiento, compilador y editor, Biblioteca de la Paz 1986 – 1990, Tomo III, Fundación Cultura Democrática, Bogotá, 2009.
[4] Horacio Serpa Uribe, “Un proceso de paz en medio de los históricos cambios constitucionales y los problemas del narcotráfico y el manejo económico”, en Prólogo al libro, Acuerdos con el EPL, PRT, MAQL y CRS. Diálogos con la CGSB, Álvaro Villarraga Sarmiento, compilador y editor, Biblioteca de la Paz 1986 – 1990, Tomo III, Fundación Cultura Democrática, Bogotá, 2009.
[5] Horacio Serpa Uribe, “La Oposición Patriótica”. Memorias de un compromiso con Colombia, Partido Liberal Colombiano, Bogotá, agosto de 1999.
[6] Horacio Serpa Uribe, “La Oposición Patriótica”. Memorias de un compromiso con Colombia, Partido Liberal Colombiano, Bogotá, agosto de 1999.
Alejo Vargas Velásquez, Director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz – UN
Foto tomada de: https://www.dinero.com/
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