Se acerca el fin de año y las crisis sanitaria de la COVID19 y económica están aún lejos de resolverse. El temor al recrudecimiento del ritmo de contagio ha aumentado con el arribo del invierno en los países del Norte. Europa ha comenzado a sentir una segunda ola de contagios y a reinstalar las medidas sanitarias de confinamiento y paro de actividades económicas no esenciales. En EUA, centro mundial de la pandemia, se registra el nivel de contagio diario más alto y cerca de 10 millones de infectados acumulados. En América Latina, la tendencia de la crisis sanitaria ha comenzado a estabilizarse, pero no así la económica. Las últimas proyecciones de crecimiento económico del Fondo Monetario Internacional (FMI) han reestimado el impacto de la crisis sanitaria y, contrariamente, proyectado una caída mucho más severa de la producción, con una recuperación más alta y rápida. ¿Será esto posible?
Desde muchos ángulos, el impacto económico que han tenido las medidas de contención de la pandemia del COVID19 ha sido inédito. En el último reporte del World Economic Outlook, el FMI reestimó que la economía mundial se contraerá -4.4%, una corrección de -1.03% respecto al pronóstico de junio. A las economías del G7 se les proyectó una contracción promedio de -7.6%, más profundas en Italia, Francia y Gran Bretaña, con -10.6, -9.8 y -9.8%, respectivamente. Para América Latina la perspectiva para el cierre del año se pronosticó una contracción de -8.1%, arrastradas sobre todo por Perú (-13.9), Argentina (-11.8), Ecuador (-11), y México (-8.9).
Sin embargo, casi en todos los casos, se espera un rebote en su ritmo de crecimiento para 2021. Este optimismo olvida que varias economías arrastraban una tendencia decreciente en su ritmo de crecimiento, especialmente las economías avanzadas y más grandes: China y EUA. La pandemia ha mostrado grandes diferencias entre estas dos potencias.
En particular, resalta el inmenso contraste del impacto entre las dos economías más grandes. China, con cerca de 1.3 mil millones de habitantes y menos de 25 contagios diarios (16/11/2020), tiene estimado un crecimiento de 1.9%. Es una de las pocas economías que registrará crecimiento económico para 2020. Para EUA, con 328 millones de habitantes y más de 155 mil contagios diarios, se ha estimado una contracción de -4.3%. Aunque el pronóstico no podría incorporar el resultado de las elecciones presidenciales, en cualquier caso, el panorama se muestra complicado.
Con la salida de Trump, ¿en cuánto cambian realmente las perspectivas estadounidense y mundial? El daño al multilateralismo, en general, y a Naciones Unidas, en particular, ha sido muy grande. ¿Puede reorganizarse el orden comercial de la Organización Mundial del Comercio, después de la evidente manipulación y bloqueo de sus mecanismos de arbitraje?, o ¿cuál es el propósito de reintegrarse al Acuerdo de París, si no ratificó el Protocolo de Kioto y padece una profunda dependencia estructural a la matriz energética petrolera? La pérdida del liderazgo político y económico global no parece reversible en el corto plazo. En cuatro años, el trumpismo aceleró la pérdida de hegemonía y alimentó aún más los principales problemas estructurales de la economía estadounidense.
La legitimidad que tiene EUA frente al mundo se ha debilitado. La democracia liberal estadounidense ha mostrado uno de sus más penosos capítulos. Si este proceso electoral hubiese sucedido en cualquier otra parte, él mismo hubiera intervenido en las elecciones. Por menos ha descalificado, interpuesto o bloqueado procesos electorales en otros países.
El primer anuncio del nuevo presidente electo fue la instalación inmediata de un grupo de expertos para la atención de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del COVID19 y el desarrollo de una vacuna. No habló de su reincorporación a la Organización Mundial de la Salud o al proyecto de cooperación de Naciones Unidas para el desarrollo y distribución de la vacuna contra el COVID19: COVAX. ¿Será este el fin del “Make America Great Again”?
Si bien es cierto que la salida de Trump de la presidencia tendrá un impacto indiscutible en sus perspectivas económicas, ¿cuál es margen para reinstalar la diplomacia en las relaciones internacionales y la política en la economía? Para el mundo, ¿cuál es el verdadero espacio de transformación a los saldos del trumpismo? Para América Latina, ¿qué representa este escenario para sus relaciones económicas y políticas?
Trump ha representado un gran problema para la economía estadounidense y mundial, pero no es el principal. En repetidas ocasiones, a EUA les han recordado que lo importante es la economía. Los déficit comercial y fiscal se van a mantener, mientras la economía no recupera sus niveles de competitividad internacional. El incremento del salario mínimo y el apego a las reglas de la OMC no facilitarán su recuperación. El cambio de la matriz energética no está en su horizonte, lo cual retrasa aún más su nivelación con el ritmo de las nuevas economías líderes y lo coloca como un exportador primario de petróleo más.
Oscar Ugarteche, Investigador titular “C”, IIEc-UNAM, Conacyt SNI III, Coordinador del proyecto obela.org
Armando Negrete, Técnico Académico, IIEc-UNAM, Miembro del obela.org
Fuente: https://www.alainet.org/es/articulo/209825?utm_source=email&utm_campaign=alai-amlatina
Foto tomada de: https://www.alainet.org/es/articulo/209825?utm_source=email&utm_campaign=alai-amlatina
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