1. Introducción a la Epistemología
Desde la frase de Sócrates (solo sé que nada sé) y la refutación aristotélica del escéptico (¿cómo sabe que no sabe?), así como el idealismo de Platón, para quien sabemos gracias a que recordamos ideas innatas, el problema del conocimiento ha intrigado a mentes de la estatura de Tomás de Aquino (quien siguió a Aristóteles en que la intelección de esas formas era lograda por el intelecto a través de la imagen que articulaba las percepciones) y de Occam para quien las ideas no son sino simples nombres. Pero el problema critico realmente surge del racionalismo una vez Descartes ha declarado la separación y distinción real entre la res extensa y la res pensante dando lugar al racionalismo de Spinoza y Leibniz (quien compitió con Newton en la creación del cálculo) para quien la teoría de las ideas de Platón es adecuada una vez despojada de la reminiscencia.
Pero el problema crítico realmente fue formulado con toda claridad por Kant al preguntarse por los límites y posibilidades del conocimiento (científico de su época) y por el estatuto de la metafísica vigente hasta ese entonces, un planteamiento tan influyente que Russel denominó su trabajo epistemológico Human knowklege: its scope and limits. Esta pregunta sugiere ya el enfoque: ¿qué podemos conocer y que no podemos? que determinará en gran medida la investigación epistemológica en adelante. ¿Qué debe aceptarse como fuera de límites para el conocimiento? Esta frontera se ha movido desde la posición de Kant en una dirección crecientemente restrictiva en la tradición empirista hasta llegar al atomismo lógico del primer Wittgenstein para quien el conocimiento se restringe a protocolos de experiencia o enunciados fotográficos atomísticos relacionados por operaciones lógicas de manera que cualquier afirmación que vaya más allá en la dirección de relacionar o entender por fuera de esta imagen lógico-pictórica del mundo, carece de sentido. La solución de Kant al cuestionamiento de Hume en el sentido que todo conocimiento es (en términos de Kant) a posteriori, y el conocimiento a priori, como lo proponen Spinoza y Leibniz, es una quimera, es un paso monumental[3] en el entendimiento del conocimiento humano. Los objetos de conocimiento son el resultado de la síntesis trascendental[4] entre las formas a priori de la sensibilidad (tiempo y espacio), las categorías a priori del entendimiento, el sistema de juicios a priori, los principios del entendimiento puro y las reglas del esquematismo trascendental de las categorías mediante las cuales, finalmente elaboramos el contenido empírico de nuestra experiencia como objetos puros de la experiencia posible (lo a priori articula, aplicado a lo a posteriori, los objetos de conocimiento como tales). Lo cual tiene implicaciones tan importantes como que (en la dirección de Tomás y Aristóteles) sin información sensible no hay conocimiento, lo cual tiene la implicación de que objetos tradicionales de la filosofía como Dios, el Mundo y el Alma rebasan la experiencia posible; así como que la metafísica es una imposibilidad cognitiva científica, o sea que objetos del cocimiento que no son articulables en términos de las formas y las categorías de la física de Newton son desplazados a la discusión práctica . En fin, que nosotros conocemos no la realidad en sí misma (nóumeno) sino lo que aparece (fenómeno) que deviene objeto de conocimiento articulado por nuestras operaciones cognitivas o nuestros esquemas conceptuales[5]
El movimiento restrictivo de la frontera alcanza el atomismo lógico de Russell y del Wittgenstein del Tractatus, si bien, el maestro (quien llevó a este a Cambridge) es paradójicamente realista y monista spinoziano. Así como Kant marca el viraje al sujeto trascendental, la filosofía analítica se vuelve al lenguaje: para Russell la mejor forma de conocer la realidad es estudiando el lenguaje pues este revela el pensamiento, el sustrato lógico del lenguaje devela el ordenamiento de la realidad. El isomorfismo estructural entre las actividades del conocer y lo conocido por estas se desplaza de la operación de entender en su contexto experiencial concreto en Aristóteles-Tomás-Lonergan, a las categorías de Kant, a la estructura lógica del lenguaje en Russell y el primer Wittgenstein hasta llegar a la gramática universal de Chomsky. El proyecto crítico de Kant se extiende a lo largo de la filosofía posterior excluyendo de los objetos de conocimiento a las cosas en sí mismas (el nóumeno por oposición al fenómeno) y constriñendo las proposiciones con sentido a las deducciones acordes con las reglas de la lógica de los protocolos de experiencia (positivismo lógico).
Pero el punto fundamental no es que la particular forma kantiana de categorizar sea la única que tiene el estatuto de conocimiento. Hegel cuestiona el conocimiento previo de las condiciones del conocimiento propuesto por Kant agregando categorías en la dirección de la dinámica dialéctica de la posición, la negación que emerge desde el interior de la posición y la negación de la negación que emerge del movimiento anterior (tesis, antítesis y síntesis). Adicionalmente, el ordenamiento newtoniano kantiano es cuestionado por la geometría no euclidiana de Gauss y Riemann clave para la teoría de la relatividad, y por ésta misma. El punto es que el conocimiento científico humano es la síntesis de los elementos a priori provenientes del sujeto cognoscente y los a posteriori de la experiencia sensible (o imaginable metafóricamente: física moderna). Esa fue la genial salida Kant a los extremos del racionalismo y del empirismo. En particular, dado que la filosofía y la ciencia han evolucionado mucho en esta última dirección, es fundamental afirmar que solo conocemos mediante la conjunción de un aparato categorial y de información empírica, siendo esta, en cuanto relevante, ya articulada por dicho aparato desde el nivel mismo de la pregunta y la determinación del objeto de ciencia.
Así, planteamientos como los de Wittgenstein y el Círculo de Viena son mostrados como incapaces de dar cuenta del proceso cognitivo en términos operativo experienciales normativos. Diversas formulaciones propondrán diversos tipos de estructuras a priori ordenadoras de lo empírico: Lonergan (siguiendo a Tomas) propone que las operaciones (no los conceptos, ni los principios) de este proceso son lo a priori y que estas constituyen la clave del isomorfismo con la realidad[6]; Chomsky acertadamente liga el problema del conocimiento al problema del lenguaje ya que dicha articulación opera mediante el lenguaje, pero él localiza este elemento ordenador en el órgano neurológico del lenguaje, en el internal language resultado de la evolución, de manera que una gramática universal generativa común y subyacente a todos los lenguajes ( la cual es recibida genéticamente) provee dicho ordenamiento operando computacionalmente.
Se profundizó así el abandono de la pretensión de desentrañar la inteligibilidad de lo real. Para Kant esta se encuentra en la estructura sintético a priori propuesta en la Critica de la Razón Pura, solo que ahora la negación de la posibilidad de un entendimiento de la realidad misma se extiende a toda la ciencia. Newton luchó con el hecho de que su teoría no era tal entendimiento sino the best theoretical account de manera de aceptar la crítica de Leibniz en el sentido de que él no estaba explicando la gravitación sino formulando unas leyes matemáticas, las cuales no dicen nada del qué, del cómo y el porqué (causalidad), preguntas tan importantes para la tradición filosófica previa a la revolución científica iniciada por Galileo. Así en adelante la ciencia procede por competencia de theoretical accounts abandonando por completo la causalidad[7]: por una parte, un nuevo paradigma da cuenta de un fenómeno que constituía un residuo empírico no explicado por el anterior, inaugurando un periodo de ciencia normal en este último paradigma, el cual será interrumpido por la próxima revolución científica (Kuhn); y por otra, la llamada prueba empírica de las teorías que no es tal pues ésta lo que enuncia el fracaso (provisional) en falsificarla (Popper).
Tres conclusiones se derivan de esta breve introducción epistemológica:
- Los aparatos categoriales de las ciencias articulan la información empírica: la quimera empirista de una información atomística en un vacío categorial como la pretendida por los inductivismos es insostenible. La constitución del objeto de conocimiento por síntesis de fenómenos y categorías o mediante operaciones que guían heurísticamente y normativamente la pregunta científica (hecha ya desde una perspectiva que problematiza el fenómeno), dejan con la carga de la prueba tanto a los defensores de los datos puros como a los idealistas conceptualistas.
- A menos que uno caiga en el anarquismo epistemológico posmodernista y neopragmatista en los que no puede haber isomorfismo alguno, ni verdad, ni objetividad (que no provenga de nuestras creaciones culturales diversas y sus redes de creencias), toda epistemología postula un isomorfismo entre una estructura, sea operacional o categorial o lógica (lenguaje interior) y la realidad. Contra el empirismo, sin el primer elemento proveniente de los operadores del conocimiento al producir la síntesis de los objetos de conocimiento en general, el conocimiento se disipa en protocolos de experiencia fotográficos
- La ciencia empírico-analítica al modo newtoniano abandonó la pretensión de explicar[8]: en adelante, varias disciplinas seguirán el modelo de la física proponiendo modelos que dan cuenta de los procesos mediante ecuaciones pero no los explican[9]. Como veremos, los economistas, por un lado, imitan los métodos de la física y, por otro, desconocen las limitaciones que los físicos reconocen en ellos, involucrando causalidad en sus modelos.
2. Estatuto teórico de la TNC[10]
2.1 Concepciones de la economía
La discusión sobre el carácter científico de una disciplina se refiere al análisis de su problema, su teoría, su objeto y su método. La inclusión del primer elemento, el problema, se encuentra justificado por el enorme poder heurístico de la pregunta en el desarrollo científico. Un mismo conjunto de fenómenos puede suscitar problemáticas que han de orientar en forma diferente la investigación respectiva. Esa diferencia en la aproximación al objeto se ve determinada en una primera instancia y completada en una instancia posterior por la teoría utilizada en el análisis. Un elemento preliminar de la teoría, que determina en una primera instancia el proceso cognitivo consiste en una concepción epistemológica a cuyo interior se especifica no sólo la forma en que una problemática se articula en un objeto de ciencia, sino también la forma misma en que el sujeto aproxima este objeto (método). Y esa articulación del objeto de ciencia se ve completada por la analítica de la disciplina ya que el surgimiento de las categorías heurística básicas respectivas y la determinación de su objeto en tanto pensando con esas categorías, se da mediante uno y el mismo proceso. Sobre el objeto, así conceptualizado, se desarrolla una serie de enunciados que establecen con relaciones que se articulan una legalidad constituyente de la teoría de la ciencia[11]
En economía, como en otras ciencias humanas, se establece una diferencia entre las diversas escuelas desde el mismo nivel de esa definición de la problemática. La cosa económica es problematizada en direcciones diferentes por la EPC (EP Clásica) y por la TNC. En la primera se trata de acometer una anatomía de la sociedad capitalista con base en el análisis de la producción la distribución, la acumulación; mientras que, en la segunda, son las condiciones de equilibrio del precio de mercado las que interesan.
El proyecto científico de la EPC se desarrolla a lo largo de las genialidades de Smith: la mano invisible y cómo la producción es limitada por el mercado y no por los costos debido a que estos son decreciente dados los rendimientos crecientes (RC) por la especialización (división del trabajo). De Ricardo: la teoría del valor trabajo y del conflicto distributivo (relación inversa salario ganancia dada una tajada sacada por los terratenientes cuyas rentas deben ser disminuidas mediante importación de alimentos para acelerar la acumulación de capital). Y de Marx: análisis del valor (crítica de la reificación de las relaciones sociales), competencia tecnológica (genialidad que lamentablemente erosiona con su ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia) y de las crisis (por subconsumo o desproporcionalidad -en moderno: demanda efectiva y desbalances entre los sectores consumo e inversión, ej. la sobreinversión china). El ultimo puede considerarse su culminación en una dirección critica, que el proyecto marxista asume conservando el carácter histórico-social del objeto científico[12], como lo hace EPPE. Y en una dirección histórico evolutiva la culminación está dada por JS Mill y A Marshall (hasta que se enredó con el método estático del equilibrio Oferta-Demanda). Así, mientras que para la tradición ricardiano-marxista el problema central es el conflicto distributivo entre las clases —con miras a explicar la dinámica de la acumulación—, y este planteado en la articulación de los análisis del valor, la distribución y la acumulación, la teoría neoclásica desintegra esta unidad desvinculando el análisis del valor del problema de la dinámica de la acumulación al centrarlo en las condiciones del equilibrio estático de precios. La teoría de la distribución aparece en los neoclásico como un apéndice de su teoría de los precios que está dirigido disolver la categoría de excedente en la mostración de que cada factor de producción recibirá una remuneración acorde con su contribución al proceso productivo —producto marginal. El grado en el cual la pregunta que constituye heurísticamente al objeto de investigación y la escogencia de las categorías determina divergencias es así mostrado por la oposición TNC vs EPPE.
Una forma simplista de ilustrar el tema es oponer dos aproximaciones: el ajustar el problema al método y los conceptos, de la TNC, una forma de idealismo+realismo ingenuo que, contra la opinión común de que se trata de positivismo lógico es el opuesto de este en cuanto que lejos de partir de una observación empírica adopta un enfoque axiomático[13]; vs el ajustar el método y los conceptos al problema, de los Postkeynesianos estructuralistas[14], una forma de realismo crítico para el cual la relevancia y no la sofisticación de la formalización es lo esencial. Tal es la ruptura que casi que se trata de dos disciplinas diferentes cuya distinción se manifestó (más claro en inglés) en la oposición economics vs political economy (en su sentido histórico no subsumida en la primera), la primera centrada en la asignación de recursos escasos y la segunda en la acumulación de capital y su relación con la distribución
La economía política había nacido como una ciencia centrada en la acumulación de capital con un marcado inductivismo histórico (consideración de los procesos sociales), una tradición británica que llego hasta JS Mill e incluso A Marshall; aunque este último inicio la transición al marginalismo atrapándose en una ambigüedad teórica y metodológico al tratar de conciliar esos métodos evolutivos con el estático de la teoría de precios por oferta y demanda. Así, que fue la revolución marginalista de Jevons y Menger y su formalización en el continente (Walras) lo que definió el carácter axiomático formal de la disciplina, en lo cual, a pesar de su esfuerzo por emular la física de Newton, adopta un deductivismo sin rastros de inducción desde observaciones. Aunque, por otra parte, si llevó la definición del límite entre lo cognoscible y lo no cognoscible del problema critico en la dirección marcada por Newton reduciendo lo real a lo manejable con esos específicos métodos formales análisis, a pesar de lo cual argumenta causalmente sobre la base de esos modelos. Y lo hace sobre la base del supuesto de racionalidad del sujeto económico interpretando los resultados de suponer esa racionalidad como descriptivos de la realidad al construir una estructura conceptual metodológica que tiene por pivote un ejercicio de optimización restringida[15] como expresión de este supuesto del carácter racional como opimizante del átomo individual de la sociedad (individualismo metodológico).
2.2. Epistemología de la Teoría Neoclásica, TNC
La TNC es bien peculiar epistemológicamente hablando: es una forma de idealismo berkelyano (el ser de las cosas es su ser modeladas), de realismo ingenuo (conoce tan bien que predice consecuencias de shocks[16]) y de instrumentalismo (funciona); y se proclama parte dela tradición empírico analítica pero poco tiene de positivista (no parte de observaciones sino de postulados y axiomas), conservando además la pretensión de explicar de la ciencia prenewtoniana. Formalizando se encuadra en el proyecto de la ciencia moderna marcado por Newton, pero desconoce la ignorancia reconocida por éste quien, aunque desplazó el enfoque mecanicista de Descartes no pudo reemplazarlo con una explicación de la acción a distancia[17]. Mientras que los físicos declaran su ignorancia sobre su objeto reconociendo que una enorme proporción del universo no es entendible con su aparato conceptual, los economistas operan como si sus modelos agotaran la realidad social. Cuatro ejemplos bastan para ilustrar la imposición de ellos sobre ésta y sus consecuencias:
1º La forma como la profesión vivía en negación de que pudiera haber desempleo (¡en la gran depresión!) porque según el modelo ortodoxo este era imposible. Se necesitó que Keynes, después de abandonar método y supuestos de ese modelo (lo que le valió el reproche de Lucas por claudicar estos para ganar realismo), en lo que puede considerarse un viraje al realismo (para él, la consideración de las instituciones sociales), propone una alternativa en la cual el empleo y la inversión están determinadas por la demanda y no por procesos opmimizantes en los mercados de trabajo y de ahorro. Un viraje que influyó determinantemente en los economistas keynesianos (Robinson, Kaldor), postkeyneisanos (Harcourt, Kregerl Eichner) con su énfasis en regularidades o hechos estilizados observados en su contexto social[18].
2º La forma como asumen contra toda evidencia que el ahorro es cuasi automáticamente igual a la inversión[19] cuando, por muchas razones, no es tan simple como lo sugieren los modelos macroeconómicos y de crecimiento que arrancan del supuesto de que son idénticos. El ajuste de la teoría de los fondos prestables no tiene lugar pues la tasa de interés es un fenómeno puramente monetario y no el resultado real de decisiones de ahorrar. La sola consideración de un grado de monetización y financializacion que ni siquiera Keynes preveía (infinidad de capas de activos que en realidad no pasan de ser rubros contables que de ninguna manera se relacionan con la demanda por liquidez), muestra que el nexo entre el ahorro y el crédito (los cuales confunden) está roto conceptual e históricamente[20]. Dicha falacia, que parte de confundir crédito con ahorro, resulta un expediente muy cómodo para descartar los problemas más interesantes de la macroeconomía, especialmente la del desarrollo, en los cuales se concentra la perspectiva postkeynesiana-estructuralista: los ajustes del ahorro, que tienen lugar a la Keynes mediante aumentos en el ingreso y a la Kalecki-Kaldor en la distribución del ingreso, enfrenta rigideces y cuellos de botella que los bloquean o retrasan.
3º La forma como después de asumir supuestos heroicos para garantizar el funcionamiento de los mercados atribuir a este funcionamiento la capacidad de como resultado de los procesos optimizadores de los átomos consumidores y productores, conducir a un equilibrio competitivo que es un óptimo paretiano:[21] Imperfecciones en los mercados, asimetrías informativas, ausencia de mercados completos para toda contingencia, restricciones financieras, todo lo que caracteriza a una economía capitalista de mercado, todo esto tiene que ser excluido por los supuestos necesarios para obtener estos dos teoremas[22] (de manera que la teoría lo que en realidad muestra es la extrema heroicidad de esos supuestos).
4º La forma como reforma financiera tras reforma financiera conduce a crisis pavorosamente costosas para todos (ej. 2008-9 en adelante) excepto los banqueros, quienes las causan con sus maniobras especulativas, resultado de las desregulaciones de su actividad, porque los análisis de la financiación no dan una consideración adecuada a la forma como se acumula el riesgo en el sistema financiero; resultado de que según esos modelos esas maniobras permitidas por las desregulaciones lo que hacen es diversificar el riesgo y asignar más eficientemente los recursos.
El idealismo se torna en realismo ingenuo con la confianza de que los modelos reflejan la realidad al punto de recomendarse políticas sobre la base de instrumentos que lo que único que hacen es mostrar la plausibilidad lógica de unas relaciones formales, pero no representan la realidad misma. Esta forma de idealismo tornado en realismo ingenuo retrocede 250 años a la pretensión prekantiana y prenewetoniana de explicar el noumen (más allá del fenómeno), la realidad económica en sí misma, si bien reducida a un conjunto de relaciones formales. Por otra parte, aunque en una primera aproximación parecería que se trata de una aplicación del positivismo lógico, desaparece totalmente la observación empírica que da lugar al proceso cognitivo y se encierra en un apriorismo absoluto centrado en axiomas corolarios y sus implicaciones lógico-matemáticas [23].
El núcleo del problema se puede apreciar en[24]: las discusiones sobre la posición de Friedman en su famoso artículo The Methodology of positive economics; en la crítica de Lucas a Keynes por realista; en el restrictivo concepto de racionalidad ; en la confusión entre economía positiva y normativa; en la furiosa resistencia a la competencia monopolística y los RC; y en la formo como una propuesta en gran medida ideológica reclama independencia de juicios morales y mistifica la realidad social.
Brevemente: La postura de Friedman de no preocuparse por el realismo de los supuestos sino por el de las conclusiones fue duramente criticada por neoclásicos como Koopmans y Samuelson y por La Sra Robinson, el segundo señalando al cherry picking de los supuestos, criticando el instrumentalismo de Friedman desde su descriptivismo[25]. Keynes, para quien la distinción entre economía normativa y positiva es ficticia, se concentró en las expectativas de los agentes y su modificación sobre la base de explicaciones conductuales e institucionales, inferidas como regularidades empíricas, y así mereció una dura crítica de Lucas por abandonar la racionalidad ortodoxa cediendo al facilismo realista. Sobre el problema de la racionalidad individual sobre la que se construyen los modelos, se ha señalado de que se trata de una racionalidad limitada (Simon) y destacando lo común de decisiones irracionales que no maximizan ni la utilidad ni el bienestar (behavioural economics); aunque por otra parte debe reconocerse que algún supuesto sobre la regularidad de la conducta de los agentes económicos es necesario para poder desarrollar las teorías. Sobre la supuesta exclusión de juicios morales por la TNC, la distinción positivo-normativo que es eliminada por el salto acrobático de lo segundo a lo primero[26], surgen dos críticas: una epistemológica, consistente con el argumento desarrollado, de que desde la misma pregunta y los supuestos para responderla, los juicios de valor están imbricados en la investigación económica, brillantemente desarrollada en economía por las críticas del positivismo de Myrdal y Robinson; y la otra la marxista de la economía que muestra como conceptos claves de la teoría reifican relaciones sociales disolviendo los intereses y conflictos de clase, revelando así su carácter apologético del capitalismo. Y en cuanto a la encarnizada resistencia inicial al desarrollo de los modelos de competencia monopolística y RC, ella denota el temor a que un enfoque menos irreal desplazara a la idealización de la competencia perfecta, con la consecuencia de cuestionar los teoremas sobre equilibrio competitivo y optimalidad paretiana de éste.
Lejos de la neutralidad valorativa pretendida por el positivismo los nexos con la política son evidentes en dos sentidos o a dos niveles: a nivel de la sociedad se toman decisiones que pauperizan a millones de personas con base al modelo ortodoxo[27]; y a nivel de la academia se instaura una hegemonía excluyente de toda otra forma de explicación económica sobre la base de barreras a la entrada en términos de elegancia y la sofisticación matemáticas como criterio de cientificidad, una mistificación de las matemáticas criticada duramente entre otros por Taylor[28] por su uso como un instrumento de poder. Sobresale en ese sentido el criticismo de la teoría critica, desarrollada por la escuela de Frankfurt, al desconocimiento del nexo entre conocimiento e interés (Adorno) y entre ciencia y razón instrumental (Horkheimer), pivote fundamental del positivismo en ciencias sociales[29]
A este idealismo berkelyano/realismo ingenuo/positivismo axiomático se opone un realismo crítico, cuyo análisis parte no de una axiomática sino de hechos estilizados, de regularidades relevantes, para construir modelos que toman en consideración la posición de los agentes en la estructura social (critico). En esta dirección Kaldor y los postkeynesianos han regresado al enfoque clásico según el cual desentrañar las causas de la riqueza de las naciones (la acumulación de capital) requiere poner al centro del análisis la relación de esta con la distribución del ingreso, rota con la extinción de la categoría de excedente por la teoría de la productividad marginal. Mientras la puja distributiva es central en el primer análisis, la visión de armonía social que articula la emergente TNC desplaza el problema distributivo de lo social a lo tecnológico (cada cual se va para su casa contento habiendo recibido la derivada parcial de la función de producción). Si todos estamos mejor gracias al mercado y todos recibimos nuestra contribución al proceso productivo, la intención apologética frente a Marx blinda al sistema capitalista de críticas de despistados revolucionarios. Aunque en realidad esta respuesta de la economía ortodoxa tuvo dos vertientes: la marginalista axiomática de Menger y Walras referida; y la austriaca de discípulos de primero von Böhm-Bawerk y von Mises y posteriormente Hayek, quienes enfrentaron a Marx con una importante teoría del capital que enfatizaba el tiempo del proceso productivo con su complexificación y prolongación (roundabutness) [30].
2.3. La praxis: políticas y formación de economistas
Se considera para terminar la practica social de la TNC (en términos políticos[31] y académicos[32]) por los economistas entrenados en ella, cuya dimensión apologética ideológica se traduce en la propuesta neoliberal. Aclarando que, desde luego, no todo economista NC es neoliberal (aunque si todo economista neoliberal es un regular NC)[33]: y que no se necesita ser neoliberal para enfatizar el poder del mecanismo de mercado para generar prosperidad y progreso, para reconocer la importancia en esta dirección de la competencia y de los incentivos que el provee para los incrementos en la productividad (descenso de los precios) y la innovación motivados por la presión de la competencia y la búsqueda empresarial de los beneficios.
Por neoliberalismo se entienden varias cosas[34], las cuales tienen en común la idea de que el mercado es el principio organizador de la economía (en sus versiones menos fundamentalistas) y de la sociedad (en las más fundamentalistas). La idea obvia de que el mecanismo de mercado permite el funcionamiento económico, al transmitir información a los participantes coordinando así sus múltiples acciones descentralizadas[35], es convertida en una fetichizarían del mercado como el único mecanismo para alcanzar toda forma de coordinación (no solo económica sino también social) gracias a su carácter omnisciente, omnipresente y omnipotente. Libertad es una política que adopta competencia, mercados y precios como sus principios ordenadores y toda interferencia estatal que afecte esta libertad pone a la sociedad en el camino de la servidumbre: la competencia es el único principio organizador legítimo para la actividad humana[36].
Pero el neoliberalismo como ideología fundamentalista de mercado está basado en una versión muy primitiva obsoleta, sin imperfecciones de mercado y otros comunes fenómenos como rendimientos crecientes y economías de coordinación, mercados incompletos y asimetrías informativas. Casos en los cuales una severa desalineación de lo que beneficia a la sociedad y lo que beneficia al individuo, erosiona la validez del postulado neoliberal que (siguiendo una interpretación de Smith) ve el mercado como capaz de conciliar el interés privado y el interés social. Son fallas de mercado protuberantes que permiten entender en qué consiste la falla de coordinación (y la gravedad de que la política la resuelva) en situaciones como la elección de tecnología en condiciones de externalidades extendidas y difusas, y complementariedades entre decisiones de inversión que determinan sinergias entre los proyectos. Dada la mencionada irrelevancia de los supuestos necesarios, que establecen las condiciones para que este sea el óptimo paretiano la maximización del bienestar social se reduce a una situación cuya existencia resulta en realidad algo descabellada: el mercado en general falla y esta falla de mercado no es la excepción sino la generalidad[37]. Es común pues y no excepcional que las fallas de mercado desalineen los incentivos privados de los sociales al punto de que el sistema de mercado no funciona como lo presumen los neoliberales siguiendo a A Smith. Y desconocer así la gravedad y la abundancia de falla de mercado y la necesidad de su compensación regulatoria es muy mala economía. Como dice Stiglitz, el fundamentalismo del mercado neoliberal siempre fue una doctrina política que sirvió a ciertos intereses, nunca fue apoyado por la teoría económica.
La fundamentación en teoría económica de la cual se ufanan los neoliberales consiste esencialmente en dos elementos: la reiterada optimalidad paretiana del equilibrio general competitivo formalizando la mano invisible de A Smith la idea genial de la mano invisible que acertadamente captó la esencia del mecanismo de mercado en el capitalismo poniendo en movimiento el análisis de éste en la ciencia económica; y el poder de los mercados como mecanismo eficiente de coordinación económica y social. La primera es un desarrollo analítico de la idea de que el mercado hace posible que agentes interactuando cada cual buscando su propio beneficio sean coordinados por el mercado para beneficio de todos[38]. Y la segunda es la idea desarrollada por los economistas de Chicago (incluyendo a Hayek) de que el mercado no solamente permite coordinar a) decisiones de agentes con conocimiento descentralizado sino también su libre funcionamiento constituye una condición de libertad que es erosionada con cualquier intervención.
El sentido de la primera idea resulta claro en los horrores de la implosión del comunismo en Europa del Este el colapso económico de Cuba y Corea Norte, suficientes para mostrar la importancia de los incentivos de mercado. El mercado es una innovación institucional de la importancia del fuego, la rueda, la imprenta, el parlamento, la democracia liberal, el internet; y el capitalismo es una fuerza cuya dinámica ha sacado de la pobreza a billones de personas. No se ha descubierto un mejor mecanismo de coordinación económica que el mercado (no es sino considerar la catástrofe de la planificación socialista); ni otra forma más eficiente de generar prosperidad que el capitalismo (no es sino considerar la forma de L invertida que tienen las curvas históricas de productividad e ingreso, o la explosión del crecimiento en China). Aunque, por otra parte, entre las varias instancias de desconocimiento de la falla de mercado que erosionan los resultados atribuidos al mercado una es especialmente significativa pues se trata del núcleo del proceso de crecimiento: los RC que no solamente resultan naturalmente en competencia imperfecta, sino que derrumban muchos resultados de la economía ortodoxa que fundamentan la postura anti-intervencionista. Como los RC perturbaban la demostración de la existencia y optimallidad paretiana del equilibrio competitivo, este fenómeno tan fundamental, no existió por décadas. En realidad, la histórica negación por los economistas de los RC es tan absurda como la negación actual de la falla de mercado por los economistas neoliberales, y ambas negaciones están ligadas por el mencionado hecho de que los RC paran en la cabeza la mayoría de los resultados de la economía ortodoxa en contra de la intervención.
A su vez la segunda es una forma de fundamentalismo ideológico (el demiurgo Hayekiano que organiza todo el funcionamiento social) el cual implícitamente es asumido por buena parte de los economistas y políticos que creen que el mercado es la panacea, desconociendo o considerando ubicuas las fallas de los mercados y la consiguiente necesidad de compensarlas institucionalmente, cuando estos fallan severamente y dejados a su propia dinámica, sin control regulatorio ninguno, generan catástrofes como las mencionadas y concentran sus beneficios y sus costos en los más ricos y en los más pobres, respectivamente.[39].
Una última consideración[40] sobre el dogmatismo que genera una heurística y una pedagogía de la economía totalmente basada y centrada exclusivamente en el individualismo metodológico con su el idealismo ingenuo y su visión de la realidad social como atomística (a la vez que armónica) en la cual estos átomos individuales flotan en un espacio vacío sin estructuras sociales e instituciones. Este enfoque acrítico que da por supuesto la respuesta a la pregunta kantiana por las condiciones de posibilidad categoriales del conocimiento económico, y desprecia arrogantemente la consideración de los diferentes paradigmas en economía, conduce un empoderamiento de los graduandos que en su carrerismo compiten no en la capacidad para resolver problemas sino en la de formalizarlos elegantemente[41].
La hegemonía ideológica y académica de la TNC significa que los economistas son formados en una epistemología que ajusta el problema y adapta el objeto al método y a las categorías de ella, sin el menor contacto con paradigmas alternativos que buscan ajustar el método y las categorías al problema y el objeto, ejemplo de los cuales es la EPPE. Desde luego, no se trata de cuestionar la modelación como método de la ciencia económica: como forma de abstracción que define en forma rigurosa supuestos y relaciones, ella es fundamental. Modelación y abstracción son necesarias para avanzar un argumento en economía, el problema es el criterio de abstracción excluyendo características centrales mediante supuestos que conducen axiomáticamente a los resultados esperados. Se trata de cuestionar su uso idealista, de manera que en lugar de ver en un modelo una ilustración de la plausibilidad formal de un argumento se lo confunde con la realidad que esquematiza en un discurso que olvida los supuestos que fueron necesarios para derivar esas conclusiones de manera que, en oportunidades, se deducen implicaciones y recomiendan políticas cuya relevancia requiere de supuestos heroicos (el caso de la los argumentos basados en la optimalidad del equilibrio competitivo)[42].
Que los economistas hagan recomendaciones de política inadecuadas a las realidades que pretenden afectar o que las realidades de la economía los sorprendan desprevenidos como sucedió con la crisis del 2008-9 es el resultado de una heurística y de una pedagogía de la economía en la que el deductivismo formalista impone el método al problema y constituye el objeto en términos de las categorías determinadas por consistencia formal y no por la naturaleza del problema o por relevancia. Una heurística y una pedagogía alternativas, que implicaran un enfoque realista como el propuesto por Kaldor, según el cual la teoría no se deduce axiomáticamente, sino que se construye sobre la base de los hechos estilizados fundamentales, aproximación que dio lugar a su rescate de los RC dinámicos de Smith-Young, equiparía mejor los futuros economistas para entender los problemas del desarrollo y proponer soluciones a ellos. Desde luego una heurística y una pedagogía en un realismo crítico en economía no implican eliminación de la abstracción en el sentido de que con el fin de lograr articular los factores determinantes en un proceso es necesario hacer caso omiso de la complejidad de infinidad de detalles secundarios. El problema no está en el nivel de abstracción (el cual es inevitable) sino en el criterio de abstracción en el sentido de que los supuestos simplificadores conserven la naturaleza del problema y permitan abordar las preguntas relevantes.
Y para terminar vale la pena recordar que en ciencia no caben las excomuniones, pues ella avanza por competencia entre paradigmas, todos con limitaciones. La crítica a la TNC aquí desarrollada no implica que para algunos problemas. ej. asignación de recursos y equilibrios en algunos mercados que, si son competitivos, ella no sea la opción adecuada. Visto así la economía ofrece una caja de herramientas (Robinson) y lo importante es usar el instrumento adecuado para el problema en cuestión.
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Aunque es muy difícil dar con un nivel de la presentación de argumentos complejos en filosofía y en economía que atienda a la vez a las expectativas de expertos y principiantes en ambas áreas, espero haber dado con un balance que en alguna media responda a las de ambos, aclarando que este es un tema de una enorme complejidad intratable en el espacio posible de esta publicación a la profundidad que requiere. El lector interesado podría mirar los libros de Lange, Blaug, Sen Lawson (no aconsejable si no se cuenta con tiempo y paciencia), y Dasgupta y contribuciones de los autores mencionados en el aparte sobre debates ilustrativos. En particular, Kaldor y Robinson en numerosos escritos criticaron la metodología de equilibrio y el tratamiento (mejor, falta de) del tiempo; y en una dirección similar Arthur sobre la economía como un sistema complejo en permanente evolución.
En algunos apartes se toman segmentos de estos trabajos previos: Ética y Economía una relación simbiótica. U Javeriana 1993; De la ficción a la realidad: rendimientos crecientes, divergencia, concentración y exclusión. Economía Política: Regulación e Informalidad. ACCE. 2018, La crisis del Neoliberalismo. Revista Sur. Marzo 2020.
Agradezco a F Sierra por sus comentarios sobre la introducción epistemológica
[1] Teoría neoclásica. Se descarta para no complicar la exposición la diferenciación entre TNC tradicional y TNC critica, esta última (Stiglitz, Krugman, y otros neo keynesianos como Romer) corrigiendo varios de los elementos criticados
[2] Economía política pos keynesiana estructuralista. Estas dos últimas aproximaciones convergen en señalar a las complejidades del ajuste macroeconómico que los NC barren bajo la alfombra. La primera siguiendo a Keynes en la determinancia de la demanda y de la inversión y en la importancia de las rigideces de precios y salarios; la segunda considerando los cuellos de botella propios (pero no exclusivos) de los países en desarrollo destacando el de cambio externo (restricción de balanza de pagos). En adelante se usará este acrónimo para denominar enfoques que desde los Clásicos a post y neo keynesianos (quienes aplican métodos neoclásicos para obtener resultados keynesianos)
[3] La magnitud de ese avance como solución al problema cartesiano se aprecia por ej. en las acrobacias de Husserl en su intento de resolverlo conciliando su vuelta a las cosas mismas con su reducción fenomenológica.
[4] Trascendental en Kant se refiere a las condiciones de posibilidad, en el sujeto cognoscente al que se vuelve el método trascendental, del conocimiento humano.
[5] El realismo de Aristóteles-Tomas es desplazado por el idealismo trascendental; y lo objetivo fruto de la intelección y el juicio basados en la experiencia, por el objeto trascendental (subsumido en las categorías mediante el esquematismo del entendimiento).
[6] Según esta aproximación realista, puestas en acto estas actividades, ponen en acto a sus correspondientes referentes intencionales
[7] Aristotélica (formal, material, eficiente, final), reformulando matemática y experimentalmente las causas material y eficiente.
[8] Derrumbó el determinismo mecanicista, pero (a pesar del mismo Newton) no lo reemplaza.
[9] Hubo claro reacciones en la filosofía continental y en las llamadas ciencias humanas a la francesa, una de las cuales, el postmodernismo, cuestiona la ciencia misma en su validez universal en un proceso que los conduce a negar la racionalidad de la modernidad, un escepticismo de otra índole (nihilista) al de la ciencia moderna.
[10] Una aclaración inicial: criticar al mercado como mecanismo incompleto de coordinación social, al capitalismo como sistema económico intrínsecamente generador de desigualdad y a la TNC por sus vicios epistemológicos, no implica desconocer la importancia de los dos primeros cruciales elementos en la sociedad, y la contribución de esta última. El mercado es quizás, con el estado, la más importante de las instrucciones sociales desarrolladas por la humanidad, la cual ha contribuido a su bienestar desde al menos los bazares persas 3000BC (trueque desde tiempos inmemoriales) y desde que hace 10 siglos empezaron a ser regulados en Europa en forma tal de permitir y fomentar su funcionamiento (los mercados surgieron con sus instituciones regulatorias: de nuevo Polanyi). Y si alguien tiene duda de la capacidad del capitalismo para generar riqueza y bienestar, simplemente considere la L invertida de la gráfica del ingreso y su explosión exponencial a partir de la revolución industrial, y la forma como el capitalismo en China (desde luego coordinado por el estado) ha logrado el milagro económico más grande de la historia de la humanidad en materia de extracción de masas de población de la pobreza. El problema está en la creencia de que el mercado por sí mismo sin apoyo regulatorio (una quimera como lo mostro Polanyi) puede coordinar la acción social en forma de generar crecimiento, y menos aún crecimiento inclusivo (logrado por (China y los campeones del Noreste Asiático gracias a ese apoyo). Finalmente, con todo y su carácter apologético y sus limitaciones epistemológicas y conceptuales la TNC constituye un avance científico de gran importancia, el problema es absolutización como única forma legítima de análisis económico al costo de la exclusión de la academia de enfoques alternativos realistas críticos.
[11] Etica y economía: una relación simbiótica.
[12] Mientras que la economía política marxista piensa de la sociedad capitalista en términos de esa contradicción entre capitalista y asalariados, la economía neoclásica la atomiza en sujetos individuales, consumidores y productores, cuyo esfuerzo por maximizar su satisfacción y sus beneficios resultan armonizado por el mercado. El sujeto económico aparece aquí como este individuo soberano en su relación con los bienes escasos, cuya desarticulación de las relaciones sociales estructurantes de la sociedad capitalista se intentan superar mediante la introducción de las relaciones de intercambio.
[13] Aunque tampoco califica como matemáticas aplicadas en el sentido de Russel (el Pater familias de la tradición empírico analítica), porque a diferencia de las puras, en las aplicadas si cuenta el realismo de los supuestos.
[14] El estructuralismo destaca las restricciones macroeconómicas que constriñen la fluidez de ajustes dados por supuestos por la TNC, atendiendo como los postkeynesianos a las estructuras económicas y al lugar ocupado por los agentes en ellas. Aunque tuvo sus orígenes en LAmérica su más connotado exponente es Lance Taylor.
[15] Mediante lagrangianos o hamiltonianos que incluyen la función objetivo y la restricción, una variedad de ejercicios parten del proceso de maximización así expresado.
[16] Prescott proclama que con sus modelos macro dinámicos la economía ha alcanzado el status de una ciencia dura (capaz de hacer predicciones cuantitativas)
[17] No preveía que la física evolucionaria a conceptos que consideraría cuasi místicos como los fields.
[18] Y neo keynesianos (Stigllitz, Romer, Krugman), quienes desarrollaron las bases microeconómicas para esas observaciones.
[19] Gracias a que en el mercado de fondos prestables la tasa de interés despeja oferta y demanda.
[20] Salvo en esa visión de planeador, sin sobresaltos, conflictos o rigideces incomodas para el funcionamiento del modelo. Pero lo grave es que la lectura neoliberal del postulado NC de equilibrio macroeconómico por decreto se presta para horrores como los que subyacen las reformas tributarias de Carrasquilla: prebendas tributarias inefectivas a los empresarios para que supuestamente inviertan, o concentración de los impuestos en los indirectos extendiendo el IVA de manera de concentrar más el ingreso, lo cual supuestamente beneficiara a los pobres cuando los mayores ingresos de los más ricos se filtren (trickle down economics (https://www.portafolio.co/opinion/ricardo-chica/reforma-sin-fundamentos-ideologicos-549057)
[21] Por Vilfredo Pareto, genio italiano (llamado por Popper el teórico del totalitarismo) el perfecto economista matemático neoclásico ultra liberal filo fascista, quien enuncio esta noción de eficiencia como la situación en la cual la sociedad ha alcanzado la máxima satisfacción en tanto no es posible mejorar la situación de un agente sin deteriorar la de otro. Así, el primer teorema de la economía del bienestar afirma que todo equilibrio competitivo walrasiano es eficiente en este sentido de Pareto; y el segundo que cualquier optimo paretiano es obtenible de un tal equilibrio. Como en Leibniz, el mercado nos conduce al mejor de los mundos posibles.
[22] Como no tienen imperfecciones los mercados funcionan perfectamente.
[23] Si al núcleo de estas relaciones haya un ejercicio de optimización al cual se reduce la conducta de los agentes, el ejercicio gana el estatus de ciencia (en contra de la mencionada posición de Russell en el sentido de que mientras en las matemáticas puras no cuenta el realismo de los supuestos, en las aplicadas sí).
[24] Por falta de espacio solamente se listan estas importantes polémicas, animando al lector interesado a leer sobre ellas con el fin de captar la abundancia de cuestionamientos al método y conceptos de la TNC.
[25] En realidad, ambos son formas de la renuncia a explicar la realidad porque lo que cuanta es, o bien correlaciones en un modelo que funcione para un problema en abstracto de su realidad o verdad, o bien obtener la mejor en la competencia de descripciones.
[26] Partiendo de un análisis de optimización cuyo resultado expresa lo que debe hacer el agente se salta acrobáticamente de lo normativo a lo positivo extrayendo consecuencias de que así efectivamente es.
[27] Con la ventaja para los economistas de ultraderecha, de que siempre caen parados (Greenspan, Summers, Carrasquilla)
[28] Quien destaca como los instrumentos de programación dinámica usados en los modelos estructuralistas de Chenery no pueden considerarse menos que los de cálculo de variaciones y control optimo usados en los modelos de crecimiento NC.
[29] Similarmente, en economía, Lawson adelanta un argumento realista: se trata de observar la relación entre causa y efecto dándole significado al ubicar las relaciones causales en el nivel de los eventos, considerando su mecanismo generativo, siendo que la agencia humana es posible gracias a las estructuras sociales que requieren la reproducción de precondiciones de posicionamiento social (cualquier sistema social crea roles). Por otro lado, la aplicación universal de los métodos formalistas con sus presupuestos implícitos (apenas examinados y sin fundamento) presupone que el mundo social está determinado, siendo el formalismo ubicuo el único método apropiado y universalmente válido de la economía moderna (prohíbiendose toda alternativa).
[30] Los dos últimos enfrentando a los socialistas (O Lange, A Lerner y M Dobb) en el famoso debate de socialist calculations, sobre como operaba la ley del valor en el sistema socialista y si este era o no inferior al capitalista en la eficiencia de la asignación de recursos.
[31] La crisis del Neoliberalismo
[32] De la ficción a la realidad: rendimientos crecientes
[33] En términos lógicos: ser neoclásico es condición necesaria pero no suficiente de ser neoliberal.
[34] Así, se consideran neoliberalismo: 1) el conjunto de políticas basadas en la idea de que en todos los aspectos de la economía es necesario maximizar el uso del mercado y minimizar (eliminar) la intervención estatal, tal como el paquete de reformas implementadas en Latinoamérica que fueron reunidas en el decálogo del consenso de Washington (lo correcto para los organismos internacionales basados allá). 2) La idea subyacente de que mientras la falla de mercado (como mecanismo de coordinación) es muy excepcional (inexistente) la del estado es omnipresente; 3) la inspiración de la reacción conservadora al keynesianismo al entrar éste en crisis a finales de los 70, la cual tuvo sus raíces en el pensamiento de algunos economistas (Viner, Knight ) y filósofos políticos (Hayek) desarrollado simultáneamente con el keynesianismo (de la depresión a la postguerra ) que entonces perdieron el debate con éste, para después buscar retribución con las crisis de los 70 que puso fin a la era de crecimiento keynesiano. 4) La radicalización del fundamentalismo de mercado por Hayek y por economistas de Chicago (como Coase) quienes ven en el mercado, por un lado, una mente superior que resuelve no solo todos los problemas de coordinación económica sino también social ( limitaciones de las instituciones y procedencia de estas de un proceso de optimización paretiana); y por el otro, el contenido y el sentido de la libertad humana realizada por el mercado y toda interferencia en este como camino a la servidumbre de la dominación dictatorial.
[35] El mercado es el mecanismo de coordinación económica por excelencia, pero no es perfecto. Como bien lo dicen los laboristas, es un muy buen siervo, pero es un pésimo amo.
[36] Entonces, dado que el empresario responde a los incentivos de mercado concentrándose exclusivamente en la rentabilidad del corto plazo como agente de los accionistas (su única función social: Friedman) sin consideración alguna por la sostenibilidad de largo plazo o cualquier otro aspecto de bienestar social, limitarse al funcionamiento desregulado del mercado significa que la rentabilidad privada de corto plazo se privilegia como objetivo de la política económica por encima de cualquier otra consideración social. Reformas tributarias que transfieren recursos del trabajo al capital (como la Ley de crecimiento de Carrasquilla) y privatización sin regulación que genera baja inversión y concentración en maximización de beneficios y reducción de costos a expensas de la calidad del servicio, son ejemplos. Esta exclusiva concentración en el corto plazo lleva una miopía frente a posibilidades de crecimiento gracias a la innovación y los efectos de largo plazo (ambientales y sociales) de su gestión, como a la acumulación de capital humano mediante capacitación (que una extrema liberalización y flexibilización laboral desanima).
[37] Como se ha insistido, el mercado no optimiza el bienestar social en condiciones tan comunes como competencia imperfecta (estructuras de mercado más frecuentes como la competencia monopolística y el oligopolio), o externalidades, o asimetrías informativas, o RC dinámicos. (por externalidades, bienes públicos, mercados imperfectos, economías de coordinación y complementariedades)
[38] En su formalización moderna del equilibrio se demuestra con matemáticas avanzadas que el equilibrio general competitivo resultado de la coordinación de decisiones descentralizadas por el mercado es la mejor asignación posible de los recursos. El asunto es, sin embargo que esta demostración puede considerase en realidad una elucidación del conjunto alucinante de supuestos que son necesarios para obtener ese resultado: mercados completos (para todo en toda futura contingencia), competitivos (ausencia de estructuras no competitivas generalizadas: monopolio, competencia monopolística oligopolio); completa información de todos los agentes (ausencia de asimetrías informativas); así como inexistencia de externalidades, RC, economías de coordinación y complementariedades. O sea, de los mecanismo más importantes que dan cuenta del crecimiento.
[39] Desde luego, un neoclásico critico calificaría el neoliberalismo como una mala aplicación de la teoría económica. Esta ha avanzado en la dirección realista de introducir imperfecciones y rigideces, así como el importante fenómeno, ligado con las primeras, de los RC. Algunos de estos modelos fueron el resultado de usar el método neoclásico de la fundamentación microeconómica (racionalidad individual) para mostrar, bajo esas condiciones, resultados keynesianos. Otros han introducido competencia monopolística y RC en modelos de equilibrio general de crecimiento. Otros, asumen circular causation y RC para producir concentración y brechas regionales. Todos ellos implican que intervenciones de política pueden llevar a la economía de un equilibrio inferior (trampa de pobreza) a uno superior. Caso ilustrativo de estos neoclásicos críticos es Stiglitz quien produjo con Dixit un modelo de equilibrio general con competencia monopolística y rendimientos crecientes que abrió el camino para varias familias de modelos incluidos los de crecimiento endógeno.
[40] De la ficción a la realidad: rendimientos crecientes, divergencia, concentración y exclusión.
[41] Olvidándose la forma como los paradigmas se suceden como modas en economía de manera que las ideas que dan status en la profesión cambian con la nueva ortodoxia.
[42] El irrealismo de los supuestos ya mencionados, junto con los otros tres casos mencionados de imposición de los modelos a la realidad, ilustra la arrogancia idealista que confunde modelo con proceso. Así se extiende la confusión entre plausibilidad formal y realidad, así como una visión del test empírico según la cual esta prueba en vez de fracasar en falsificar otorgando así una plausibilidad empírica provisional (Popper), demuestra.
Bibliografía
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Chica, R. (1994). Ética y Economía: Una Relación Simbiótica, Revista Desarrollo y Sociedad, n.o 33 (1994): 47-62, https://doi.org/10.13043/dys.33.3.
(2018). De la ficción a la realidad: rendimientos crecientes, divergencia, concentración y exclusión. Economía política: regulación e informalidad. ACCE
(2020). La crisis del Neoliberalismo. Corporación Latinoamericana Sur. https://www.sur.org.co/la-crisis-del-neoliberalismo/.
(2021). Reforma tributaria sin fundamentos ideológicos. Portafolio.co. https://www.portafolio.co/opinion/ricardo-chica/reforma-sin-fundamentos-ideologicos-549057.
Dasgupta, P ( 2007). Economics: A Very Short Introduction. Cary, NC, Estados Unidos de América: Oxford University Press.
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Sen, A., 2004. Economic Methodology: Heterogeneity and Relevance, in Social Research: An International Quarterly, Vol. 71, No. 3, pp. 583-614.
Ricardo Chica
Foto tomada de: https://www.elcato.org/
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