El pacto bipartidista del Frente Nacional, solucionó la violencia entre las élites en el poder sin respuesta alguna para las necesidades económicas, sociales y políticas de los campesinos, estudiantes y trabajadores, todo por el contrario, la brecha social se ensanchó y nuestra democracia se convirtió en una herramienta o látigo para eliminar a los opositores, a quienes piensan diferente o simplemente a todos los que se atreven a reclamar sus derechos así sean constitucionales o legales. Gran parte de los firmantes de Acuerdos de Paz son víctimas de atentados, persecuciones, estigmatizaciones y a otros simplemente se les dio la paz de los sepulcros en una muestra inequívoca de los sectores dominantes de que no están dispuestos a ceder un ápice del poder político.
La insurgencia guerrillera en sus años de auge, por su marginalidad, no logró perturbar o preocupar siquiera a los sectores dominantes para obligarlos a realizar reformas y cambios en beneficio de la colectividad en la búsqueda del bien común. Estos últimos, optaron más bien, por crear y sustentar grupos armados paraestatales para exterminar a la oposición y al movimiento social e implementar modelo de desarrollo concentrador de la riqueza y el ingreso, incrementando el hambre, la pobreza, la miseria y debilitando nuestro precario sistema político democrático. Para mantener el control del poder no dudaron en aliarse con grupos emergentes ligados al narcotráfico, sin despeinarse ante los ríos sangre que recorren el país.
Hoy, el sector que ha capturado el poder político, recurre a todo tipo de trampas y mentiras, ataca la división de poderes, restringe aún más la democracia, implementa políticas para beneficiar a los grupos más poderosos nacionales y extranjeros, descarga sobre la población pobre y las clases medias las consecuencias de la crisis generada por la pandemia, representa un régimen de terror para la movilización popular y los derechos humanos, enemigo abierto de la paz y de cualquier reforma que mejore la calidad de vida de la población y por ende la convivencia, la corrupción galopante es el arma para someter al Congreso de la República y ganar adeptos para sus políticas, con un total desgobierno ante los problemas de la coyuntura generada por el Covid-19, sus propuestas de solución profundizan aún más la pobreza y la desigualdad.
El momento es apropiado y pertinente para generar cambios en la dirección del Estado, para establecer, concretar un nuevo bloque de poder con la capacidad y voluntad política para realizar las reformas y transformaciones que las grandes mayorías nacionales reclaman. Es el tiempo del cambio de modelo que garantice la vigencia plena de las libertades públicas, con políticas que permitan el goce efectivo de los derechos fundamentales desde el empoderamiento ciudadano, para que brille la democracia económica, social y política. El Estado, a través de sus políticas, como garante del bienestar colectivo y de la vida con dignidad, para lograr esta realidad es imprescindible, inaplazable que en las elecciones del 2022 construyamos fuertes lazos de UNIDAD, este es el único camino o senda que garantiza el cambio en la dirección del Estado colombiano. El país reclama sensatez, prudencia y compromiso de sus hombres y mujeres.
Si queremos ser poder, debemos despojarnos de toda pretensión personalista y de grupo, abandonar el sectarismo, la arrogancia y todo tipo de prejuicios que obstaculicen el desarrollo de un diálogo creativo, constructivo y esperanzador para todos los colombianos y colombianas. El país que soñamos y queremos es posible si nos UNIMOS los hombre y las mujeres de Colombia desde un programa de gobierno construido participativamente desde las regiones, para enfrentar el proyecto autoritario y antipopular del uribismo. En consecuencia, llamamos a todos los actores políticos; de Izquierda, Centro, Centro-izquierda, independientes, liberales, étnicos y sociales a asumir la UNIDAD como la mayor fortaleza que tenemos para hacer el cambio. SÓLO LA UNIDAD ALREDEDOR DE UNA CANDIDATURA PRESIDENCIAL ÚNICA, GARANTIZA LA VICTORIA. Desde la región Caribe clamamos por la UNIDAD, SÚMATE.
JESÚS BARRIOS ACOSTA RAFAEL MARRUGO MONTES FRANKILN DONADO BUELVAS GABRIEL GARRIDO ESCUDERO ALEJANDRINA PACHECO PEÑA GUSTAVO CAMACHO PIÑA FERNANDO MANJARREZ JOSÉ ABEL GARCÍA SANTIS NILS DE ÁVILA ELAINE MADERA TULIO BADEL AMAURY HERNÁNDEZ M JORGE ROMERO MANUEL VERGARA ORLANDO PATERNINA LAURIS BANQUET ROGER SIERRA SONIA FERNÁNDEZ JOSÉ ANGEL BOHORQUEZ SALVADOR VANEGAS ANTONIO CHAMORRO ADOLFO ROMERO ORLANDO PERALTA JORGE MERCADO HUMBERTO MIRANDA EDER FIGUEROA YESID URBIÑA JOSÉ MEZA HERAZO PEDRO FLÓREZ EDINSON ARRIETA OSCAR CONTRERAS NEYLA HERNÁNDEZ.
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