12 días antes, el presidente Piñera señalaba en un matutino de la televisión chilena que “en medio de esta América Latina convulsionada veamos a Chile, nuestro país es un verdadero oasis con una democracia estable, el país está creciendo, estamos creando 176 mil empleos al año, los salarios están mejorando”.
El 25 de octubre de 2019, se realiza la marcha más grande de Chile, que es catalogada tanto por autoridades nacionales como por la prensa internacional, como una “concentración pacífica” dentro del estallido social, en la que participaron más de 1,3 millones de personas solo en Santiago. Se calcula que en todo Chile participaron más de de 3 millones de personas.
El resultado de estas manifestaciones obligó al Gobierno de Chile a anunciar algunas medidas denominada “Nueva Agenda Social”, relacionadas con las pensiones, la salud, salarios y promueve una agenda de seguridad que incluye proyectos antivandalismo y de reconstrucción. El 15 de noviembre de 2019, un acuerdo transversal entre Gobierno y Congreso -donde se excluye a los movimientos sociales que han sido los principales actores de las manifestación-, y firmado por la mayoría de los partidos con representación, acuerdan convocar a un plebiscito nacional para abril de 2020, que es reprogramado para octubre, para definir si se redactaría una nueva Constitución Política y el mecanismo a utilizar.
El plebiscito de octubre dio el triunfo a la opción “Apruebo”, que significaba el cambio a la constitución ganando con un 78,28% de las preferencias y en cuanto al mecanismo para hacerlo, triunfo la opción Convención Constitucional con el 79% de los votos.
Hecho histórico
Los resultados de las elecciones de los días 15 y 16 de mayo de 2021, cuando los chilenos y extranjeros con derecho a voto, asistieron a ejercer su derecho a sufragar y elegir a sus representantes para la convención constitucional, gobernadores regionales, alcaldes y concejales, muchos sabían que estaban siendo parte de un hecho histórico. Para algunos, era un acto que podría cambiar la historia de los últimos 30 años y mandar a la basura una constitución heredada de la Dictadura de Augusto Pinochet.
Para los historiadores y principalmente para los pueblos originarios, era el hecho histórico más importante de los últimos 200 años, en el cual por primera vez podrían ser partícipes de un acontecimiento donde se les consideraba como sujetos con derechos. Como ciudadanos pertenecientes a pueblos originarios y por lo tanto, tendrán cabida con un número determinado de 17 constituyentes, de los distintos pueblos.
Por otra parte, será una constitución escrita con paridad de género, de los constituyentes electos 77 son mujeres y 78 son hombres. La edad promedio es de 45 años y el total de independientes son 104 (67%).
Según el académico y columnista Ernesto Águila, indica que estos resultados otorgan “la posibilidad real de redactar una Constitución que por un lado emancipe la soberanía popular y quite las trabas que han existido todos estos años a la voluntad popular”. Además sostuvo que lo sucedido “remueve desde los cimientos la política chilena en los últimos 30 años”. Y expresó que la derecha chilena vivió “una de las peores derrotas electorales en toda su historia”
Los resultados de las elecciones de este 15 y 16 de mayo, de algún modo consolidan el estallido social y lo que la ciudadanía expreso el 25 de octubre de 2020 en el plebiscito.
El nuevo estallido
El resultado de las elecciones es impactante, es un nuevo estallido, pero ahora electoral, sacude las raíces de la política chilena post dictadura, en los que se gobernó con un manejo gatopardista y con un Tribunal Constitucional, que ha sido el candado que ha permitido a la derecha vetar todas las transformaciones propuestas por los partidos de izquierda y el mundo progresista.
Este nuevo estallido se refleja en lo que es la nueva Convención Constitucional, la erupción de una nueva representación política. En este nuevo mandato que los votantes han elegido, la derecha y los representantes del modelo económico neoliberal, que trabajaron para obtener 1/3 de los constituyentes, es decir 52 cupos, solo llegaron a elegir 37 convencionales. Por lo tanto, la Convención podrá desarrollarse sin los peligros de las posiciones de veto a lo que aspiraban los sectores conservadores y neoliberales y no podrán aprovecharse del quórum de los 2/3 en la Convención.
La composición de la Convención Constitucional es la siguiente: Vamos por Chile –coalición de derecha que concentra a los partidos de gobierno e incluso uno de extrema derecha- eligen 37 convencionales. Después se posesiona Apruebo Dignidad, -conformado por el Partido Comunista, el Frente Amplio, Partido Comunes, Revolución Democrática, Partido Igualdad, Convergencia Social, Acción Humanista, Izquierda Libertaria y candidatos independientes- quienes obtuvieron 28 convencionales. Luego la Lista del Pueblo -compuesto por movimientos sociales- se instala con 27. En cuarto lugar está la Lista del Apruebo -aquí están los partidos de la ex concertación, Democracia Cristina, Socialista, partido por la Democracia, Partido radical, partido Progresista y Partido Liberal- con 25 convencionales. Los Independientes que participaron fuera de los pactos obtuvieron 10 convencionales, mientras que quienes estaban en la lista de Nueva Constitución alcanzaron 11 cupos. A esta cifra hay que sumar los 17 escaños reservados para los representantes de los pueblos originarios
La importancia de la izquierda y las fuerzas antineoliberales
Con todos los resultados ya confirmados y la composición de los convencionales electos, donde los representantes del modelo neoliberal no alcanzaron el tercio necesario, la nueva constitución se redactará sin el temido poder de veto de la derecha. La debilitada participación de la derecha con “Vamos por Chile” y el posicionamiento alcanzado por la lista del “Apruebo Dignidad”, como fuerza gravitante en la Convención Constitucional, deja en una disminuida posición a los partidos de la ex Concertación.
El temor de la derecha de que la nueva Constitución se comience a escribir sobre páginas en blanco, parece ser una realidad. Pero un pánico mayor les produce que esta será escrita por convencionales provenientes de sectores antineoliberales y de izquierda. Por lo tanto, las fuerzas más democráticas tienen la gran posibilidad de contar con los 2/3 que les permita redactar una Constitución que sea lo más representativa de lo que los chilenos vienen exigiendo en las calles desde mucho antes del estallido de octubre 2019
Un nuevo escenario, un nuevo país
Las elecciones del 15 y 16 de mayo es una historia que se sigue escribiendo y sus consecuencias dentro de la política nacional, no terminan de repercutir. Los resultados también incidirán en la elección de gobernadores en las 5 regiones donde deberán ir a una segunda vuelta.
El terremoto electoral ha sacudido principalmente al gobierno y los partidos de derecha, cuyos candidatos presidenciales estudian la manera de desvincularse de un gobernante con menos de un 10% de aprobación, algo nunca antes visto en la historia chilena.
Los resultados de la votación fue la manera que tuvo el pueblo de decirle al gobierno, a la gran mayoría de los congresistas, y a parte importante de los partidos políticos que no han sido capaces de entender la realidad en la que viven los chilenos. Que los cambios que se requieren no son cosméticos y que las reglas del modelo económico ya no pueden continuar ofendiendo de día y de noche los derechos y dignidad de todo un pueblo.
Por ahora Chile todavía es el mismo Estado, pero ya no es el mismo país. Chile ha cambiado y ya nadie lo pone en duda, el naipe político ahora se baraja sobre las ruinas de la coalición de gobierno y la ex Concertación. Como muestra de ello, este fin de semana, el pueblo de Chile, las fuerzas avanzadas y de izquierda han logrado otro triunfo histórico e impensado hasta hace muy poco. El partido Comunista que ha sido por años increpado y desprestigiado por los partidos llamados “tradicionales”, por primera vez una militante de sus filas, la joven Irací Hassler, gobernará la alcaldía de Santiago, la más emblemática del país.
Mauricio Osorio López
Foto tomada de: Viento Sur
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