1. La crisis del coronavirus viene a enmascarar la crisis económica internacional que desde 2018 venía siendo enmascarada.
2. Sólo un enmascaramiento explica hasta la víspera del estallido de la pandemia se afirmara la existencia de un ciclo de crecimiento económico de una duración verdaderamente inusitada: 2010 -2020.
3. Afirmación respaldada por unas estadísticas que sumando la llamada “industria financiera” con el resto de las industrias logran que el estancamiento efectivo de la producción industrial en los Estados Unidos y en el resto de las mayores economías occidentales quede compensado por el efectivo crecimiento estadístico de la actividad de la industria financiera. Digo estadístico, aunque podría decir “virtual” o “ficticio”, siguiendo a Marx.
4. La industria financiera arroja estos resultados positivos por varias razones. La primera: la compra y re compra sistemática de acciones y productos financieros que multiplica el volumen de su demanda, elevando continuamente su precio e incrementando los balances contables.
5. Estas operaciones especulativas son posibles gracias a la continua emisión de dinero por la Reserva Federal y el Banco Central Europeo a tasas de interés que son de hecho del 0% y en ocasiones se sitúan por debajo de ese umbral.
6. La devaluación de hecho del dólar y del euro, que se refleja en la elevación de la cotización del oro y de las materias primas, es neutralizada o contra restada por dos medios. El primero, el crecimiento de la deuda pública que, al incrementar la demanda de dichas divisas, permite cobrar tasas de interés que si son positivas.
7. El segundo: porque el dólar añade a este mecanismo de compensación su condición de moneda de reserva mundial en la que todavía se realizan la mayor parte de las transacciones comerciales y las operaciones financieras en el mundo. Este privilegio contribuye decisivamente a neutraliza los previsibles efectos devaluadores de sus continuas emisiones de billetes sin respaldo en el oro o en parejos crecimientos de la producción e intercambio de bienes materiales y de servicios distintos de los financieros.
8. El estancamiento de la producción industrial en Occidente se debe tanto al estancamiento de la demanda resultado de la continua reducción del porcentaje de los salarios en el reparto de la renta nacional como a la caída de la tasa de ganancia producida por la elevación de la composición orgánica de capital. (Informática, robotización, etcétera)
9. De ese estancamiento se han librado hasta ahora las mega empresas americanas: Google, Apple, Facebook, Amazon, por razones de tamaño, amplitud de mercado y de superioridad tecnológica.
10. Esta posición dominante en el mercado, que les garantiza beneficios extraordinarios con respecto al resto de los sectores industriales, es la que ha puesto en cuestión la irrupción de los gigantes chinos en ese mismo mercado. Especialmente con su tecnología 5G, que es técnicamente superior a la que disponen sus competidores americanos y se ofrece a mejores precios.
11. Pero esta no es la única amenaza que enfrenta la hegemonía del dólar y del sistema financiero internacional controlado por Occidente. La otra la representan los créditos blandos que China está ofreciendo a los países del Tercer mundo. E incluso a algunos del Primero, como es el caso de Italia. Esta operación rompe el régimen de oligopolio existente actualmente en este mercado y que es el que garantiza a los bancos occidentales unas tasas de interés de sus préstamos de deuda pública que compensan con creces la devaluación del dólar y del euro.
Carlos Jiménez
Fuente: https://www.alainet.org/es/articulo/212675
Foto tomada de: https://www.alainet.org/es/articulo/212675
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