La dicha les duró diez y siete meses, pues rompiendo los toques de queda y la manipulación de los medios masivos de comunicación, a partir de una convocatoria del Comité Nacional de Paro, el 28 de Abril, millones de personas en cabeza de la juventud se lanzaron a las calles en ciudades, campos y provincias en más de seiscientos municipios en una verdadera explosión ciudadana de una juventud sin perspectivas de futuro a la vez que sin miedo para enfrentar con palos o piedras a una fuerza pública bien resguardada, protegida y armada para matar, exigiendo soluciones a los problemas de supervivencia, al hambre, al desempleo, las dificultades de acceso a la educación, la mala atención en salud, pero también contra la corrupción de una clase política insaciable, criminal y mediocre que roba en bonanza o en emergencia, hasta la comida para los niños o los recursos de la pandemia.
Son ya cuarenta y siete días de movilización en las calles, pueblos y campos, sin par en la historia de Colombia pero cuyos objetivos esencialmente son la plena garantía por el ejercicio de derechos y por condiciones dignas de supervivencia y de empleo que no dejan de ser reclamaciones de carácter constitucional y legal, a diferencia de la estigmatización recurrente del Gobierno, sus partidos políticos en el poder y sus medios de comunicación masiva quienes dicen que detrás de esta explosión social existen socialistas, comunistas o subversivos, castrochavistas o rusos. Es que no pueden existir mayores subversivos que el hambre, el desempleo y la corrupción cuyos responsables son quienes por decenios han gobernado y concentrado niveles insaciables de riqueza e ingresos.
En medio de las movilizaciones se han presentado hechos de vandalismo, sin embargo, su origen es de dudosa procedencia pues se conocen videos en que algunos de esos llamados “vándalos”, después de apedrear establecimientos comerciales o saquearlos, corren y se refugian en la fuerza pública o en sus vehículos, por lo que conviene recordar que históricamente el fascismo ha generado hechos de terror para desfigurar la libre movilización ciudadana.
No obstante que los grandes medios han desarrollado una campaña sistemática de satanización contra las movilizaciones juveniles y ciudadanas atribuyéndoles los problemas de aumento de la pandemia y de la crisis económica, pareciera que la opinión ciudadana no ha comprado su anzuelo pues las encuestas indican que más del 75% comprenden y aprueban la protesta, y la mayoría rechaza los hechos de violencia.
Más allá de que los responsables de los hechos de violencia sean actores armados ilegales o vándalos a quienes sistemáticamente el Gobierno atribuye sus incompetencias, la pregunta de fondo es por qué se han fortalecido estos actores armados irregulares durante el presente Gobierno, inducido por el mismo Estado cuando en vez de cumplir los acuerdos de sustitución de cultivos de uso ilícito con los campesinos y comunales, los desplaza y persigue en sus territorios empujándolos a muchos de ellos a las actividades armadas.
Existen divisiones entre los protagonistas de las movilizaciones
Si bien a partir de una convocatoria del Comité Nacional de Paro se generó esta movilización social, es evidente que por su naturaleza y expresión diversa era imposible garantizar una dirección unificada, pues fue como una oportunidad que encontraron millones de colombianos en especial jóvenes para desahogar su inconformidad y su fuerza configurando un estallido imposible de conducir o controlar como maniqueamente ha exigido el Gobierno a los convocantes, como pretexto para negarse a negociar por lo menos las garantías a la protesta y el Pliego Nacional de Emergencia. A este estallido popular le falta mucho para convertirse en un verdadero movimiento nacional con claros derroteros y formas de actuación por lo que se equivocan también quienes desde el otro extremo creen que existen condiciones pre-insurreccionales.
Retos
El reto hoy, ni siquiera es tratar de convertir este estado de ánimo ciudadano en un movimiento coherente y con un rumbo definido, sino lograr por lo menos niveles de articulación a partir del reconocimiento de la diversidad y del apoyo mutuo a los pliegos y reivindicaciones territoriales y sectoriales, siendo este el gran punto de acuerdo. Es que existe muchos sectores campesinos, indígenas, afros, sindicales, juveniles, de mujeres, estudiantiles, poblacionales como han sido los paros cívicos de Buenaventura, Tumaco o Chocó, entre otros, que han firmado muchos acuerdos incumplidos por el Estado, que se pueden negociar con las autoridades locales y otros temas de carácter nacional. Es decir, el respeto por la diferencia es un tema fundamental.
El segundo gran factor de unidad nacional de todos estos actores sectoriales y nacionales podría ser el PLIEGNO NACICONAL DE EMERGENCIA, en cuanto incluye temas que interesan a las mayorías como son los de renta básica y/o mínimo vital; condonación, congelamiento y prorroga en el pago de tarifas de servicios públicos, lo mismo que revisión de la formas de establecer las tarifas; reactivación de la economía productiva de la ciudad y del campo con recursos públicos por fuera de la banca especulativa; todos los temas de juventud comenzando por matrícula cero para los estudiantes ya inscritos en las universidades y ante todo para el 80% de bachilleres que no acceden a la educación terciaria, garantía de supervivencia mientras estudian, de acceso al empleo y a la generación de empresa; los protocolos y garantías de la protesta y reforma a la Policía Nacional; los temas de mujer y género; los temas laborales y de pensionados; los planes de supervivencia con un alto componente municipal, por ejemplo estableciendo que los recursos de libre inversión de los municipios se destinen a planes de supervivencia alimentaria concertados en su concepción y ejecución con los actores sociales; la reforma estructural del sistema de salud comenzando por eliminar la intermediación laboral y pago justo y oportuno a los trabajadores de la salud entre otros temas
¿A qué ciudadano del común no relacionado con los intereses del gran capital no beneficia y pueden interesar estos temas de urgente solución?
Sobre los logros de la movilización hasta ahora
Pocas veces en la historia de Colombia la movilización ciudadana había certificado tantos logros como hoy;
- Caída de la reforma tributaria
- Caída del aún más regresivo proyecto de reforma a la salud
- Las renuncias de altos funcionarios como el ministro de hacienda; la ministra de relaciones exteriores; del comandante de la Policía de Cali;
- La suspensión de las alocuciones diarias en todos los canales en triple A del sub presidente Duque.
- El rompimiento histórico del hegemonismo uribista.
- La iniciación de la caída definitiva del modelo de libre mercado o neoliberal en manos del gran capital.
- La visibilizarían mundial de la realidad colombiana de una dictadura del gran capital, amparada en las instituciones mal llamadas democráticas.
- La visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos- C.I.D.H.
- Y quizás de los logros más importantes es el encuentro de los jóvenes de los barrios populares de formas de reunión y expresión, a partir de los combos y de sus agrupamientos propios y de formas de movilización y lucha por sus derechos, lo que hace que las futuras movilizaciones sean exitosas y en camino hacia soluciones estructurales.
Cinismo de la clase política y empresarial en el poder
El Gobierno Nacional, su sector bancario, gran empresariado, su clase política y los grandes medios de comunicación, al declararse vencedores de este pulso con la ciudadanía ante el receso temporal de los presentes días, no dudaron en negar dos proyectos de ley uno que establecía la renta básica y otro la matrícula cero, a la vez que aprobaron una ley concentrando aún más poderes y ampliando la burocracia en la Procuraduría General de la Nación.
Por su parte conocemos qué en aplicación de leyes vigentes, procesos de corrupción en Colombia de amplio conocimiento público como REFICAR, ODEBRECH, DE LOS PAE y cerca de diez mil más podrían ser archivados por vencimiento de términos, ante el silencio cómplice del Gobierno del Congreso y de las llamadas instituciones de control.
¿Cómo han estado los comunales en la presente etapa?
Por decisión del 27 Congreso Nacional Comunal realizado en diciembre del año 2019 en Neiva, la acción comunal apoya el paro nacional, decisión ratificada en asamblea virtual de la Confederación realizada en abril del presente año, sin embargo, la directiva de la Confederación no ha asumido esta orientación.
No obstante, lo anterior, hay comunales en 12 comités departamentales de paro, en la mayoría de municipios y es muy fuerte la participación de comunales en las movilizaciones campesinas; por diferencias con el llamado Comité Nacional de Paro hemos participado en algunas de sus reuniones, pero no tenemos presencia regular en el llamado Comité Nacional.
Debemos admitir que, respondiendo a su diversidad política, si bien una gran mayoría de comunales en especial los del campo y sectores populares apoyan y se vinculan a actividades de paro, también hay quienes se alinean políticamente con el establecimiento jugando roles vergonzantes. En este sentido si bien comprendemos que en varias ocasiones juntas comunales han salido a proteger en sus barrios y espacios a la Policía para que no sea golpeada por manifestantes, lo que es legítimo en el marco de la defensa a la vida, también muchas han salido a proteger a los jóvenes que se manifiestan y a apoyar las ollas comunitarias. No es legítimo que algunos comunales jueguen el papel de esquiroles denunciando a quienes protestan, pues niegan la naturaleza social de la acción comunal no obstante su diversidad.
En el marco de la movilización no violenta, respetuosa de los derechos y de la vida tanto de manifestantes como de fuerza pública, invitamos a todos los comunales y organismos comunales a adoptar una posición coherente con su naturaleza social del lado de los grandes intereses nacionales plasmados en el PLIEGO NACIONAL DE EMERGENCIA; a acercarse en sus barrios a los jóvenes primero para comprenderlos y apoyarlos en sus justas reclamaciones y movilizaciones ayunándoles a que sean pacíficas- Dejarlos solos es hacerlos presas fáciles de actores extraños.
De manera especial en la presente etapa debemos promover las ollas comunales en los barrios y los planes de emergencia para la supervivencia en los municipios para que los recursos de libre inversión en vez de que se pierdan en manos de los corruptos tengan este destino y a prepararnos para participar en la elaboración de los presupuestos municipales que inician su curso en agosto del presente año, para que se incluyan suficientes recursos para estos planes.
Que viene
Hoy el Gobierno, el empresariado y los grandes medios que se lucran del poder se frotan las manos por que presumen que ganaron este pulso, pero que no se hagan ilusiones porque mientras no se resuelvan los problemas urgentes por lo menos los establecidos en el plan de emergencia, la inconformidad e indignación ciudadana y en especial juvenil antes que desaparecer se acumula y aflora luego en niveles superiores gracias a la experiencia acumulada en esta etapa. Por eso el paro no ha parado, está en receso que podría aflorar con más fuerza y que no sea con violencia, en pocos meses o días.
Guillermo A. Cardona Moreno, Presidente Observatorio Nacional Comunal de Colombia
Foto tomada de: Vanguardia
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