Un segundo gran rasgo de la sociedad colombiana es que la producción capitalista se fundamenta en una división en dos grandes clases: los capitalistas, dueños del dinero y de los medios de producción, por una parte, y los trabajadores asalariados, dueños solamente de su fuerza de trabajo, que deben venderla a los capitalistas para obtener a cambio un salario con el cual comprar los medios de vida. En la economía colombiana la fuerza de trabajo es también una mercancía, se vende y se compra en el mercado, lo cual establece una diferencia esencial entre capitalistas y asalariados. Los trabajadores no pueden trabajar, si no encuentran un capitalista dispuesto a comprarlos.
En 1900 prácticamente no había trabajadores asalariados en Colombia, en 2021 hay un poco más de 11 millones ocupados. Este es el cambio económico y social más importante en la historia de Colombia. Mediante diversos procesos a lo largo de la historia estos millones de trabajadores perdieron o no pudieron acceder a medios de producción para vender productos en vez de su fuerza de trabajo, al tiempo que unas decenas de miles de personas concentraron el dinero y la propiedad.
La producción total en este año tuvo un valor de 1.450 billones de pesos, distribuida en 9 grandes ramas de actividad económica. Esta cifra es la suma del precio de todos los productos (bienes y servicios) elaborados. La rama de actividad más grande es la industria manufacturera, seguida por la rama de servicios sociales, comunales y personales, y en tercer lugar por establecimientos financieros y actividades inmobiliarias. Para producir se necesitan máquinas, herramientas, edificios, materias primas y materias auxiliares. La suma de todos los gastos en materias primas y otros bienes y servicios necesarios se denomina el consumo intermedio, que se resta del valor de la producción total para obtener el valor agregado[5]. El valor agregado es el valor que crean todos los trabajadores durante un año y se llama también el producto interno bruto del país.
El valor agregado en esta tabla se divide en los ingresos que obtienen quienes participan en la producción: a) el ingreso mixto (columna 4): es el ingreso que corresponde a los trabajadores por cuenta propia y pequeños productores; b) la remuneración a los asalariados (columna 6) es el valor total pagado a los trabajadores asalariados por todo concepto y en toda forma de contrato; c) el excedente bruto de explotación (columna 8), es la diferencia que queda del valor agregado después de restar el ingreso mixto y el excedente de explotación: es la suma que corresponde a los capitalistas de todas las clases y que estos se reparten con los terratenientes y con el Estado. La producción capitalista es la producción mayoritaria en el país. Si sumamos el excedente bruto de explotación a la remuneración a los asalariados, encontramos que representan casi el 74% del valor agregado, quedando para la producción no capitalista un 26%.
Dentro del ingreso mixto se encuentran productores campesinos, artesanos, pequeños productores, y pequeños comerciantes urbanos, que no tienen formalmente un contrato como trabajadores asalariados, pero que, en la práctica, en muchos casos, trabajan al servicio de capitalistas comerciales, de capitalistas industriales y de capitalistas financieros, que les extraen parte del valor producido. Por tanto, una parte importante de estos trabajadores por cuenta propia, aparentemente independientes, en la práctica están vinculados a, y son explotados por, el capitalismo, lo que indica que la proporción cuantitativa de dominio del capitalismo es superior al 76%.
Este predominio de relaciones capitalistas y de trabajo asalariado se observa también en las cifras de la distribución del personal ocupado por categorías. El DANE divide a la población ocupada en tres grandes categorías: a) empleados asalariados: empleados de empresas privadas, empleados de empresas públicas, trabajadores del servicio doméstico, peones y jornaleros; b) trabajadores por cuenta propia y trabajadores familiares sin remuneración; y c) patronos. Los trabajadores asalariados representan el 50%, los trabajadores por cuenta propia el 46%, y los patronos o empleadores el 4%.
El número absoluto y el porcentaje de trabajadores por cuenta propia es muy elevado (10,4 millones), pero es inferior al número de trabajadores asalariados (11,1 millones). Pero, además, como ya mencionamos, un número importante de estos trabajadores por cuenta propia en la práctica son asalariados disfrazados, una especie de asalariados a domicilio.
Estas cifras evidencian que la sociedad colombiana es una mezcla de diferentes formas de producción, en la cual predomina el modo de producción capitalista, es decir, aquél que se basa en la contratación de trabajadores que solo tienen como propiedad su fuerza de trabajo y deben venderla a cambio de un salario a los capitalistas que son los dueños del dinero y de los medios de producción (fábricas, edificios, terrenos, máquinas, herramientas, materias primas, etc.).
La producción no capitalista agrupa el 46% de la población ocupada pero elabora solamente el 26% del total del producto interno bruto. Por su parte los trabajadores asalariados son 50% pero producen el 74%. Esto indica que la productividad y el ingreso promedio por trabajador es superior en las empresas capitalistas.
La sociedad colombiana: una sociedad de explotación
Como señalamos, el segundo rasgo general característico del modo de producción capitalista es la existencia de una relación de explotación entre los capitalistas y los trabajadores asalariados. La explotación es una situación en la cual una clase domina a otra, que realiza todo el trabajo y elabora todo el producto, pero debe entregar parte de dicho producto a la otra clase. En el esclavismo los esclavos producían todo el producto y debían entregarlo a los amos, en el feudalismo los siervos se encargaban de la producción, pero entregaban una buena parte al señor feudal; en el capitalismo, los trabajadores asalariados elaboran todo el producto, pero los capitalistas se quedan con una parte. En el fondo, esclavismo, feudalismo y capitalismo son lo mismo, un sistema de explotación, pero la forma de explotar es diferente.
En la operación cotidiana del capitalismo observamos millones de empresas produciendo y vendiendo, obteniendo ingresos y ganancias y millones de trabajadores vendiendo su fuerza de trabajo a los capitalistas. Son miles de millones de operaciones de venta y compra durante el año, a partir de las cuales las personas obtienen los ingresos que les sirven para vivir y seguir operando sus empresas. Unos obtienen salarios, otros ingresos de la venta de sus productos, otros ganancias, intereses y rentas de la tierra; a todos el Estado les quita una parte mediante los impuestos. Cada cual al final del año puede hacer un balance y saber cómo le fue. El DANE hace las cuentas para todo el país -se llaman las cuentas nacionales- y muestra cuánto ingreso quedó a los asalariados y cuánto a los capitalistas. Detrás de todas estas operaciones realizadas entre personas libres e iguales que contratan voluntariamente, existe realmente una relación de explotación en el cual unos pocos, los capitalistas, se apropian de una parte enorme del producto en detrimento de la gran mayoría de trabajadores.
La explotación básica
En Colombia los trabajadores asalariados elaboran todo el producto. En 2016 por ejemplo, el producto total fue de 1.450 billones y el valor agregado de 784 billones. De este valor agregado o producto interno bruto corresponde a la forma capitalista 565 billones (la otra parte corresponde al ingreso mixto de los trabajadores por cuenta propia), los cuales se reparten entre 288 billones para los trabajadores asalariados bajo el nombre de remuneración a los asalariados y 277 billones de excedente bruto de explotación. Es decir, los trabajadores, que producen todo, se quedan con un poco más de la mitad.
Los patronos, según el DANE son apenas 800.000 personas (el número efectivo de patronos capitalistas es menor porque aquí se incluyen también los pequeños patronos) y los trabajadores asalariados 11 millones, pero cada grupo se queda con la mitad de todo el valor agregado producido en empresas capitalistas. Si el valor agregado fuera un gran plato de sopa, significa que por un lado 11 millones se toman la mitad y por el otro, 800 mil patronos se toman la otra mitad.
Esta es la “desigualdad básica” dentro del capitalismo colombiano: por un lado, los trabajadores que elaboran todo el producto y su valor, pero que tienen que entregar la mitad al otro grupo que acumula los ingresos y la riqueza. Esto ocurre todos los años y por tanto los capitalistas acumulan cada vez más, llegando al extremo de que una sola persona, como Luis Carlos Sarmiento tiene una fortuna cercana a $10.000 millones de dólares, aproximadamente $37 billones de pesos una cifra que alcanzaría para pagar un salario mensual a 37 millones de personas.
Los datos del DANE nos muestran que, si dividimos el excedente bruto de explotación (277 billones) entre el total de la remuneración a los asalariados (288 billones), se encuentra una cifra de 96%, casi 100%. Esta cifra es la tasa de explotación de la economía capitalista colombiana. Significa que los trabajadores asalariados destinan la mitad de su jornada de trabajo a producir el equivalente de sus salarios y trabajan la otra mitad gratis para los capitalistas; o en forma similar, que del producto total se quedan solamente con la mitad.
El DANE hace unos estudios más detallados sobre algunos sectores, como por ejemplo la industria manufacturera, en donde se observa que la tasa de explotación es de 375%. Es decir, los trabajadores producen un valor agregado de $70 billones, pero les pagan solamente $18,7 billones en salarios; en otros términos, destinan el 20% de su tiempo de trabajo a producir el equivalente de su salario y el 80% lo trabajan gratis para los capitalistas.
Los economistas oficiales y la gran mayoría de funcionarios públicos y analistas y columnistas se enfocan en la enorme desigualdad de ingresos y de riqueza, pero muy rara vez abordan el fundamento de dicha desigualdad, que es precisamente la desigualdad de las personas en cuanto a la propiedad de los medios de producción y el lugar que ocupan dentro del proceso de producción. La atención se concentra en los efectos y no las causas y de este modo no se critica de fondo el modo de producción capitalista.
Es necesario explorar por qué en una sociedad de “libre” mercado y de ciudadanos iguales ante la ley, según establece la Constitución Política, se produce esta profunda desigualdad material en el proceso de producción y la dinámica específica del funcionamiento del capitalismo colombiano, lo que abordaremos en próximo capítulo.
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[1] Las mercancías incluyen tanto bienes, objetos materiales, como servicios, en los cuales la producción coincide con el consumo, por ejemplo, una clase en una universidad o una carrera de taxi.
[2] https://www.sur.org.co/el-modelo-economico-de-colombia-produccion-privada-y-anarquica/
[3] Ofrezco excusas a los lectores por presentar datos de 2016, pero en la página web del DANE no fue posible encontrar la tabla anterior actualizada. [4] Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas, Cuentas Nacionales, ResultadosgeneralesB2005Archivo en Excel: ResultadosgeneralesB20052016pro, Cuenta de producción y generación del ingreso a precios corrientes,[5] El DANE presenta información el consumo intermedio pero no del desgaste o depreciación del capital fijo, razón por la cual las cifras del valor agregado y el excedente bruto de explotación son más altas de lo real; sin embargo, para efectos de ilustrar la estructura general es posible trabajar con esta limitación.
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: Las2orillas
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