Los economistas oficiales, funcionarios públicos, dirigentes gremiales y políticos de todos los partidos consideran que la economía está al servicio de la satisfacción de las necesidades de las personas[2]. Por esto, ponen especial atención en el crecimiento del producto interno bruto como medio para tener más bienes y servicios con los cuales satisfacer necesidades. Esta posición es compartida también por la gran mayoría de trabajadores.
Pero, realmente, la economía capitalista produce plusvalor, esta es su razón de ser. El objetivo de la producción capitalista no es satisfacer necesidades, es obtener ganancias. Si un capitalista no puede vender sus mercancías con ganancias prefiere botarlas a las alcantarillas, como hacen con la leche, o cortarla en pedazos, como hacen con los excesos de ropa, aunque haya muchas personas necesitando esos productos. Si les ponen impuestos que consideran muy altos, amenazan con llevar sus inversiones a otros países.
Lo que importa a los capitalistas es el excedente que se pueden apropiar. Todo el secreto de la lógica del capitalismo colombiano se resume en las cifras del excedente bruto de explotación que calcula el DANE, cuyos datos para el período 2000 a 2016 se presenta en la siguiente tabla.
Entre 2000 y 2016 el excedente bruto de explotación pasó de 68 a 277 billones en pesos corrientes y de 145 billones a 277 billones en pesos constantes de 2016, casi duplicándose. Durante este período los capitalistas, los terratenientes dueños de la tierra y el Estado se apropiaron en pesos reales de 2016, de 3.706 billones de pesos producidos por los trabajadores, un valor promedio de 218 billones por año. Nada despreciable el botín
Aquí se encuentra la esencia del capitalismo colombiano. El DANE lo resume muy bien. Los capitalistas colombianos y extranjeros que operan en Colombia extraen todos los años un enorme excedente bruto de explotación, lo cual les permite acumular una gran riqueza personal y reinvertir en la ampliación de sus negocios, o en negocios nuevos, o en acciones o títulos del Estado para obtener intereses.
El botín se lo reparten entre los capitalistas en la competencia
El excedente bruto de explotación se distribuye entre los capitalistas en el proceso de competencia. Es una lucha por quedarse con la mayor parte posible. Los capitalistas productivos y comerciales obtienen ganancias de sus inversiones, los capitalistas dueños del dinero reclaman el pago de intereses; los dueños de la tierra, rural y urbana, propietarios de este medio de producción, exigen un pago y se quedan también con una parte del excedente. Y para rematar el Estado también exige su parte, por medio de impuestos, para encargarse de un conjunto de funciones. Este reparto es conflictivo: los capitalistas están unidos cuando se trata de explotar a los trabajadores, pero en la competencia para quedarse con la mayor parte del botín son enemigos.
Los datos del DANE también nos muestran cómo se distribuye el excedente bruto de explotación por grandes ramas de actividad económica.
Hay grandes diferencias que van desde una tasa de explotación de apenas 18,6% en la agricultura, a un máximo de 541% en la explotación de minas y canteras. Los sectores que están muy por encima del promedio de la tasa de explotación de la economía en su conjunto son, además de la explotación de minas y canteras, el suministro de electricidad, gas y agua, con 449%, el transporte, almacenamiento y comunicaciones con 203%, la construcción con 196,5% los establecimientos financieros, seguros, actividades inmobiliarias y servicios a las empresas con 180%[3]; en el otro extremo las ramas de actividad con tasas de explotación más bajas son, además de la agricultura, las actividades de servicios sociales, comunales y personales con 17,3%, y el comercio, reparación, restaurantes y hoteles con 21,1%.
Estas cifras por ramas económicas son muy agregadas y reflejan la gran participación en los sectores de agricultura, comercio y servicios, de empresas muy pequeñas, donde existe la relación de trabajo asalariado, pero todavía en forma precaria. Se observa además como algunos sectores concentran una mayor proporción del excedente bruto de explotación con relación a su participación en el valor agregado; por ejemplo el sector de explotación de minas y canteras participa en el 6,8% del valor agregado pero se queda con el 11,7% del total del excedente, mientras que los servicios que aportan el 22% del valor agregado reciben apenas el 6,7% del excedente.
Las ramas industriales que concentran la mayoría del excedente bruto de explotación son establecimientos financieros, seguros, actividades inmobiliarias y servicios a las empresas con 28,1% (de este total el sector financiero se queda con 10%), la industria manufacturera con 18,4% y la construcción con 12,2%, ramas que concentran casi el 60%.
El capital productivo (agricultura, minería, manufacturas, suministro de electricidad, gas y agua, construcción, transporte, almacenamiento y comunicaciones, y servicios sociales, comunales y personales, se apropia del 68,3%, el comercio (aunque aquí se incluyen actividades que quedarían mejor clasificadas en el sector productivo, como restaurantes y hoteles) recibe 3,4% y el sector financiero, inmobiliario y de servicios a las empresas 28,1%. No se dispone de información para calcular el excedente bruto de explotación con relación al capital total invertido, es decir para estimar la tasa de ganancia agregada de la economía.
La ganancia
El plusvalor, como hemos señalado, se distribuye bajo la forma de ganancia productiva, ganancia comercial, ganancia financiera e intereses, renta de la tierra e impuestos. Para los capitalistas particulares sus resultados se miden según las ganancias obtenidas y la tasa de ganancia o rentabilidad.
La Superintendencia de Sociedades y la Superintendencia Financiera presentan anualmente los datos sobre ganancias obtenidas por las empresas vigiladas, con base en la información que reportan dichas empresas. En la prensa se divulgan los informes agregados y noticias sobre las asambleas en las cuales se distribuyen los dividendos. Por ejemplo, en 2019 las empresas que más ganaron son las siguientes:
Aquí se incluyen empresas públicas (como Ecopetrol) y empresas privadas, que elaboran diferentes bienes y servicios. La finalidad de todas ellas es generar cada año la mayor cantidad de ganancias posible. Para cada capitalista la ganancia se calcula restando de la utilidad inicial total, lo pagado en intereses, arrendamientos e impuestos. Desde la perspectiva de la explotación a los trabajadores, la suma de ganancia más todos estos conceptos es el plusvalor que les extraen a partir de su trabajo.
La tasa de ganancia o rentabilidad
La ganancia absoluta es muy importante pero también y principalmente la tasa de ganancia, que es la relación entre la ganancia obtenida y el capital invertido; los capitalistas están siempre a la búsqueda de la mayor rentabilidad posible. La Superintendencia de Sociedades y la Superintendencia Financiera ofrecen datos de la rentabilidad medida como la relación entre la ganancia y el patrimonio. Las 1.000 empresas más grandes tuvieron en 2019 una rentabilidad promedio de 11,7% y el promedio en el sector financiero fue de 13,4%, siendo particularmente alto en las sociedades administradoras de pensiones y fiduciarias, con una rentabilidad de 24%.
La ganancia primero que la gente
Si se generan ganancias y tasas de rentabilidad altas el capitalismo está funcionando bien, está logrando sus objetivos. Incluso durante la pandemia, a pesar de la contracción de la producción económica, los capitalistas, especialmente los más poderosos que concentran la mayoría de dicha producción, continuaron ganando cifras enormes. Puede ser que no hayan ganado tanto, pero siguieron ganando, al tiempo que millones de trabajadores se empobrecieron y llegaron a situaciones terribles en materia de hambre y desempleo. La economía capitalista funciona en favor de los capitalistas, no importa el sufrimiento de millones de compatriotas.
Es necesario entender cómo funciona el capitalismo y la manera en la cuál se produce el plusvalor y sus formas particulares como la ganancia, los intereses y las rentas. Aquí se encuentra la clave para comprender no solamente la economía sino los conflictos políticos. Los capitalistas actúan unidos para lograr quedarse con la mayor parte del valor agregado en detrimento del salario, lo cual conforma el conflicto principal de la sociedad colombiana. Pero luego combaten entre ellos para obtener la mayor parte del botín: compiten los capitalistas grandes con los pequeños, los capitalistas financieros con los productivos, todos ellos con los propietarios de la tierra y finalmente con el Estado. Seguir la pista de la ganancia es fundamental para entender las luchas políticas y sociales.
La ganancia es la esencia de la confianza inversionista: “El capital tiene horror a la ausencia de ganancia o a la ganancia demasiado pequeña, como la naturaleza tiene horror al vacío. Conforme aumenta la ganancia, el capital se envalentona. Asegúresele un 10 por 100 y acudirá adonde sea; un 20 por 100, y se sentirá ya animado; con un 50 por 100, positivamente temerario; al 100 por 100, es capaz de saltar por encima de todas las leyes humanas; el 300 por 100, y no hay crimen a que no se arriesgue aunque arrostre el patíbulo. Si el tumulto y las riñas suponen ganancia, allí estará el capital encizañándolas. Prueba: el contrabando y la trata de esclavos. ” (P. J. Dunning, Trade –Unions, etc., p. 36[4].) Y el señor Dunning no conoció a los captialistas narcotraficantes colombianos.
_______________
[1] El DANE utiliza en sus estadísticas el concepto de excedente bruto de explotación que se aproxima a la noción marxista de plusvalor.
[2] Samuelson extiende este supuesto objetivo a la “ciencia” de la economía: “El fin último de la ciencia económica es mejorar las condiciones de vida de la gente en su vida cotidiana” (p. 6).
[3] En el análisis de la rama de actividad económica que el DANE denomina Establecimientos financieros, seguros, actividades inmobiliarias y servicios a las empresas, se incluye en la misma categoría al sector financiero y de seguros con el cálculo estimado del arriendo de quienes viven en vivienda propia, y que las Cuentas Nacionales clasifican como excedente bruto de explotación. En el año 2016, el valor agregado por la rama económica fue en total de 167 billones, de los cuales correspondieron 44 billones a intermediación financiera, 67 billones a actividades inmobiliarias y alquiler de vivienda y 55 billones a servicios prestados a las empresas, excepto servicios financieros e inmobiliarios.
[4] Citado por Marx en el Tomo I de El Capital, Fondo de Cultura Económica, séptima reimpresión, 1975. nota a pie de página 71 del capitulo 24, pp. 646-647.
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: Ámbito Juridico
Deja un comentario