El funcionamiento de Colombia ha estado marcado por los gobiernos a nombre de los partidos tradicionales, liberalismo y conservatismo, desde que nació la República (descontando que hasta el primer gobierno de Tomás Cipriano de Mosquera, no habían sido expedidos los estatutos de los dos partidos), excepto los mandatos no bipartidistas de José María Melo(1854) y Gustavo Rojas Pinilla( 1953-1957),aunque tuvieron estos dos protagonistas relación con esos partidos políticos; los demás durante los 200 años de vida estatal después de la ruptura con la imposición colonial, han sido periodos de hegemonía liberal o conservadora, y no gobiernos de terceras fuerzas.
Los historiadores tradicionales también se han inclinado por uno de los partidos, sesgando y distorsionando la historia, hasta que aparecieron historiadores independientes de manera saltuaria, y los investigadores con una visión crítica de los hechos como Indalecio Liévano Aguirre, Antonio García Nossa, Ignacio Torres Giraldo, Diego Montaña Cuellar, Fernando Guillén Martínez, Álvaro Tirado Mejía, Jorge Orlando Melo, Gonzalo España, y otros, así se ha podido visualizar esta realidad cruzada por conflictos armados, fraudes electorales y conspiraciones. Las desviaciones narradas han podido ser confrontadas con la nueva historia, pudiendo el lector observar el comportamiento de sujetos políticos y partidos en competencia electoral.
Viendo todo en retrospectiva, los partidos políticos que pudieron tener un comportamiento centrista han estado coaligados a liberales o a conservadores, y mucho más desde la eclosión o aparecimiento de los partidos surgidos después de expedida la Constitución de 1991, en estos 30 años han actuado con fachadas o nombres diversos, pero conformados por sectores del bipartidismo y adherentes que se subsumen. El liberalismo solo fue progresista en estas etapas: En la mitad del siglo XIX con los conversos Tomás Cipriano de Mosquera, José Hilario López, y José María Obando; con los radicales de Rionegro (1863/ 1885), liderados por Murillo Toro, Santiago Pérez, Aquileo Parra, Eustorgio Salgar desde 1863; luego con Rafael Uribe Uribe y Benjamín Herrera, que participaron en tres guerras civiles contra Núñez y Caro (1885, 1895 y 1899), por el autoritarismo de La Regeneración que posó de centro pero fue de derecha; posteriormente con López Pumarejo en 1934/38; luego Jorge Eliecer Gaitán como líder indiscutible, y con Luis Carlos Galán. De resto, el liberalismo se ha comportado como un partido político de centro o de derecha, de manera pendular.
Desde el campo de la izquierda tenemos periodos cortos de poder regional en alcaldías y gobernaciones, pero no han gobernado desde el poder central a toda la nación. Pero si ha tenido la izquierda partidos y movimientos políticos, participando en elecciones, con el partido socialista, el partido comunista, la UNIR, el MRL (liberales lopistas más independientes) el Frente Unido (Camilista), la ANAPO, y con la AD-m/19, la UNO, la Unión Patriótica (UP), el Polo Democrático y Colombia Humana, entre otros.
Este es el cuadro no completo de los partidos políticos que han copado los campos de la derecha y la izquierda en Colombia. Partidos identificados como del centro político, con personería jurídica como tal, y presentados de esa manera bajo ese rótulo, no se ven ni se han inscrito con ese rótulo, ni obtenido la personería jurídica ante la Registraduría Nacional del Estado Civil o ante el Consejo Nacional Electoral, con esa denominación. Desde el año 2018 muchos quieren ser del centro político, inclusive se mimetizan o camuflan y proclaman ser centristas ; se presentan así para diferenciarse de los protagonistas de la polarización que vive Colombia en medio de una enorme división ideológica que ha crispado a la Nación y activado los ataques verbales, las calumnias, las noticias falsas, las elecciones y hasta factores de violencia. Polarización intensa estos últimos 5 años a través de las redes sociales, básicamente desde el plebiscito por la paz de octubre 2016, precedido este periodo por los 8 años del enfrentamiento entre Uribistas y Santistas, ambos encabezados por jefes políticos desertores del liberalismo donde se formaron y desempeñaron cargos a nombre de ese partido.
Para las elecciones del año 2022 se alista la Coalición de la Esperanza, una confluencia de partidos y movimientos de centro-centro y centro izquierda, sumatoria de corrientes políticas, de ideologías, enmarcados en la democracia liberal, en el mejor sentido de la expresión, buscan lo más excelso de la democracia liberal (no partidista), que funcione con respeto a las instituciones, a los mecanismos de participación, que avance en la consagración y reconocimiento de los derechos humanos, culturales, sociales y colectivos, que haga operar el Estado de derecho, el Estado constitucional y al Estado Social de Derecho, y marche bajo un capitalismo humanista y racional. El problema como lo explica Jorge Giraldo, es que en un país donde no funciona bien el Estado de derecho, se hace compleja la misión de un centro político, porque no opera la igualdad ante la Ley, y las promesas se pueden volver nugatorias.
Muchos buscan el Centro Político como disfraz o camuflaje, son de derecha y opacan a otros que quieren organizar un centro político real y decente, como tercera opción. Tratan de demarcarse para diferenciarse de los partidos políticos tradicionales a los que han pertenecido. O son escapistas que se autoproclaman del centro político, sin desprenderse de su ideología anterior, ni explicar las nuevas posturas. Son volátiles y maleables que vuelven invisible la ideología que portaban. Lo único que la gente capta respecto al mensaje de los centristas es que no quieren identificarse con el extremismo de los dos campos de la polarización en la que está sumergido el país. El estilo del centro político es la moderación en el lenguaje y en las acciones, acuden a los mecanismos institucionales no disruptivos; pero tienen que ser atractivos motivando pasiones/emociones, y exhibir un discurso incluyente, sino lo hacen se diluyen ante el electorado y propician el desánimo. Aunque existe también, a veces, una especie de discurso populista centrista como el populismo constitucional, entonces surge el interrogante, ¿cómo ubicar el discurso político del centro político?
La gente se pregunta cuál es la ideología de los conservadores, de los liberales y de los verdes que ahora proclaman estar en el centro político, o se despojaron de su ideología anterior o murieron las ideologías y ahora brotaron otras sin que muestren la plataforma que los sustente y diferencie de los partidos tradicionales y de las conductas crónicas aplicadas en el devenir histórico de Colombia. Pero a los socialistas, los periodistas que no investigan, y la opinión pública desopinada los tildan de Izquierda como si el socialismo no pudiera tener un Centro, pero la derecha si puede.
Pero el centro político si es necesario para equilibrar las acciones políticas y para que la población encuentre una opción de cambio. Primero tienen que resolver la consulta interpartidista, y luego definir un programa conjunto en busca de la gobernabilidad .El centrismo si existe, pero aquí no se ha desarrollado ninguna práctica política intermedia que saque a la gente de la postración. La prueba del centrismo efectivo es el partido socialdemócrata europeo que en varios países ha conseguido el bienestar social como es el caso de Suecia, Noruega, Islandia. Finlandia, Dinamarca, y otros países. O el partido de la Democracia Cristiana que llevó a Angela Merkel a desarrollar durante 16 años en Alemania una política no xenófoba, no nacionalista y de reconocimiento a las cuotas humanitarias para resolver el drama de los refugiados. O hay que mirar el centro político respecto a las propuestas de nuevos modelos económicos que reemplacen el neoliberalismo que arruinó a las mayorías irredentas y concentró la riqueza en los empresarios y en las castas que manejan el mercado, ante un Estado no interventor .
En una columna que escribí en abril de este año, titulada ,”Devenir y porvenir del centro político”, reseñé cómo en Europa emergió el centrismo desde 1948. En Italia, dice Alfio Mastropaolo, el centro izquierda se formó en la década de los años 60s, ideado por De Gasperi para excluir del gobierno a la extrema izquierda, a los comunistas y socialistas ligados por el pacto de unidad de acción; y para excluir a la extrema derecha, neofascista y monárquica. Y expresé que, es necesario diferenciar tres momentos de despliegue: El centro político como gobierno, el centro político como oposición, y el centro político en formación durante una campaña electoral. El caso italiano del centrismo en el gobierno durante muchos años liderados por la Democracia Cristiana, es muy ilustrativo de que si funciona este campo político. El centro político como oposición se presenta como un compás de espera mientras se registra una próxima elección buscando ser gobierno solos o con otra coalición. Y el centro político en formación es más un interrogante que una realidad porque aún no existe, se está creando y proyecta un mecanismo de selección(consulta, encuesta, convención, colegio electoral u otro) y apenas concibe un programa de gobierno conjunto para poder desplegar la campaña electoral. Pero impacta por la expectativa que genera.
Actualmente dentro de la Unión Europea, el centro derecha tiene 10 gobiernos en Rumania, Países bajos, Lituania, Letonia, Irlanda, Grecia, Eslovenia, Eslovaquia, Croacia, y Chipre. Los gobiernos de centro derecha, tienen la mayoría en el parlamento; regularmente acompañados de otros dos partidos, o tres, máximo. Pero no son coaliciones amplias. Algunos de esos gobiernos en manos del centrismo son de centro derecha, otros de centro izquierda y donde hay una gran coalición(a veces son de centro centro) como hoy en Australia, Bélgica, Francia y Luxemburgo. En otros países europeos, pero no miembros de la UE, hay seis gobiernos de centro, 3 de ellos de centro derecha (Montenegro, Noruega y Reino Unido), y 3 de centro izquierda (Albania, Kosovo y Macedonia).
Hoy, en Colombia, las llamadas terceras fuerzas, movimientos políticos por fuera del bipartidismo durante la vigencia del Frente Nacional, que no eran del Centro, pero pretendían los cambios sociales que no se veían posible durante el monopolio bipartidista del aparato del Estado, esa terceras fuerzas se llaman movimientos alternativos (porque no han ejercido el poder central), y tienen diferente origen ideológico, son de izquierda y se pueden calificar de Centro, pero no actúan solos, se están organizando en coaliciones, por ejemplo la Coalición de la Esperanza donde confluyen nuevos partidos como DIGNIDAD, o disidentes del liberalismo como En Marcha, o partidos que han recuperado la personería jurídica, el Nuevo Liberalismo, conformado por ex disidentes liberales de la década de los años 80s, o movimientos que han actuado como grupos significativos de ciudadanos, como Compromiso Ciudadano, o la Alianza Verde, antes Partido Verde, atomizados por veleidades personales, pero que nace en el 2010 y todavía no han alcanzado la presidencia de la República, por lo tanto siguen siendo una formación política alternativa. De este conjunto de fuerzas política se puede ver: algunos son por naturaleza de Centro, pero no han definido una plataforma única para presentarse.
Jorge Enrique Almario, politólogo de la Universidad Javeriana, ex editorialista del periódico El País y del Diario Occidente , ambos del Valle del Cauca, ha expresado para el centro de Pensamiento y Estudios Políticos de Cali, que ante el comportamiento de la derecha concentrando los poderes institucionales y los órganos de control, debería pensarse desde el centro político y desde la izquierda en un Frente Único defensivo de la democracia, en participar con un candidato que resulte de una consulta única interpartidista en marzo 2022, para evitar lo que sucedió en 1946 ante la división del partido liberal entre Gaitán y Turbay Avinader, se perdió la prolongación del período de gobiernos liberales y la extrema derecha Laureano-Ospinista desató la guerra civil de mitad del siglo XX; o lo que sucedió en Alemania ante el ascenso del nacional socialismo y la dispersión de los partidos que facilitó el ascenso de Hitler al poder y la entronización del totalitarismo.
Alberto Ramos Garbiras, Especialización en derecho constitucional, Universidad Libre; Magister en ciencia política de la Universidad Javeriana; PhD en Política Latinoamericana, Universidad Nacional (UNED) de Madrid España; ha sido profesor de derecho internacional y ciencia política en la Universidad Libre. Profesor de la cátedra derechos humanos, en la misma universidad.
Foto tomada de: Semana.com
Ernesto pino says
Alberto excelente reflexión sobre ese personaje conocido pero incomprendido que es el centro político,especialmente en Colombia. Creo que las dificultades prácticas para entenderlo pasan por conocer EL QUE y EL QUIEN; como principios de una doctrina o programa político que quiere transformar una sociedad. Entre los alternativos posiblemente se encontrarán algunas diferencias en el QUÉ y por supuesto QUIENES lo harían. Petro y Fajardo son diferentes pero deberían tener puntos y acuerdos fundamentales que los junten no que los separen. Los alternativos deben bajar los egos y reunirse al nivel del mar.