El ELN es una organización con un nivel de dinámicas en los territorios donde hace presencia de manera permanente, que bien se le puede catalogar de “estado alterno”, porque su centralidad está en ejercer acción de seguridad, justicia y tributación a su manera ilegal, a la escala que lo pueda realizar. En el territorio a mi juicio, esta la principal centralidad de esta organización, de allí deriva su fuerza política, su vínculo con la sociedad: que puede ser por adhesión ideológica, parentescos familiares que la nutren, negocios compartidos o por la dura realidad de que son armados que se imponen sobre las comunidades.
Hablar de una organización que basa su existencia en el secreto y la conspiración tiene una buena dosis de supuestos y no pocas especulaciones, hay cosas que sabemos por que son verificables: en los últimos tres años, lo que va corrido de este gobierno, el ELN ha asesinado en promedio unos treinta militares y policías por año, en acciones bélicas y ha dejado heridos un número similar; igualmente sabemos que pueden ser entre cuarenta y sesenta los civiles que por año han muerto o han resultado heridos por su acción, igualmente ha perdido año a año unos cincuenta combatientes y los reportes de capturados están sobre ciento veinte por año, aunque esta cifra es muy controvertible, dado que el Estado anuncia esas capturas, pero luego en la justicia no todos pueden ser condenados por la debilidad de las pruebas o simplemente porque son inocentes, todo lo anterior lo podemos ver y verificar.
Por registros de seguimiento en terreno sabemos que hoy el ELN puede tener una presencia permanente en ciento sesenta municipios y que ha retornado donde supuestamente ya no existía, como es el caso de Barrancabermeja y sus alrededores, un territorio que conoce de toda la vida y donde se le daba por liquidado y resulta que no, nuevamente se habla de su presencia allí y de sus acciones de sabotaje sobre la industria petrolera y de afectaciones a comerciantes a quienes esta extorsionando, para solo mencionar una situación puntual, que da cuenta de los ires y venires de una organización con raíces en muchos territorios y procesos sociales.
El ELN crece y decrece y en los últimos cinco años está en un pequeño proceso de expansión, evidenciado en el regreso a algunos territorios que conoce o en ampliaciones sobre zonas donde ha tenido arraigo, como es el caso del Catatumbo y Cúcuta y su área metropolitana, o su mayor presencia territorial en la frontera con Venezuela, donde ha permanecido en los últimos cuarenta años. Una geografía del ELN y caracterizar sus lógicas de actuación, nos reafirmarían en mi tesis de que de facto son un estado paralelo.
Esta más que visto que el Estado colombiano no los puede controlar y lejos está su derrota, en tanto mantengan su acción territorial, la perdida de cuadros importantes por supuesto que los resiente en sus dinámicas internas, pero han mostrado capacidad para adaptarse ante situaciones muy difíciles y adversas, cada golpe organizativo que han recibido, lo han solventado tarde que temprano cuando les ha sido posible, hay golpes de los cuales no han salido bien librados como por ejemplo la perdida de presencia territorial, aun así siempre tienen la expectativa de volver donde tuvieron raíces, como es el caso de Barrancabermeja y así en un ciclo de presencias y ausencias que dan cuenta de una organización con la vocación de revertir y solventar sus crisis.
Este conflicto con el ELN solo se podrá resolver de manera definitiva, en una mesa de diálogos y negociaciones, reto pendiente, que deberá asumir un gobierno nacional con la decisión de llevar adelante la construcción de un acuerdo de paz, asumiendo la experiencia acumulada y precisando donde están los retos centrales para no persistir en su continuidad.
La Fundación Paz y Reconciliación, acaba de publicar un informe sobre las dinámicas recientes de las que ha participado el ELN y unas consideraciones para el debate presidencial, aquí lo pueden consultar.
Luis Eduardo Celis
Foto tomada de: Revisa Semana
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