Bajo el término “Andes” entendemos a países como Bolivia, Perú, Ecuador y Chile, por características peculiares de las culturas lingüísticas de aymaras, quechuas y otras nacionalidades indígenas. Por “cosmología” vamos entender en el sentido más amplio el estudio de conceptos culturalmente determinados que contemplan la creación, estructuración y continuación del universo y que se expresan a través instrumentos como el qina qina, pinkillo y otros instrumentos. La música de las naciones andinas expresan el (pasado), el presente y futuro con base en principios de orden cosmológico como el espacio y el tiempo, el ser humano, la naturaleza y la cultura, y en la contemplación de la estructura, la función y la forma.
Por tanto. la música de los pueblos es reflexión y expresión del micro y macrocosmos expresado en el baile, el canto y la ceremonia ritual sagrada.
La mirada hacia el pasado, presente y futuro es recuperar los saberes y conocimientos de los pueblos como proceso de descolonización.
El folklore urbano colonial o música mestiza no guarda esencia de sabiduría ni conocimiento de los pueblos indígenas milenarios en la cosmologia del tiempo ni el espacio.
Pese a la colonización y sometimiento, en la Bolivia Plurinacional existen muchas comunidades indígenas aymaras, quechuas y otras, que conservan culturas vivas con poca influencia de la cultura occidental o con una marcada presencia de estructuras formales y de contenidos relacionados con las cosmovisiones milenarias. Así, podemos afirmar que una de las principales características de la música andina, también llamada autóctona. Autóctono, terminó adoptado desde la modernidad de manera subjetiva inferioriza nuestro arte. En la concepción de los pueblos indígenas la música es ritual, es decir su existencia en momentos festivos es simbólico espiritual ritual, música que habla con la Pachamama.
La Pachamama (Madre Tierra) hecha música fortalece, nuestra memoria histórica;
nuestro pasado, presente y futuro. Las melodías guardan emociones y recuerdos ancestrales. Y en el siglo XXI, tiempo de emergencia de las culturas, la música ancestral es música de resistencia cultural que expresa revolución e emancipación de los pueblos indígenas milenarios.
En el proceso de descolonización de la Bolivia Plurinacional, descolonizar es desmontar las estructuras coloniales y en su lugar sustituir los saberes y conocimientos de los pueblos de igual jerarquía que la modernidad como conocimiento oficial.
El siglo XXI es el tiempo de la Pachamama, Pachamama como sujeto político de coexistencia con la Madre Tierra y con el ser humano. La música y otras expresiones de arte es energía viva que fluyen de la emocionalidad colectiva como comunidad, donde todo proceso de aprendizaje y conocimiento es un proceso vivencial y de desfrute colectivo simbólico / espiritual ritual. Mujeres y hombres están vinculados en lo festivo espiritual en vínculo directo con la comunidad que la origina, ambos están en el proceso de aprender a aprender, de conocer a conocer.
En conclusión, el proceso de descolonización (música de los pueblos indígenas es Pachamama hecha Música), constituye nuestra espiritualidad cósmica símbolo / espiritual ritual, es esencia cualitativa de los pueblos como verdaderos guías de la comunidad que nos origina, es el cimiento para elevar la conciencia social, de un pensamiento individual hacia la conciencia colectiva. Es decir, de una sociedad centrada en el individualismo en otra sociedad de visión comunitaria bajo las dimensiones del Vivir Bien, del ser comunitario.
Cecilio Ilasaca Quispe, Ingeniero bolivariano e investigador social internacionalista.
Foto tomada de: El País
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