Fico no habla de fallas del mercado sino de problemas. Es una concepción más simplona, cercana a la forma en la cual espontáneamente lo conciben las personas que padecen el desempleo. Evidentemente, el desempleo es un problema para quien está buscando empleo y no lo consigue; más aún, no es un problema cualquiera, es un drama, una tragedia, por cuanto afecta directamente la supervivencia. Otras interpretaciones, sin embargo, consideran que no es un problema sino un rasgo característico, necesario y útil para el capitalismo. A esto nos referiremos más adelante.
¿Qué nos dice Fico sobre el desempleo?
* Que el desempleo, aunque ha disminuido un poco después del impacto de la pandemia sigue siendo muy alto (13,7%) y que aún faltan más de 1 millón de empleos para llegar a los niveles de noviembre de 2019.
* Le parece inquietante que el desempleo en Colombia es uno de los más altos de América Latina, en especial entre los jóvenes (19,2%) y las mujeres (18,1%).
* Que hay una tasa de informalidad muy alta, superior al 60% que “agudiza los efectos del desempleo, y produce grandes deficiencias de productividad”. Esta baja productividad “se asocia a la falta de formación y entrenamiento de la fuerza laboral.” Y continua, “estas circunstancias se convierten en un cuello de botella estructural para crear empleo formal y acelerar la reducción de la pobreza y la desigualdad, razones de más que exigen que el país debe generar las condiciones para poder crecer de manera sostenida por encima del 5 por ciento para poder crear oportunidades y empleo de calidad”.
* “El crecimiento promedio de los últimos 20 años no supera el 3,6% del PIB, muy inferior a nuestro potencial, porque en muchos sectores nuestra productividad aún es baja. Todo esto ha conducido a que la tasa de desempleo no solo sea muy alta (13.7%) sino que sistemáticamente afecte más a los jóvenes (19.2%) y las mujeres (18.1%). Nuestros niveles de informalidad, superiores al 60%, son un freno al crecimiento y agudizan los efectos del desempleo. Todo esto nos impide avanzar en la reducción de la pobreza, en la generación de riqueza, y en la construcción de equidad.”
Aparentemente, hay una seria preocupación por la situación de desempleo descrita, pero realmente es una suma de cifras y palabras sin mayor coherencia: no queda claro en ningún momento cuáles son las causas del desempleo, pero concluye con una frase de cajón: “No hay mejor política social que la generación de empleo y tampoco mejor política de generación de empleo que el crecimiento.”
En las propuestas de su programa de gobierno incluye un punto denominado “crecimiento económico sostenible para generar empleo”, en el cual simplemente enuncia un conjunto de buenos propósitos sin mayor concreción, frases que se repiten una y otra vez por los candidatos y los economistas, y se incluyen en los planes de desarrollo, sin que nunca se logren los resultados de mayor crecimiento y generación de empleo digno:
* “La apuesta por un mayor crecimiento económico sostenible debe ser parte del acuerdo por lo fundamental. Impulsando la actividad empresarial podemos generar las oportunidades que las personas reclaman, con mayor empleo, menores índices de pobreza, mayores ingresos para las familias colombianas y una mejora en las cuentas fiscales”. Pura tautología: ¡si impulsamos la actividad empresarial que contrata trabajadores tendremos más empleo y menos pobreza!
* “Es necesario hacer apuestas ambiciosas, con reformas que permitan crear más oportunidades laborales, facilitar la innovación y los proyectos de emprendimiento, mejorar la productividad y la eficiencia tanto en lo privado como en lo público, con el objetivo de crecer en forma sostenida por encima del 5% anual en el cuatrienio 2022-2026 y reducir así́ la tasa de desempleo estructural de Colombia, una de las más altas de América Latina. Eso implica edificar una estructura productiva que genere más oportunidades laborales y que sea más productiva y con vocación exportadora”. Propósitos vacíos, ofertas sin sustancia: se necesitan apuestas ambiciosas, reformas que creen empleo, una mejor estructura productiva, etc., para lograr crecer al 5%. Pero, ¿por qué no tenemos una buena estructura productiva?
* “Nuestra prioridad será́ el empleo”. Una gran mentira. Fico sabe que su prioridad es garantizar enormes ganancias a los capitalistas.
* “Generando 1,2 millones de puestos de trabajo lograremos mantener durante nuestro gobierno una tasa de desempleo inferior al 9 por ciento.” Y si generamos 2,4 millones tendremos una tasa de desempleo menor, etc. Puras frases, el asunto de fondo es que no se explica cómo a va a generar dichos empleos.
* “Las empresas tendrán más facilidades e incentivos para la formalización, con un énfasis especial en la contratación de mujeres y jóvenes”. “De igual forma promoveremos una reforma al mercado laboral que promueva la contratación formal manteniendo los beneficios de los trabajadores”. Esto sí es mucho más concreto: se le va a abaratar más la mano de obra a los capitalistas.
* Para alcanzar los objetivos de mayor crecimiento y generación de empleo propone: i) construir un entorno fiscal y monetario responsable, ii) instituciones fuertes para garantizar las condiciones de seguridad física y jurídica para la inversión, en un ambiente de mercados competitivos y eficientes y iii) una política sectorial ordenada y activa.
La venta de ilusiones
Fico ofrece alcanzar un crecimiento de 5% del PIB, pero no hay claridad sobre en qué sectores y con qué generación específica de empleo por sector se logrará el aumento del empleo y la reducción del desempleo; no dice nada en concreto sobre el tipo de empleos y no precisa cómo se logrará efectivamente reducir el trabajo informal. Fico y sus asesores saben que están especulando, que no hay ninguna fórmula para lograr dichos resultados, por lo demás minúsculos frente a la situación existente. Pero como cualquier político tradicional sabe que tiene que mostrarse preocupado por el desempleo y ofrecer soluciones.
La historia económica muestra que siempre ha habido una tasa alta de desempleo y una elevada tasa de trabajadores por cuenta propia, por fuera del código del trabajo y con muy bajos niveles de productividad; estas tasas oscilan, pero siempre ha habido millones de desempleados. Igualmente, se ha observado que el crecimiento per se no garantiza un crecimiento paralelo del empleo y mucho menos del empleo de buena calidad.
Fico engaña. Pretende mostrar que el objetivo de la sociedad capitalista y de su vocero, el Estado es generar empleo. Pretende mostrar que el objetivo es crecer, es decir, aumentar la producción y satisfacer necesidades. De esta manera, parecería que es una sociedad -un sistema económico y un Estado- que busca resolver los “problemas” de los trabajadores.
Este punto de partida es claramente erróneo y engañoso, pero muy útil políticamente. Se pretende vender la idea de una instancia por encima de la sociedad que busca lograr dicho objetivo. Se trata de generar ilusiones y expectativas, que tradicionalmente son falsas. Por el Ministerio de Hacienda, el Departamento Nacional de Planeación y el Ministerio del Trabajo han pasado los mejores economistas del país, entre otros, Mauricio Cárdenas, Juan Carlos Echeverry y Alejandro Gaviria, fallidos precandidatos presidenciales. Y han pasado economistas tanto de enfoque neoliberal, como los anteriores, como de izquierda liberal, progresistas y provenientes del sindicalismo: José Antonio Ocampo, Cecilia López, Clara López Obregón, Lucho Garzón, para solo mencionar algunos.
Pero los mejores economistas del país, neoliberales, intervencionistas y progresistas, no han podido resolver el “problema del desempleo”; se devanan los sesos tratando de encontrar una solución. Incluso algún Ministro de Hacienda declaró su impotencia en ciertos momento y reconoció que no sabía que estaba pasando. Algo ocurre si los mejores economistas, formados en una disciplina mental rigurosa como dice Eduardo Lora, no logran encontrar la solución. Asumamos que han actuado de buena fe y todos quisieron generar empleo y buenos empleos, pero el hecho concreto es que no lo lograron.
La realidad es tozuda. Aunque la Constitución ordene que toda persona tiene derecho a un trabajo digno, no se logra resolver el problema. Se hacen arreglitos, mejoras insuficientes, pañitos de agua tibia. Pero la situación continua, en promedio, siendo una tragedia para millones de personas.
El “problema” no tiene solución en el capitalismo. Esto lo sabe hasta Fico. Por eso, hábilmente, no se compromete a cumplir la Constitución, simplemente ofrece, sin saber cómo, reducir unos puntos de desempleo.
¿Por qué?
El desempleo no es ningún problema, todo lo contrario, es una tendencia normal del desarrollo de la economía capitalista. En la economía capitalista mundial hay millones de millones de desempleados y de trabajadores por cuenta propia con ingresos ínfimos. En el caso colombiano, desde que hay capitalismo hay desempleo. Durante las últimas décadas ha variado entre un mínimo cercano al 8% y un máximo del 20%, pero nunca desaparece; siempre hay millones de colombianos en busca de un empleo que no lo consiguen. Y siempre hay una gran masa de trabajadores por cuenta propia rebuscando como conseguir un mísero ingreso, y una gran cantidad de delincuentes, prostitutas y mendigos.
En el capitalismo no se contrata para generar empleo. Los capitalistas, los héroes dentro del capitalismo, no hacen un esfuerzo abnegado por mejorar las condiciones de vida de sus compatriotas; esa es la propaganda para mostrar un aspecto favorable. Un capitalista contrata trabajadores si con el trabajo de estos puede obtener ganancias, de lo contrario no lo hace. Más aún, cuando las ganancias bajan busca la manera de reducir trabajadores y los despide sin consideración alguna por su suerte. Los trabajadores no son seres humanos dotados de derechos, son un recurso que se contrata para obtener ganancias, un recurso que cuesta; los trabajadores son un costo para los capitalistas, por eso buscan reducirlo todo el tiempo.
En la competencia una de las maneras de reducir el costo es mediante la tecnificación, la utilización de mejores métodos de producción, la introducción de máquinas (reemplazar trabajadores por máquinas, por robots, por cajeros electrónicos, etc.). Esto genera un efecto constante de desplazamiento de trabajadores. Puede que en algunos sectores aumente la demanda de trabajo, pero la tendencia general es a reducirlo en mayor proporción en otros.
De este modo, la tendencia normal en el capitalismo es hacia un sobrante de trabajadores, a un exceso de trabajadores, un ejército de reserva.
Esto se complica en las sociedades capitalistas menos desarrolladas por la menor capacidad de competir en los mercados internacionales y la presencia de trabajadores por cuenta propia que nunca fueron eliminados del todo; muchos trabajadores ante la dificultad de encontrar empleo buscan obtener algún ingreso por cuenta propia, o caen en los casos extremos de mendicidad, de prostitución, de delincuencia, etc.
El exceso de trabajadores crea un mercado favorable a los capitalistas, les da más poder en su relación con los capitalistas; esto ayuda a que los salarios se mantengan bajos.
Los datos sobre la economía colombiana son prueba clara de estas tendencias del capitalismo. La sociedad colombiana es una sociedad donde una buena parte de los trabajadores labora en condiciones muy precarias, con muy bajos salarios la gran mayoría, al tiempo que otra parte importante no consigue empleo o consigue sus ingresos en actividades de baja productividad. El desarrollo de la economía capitalista en Colombia no absorbe toda la fuerza de trabajo disponible.
Aun suponiendo que Fico tuviera la fórmula para lograr una tasa de crecimiento del 5%, los efectos sobre el empleo no son claros y buena parte de su propuesta es meramente un conjunto de supuestos y expectativas. El resultado concreto es que Fico, en caso de ganar la presidencia, no va a conseguir ningún cambio de fondo, como no lo ha logrado ninguno de sus antecesores mejor dotados intelectualmente. La Constitución colombiana seguirá siendo una fantasía; la garantía del derecho a un trabajo digno para todos una simple ilusión, imposible de cumplir. Pero Fico cumple, como todos aquellos partidarios del capitalismo con su trabajo en materia política: hay que generar ilusiones y expectativas, hay que intentar lograr una cierta legitimidad del sistema mediante algunas acciones paliativas por parte del Estado.
¿Tiene alguien la fórmula para garantizar un trabajo digno para todos los colombianos? Parecería que no. Si Fico está tan convencido de su capacidad de generar empleo, por qué no compartió la fórmula con el gobierno de Duque?
Fico no tiene el intelecto suficiente, pero si el adecuado.
Dice Kalmanovitz[1] que Fico: “no tiene intelecto suficiente para entender la sociedad colombiana, el país, el rol de las políticas públicas y el rol de la política monetaria”. Quizá Fico, como dice Kalmanovitz no entiende o entiende poco sobre estas cosas. Pero, en mi opinión, entiende lo fundamental: Fico sabe que esta sociedad, incluyendo su Estado, está al servicio del capitalismo y del beneficio y los intereses de los capitalistas. Su corazón y su cerebro, por más limitado que sea, están al servicio de dichos intereses. Igual que Duque, quien hizo todo lo que pudo para que los grandes capitalistas continuaran obteniendo enormes ganancias durante la pandemia, tal como lo muestran los resultados financieros. Fico va a hacer lo mismo, si gana la presidencia.
Kalmanovitz y muchos otros analistas quizá tienen la idea de que la sociedad colombiana y el Estado tienen como función satisfacer las necesidades generales y garantizar el interés público y consideran, desde esta perspectiva, que personajes como Fico no van a tener la capacidad para resolver “problemas” básicos como el desempleo, la pobreza, la miseria y la desigualdad. Fico sabe que estos no son problemas y que además no tienen solución y que tampoco conviene resolverlos; pero sabe que debe ofrecer que hará todo lo posible por resolverlos. Su intelecto es el adecuado para el tipo de sociedad que aspira a representar políticamente. Me parece que quien no entiende del todo bien la sociedad colombiana, a pesar su superior intelecto, es el profesor Kalmanovitz.
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[1] https://nt24.com.co/fico-no-tiiene-intelecto-suficiente-para-entender-la-sociedad-colombiana-kalmanovich/
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: Pluralidad Z
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