“Toda mi vida ha sido una larga pelea con los demonios que han chupado la sangre y sorbido el tuétano de los hombres de nuestro siglo”. (Octavio Paz)
Quisiera tener como telones de fondo, solo de soslayo, unas obras científicas, filosóficas y políticas, con el fin de hacer una pequeña disertación, lejana al proselitismo político y a la ortodoxia teórica; muy cercanas en estos días. Ellas son: “El Mundo y sus Demonios” de Carl Sagan, “Los Ídolos de la Tribu” de Harold Isacc e “Idola Fore” de Carlos Arturo Torres”, y tras de ellos, por supuesto; los idos del foro de Francis Bacon.
El ejercicio político de la coyuntura está poblado de fantasmas o de pretendidos demonios; pero, lo que se esconde allí, es el poder, diseminado en una serie de “micropoderes” (cfr. “La Microfisica del Poder” de Michel Foucault). Entre precandidatos, candidatos, partidos, movimientos sociales y políticos, firmas recogidas de “un número significativo de ciudadanos” por aspirantes aparentemente independientes, y una serie de personalismos e intereses disímiles; lo que está en juego es un ejercicio “rizomático” (cfr. “Rizoma” de Felix Guattari) de la política o una diseminación corpuscular de la misma, sin aparente tronco, columna vertebral o centros políticos y económicos de poder. Sin embargo, por entre la selva espesa de la oratoria, todo parece ir aclarándose, en la medida que llegamos a la primera vuelta de las elecciones presidenciales y a la segunda, según parece.
Una candidata insignificante, que hace mucho tiempo perdió “su oxígeno” y la real posibilidad de construir un partido verde y ecologista, en un país contaminado hasta por la basura política. Esta nos dejó con rabia a los colombianos, principalmente a los jóvenes, mientras ella escribía en París y en francés “Con Rabia en el Corazón”. Ya nadie recuerda el opúsculo y está a punto de olvidarse su cruento carcelazo en las selvas de Colombia. Sus tejemanejes personales y politiqueros se han encargado de esa derrota moral.
Un ex-rector universitario, que no fue capaz de ser realmente independiente, y cuya ingenuidad académica, lo llevó a inmiscuirse y a entregarse en bandeja libros, más no de plata, a una pequeña cueva de lobos vestidos de alternativos y centristas. Allí murió para la política; mientras escribía “En Defensa del Humanismo”.
Entre decentes y avivatos de derecha, centro e izquierda naufragó un matemático politiquero, y enterró, por sus alianzas, la opción posiblemente más seria, de una tercería en Colombia; secundada por un rastro arqueológico del maoísmo; guardiado por una familia que hace creer que sus lágrimas son la reivindicación roja. De ahí, solo se salvó un ejemplar, para la defensa legislativa de un Proceso de Paz, que le es connatural y del cual es uno de sus demiurgos.
Una región, que hace mucho tiempo no pone presidente, saca la voz regañona y envejecida de un empresario menor, sin ninguna opción, en medio de carteles costeños y sindicatos paisas; que son desafortunadamente reales alternativas de poder.
Y para terminar con los jugadores menores, un ex-académico y ex gobernante regional, que terminó enlodado por un patrón, que ahora está enclaustrado en las mazmorras del norte todopoderoso.
Un candidato con una cara de lástima, porque no va a aguantar el legado politiquero, narcótico, corrupto y violento del patrón; que se quita los tenis y se los vuelve a poner, para tratar de distanciarse del que sabemos; y cada vez encarna más en su rostro y en su papel, al otro paisa, famoso por su dramaturgia en “El Águila Descalza”.
Y el próximo presidente, si no lo asesinan o no le roban las elecciones, tiene que distanciarse realmente de muchos fardos ideológicos, políticos, económicos e históricos; para asumir unos retos de gran calado con mucha cautela.
Rusia ya no es marxista ni leninista, y aún le queda mucho de estalinista. Nunca fue trotskista y menos comunista en los términos igualitarios de su concepción original. Hace rato cayó el telón con la desintegración de la URSS y la caída del Muro de Berlín. Y ahora está por anticipado, en el tribunal del juicio occidental; por los estragos de una guerra geopolítica, cuyo análisis se me escapa en este pequeño artículo. No puede ser la disculpa de los poderosos de Colombia; pues allí existe el libre mercado, una democracia con los vicios de occidente, grandes mafias y un intricado panorama de nacionalismos, así prime el eslavismo, y muchos sueños imperiales de Pedro y Catalina; los grandes de verdad. Pero a nosotros, con una simple retórica paisa o santafereña, nos quieren asustar, haciéndonos ver ídolos y fantasmas que ya no son.
La China es una mezcla de modelos económicos, donde prima el capitalismo de Estado, con un nivel de internacionalización de sus negocios, tremendo. Ya no nos pueden asustar con ese mostro de la economía mundial y sus tentáculos; pues ya está aquí construyéndonos el metro de Bogotá; y sin que nos diéramos cuenta, después de los EE.UU, es el segundo socio comercial nuestro. El supuesto comunismo chino ya no es una amenaza para nosotros. El Ejército Popular de Liberación (EPL), nunca fue una amenaza real, y hace tiempo negoció tranquila y discretamente su escaso poderío costeño.
El candidato más opcionado sería muy ingenuo y fantasioso, para emular en su posible gobierno a dictaduras desgastadas como la cubana, la nicaraguense y la venezolana. Puede tener relaciones y mínimas afinidades en algunos aspectos; pero por tamaño, modelo y nefastas experiencias, está llamado a una profunda diferenciación, y a una tremenda imaginación política y económica; para erigir una alternativa real y novedosa; frente a la desigualdad social y a la pobreza económica; que rondan el 50% en Colombia; y que ya está medida por el Coeficiente de Gini, la OCDE, el Banco Mundial, el BID y la CEPAL, y que aquí, no puede esconder ni el DANE; ni las veredas, los barrios, las calles y las plazas atestadas de pobres e informales.
Todo el gabinete y los principales cargos directivos del Estado son importantes para cualquier gobierno; pero valgan algunos apuntes sobre ciertas cabezas de playa, en una futura transformación del país.
Las economías de Estado no son las más llamadas a imitar, pero indudablemente se necesita, en las condiciones colombianas, cierto intervencionismo de Estado y unos márgenes muy especiales de planificación de la economía, porque evidentemente hay que corregir desmanes horrendos del libre mercado, exageraciones del monopolio de las tierras y las finanzas. Y es necesario promover y apoyar emprendedores y mypimes. Por lo tanto, el Ministerio de Hacienda y el Departamento Nacional de Planeación van a tener que ser muy pulcros, muy ingeniosos e incluso muy atrevidos, para diseñar e intervenir en una economía bastante distorsionada.
El Ministerio de Relaciones Exteriores tendrá que verse con una república vecina, bastante explosiva, permisiva y problemática como la venezolana. Con un país cuyos intereses territoriales y marítimos rozan con los nuestros, como es Nicaragua. Ya Cuba no es una amenaza, aunque allí están terminando sus vidas los Vásquez Castaño. Con ellos muere la vieja conexión con el ELN, ya degradado, por el narcotráfico y un terrorismo rural y pueblerino que nunca los hará llegar al poder. A Cuba se le mira con respeto, se le admira su dignidad nacional frente al coloso del norte y se le agradece históricamente su papel en la negociación con las FARC y el santismo.
Un futuro Ministerio de Defensa estará abocado a una gran reforma interna; y en primer lugar no podrá estar engañado, frente a la cuidadosa y patriótica labor en una amplia y porosa frontera con Venezuela; que alberga guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes y contrabandistas; y que es un corredor humanitario indiscutible de millones de emigrantes y desplazados, de un territorio con todas las flaquezas económicas, sociales y políticas, como lo es el país vecino.
Un Mindefensa basado en las categorías de Humanidad, Ciudadanía y Progresismo; tendrá que sortear graves amenazas con el ELN, las llamadas disidencias de las FARC, los paramilitares, los narcotraficantes; militares y grupos sociales y económicos reacios al cambio, y una delincuencia común que ronda los campos y aterroriza las ciudades. Los militares, la policía y otros organismos de seguridad del Estado, no podrán tener mano de seda, ni guantes delicados para afrontar estos grupos, posibles brotes de violencias viejas y nuevas; sin desteñir la nueva ideología y la novísima política de gobierno. Cómo trataremos por ejemplo las nuevas protestas sociales y estudiantiles, cuando se presenten; ya que, con el arribo de la Colombia Humana y Progresista, lo viejo y malo no se acabará de la noche a la mañana.
Existen fantasmas e ídolos internos y externos en este universo de la política, la economía y la administración; que es necesario develar, tratar con realismo, con ecuanimidad, incluso desde la realpolitika. No se puede ser fantasioso, ni totalitarista, en un mundo signado por realidades crueles y en un país plagado por intereses económicos, con lastres históricos, y que requiere un modelo humano, ciudadano y muy progresista.
En la candidatura más avanzada o más opcionada existen relaciones con el liberalismo de corte social, más no neoliberal; pues este último prefirió irse desmoronando en manos del Centro Democrático y las posiciones atrabiliarias. También hay conexiones con lo que queda de un conservatismo social y una exigua socialdemocracia. Los verdes auténticos tendrán que virar hacia la propuesta más realista. Los centristas a ultranza, o se ahogan o deciden. Estas minorías estallarán en pedacitos incontrolables, que ya se borrarán de la historia política colombiana, infortunadamente. A la extrema izquierda no le queda más camino que tranzar con la moderada. Y llegarán solapadamente politiqueros y corruptos desgastados. Habrán críticos, desencantados, rebeldes sin causa, millones que desean cambios a toda costa, una juventud que no conoce sino el largo período del uribato, los defensores de la Carta del 91, y los promotores y defensores del Acuerdo de Paz; ecologistas y población LGTBI+, y viejos sensatos que desean legar lo mejor a las nuevas generaciones.
No solo por su cita vaticana con mi tocayo Pachito Bergoglio, sino por su declaración de confesión católica en Barranquilla; pero además por su conexión con la Iglesia, en su mejor tendencia; representada en la Teología de la Liberación; y en los documentos papales sobre la opción por los pobres (Cfr. Encíclica “Laudato sí”) y el respeto por la naturaleza, relacionado con la llamada Política de la Vida (Cfr. Encíclica “La Casa Común” y Documentos del Sínodo “Querida Amazonía”). Por todo lo anterior, la relación diplomática y sustancial está cantada. Para bien de una nación con mayorías católicas; pero con mucho respeto por la diversidad en las creencias, con mucho auge en la actualidad.
Pensando en la política de la vida, es preciso retornar a Ivan Illich, el pensador fundador del movimiento ecológico, el profeta de “una era de límites”, en una Colombia tan agredida en su naturaleza, por narcotraficantes, monopolios extractivos internacionales, guerrilleros, industriales desmedidos, latifundistas, campesinos inconscientes o acorralados por su pobreza. Es necesaria una fuerte campaña de educación y pedagogía, para introyectar y ejecutar toda una ”política de la vida” (Cfr. “La Sombra que Arroja Nuestro Futuro”. En: Fin de Siglo Grandes Pensadores Hacen Reflexiones Sobre Nuestro Tiempo. NPQ. Mc Graw Hill. Bogotá, 1996.p.69-81). Pero también, es preciso, regresar a las Declaraciones de Rio, El Acuerdo de París y los Convenios de Escazú. Así, como a los filósofos de la vida, del mutualismo, del diálogo entre las culturas orientales y occidentales, y del mutuo respeto por la naturaleza, lógico, incluyendo al ser humano. Ellos son, entre otros, los japoneses Tetsuro Watsuji y Takeshi Umeara (Cfr. “La Civilización de la Selva”. En: op. Cit. P. 182-201).
En medio de la pobreza teórica de las campañas, sin ser trasnochado, deseo rescatar al poeta y filósofo de enorme influencia en el siglo XVIII Johann Gottfried Herder, y al filósofo italiano Giambattista Vico, también del siglo XVIII. Ellos fueron considerados “apóstoles del pluralismo cultural” y “profetas de la variedad”; según la calificación, tal vez del máximo filósofo político liberal de occidente, ya en el siglo XX, como lo fue el letón Isaiah Berlín. Ya nadie habla de “La Sociedad Abierta y sus Enemigos” del filósofo de la ciencia y de la política Karl Popper; que se atrevió a desnudar a Platón, Hegel y Marx; entre otros absolutistas. Pero yo rescato al Marx filósofo de la vida, la naturaleza, la humanidad y el amor de los “Manuscritos”, y no tanto del “Manifiesto”, donde ya se advierte un fantasma.
Ante la lucha de clases, las luchas nacionalistas y los demonios imperialistas que no cesan; y el advenimiento de un mundo multipolar; la aún prevalencia de dicotomías exclusivas y excluyentes y la revolución de los particularismos, cabría nutrirse de algunos filósofos franceses, entre otros de Michel Foucault (Cfr. “Foucault Esencial” y sus seminarios de clase, publicados póstumamente, acerca del gobierno de sí mismo y de los demás) y Gilez Deleuze (Cfr. “El Antiedipo Capitalismo y Esquizofrenia”, en coautoría con Felix Guattari); máximos filósofos políticos, pensadores de las diferencias y las minorías en el siglo XX.
Francisco Cifuentes
Foto tomada de: Elcronista.co
Argelia Londoño says
Gracias Pacho. Leerte de nuevo es una ráfaga de aire fresco!