Aunque el resultado positivo del PIB es un signo de que la economía comienza a recuperarse, estos movimientos se deben interpretar con precaución porque, por su misma construcción, el PIB tiene profundos sesgos, y no informa sobre dimensiones tan importantes como las condiciones de vida.
Los aumentos del precio del petróleo y el mejoramiento de las utilidades de los bancos se reflejan en un PIB más elevado. Este resultado no significa que todo esté bien. Se podría afirmar que los recursos provenientes del petróleo y del carbón pueden ser negativos porque van en contra de la sostenibilidad ambiental. Y, además, también se podría decir que a los bancos les va bien porque terminan ahorcando a las empresas y a los hogares con los altos costos financieros.
Estas limitaciones del PIB han sido reconocidas de muy diversas maneras. Desde comienzos de los 90s, Naciones Unidas está calculando el Índice de Desarrollo Humano (IDH), como una medida más comprehensiva que el PIB. El IDH está compuesto de tres dimensiones: ingreso, educación y esperanza de vida. Hace 12 años, la llamada Comisión Sarkozy, integrada por Stiglitz, Sen y Fitoussi[1], propuso centrar la atención en indicadores relacionados con la forma como las personas viven. La Comisión le da mucha importancia al análisis de las estructuras de consumo, ya que permiten conocer la capacidad de pago de los hogares, y el tipo de bienes que demandan.
La pregunta por una medida integral del bien-estar ya se la hacía Pigou en los años 20s[2]. El autor invita a reflexionar sobre la complejidad de la relación entre el ingreso y otras mediciones como la distribución del ingreso. Las siguientes gráficas expresan la relación entre el crecimiento, expresado en el PIB per cápita, y las condiciones de vida, reflejadas en el tema distributivo.
A partir de los análisis pigouvianos se puede establecer la diferencia entre 6 escenarios que muestran formas alternativas de relación entre el crecimiento y la desigualdad.
En las 6 gráficas se observan dos líneas. Una que corresponde, de manera genérica, a los “ricos”. Y otra que reuniría a los “pobres”. El eje horizontal corresponde al tiempo, y el vertical al ingreso. Estos escenarios ponen en evidencia las complejidades de las interacciones que se presentan entre crecimiento y desigualdad.
En el panel 2 los ingresos de ambos grupos aumentan, y la brecha disminuye. Es un escenario ideal. Y desde el punto de vista normativo habría un cierto consenso en que la situación es “buena”. El polo opuesto es el escenario 3, en el que los ingresos de ambos grupos disminuyen y, además, la desigualdad aumenta. Es una situación “mala”.
Los escenarios intermedios, 1 y 4, son más difíciles de juzgar desde el punto de vista ético. En 1 todos mejoran el ingreso, pero la distribución empeora. Y en 4 todos reducen el ingreso, pero la distribución mejora, así que habría una especie de solidaridad en medio de la crisis.
Durante los meses de pandemia, el país vivió una situación como la descrita en el escenario 3. Tanto ricos como pobres empeoraron su situación y, además, la desigualdad del ingreso se agudizó.
Podría haber otros escenarios. El 5 en el que los ricos aumentan el ingreso y los pobres lo disminuyen. O el 6 en el que los ricos reducen el ingreso y los pobres lo mejoran. En ambos casos las mejoras distributivas se obtienen gracias al traslado de recursos de un grupo hacia el otro.
Desde la filosofía moral siempre habrá discusión sobre la virtuosidad de cada escenario. Se podría llegar a un cierto acuerdo sobre la “bondad” de las situaciones 2, y quizás de 6. Y sobre la “maldad” de 3, y quizás de 5.
Estas gráficas muestran que no basta con observar qué pasa con el ingreso, sino que se deben considerar, de alguna manera, el impacto sobre el conjunto de la sociedad. Y una manera de hacerlo es examinando los cambios distributivos.
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[1] STIGLITZ Joseph., SEN Amartya., FITOUSSI Jean–Paul., 2010. Informe de la Comisión sobre la Medición del Desarrollo Económico y del Progreso Social. Resumen, L’Institut d’Etudes Politiques, IEP, Paris.
[2] PIGOU Arthur., 1920. The Economics of Welfare, MacMillan, London.
Jorge Iván González
Foto tomada de: https://miguelarino.files.wordpress.com/2022/04/precios.jpg?w=870
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