Ese armar irresponsablemente enemigos de mi enemigo es lo que está sucediendo en Ucrania. Si bien la expresión de Putin desnazificacion de Ucrania es una exageración, tiene mucho sentido en razón del role que la extrema derecha ultranacionalista viene jugando allí desde antes del golpe (también organizado por la CIA) contra Yanushchenko, en cuyo derrocamiento violento grupos de neonazis (supremacistas blancos y antisemitas) jugaron un papel fundamental. Si bien el batallón Azov (con sus símbolos nazis de los SS y la cruz gamada estilizada) es el más influyente por su militancia violenta y su imbricación con el gobierno de Zelensky (ministerio del interior, activa participación en la lucha antes y después de la invasión), este hace parte de al menos 30 grupos con ideología similar e igualmente extremistas violentos que se presentan como simples nacionalistas. Este fenómeno es de muy vieja data en Ucrania donde han prosperado desde la 1ª posguerra, desde su lucha contra los polacos en el oeste del país habitado por una población occidentalizada; la cual se enfrenta a la rusa del este desde que Lenin en su política de indigenizacion de las repúblicas de la URSS integró a las dos en un país con dos nacionalidades.
Tanto esta contradicción, como el papel protagónico de estos grupos fascistas, los que encabezados con ultra fascistas como Bandera, colaboraron activamente con los nazis no solo militarmente sino también como agentes del holocausto (incluyendo la masacre de polacos), emergieron con toda fuerza desde la preparación del golpe de la revolución de Maidan adelantada por la fracción occidentalizada, ante cuyas amenazas y agresiones reaccionó la minoría rusa del este respondiendo en forma que precipitó la guerra que se expandió a la actual. Pero el punto sobre la política exterior americana es la forma como han apoyado financiado armado y entrenado a estos grupos que juegan un papel fundamental en la guerra, como lo mostró el del batallón Azov en el sitio de Mariupol, si bien su destacado role viene desde 2014 como agentes del ataque y persecución del gobierno ucraniano contra los rusos del este, como parte de una estrategia que incluyó bombardeos permanentes y el amasamiento de una fuerza invasora de 110.000 hombres presta a invadir las repúblicas del Dombas.
Dicho apoyo, financiación y armamento tiene muchos antecedentes pero el más notable, el ejemplo más patente que muestra como los diseñadores de la política exterior americana no aprenden[2], es Siria; el caso más reciente e ilustrativo de como montan golpes de estado apoyando grupos extremistas (Alquaeda) armándolos sin mesura o control de destinación algunos. Y ahora en Ucrania repite esta política de inundar de armas a un país en el cual el estado no tiene control de grupos de milicias extremistas (como las que lo forzaron –junto con las americanos- a desconocer el acuerdo de Minsk contribuyendo así determinantemente a la explosión de la guerra) a las cuales ha integrado tanto en el gobierno como en el ejército. Aunque en realidad esto es ya la política de Europa Occidental a través de la OTAN (que ha incluido entrenamiento der sus cuadros en las academias militares de varios países de la alianza), la cual se une no solo a la insensatez de prolongar la guerra escalando e impidiendo un acuerdo que permita un cese al fuego que frene la matanza de ucranianos con la agresividad de los extremistas ingleses y polacos, sino también al irracional fortalecer a los enemigos de sus enemigos. En efecto ni USA ni OTAN tienen control de cuál será la destinación final de este armamento que están entregando a un ejército infiltrado y compuesto por estos neonazis, que occidente presenta como nacionalistas ocultando su naturaleza fascista enraizada en su ideología desde sus orígenes históricos (BBC: el batallón Azov, el cual es acusado de tener algunos nexos con grupos de extremistas de derecha…).
Así, a los medios aplicaría también esta incapacidad de aprender; eso si se creyera en su buena fe de presentar una información balanceada, de la cual han prescindido para integrarse a la maquinaria ideológica propagandística del gobierno americano. Es como si ni Iraq con su fabricación cínica y descarada de realidad paralela (nexos con Aqueda y de armas de destrucción masiva) por los gobiernos americano y británico; ni Siria (fortalecimiento de Aqueda y de ISIS): ni Afganistán (de los Talibanes), hubieran sucedido. Aunque en realidad es suficiente con contrastar la obsesiva propaganda y fobias anti rusas, denunciando (con razón en muchos casos) permanentemente atrocidades, con la complicidad con las mucho peores agresión y atrocidades contra Iraq. ¿Se trata de que no aprenden sobre la capacidad de fabricar realidad paralela de la propaganda americana o que hacen parte integral de esta maquinaria tan eficiente en desinformar? El hecho es que ya no se puede confiar en la objetividad de la información divulgada por medios como CNN y BBC, e incluso (salvo algunas columnas) en la de NYT WP y peor aún The Guardian, y hay que acudir a Al Jazeera o a los medios indios para tener alguna idea de la que viene pasando en Ucrania. De manera que una estrategia que no tiene la menor consideración con los ucranianos, sino que los usa hasta su destrucción para debilitar a Rusia y humillar a Putin, es presentada como la defensa de la democracia liberal para ellos: un éxito sin precedentes en una hipnosis mediática uniforme universalmente.
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[1] Como le contesto agudamente Putin a GW Bush cuando en una rueda de prensa en Rusia aconsejo paternalistamente a los rusos hacer una transición a una democracia a la americana: si claro, como la de Iraq…
[2] Como si se necesitara otro ejemplo más que el patético (después de Vietnam) Iraq, o Afganistán donde contribuyeron a la creación y fortalecimiento de los Talibanes (para luchar contra los invasores rusos).
Ricardo Chica
Foto tomada de: Diario AS
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