De manera sorpresiva sectores de la derecha, como el dirigido por César Gaviria y un destacado grupo de parlamentarios conservadores, suscribieron acuerdos programáticos para garantizar la gobernanza del presidente electo y asumir posiciones de comando al frente de las mesas directivas de la corporación legislativa, con Roy Barreras como presidente del Senado, lo cual generó algún tipo de inconformismo entre los petristas “históricos” como Alexander López y Gustavo Bolívar, que aspiraban a tan importante cargo. Primó allí la madurez política del nuevo presidente, que con gran olfato logró la adhesión de varias bancadas otrora rivales.
Inclusive fue histórica la visita del expresidente Álvaro Uribe, del contendor Rodolfo Hernández y otros destacados dirigentes de la derecha como Germán Vargas Lleras, en un clima amable de entendimiento que parece generar, por lo menos en principio, un ambiente alejado de la pugnacidad que se desplegó en la campaña presidencial y asegura un éxito en las iniciativas gubernamentales. La adhesión de los parlamentarios conservadores generó una gran crisis en las toldas azules, llevando a la renuncia del presidente del Directorio, Omar Yepes Alzate, quien se adelantó a señalar mediante comunicado la declaratoria de oposición al Gobierno.
La enseñanza que dejan estas semanas de acuerdos de las distintas bancadas, es que los partidos o movimientos se guían por intereses de conservar sus posiciones estratégicas dentro del Estado, así como determinados enclaves, porque miran el enorme poder presidencialista con respeto y lo valoran como el epicentro de la actividad estatal. También demuestra la carencia de organizaciones políticas serias, que respondan a procesos democráticos y estructurales internos para tomar esas decisiones, guiándose por aspectos meramente pragmáticos de conservar el poder. Así ha sucedido en la historia del país, si lo analizamos por ejemplo con la participación en el Frente Nacional donde milimétricamente se repartían los ministerios y cargos entre liberales y conservadores, luego del acuerdo entre Alberto Lleras y Laureano Gómez durante el denominado Frente Nacional.
También dentro del esquema Gobierno-oposición del presidente Virgilio Barco Vargas, el cual sin embargo tuvo representantes conservadores en algunas carteras, así como voceros en el cuerpo diplomático. Obviamente que la negociación política de los acuerdos también genera compromisos y de esos poco se habla, especialmente cuando son burocráticos.
La nominación del nuevo canciller en cabeza de un veterano y experto conocedor de los temas de paz, como es Álvaro Leyva Durán, integrante del conservatismo progresista, hace presagiar un buen manejo de las relaciones internacionales, en especial con Estados Unidos y con Venezuela, país este último con el cual se van a restablecer las relaciones diplomáticas y comerciales.
También es destacable la presentación del informe de la Comisión de la Verdad, en cuyas conclusiones recomienda la creación de un Ministerio de Paz, aspecto que ha venido trabajando arduamente la Alianza Global para Infraestructuras de Ministerios de Paz GAMIP y que será tema de amplia deliberación en la Cumbre del Gamip en el mes de octubre en Colombia.
La presencia de un economista altamente valorado en círculos internacionales como ministro de Hacienda, permite esperar que José Antonio Ocampo ofrezca a los mercados y al sector productivo un panorama de tranquilidad, así como el impulso de la reforma tributaria, donde los que más ganan más paguen, derogando la malhadada reforma de Duque del 2019 que benefició ampliamente a los sectores privilegiados del país y que fue el detonante del llamado estallido social.
La reciente tragedia en la cárcel de Tuluá advirtió la necesidad de impulsar una profunda reforma a la política criminal, que no ha existido en Colombia, con tasas de hacinamiento muy altas. Petro así lo anunció.
La agenda legislativa del nuevo Gobierno se prepara desde los equipos del Pacto Histórico y se sabe de numerosos proyectos que van a ser presentados el 20 de julio por las bancadas de la coalición. Cuenta el nuevo Gobierno con mayorías nítidas para impulsarlas en beneficio del pueblo colombiano.
Luis Bernardo Díaz, Presidente Tribunal Internacional de Opinión, TRINO
Foto tomada de: Twitter Gustavo Petro
Clara Inés Domínguez García says
Análisis de una claridad meridiana, mesurado como lo exige este momento de transición y empalmes. El presidente electo ha tomado la ruta correcta de la reconciliación, el perdón, la tolerancia y la prudencia, condiciones olvidadas en nuestro país en las últimas décadas.
Los acercamientos a todos los actores del conflicto, de la guerra y del desequilibrio social, político, moral y económico es el adecuado, es el que muestra la sensatez, la madurez política y la sólida formación teórica y académica de Gustavo Petro.
Gracias Doctor Luis Bernardo Díaz por este artículo que contribuye a entender desde la mirada de un Líder como usted, la importancia de dejar gobernar al Presidente Petro..