Lo anterior por la multiplicidad de roles y funciones públicas que se necesitan, las cuales van desde los cargos directivos de primer nivel a las funciones operativas más elementales y cotidianas, estas últimas son las que soportan toda la estructura del día a día del Estado.
El titulo que antecede este párrafo no se debe leer como una critica a la apuesta del Gobierno Nacional de convocar a los titulares con Doctorado, esta fue una medida acertada no solo en el convocar a quienes han transitado por este proceso si no en abrir las puertas del Gobierno, pero el mensaje que se deja en lo colectivo se debe saber interpretar, el Gobierno reclama de todo tipo de procesos formativos, no se puede olvidar que Doctorado es un proceso formativo al cual solo ha accedido un pequeño numero de ciudadanos.
Es evidente la dificultad que tiene todo gobierno de integrar sus equipos de trabajo en los diferentes ordenes y niveles de lo nacional, más aún en los primeros meses, pero este proceso puede resultar aun mas complejo si el espectro se cierra y segmenta a los últimos escalafones académicos, lo que en principio se puede presentar como una apuesta inclusiva de la cualificación puede mutar con mucha facilidad a una versión segmentada.
Es determinante no cometer el error de hacer una lectura donde la titulación sea asimilable de forma automática a capacidad y vocación por lo público, la apertura de lo institucional también radica en reconocer que un escalafón académico no se traduce de forma automática en las dimensiones del sector público.
A partir del 19 de junio la presión social, institucional y laboral que carga el presidente, Gustavo Petro, es la de conformar en el menor tiempo posible su equipo de trabajo, para unos esta exigencia de celeridad es una forma de identificar el rumbo y matices del gobierno, para otros el saber si estarán dentro de la estructura, para la oposición saber dónde centrar sus críticas y para la ciudadanía saber dónde se centrara la oferta institucional.
El dialogo anterior permite colocar como centro de conversación cual será la capacidad del Gobierno de estar integrado por las fuerzas sociales, esas mismas que impulsaron el proceso a la victoria electoral, donde la disputa por lo institucional también presenta el camino de la función publica como ruta.
Esta ventana de oportunidad permite en vivencia propia lo que implica pasar de la resistencia al poder, comprender que ser gobierno trae consigo retos profundos sobre las concepciones y rumbos, un espacio para las contradicciones y aciertos, un espacio para la ciudadanía, como objeto de reflexión el lugar de los jóvenes en el Gobierno.
La posibilidad de formar nuestra ciudadanía joven en lo institucional esta mediada por ser parte de esta misma, como expresión pedagógica o como oportunidad, como reconocimiento o como expresión de coherencia de un proyecto político que logra su posicionamiento por una fuerza popular que pocas veces ha tenido la oportunidad de transitar por la experiencia de la función pública.
Con esto no me estoy expresando sobre los cargos directivos de primer o segundo nivel gerencias o instancias directivas, me refiero a los funcionarios del día a día quienes mueven esta estructura burocrática que llamamos Estado, ahí están los oficios secretariales, roles de los técnicos y tecnólogos, el lugar de los estudiantes universitarios y egresados sin experiencia laboral que pueden cumplir una amplia variedad de las funciones sociales y operativas del gobierno, esa masa no menor de ciudadanas y ciudadanos que buscan un soporte en el mundo laboral digno.
Esa misma masa obrera que busca mejores opciones a tener que vender su fuerza de trabajo en la “Revolución Tecnológica e Industrial de los Call Centers” o la precarización salarial en el sector privado por esa condena lapidaria de la inexperiencia o la no cualificación especializada.
Se habla en múltiples escenarios sobre la necesidad de idoneidad y calidad ética de los funcionarios públicos, pero una de las preguntas focales es que tantas oportunidades existen para los jóvenes de estar al servicio de lo público, fuerza que encauzada puede aportar de formas significativas a la estabilidad que requiere este gobierno.
La principal prioridad de un joven que este estudiando o que llegue a su mayoría de edad radica en la búsqueda de una fuente de (empleo-ingresos) que le permita tener un pequeño margen de autonomía, sea en lo personal o de apoyo económico en la carga de cuidados de sus núcleos familiares, es bastante alejado de la realidad vender la idea de que la única preocupación del joven debe ser estudiar, es necesario quebrar ese mito peligroso y prejuiciado antes mencionado, la realidad marca que el principal objetivo de todo estudiante durante su formación y finalizar la misma es su ingreso a lo laboral.
El Estado tiene el reto de ampliar la posibilidad de contratación de las y los jóvenes, permitirles aproximarse a lo público y fórmalos en lo misional del Estado, pero esto solo es viable si no se les discrimina por su sentenciada condición de no tener experiencia o estar obligados a terminar su proceso formativo para acceder al mundo laboral.
Claro que es importante que todo estudiante termine su proceso formativo, pero la vida se debe leer desde un sentido de realidad por encima del deseo aspiracional, la mayoría de jóvenes reclaman una fuente de ingresos, durante los años que este proyecto político este en el poder debe reconocer que la principal preocupación la población inicia y termina con las fuentes de empleo, no por que los otros problemas no importen, todo lo contrario, es porque muchos de los problemas inician por esa ausencia de fuentes de empleo.
Una estructura de gobierno se moviliza con una fuerza de trabajo amplia, donde se hace una mezcla de trayectoria, pero también de apertura, donde se posibilita un relevo generacional y al mismo tiempo una fuente de empleabilidad con condiciones laborales dignas, esa movilización de cargos debe brindar un lugar preponderante a las juventudes, aprender a construir un gobierno con los jóvenes a los que tanto se les reclama el formarse, es errado concebir que un Estado es eficiente si se opera con una planta de personal limitada, esta lógica de reducción puede terminar favoreciendo la explotación laboral.
Una agenda de transición se construye con funcionarios, siendo esta una oportunidad de generar el lugar que los jóvenes pueden y deberían ocupar en este cuatrienio, son esos mismos jóvenes que históricamente no son llamados a integrar el servicio público, son los mismos a quienes se aplaude cuando integran las organizaciones de base, pero a los que se les cierran las puertas cuando quieren estar en el aparato del Estado.
Esta debe ser una apuesta diferente, su sentido debe ser la expresión de permitir que esos jóvenes y estudiantes a los que por años se les reclamo hacerse cargo del país, hoy puedan en términos institucionales asumir ese lugar como funcionarios al servicio del estado.
De la resistencia al poder también deber ser la interpelación por el lugar dentro de las instituciones.
Abdiel Mateus
Foto tomada de: GS Noticias
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