La derecha no hay que subestimarla. Siempre está al acecho junto con sus socios del imperio. Hoy la derecha se rige por el odio, las calumnias y el miedo. Tiene aliados en los medios de comunicación, en el corrupto poder judicial, en las fuerzas armadas, en la policía, en los Estados Unidos, en el 51 estado de la Unión Americana, Europa, en los organismos multilaterales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la OCDE, la OEA, una agencia al servicio del imperio, y en una izquierda caviar. Y, por supuesto, en la ingenuidad de las fuerzas progresistas y de izquierda.
Algunos gobiernos progresistas han caído en la conciliación de clases, creyendo que, porque tienen alianzas con la derecha, para lo que llaman gobernabilidad, no les va a pasar nada.
Confían en las fuerzas armadas, no las limpian de los elementos derechistas antidemocráticos vinculados a las oligarquías y el imperio, no limpian el corrupto poder judicial, no se apoyan en la movilización popular y desprecian a las fuerzas obreras organizadas.
La izquierda caviar
Lo que más hace daño a las fuerzas progresistas es la llamada izquierda caviar, definida como aquella que proclama tener ideas de izquierda pero que en la realidad tienen una vida con cierta comodidad o que sus posturas son ambiguas, y que carecen de compromiso serio con la acción política.
Hoy fue castillo, ¿mañana quién?
Digámoslo sin tapujos, lo de Pedro Castillo en Perú fue un golpe de estado. ¿Quién seguirá?
Desde un comienzo la élite peruana no lo aceptó y comenzaron a bloquearlo. En esto han participado todos los poderes fácticos: los partidos políticos de la derecha y de la extrema derecha con el fujimorismo, todos los medios de comunicación, las fuerzas armadas, la justicia, la oligarquía en sus diferentes expresiones y por debajo de cuerda la embajada americana.
Cometió errores, es cierto, peleó con su partido, el partido Libertario de Cerrón. Se entregó a los partidos de derecha, no defendió a sus hombres. Su vicepresidente de origen de izquierda lo traicionó con tal de llegar al cargo de presidente. Confió en la OEA, en ese ministerio de colonias de Estados Unidos, en Almagro, ese personaje terrible, tramposo, y traidor, instrumento del imperio. Todos, hasta su escolta le dieron la vuelta. No preparó a los movimientos sociales, a los obreros, a los intelectuales para que lo defendieran. Fue un verdadero ingenuo.
Este es un ejemplo, como el de Allende en Chile que confió en Pinochet, de Rafael Correa que hizo nombrar presidente a Lenin Moreno, en el vicepresidente de Dilma Rousseff.
No se puede confiar en la derecha, la conciliación de clases es el camino al suicidio. Cuando menos se piensa, la derecha da el golpe.
En Argentina el corrupto poder judicial persigue a Cristina Fernández de Kirchner
En Argentina la derecha no da tregua con el macrismo y el nuevo partido extremista Javier Miel, que obtuvo 17% de los votos en Buenos Aires Allí, como en Brasil, Ecuador y Perú, y en menor medida Colombia, existe el partido judicial, manejado por la derecha.
Hoy el partido judicial condenó en primera instancia a Cristina de Kirchner, la líder más popular de Argentina, y candidata de nuevo a la presidencia, para eliminarla del juego político. Es un golpe de estado judicial como el que sufrieron Lula, Dilma, Correa y Pedro Castillo.
El presidente Alberto Fernández es un hombre muy tímido, del ala de derecha y de centro del peronismo, que es presidente porque Cristina lo colocó. Es conciliador y por eso no ha podido hacer nada especial
¿Seguirá Lula?
Luis Ignacio Lula parece el más débil de todos, ya que no tiene poder parlamentario propio, tiene a un vicepresidente de derecha (¿lo traicionará?), el bolsonarismo es la primera fuerza política y tiene alcaldías muy importantes. Las fuerzas armadas son instrumento del sistema, derechizadas, que siguen intactas.
Sin embargo, confiamos que Lula por su experiencia de ocho años de presidente, más lo que le pasó Dilma, será suficientemente inteligente para no dejarse llevar al precipicio. Además, cuenta con un partido, el Partido de los Trabajadores, fogueado por muchos años de lucha y persecuciones.
Gabriel Boric no preocupa
La izquierda caviar de Boric no es problema para el sistema. Está aliado con el neoliberal partido Socialista y con la Democracia Cristiana. No es problema, ataca constantemente a Cuba, Nicaragua y Venezuela. Sigue los dictados del imperio. Desde un comienzo se sabía que pertenecía a la izquierda light. Su ministro de Hacienda, socialista, es neoliberal y la ministra de defensa, socialista, trabajó con Almagro en la OEA.
Pero, no todo es color de rosa porque surgió un partido de extrema derecha con fuerte participación parlamentaria, que tuvo como rival para la presidencia a José Antonio Kast con el partido Republicano, que tuvo una votación importante para las elecciones legislativas…
Es un país de los más conservadoras del continente junto con las élites peruana y colombiana.
AMLO bajo ataque
El presidente de México, Manuel Andrés López Obrador es el más fuerte de todos, goza de amplia mayoría parlamentaria y apoyo popular. No le tiene miedo a la derecha que lo ataca continuamente, ni ha buscado nunca conciliar con ella, a pesar de que sufre ataques durísimos apoyados por la derecha española y de Estados Unidos.
La derecha arrecia de nuevo en Bolivia
El presiden Arce, como antes Evo Morales, sufre el asedio de la derecha de Santa Cruz, dirigida por el político extremista Luis Fernando Camacho, gobernador de la provincia de Santa Cruz, que ha promovido paros regionales y ahora propone un paro nacional.
Gustavo Petro, ¿conciliador de clases?
En Colombia se ha vendido la idea de la gobernabilidad para aliarse con la derecha y que hay que ser prudentes, que no hay que alborotar al establecimiento, que hay que ser moderados. En realidad, Gustavo Petro no es de izquierda, sino de estilo reformista, de un reformismo que quiere fortalecer al capitalismo, con un enfoque más social.
Así como en Perú existe el fujimorismo, en Colombia tenemos al uribismo, partidos de extrema derecha.
Su gabinete es una mezcla de todo: de santismo, fajardismo, samperismo, de derecha representada por los partidos conservador, de la U y de la derecha del partido liberal, y de ministros de variado compromiso partidista.
Tiene ministros de corte tradicional, como el de Hacienda dirigido por José Antonio Ocampo, fajardista-samperista, muy elogiado por la oligarquía y los medios de comunicación; que ha colocado todos sus alfiles en el ministerio, en la junta directiva de Ecopetrol, con Mauricio Cabrera y Mónica de Greiff, y en el Banco de la República con el nombramiento de la nueva codirectora. Está, igualmente, el neoliberal Alejandro Gaviria en el ministerio de Educación. Los partidos tradicionales siguen con una fuerte tajada de poder nacional y departamental, donde no se ha movido a nadie.
A pesar de que Petro no es un peligro para el capitalismo colombiano, la derecha, como la del Perú, no acepta ningún cambio, por mínimo que sea, pero en Colombia la tradición militar no es la de dar golpes de estado y si se organiza al pueblo para movilizarse, incluyendo la clase obrera, los campesinos, los estudiantes y los intelectuales, la derecha no tiene oportunidad de subversión.
Resto de Latinoamérica
En Honduras, con Xiomara Zelaya hay problemas. La derecha nacional e internacional, y otra vez la OEA, la atacan porque quiere acabar a las bandas criminales como Bukele en El Salvador.
Cuba, Nicaragua y Venezuela siguen siendo atacados por la derecha Latinoamérica, por los Estados Unidos y por el 51 estado de la Unión Americana, Europa, que, como el imperio, su jefe, no aceptan gobiernos que no sigan sus intereses coloniales.
Y se hace uso de todo tipo de infamias, mentiras, calumnia y fake news por la derecha latinoamericana y del mundo. Para ello utilizan a los medios de comunicación, a las redes sociales, a medios y escritores pagados y se contratan libros para difamar de todos líderes independientes del imperio.
Conclusiones
La experiencia nos muestra que no hay que confiar en la derecha que no dejará de ser subversiva, ni en la OEA, los Estados Unidos, las Fuerzas Armadas, Europa, los medios de comunicación y el poder judicial.
Esto implica:
- Limpiar las fuerzas armadas de elementos de derecha antidemocráticos
- Reformar a los medios de comunicación
- Tener una política de medios popular
- Y, especialmente, no ser ingenuos
En otros aspectos, hay que tener verdaderos partidos de izquierda, organizados, democráticos.
Siempre movilizar al pueblo, a las organizaciones obreras, a los intelectuales.
A nivel internacional, fortalecer la CELAG, UNASUR y el Pacto Andino
Grave el daño de la izquierda caviar en Latinoamérica que, por principio, es conciliadora y le teme a los cambios reales.
Diego Otero Prada, Presidente de la Asociación Colombiana de Economía Crítica-ACECRI
Foto tomada de: El País
Deja un comentario