¿Es la primera guerra del siglo XXI importante? No. Ha habido algunas más —demasiadas— de enorme trascendencia. Poco sabemos de ellas los europeos, tan acostumbrados a mirarnos el ombligo propio. ¿Quizás sea también debido al enorme interés de quienes las favorecen por mantenernos en la ignorancia acerca de su envergadura? Para saber un poco más, deberíamos retroceder al siglo XX.
Incidencia de Estados Unidos en los conflictos bélicos más relevantes
Desde la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos ha estado implicado en casi todos los conflictos armados que se han desarrollado en nuestro planeta. En muchos de ellos, pareciera que indirectamente. Con todo, de un modo y otro, ha ejercido y ejerce una enorme presión e influencia. Posiblemente, la relectura de la “doctrina Monroe” nos permitiría dilucidar por qué ha sido así.
Para no ir muy atrás en el tiempo, partiremos de los posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Los dos primeros en que se vio involucrado tuvieron lugar en Corea y Vietnam; sin obviar algunos “colaterales” en regiones vecinas, como Laos, casi tan devastada como Vietnam, pero, del cual poco sabemos.
Tampoco podemos relegar al olvido que fueron los artífices del fenómeno conocido como “Guerra Fría”. Los sucesivos gobiernos de Estados Unidos consiguieron que el bloque capitalista occidental viviese enfrentado al bloque soviético hasta la caída de la URSS. Por cierto, no está de más recordar que fue la primera vez que la humanidad estuvo a punto de desaparecer por el enfrentamiento entre Kruschev y Kennedy a causa de la crisis de los misiles soviéticos instalados en Cuba. El conflicto ucraniano lleva camino de convertirse en el segundo conflicto que podría acabar con nuestra especie en el planeta.
Asimismo, me veo en la obligación de hablar de la existencia de conflictos que se han producido a causa de la intransigencia de Estados Unidos. Intransigencia de la que no se ha informado a la población mundial a través de los medios de comunicación de masas más conocidos. Me estoy refiriendo a las ofertas de pacto por parte de Saddam Husein de Irak después de haber invadido Kuwait, Muamar el Gadafi de Libia o los talibanes afganos cuando ofrecieron a Estados Unidos la cabeza de Osama Bin Laden, al cual prometieron entregar en Pakistán. Tanto en estos tres casos como en otros —de los cuales hablaré en otros artículos—, Estados Unidos siempre ha preferido potenciar los conflictos.
Conflictos bélicos más destacados
Entre 1990 y 2021, ha habido 59 conflictos armados en cincuenta países.
En 2021, se mantenía en pie de guerra el 29% aproximadamente. El 44% había llegado al final gracias a un acuerdo de paz, método que no parece gustar mucho a Estados Unidos, por lo que hemos sabido a través de informes confidenciales que han conocido la luz con posterioridad. Solo el 10,2% se han resuelto mediante la victoria de una de las partes; lo cual demuestra, según Clausewitz2, que muy pocas veces se dan en la historia de la humanidad vencedores claros. Dos conflictos se “desintegraron” y un 13,6% no están ni resueltos ni en fase bélica. Curiosamente, son los más olvidados y enquistados.
¿Por qué empeñarse, pues, en seguir batallando si tantos somos los perdedores?
Acuerdos de paz
En Angola, Burundi, Congo, Côte d’Ivoire, Chad, Etiopía/Eritrea, Liberia, Mozambique un primer periodo, Sierra Leona, Sudáfrica, Sudán en dos etapas, Sudán del Sur, Indonesia (Aceh), Indonesia (Timor), Nepal, Tayikistán, Bosnia —acuerdo imperfecto—, Croacia, Kosovo —impuesto y en negociación— y Líbano.
Conflictos activos
En Burkina Faso, Camerún, Libia, Malí, Mozambique, Nigeria, RCA, RD Congo, Somalia, Filipinas —varios—, India / Pakistán, Turquía, Ucrania, Iraq, Siria y Yemen.
Conflictos no resueltos
Etiopía —varios—, Filipinas —varios—, Myanmar —varios—, Pakistán —varios—, Colombia —varios—, Armenia / Azerbaiyán, Georgia (Abjasia) e Israel / Palestina.
Desactivados
Argelia y Uganda.
Victorias militares
Ruanda (1990-2002), Afganistán, India, Sri Lanka, Perú y Chechenia.
Importancia de los mediadores en los conflictos
Afortunadamente y quizás gracias a los mediadores, la mayoría de conflictos terminan en acuerdos de paz, si bien se han visto acompañados de largas y complejas negociaciones entre los implicados. En efecto, ha habido mediaciones en las dos terceras partes de los acuerdos de paz que han favorecido el final de la guerra.
Las grandes potencias no han destacado precisamente como buenos mediadores. Sí que se ha constatado que han sido importantes las negociaciones en las que han intervenido Naciones Unidas, algunos organismos regionales y países pequeños como Noruega.
Tipología de los conflictos armados
Solo cuatro (el 6,7%) han sido guerras entre dos estados: Etiopía – Eritrea, India – Pakistán, Armenia – Azerbaiyán e Israel – Palestina.
Las 46 guerras restantes (93,3%) han sido internas, lo cual no significa que hayan sido civiles todas ellas. Ahora bien, se han podido regionalizar algunas o participar indirectamente otros países en otras o tener lugauna combinación de distintas tipologías. Es más, la mayoría de los conflictos armados menos intensos tienen un fuerte componente de internacionalización.
Influencia de la terminología en el devenir de los conflictos
El uso de una terminología determinada es muy importante para quienes participan y nos encontramos con que se utilizan para un mismo territorio términos como rebelión, liberación, operación especial…
Frente a la confusión que la terminología genera y para evitar el incumplimiento de los Acuerdos de Ginebra —que, por cierto, nadie cumple—, el Comité Internacional de la Cruz Roja prefiere denominarlos “conflictos armados no internacionales”, porque afectan a la aplicación del derecho humanitario, la acción exterior de terceros países, el intervencionismo o la ayuda humanitaria.
Incidencia de la colonización
Es importante reseñar que el 60% de los países que han padecido guerras a lo largo del periodo reseñado fueron colonias y alcanzaron la independencia en la segunda mitad del siglo XX.
Podríamos denominarlos “países jóvenes” y la mayoría están en África.
¿Por qué continuamos matándonos?
Solo el 9% de las guerras se ha saldado con una victoria militar, lo cual demuestra lo absurdo de las guerra. Y más teniendo en cuenta que cuatro de cada cinco conflictos han terminado en paz tras una negociación. ¿Por qué, pues, continuamos matándonos?
Veamos, de mayor a menor frecuencia, los rasgos más destacados que incitan a iniciar y mantener un conflicto bélico:
- La religión. Pesa mucho en el continente asiático y, en menor medida, en África. El fenómeno yihadista —tan bien alimentado por los Estados Unidos— está presente en la mayoría de los continentes. El rasgo más destacado es su gran capacidad movilizadora vinculada a la política.
- Las demandas de autogobierno, bien por independencia o autonomía. Con resultados muy diferenciados y con una enorme variedad de nacionalismos. En los años 1990, destacaron en los Balcanes y Asia. No siempre ligados a disputas territoriales, que, sin embargo, han sido fundamentales en Europa.
- Disputas étnicas, comunitarias, etnopolíticas e identitarias. De variadas etiologías y manifestaciones. Destacan en África y Europa. Sus demandas pueden ser políticas, culturales, sociales o religiosas.
- Luchas por el poder político. La primera causa en África. Suelen estar vinculadas a corrupción, autocracia, nepotismo, dictadura, represión, fraude electoral y marginaciones territoriales. Aunque, más que de un deseo de conseguir la democracia, se trata de un afán de control.
- Marginación de muchos territorios, claramente en África y Asia.
Condiciones previas para que se produzca un conflicto
- Antecedentes bélicos o muy conflictivos próximos
- Peso geopolítico del país
- Conflicto regional y existencia en varios simultáneos, división o partición del país;
- Estado en fase de construcción
- Crisis e inestabilidad política permanente y falta de gobernabilidad
- Rivalidad entre líderes políticos
- Corrupción, impunidad, dictadura, militarización, marginación y agravios territoriales, ausencia del Estado en las regiones conflictivas, divisiones étnicas o comunitarias conflictivas, divisiones religiosas conflictivas o sectarismo belicoso
- Estigmatización, manipulación, venganza o limpieza étnica o religiosa u odio racial, etnopolítica
- Cultura de la violencia, venganza u odio muy arraigado
- Conflictos por la posesión de tierras, existencia de importantes recursos energéticos o mineros, etc.
Tipologías en el ámbito militar
- La asimetría en cuanto a la capacidad militar
- La proliferación de actores armados
- Las escisiones y disidencias de los grupos armados
- Las variabilidad de las milicias
- El paramilitarismo
- La intervención u ocupación externa e internacionalización de la guerra
- La dependencia externa
- La existencia de operaciones de mantenimiento de la paz
- La criminalización de los actores armados
- El fracaso de desmovilizaciones o de grupos armados
- La financiación de los actores armados a través de recursos naturales del país y del saqueo
- Los excesos e impunidad de las Fuerzas Armadas
- Y algunos más…
Métodos para incitar al conflicto
- Terrorismo clásico
- Contrainsurgencia
- Yihadismo
- Genocidio
- Castigos colectivos
- Ataques importantes contra la población civil o retaliación
- Ataques sexuales sistemáticos contra las mujeres
- saqueo y bandidaje
- violaciones masivas y sistemáticas de los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario
- Destrucción, deterioro o difícil acceso a los servicios básicos (sanitarios, educativos, agua, electricidad, etc.)
- Control o restricciones a la ayuda humanitaria
- Bombardeo sobre la población civil
- Bloqueo y asedio a las ciudades, bloqueo a puertos de entrada de la ayuda humanitaria
- Incendio de aldeas
- Política de tierra quemada
- Guerra química
- Y algunos más…
La violación masiva de mujeres en las guerras y otros conflictos menos letales es un sistema organizado y planificado por los agresores para aterrorizar y humillar a las mujeres, a sus comunidades y a su cultura. Se trata de una forma de mutilación emocional personal y colectiva que incluye el deseo de borrar o esterilizar la identidad comunitaria. Hay una clara intencionalidad política, reforzada por la impunidad con la que se produce.
Consecuencias
Además de las ya citadas,
- Desplazamientos importantes y población refugiada
- Aumento de la pobreza ya existente
- Inseguridad permanente
- Colapso económico
- Destrucción de las infraestructuras básicas
- División o partición del país
- Crisis e inestabilidad política permanente
- Falta de gobernabilidad, militarización, gran aumento de la inseguridad alimentaria, hasta llegar a situaciones de hambruna
- Y algunas más…
Los conflictos armados pueden analizarse en función de muchos parámetros. Algunos se distinguen por su enorme letalidad, otros por la destrucción de infraestructuras, otros por sus estrategias para hacer pasar hambre a su población, por la población desplazada y refugiada que causan, por el nivel de ensañamiento y sevicia…
Sin hablar del genocidio de Ruanda (1994) —que supuso una tasa del 8% de toda la población— los más destacados en orden descendente en cuanto a las consecuencias son: Eritrea, Liberia, Sierra Leona, Afganistán, Somalia, R. Centroafricana, RD Congo, Etiopía, Sri Lanka y Burundi.
Potencias mundiales en la segunda década del siglo XXI
Estados Unidos continúa siendo la mayor potencia mundial en términos económicos, militares y políticos, con el único objetivo de continuar siéndolo, incluso a costa de más conflictos bélicos.
Sin embargo, ha resurgido una gran potencia —puesto que ya lo fue en el pasado, hasta que la masacró Gran Bretaña. Se trata de China, que ha avanzado de manera sorprendente en, prácticamente, todo.
Alemania y Japón ocupan los lugares tercero y cuarto en una proporción muy parecida.
Rusia anda cerca, pero militarmente sobre todo, ya que económicamente no puede compararse ni a Francia ni a Reino Unido.
Los auténticos poderes en la sombra
Se trata de una multitud de empresas, conglomerados, fondos y grupos económicos con una enorme capacidad para influir y decidir en lo económico y lo político, que manejan cifras billonarias y son muy superiores a la mayoría de los Estados del planeta.
Aunque tengan su sede social en algún sitio, sus dominios se extienden por todo el globo terrestre y determinan el curso de las cosas y de nuestras vidas, a nivel individual y social. No podemos ni debemos olvidarlo.
Grupos de Estados
Según Vicenç Fisas, existen 4 grupos y 7 miembros en total.
El primero estaría formado por Estados Unidos y China, no totalmente en el mismo plano de igualdad.
El segundo, por Alemania y Japón a partes iguales.
El tercero, por Reino Unido y Francia.
El cuarto, por Rusia.
Estos siete países tienen el poder hegemónico y tres de ellos —Estados Unidos, China y Rusia— viven en una pugna tensa para ganar o mantener sus espacios de influencia. Mientras los dos primeros lo hacen de forma multidireccional, la tercera solo a nivel militar.
Es muy posible que la gran rivalidad entre Estados Unidos y China se desarrolle por vías no militares, si son capaces de comprender que la vía militar implicaría el final de nuestra especie y de otras muchas vivas. Entre ellas se decidirá el futuro de las hegemonías…
Rusia está anclada en el pasado y su influencia podría decaer: se trata del precio a pagar por depender tanto de su potencial militar, que, a la postre, resulta improductivo.
Actualmente, la Unión Europea representa la tercera economía del mundo. Similar a la de Estados Unidos, pero superada ya por China. En 1970, era la segunda. Sin embargo, es la primera en cuanto a inversiones en el extranjero, pero ha aumentado su gasto en investigación y desarrollo, donde también ha sido adelantada por China, que lidera la lista de países con más exportaciones de alta tecnología. En el terreno político, su influencia será deficitaria en el resto del planeta. Continuarán liderándola Francia y Alemania.
En cuanto al nivel democrático, no llega a lo deseable en China o Rusia, aunque la primera se preocupe por el bienestar material de su población. Es sectario en India y en claro descenso en EEUU. De cualquier modo, se trata de una situación que causa inquietud.
Solo una ciudadanía muy atenta, informada, solidaria y conectada entre sí puede ejercer un contrapeso importante a los numerosos poderes existentes, sobre todo cuando muchos de ellos no están sujetos a ningún tipo de control estatal o internacional y extienden sus tentáculos por doquier.
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* Los textos que han servido de base para este artículo —algunos de ellos, reproducidos del primer libro citado— han sido: Hegemonías, Bloques y Potencias en el siglo XXI. El orden mundial tras la guerra de Ucrania, de Vicenç Fisas (Ed. Catarata) y La retirada. Irak, Libia, Afganistán y la fragilidad de Estados Unidos, de Noam Chomsky & Vijay Prashad (Ed. Capitán Swing).
2 En su magna obra De la guerra (1832).
Pepa Úbeda
Pedro says
Muy interesante la recopilación