Movilizando enormes sumas, legales e ilegales, que sobornar la gran prensa colombiana vale sus milloncejos; y ni se diga del alquiler de fiscales generales, o de procuradoras, o contralorcitos; hasta traer ilegalmente a espías gringos para hacer entrampamientos; o la compra de falsos testigos, que es uno de los recursos más manidos… Tampoco es exclusivo de la caverna colombiana, porque toda la extrema derecha latinoamericana, lleva las mismas décadas empeñada en involucrar a los movimientos progresistas, y a la izquierda en general, en los actos de corrupción que han caracterizado a las derechas. Es el famoso lowfare, donde, validos de jueces y fiscales venales, se abren procesos por corrupción, aún sin materia probatoria, para sacar gobernantes de sus puestos, quitarles su liderazgo al inhabilitarlos políticamente o, al menos, dejar en el ambiente la idea de que la izquierda es corrupta, para eso se les mete un billetico a periodistas que por plata dicen o callan cualquier cosa.
Una batalla en la que están comprometidos a fondo, dado que pretende arrebatarle uno de los principales activos de la izquierda: La integridad moral. Y no es una casualidad: quien defiende el bien común sobre el interés particular, ha de velar por la integridad de los recursos colectivos, mientras que quien pregona la primacía de los intereses particulares sobre los generales, deduce fácilmente que es lícito echar mano de un poco, quien roba para otro se permite echarse algo al bolsillo. Así pregonan que alias Uribito, Andrés Felipe Arias, es inocente pese a la defraudación al erario que los jueces comprobaron.
El otro beneficio de esta táctica es naturalizar la corrupción, “la corrupción es inherente al ser humano”, decía uno de los primos Nule. Luego de que esté normalizada, una aceptación social, se da un giro al razonamiento para que se acepte que defraudar el presupuesto es monopolio de la derecha y, dado que ellos luchan contra el comunismo, o que son los únicos que saben administrar, merecen privilegios.
Cuando se sacan a debate las reformas que las mayorías votaron, el crujir de dientes de los negociantes de los derechos se siente en los diversos medios, pero defender el lucro de Sarmiento y el GEA, contra el perjuicio general, corroe cualquier argumentación, y asistimos a una teatralización donde la extrema derecha, ya sin argumentos, pretende atajar las reformas al sistema pensional, al régimen laboral, al sistema carcelario, y a la salud, a punta de chismes sobre la familia del señor presidente.
El último argumento fue hacernos creer que habitábamos el paraíso laboral, pensional, carcelario, y de salud, lo cual resultó tan contraevidente que hoy es casi un consenso el carácter pernicioso para la salud de las EPS. Y a las acusaciones contra la moralidad de la familia Petro el presidente les salió adelante con su pronunciamiento pidiendo la investigación, y sanción si la hubiere, de los implicados. Por lo cual es de esperar que las reformas pasen, después de las deliberaciones en el congreso.
Vendrán nuevos chismes, cada vez con menos fuerza, que antes que socavar al gobierno dejarán a los medios informativos de la oposición con una sintonía cercana al margen de error de las encuestas. Ojalá, el descrédito de la prensa de los emporios empresariales se aproveche para crear y posicionar grandes medios de prensa independiente.
¿Qué le queda al uribismo? Hacer lo que mejor saben, después de apañar presupuestos, volverán a la consigna laureanista: Hacer invivible la República. La que lanzaron los godos hace casi un siglo, para tratar de detener las reformas liberales del presidente Enrique Olaya Herrera. Y a la que han recurrido para evitar las reformas de Carlos Lleras Restrepo, y durante el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos. Guardadas las proporciones temporales, son los mismos que incendiaron el país hace un siglo, y los que sembraron zozobra en Colombia durante la última década para hacer fracasar la paz.
Así que, tras la pataleta de las reformas, se concentrarán en imposibilitar la Paz Total. El dispositivo laureanista (“El atentado personal y la acción intrépida”) con que sabotearon la política de paz de Santos, está intacto, sigue matando, y será relanzado contra este gobierno. Intensificarán la violencia en los campos, pero más en las ciudades.
A la manera de las mafias mundiales que se posicionan en algún territorio sembrando terror para luego vender su protección, la extrema derecha promoverá con todos sus medios el caos para luego mostrarse como salvadora de la inseguridad que ellos han generado. Convendría que el gobierno actual corte cualquier vínculo que quede entre las Fuerzas Armadas con la ilegalidad, donde radica la fortaleza de las mafias locales.
Un indicio de esta estrategia, muy arraigada en el uribismo, es la promoción que hacen por sus medios de comunicación de la figura del presidente salvadoreño Nayib Bukele, al cual exaltan por su gestión contra el crimen organizado en ese país. La estrategia es simple, gobernar bajo Estado de excepción, con facultades ilimitadas al presidente, suspender la vigencia universal de los derechos humanos (“quienes violan los derechos humanos no merecen que se les respeten los propios”), construir una cárcel gigantesca y recluir allí a los pandilleros capturados en redadas masivas, falsos positivos incluidos, en una especie de condena ilimitada.
Ya hay varias postulaciones para ser el Bukele colombiano, las elecciones regionales y locales de este año serán una pasarela donde candidatos desfilarán disfrazados de presidente salvadoreño, procurando ganar votos. El problema es que Estado de excepción y facultades dictatoriales al presidente, es vieja receta colombiana; igual la violación de derechos humanos, que tanto seduce a la falange macondiana, Colombia tiene Guinness Récords en atropellos contra la dignidad humana. Los tratos con delincuentes para obtener votos, y gobernabilidad, son muy criollos, Fajardo sabe de eso, tanto que se dio la llamada “cooptación mafiosa del Estado”, esto es, los pillos llegaron al poder, y el nuevo gobierno procura desalojarlos.
Las formulas de Nayib Bukele no son novedosas en Colombia, sino que de este país las copiaron. Y llevar en andas la imagen del salvadoreño no parece lograr un golpe de opinión. Lo que sí pueden lograr es exacerbar la violencia, y promover la guerra como estado ideal para Colombia. Lamentablemente, dentro del mismo gobierno hay quienes aportan muchísimo a hacer invivible la República.
José Darío Castrillón
gloria elena gutiérrez ortiz says
“A la manera de las mafias mundiales que se posicionan en algún territorio sembrando terror para luego vender su protección, la extrema derecha promoverá con todos sus medios el caos para luego mostrarse como salvadora de la inseguridad que ellos han generado. Convendría que el gobierno actual corte cualquier vínculo que quede entre las Fuerzas Armadas con la ilegalidad, donde radica la fortaleza de las mafias locales”
Muy buen artículo, clarifica el tema de obstaculizar al proyecto “Paz Total”