Ciudades Jardín. Movimiento iniciado en Inglaterra a principios del siglo XX, expresado en el libro “Ciudades Jardín del mañana” (1902) de Ebenezer Howard, como respuesta a los problemas suscitados alrededor de la industrialización de las ciudades. Estas deberían ser de alrededor de 30.000 habitantes, con un ordenamiento circular, distribuida en 5.500 edificaciones y con un máximo de 440 hectáreas, su parque central debería de contar con un parque de al menos 2,25 hectáreas. Dicha propuesta tuvo acogida en EEUU, Alemania y Bélgica, “el modelo de aldea y pequeña ciudad-jardín se define entonces como la alternativa al crecimiento monocéntrico de las metrópolis industriales”.
Renaturalización de los Centros Urbanos. Estos en el modelo que se fue generalizando, fueron perdiendo su relación con el entorno natural, disminuyendo drásticamente las llamadas zonas verdes y la floresta que rodeó en un principio sus edificaciones. Enterraron bajo el asfalto, la diversidad de humedales (Ríos, quebradas, lagunas, afloramientos de agua). Se prefirieron plazas y parques endurecidas con cemento que protegidas por árboles y embellecidos por las hermosas flores. Se ampliaron avenidas y calles para los vehículos, pero no para la ciudadanía de a pie, no para peatones.
Hoy se reconoce que la renaturalización de las áreas urbanas, contribuye positivamente a mejorar la condición física y mental de sus ciudadanos y ciudadanas. Por ejemplo, la estrategia de la Unión Europea para el 2030, hace una recomendación de urgente aplicación, la cual consiste en que “las ciudades europeas de 20.000 o más, elaboren… ambiciosos planes de ecologización urbana”. Se insiste en cubrir con árboles al menos el 10% de las ciudades. Y cuando la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda por lo menos 1 árbol por cada 3 habitantes, se supone que ciudades como Armenia, con alrededor de 350.000 seres humanos que la habitan, deberían sembrar en su área urbana más de 100.000 árboles.
La Organización Ecologistas en Acción, recomienda acciones sencillas para renaturalización de las ciudades: Rediseñar las zonas verdes, poda cuidadosa y fomento del arbolado urbano, abandono del uso de herbicidas químicos, especialmente productos que contengan glifosato implantar micro reservas de diversidad biológica, Renaturalizar solares y descampados, destinar terrenos públicos para el fomento de la diversidad biológica, reordenación y renaturalización de espacios litorales, la renaturalización de los tramos urbanos de los ríos las ramblas, proteger los nidos de las aves urbanas, impedir la colisión de aves en cristales, reducir la contaminación lumínica.
“Ahora bien, lo que podríamos asegurar es que en la medida que es más contundente el calentamiento global, el aumento de la arborización y zonas verdes en las ciudades, urge para volverlas espacios resilientes, generadoras a su vez de bienestar y disfrute para la ciudadanía y no áreas causantes de enfermedades y muerte.”
Y como lo expuse en la columna que titulé “Renaturalizar Espacios Urbanos”: “ciudades con bajas emisiones de gases efecto invernadero, menos contaminación acústica, con construcciones bioclimáticas, con habitantes con una alta educación ambiental, ciudades con corredores biológicos que conecten los diferentes relictos boscosos, con sus quebradas y ríos urbanos conservados para el disfrute ciudadano, con más calles peatonalizadas y arborizadas debidamente, con jardines verticales en sus edificaciones, con más espacios para la cultura y la recreación, con mejor transporte masivo y eléctrico, con menos vías para los automóviles y más espacios para los peatones. Con Autosuficiencia energética sostenible. Menos ciudades grandes, más ciudades pequeñas. Ciudades incluyentes sin desigualdades y más democráticas.”
John Elvis Vera Suarez
Foto tomada de: https://www.cronicadelquindio.com/
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