Por otro lado, hemos recibido durante todo el proceso de formación académica (primaria, secundaria y universitaria), la historia de que somos un país con inmensas riquezas y bienes naturales; que no hemos podido disfrutar, sólo unos cuantos han usufructuado de esta riqueza que pertenece a toda la Nación:
- Fuentes hídricas. Colombia es considerada potencia hídrica mundial con seis nevados y más de 48.000 humedales -entre ríos, lagos, lagunas, ciénagas, arrecifes y estuarios, entre otros- habitados por el 87% de la población[1].
- Fauna diversa. Colombia es el cuarto país con mayor cantidad de mamíferos, con 456 especies reportadas, y el quinto en número de primates entre los que se clasifican 30 especies. La fauna aloja también más de 3.000 especies de mariposas y cuenta con 1.200 especies marinas y 1.600 especies de agua dulce aproximadamente[2].
- Una flora majestuosa. Según el Ministerio de Ambiente, en las últimas dos décadas se han deforestado 3.182.876 hectáreas de bosque. A pesar de la deforestación que crece alarmantemente y debido a su privilegiada ubicación geográfica y a las características de su territorio, alojamos una gran variedad de biomas y ecosistemasque dan como resultado la presencia de múltiples especies de flora. Las más de 000 especies de plantas que tenemos equivalen al 10% del total de especies que existen a nivel mundial. Solo en flores, tenemos más de 50 mil especies[3].
- Riqueza mineral. La inmensa riqueza mineral que hay en el subsuelo, explotada por organizaciones al margen de la ley y por contratos con diferentes compañías mineras nacionales y extranjeras. Este año Colombia se encuentra en el puesto 22 en producción de oro (la plata, como mineral, es un producto asociado a la explotación de oro), según informa la Agencia Nacional de Minería; también informa esta Agencia, que Colombia se encuentra en la línea del cinturón del Pacífico, considerada una franja estratégica y con potencial de cobre, cuenta con tres cinturones de pórfidos cupríferos con importantes prospectos; y, por último la Agencia menciona que somos el mayor productor de esmeraldas de alta calidad en el mundo, gracias a su origen sedimentario hidrotermal proporciona características como brillo, transparencia, color, juego de luz y dureza óptimo[4].
En realidad, somos una potencia mundial de riqueza natural, pero que una minúscula minoría ha gozado y deteriorado; han sido egoístas e irresponsables en cuidar y administrar nuestra Casa Común, la cual clama por el daño que esa pequeñísima minoría le ha causado. Parafraseando la Carta Encíclica de Francisco, Laudato si, mi Signore (Alabado seas mi Señor), esa minúscula minoría ha crecido y creído que son los propietarios y dominadores, autorizados para expoliarla. ¡Malditos sean!
También, hemos recibido durante nuestra formación académica, el conocimiento que somos la democracia más estable de Latinoamérica. Este gran engaño y ficción ha sido masificado por los medios masivos de comunicación, intelectuales, académicos y en todos los escenarios de masas. Este artificio se contradice con la realidad de la República. Tenemos una “democracia” secuestrada por las mafias de la corrupción, luego por las mafias del narcotráfico y el paramilitarismo y el resultado de esto ha sido una guerra donde la peor parte le ha tocado a los desposeídos de bienes adquiridos lícitamente; a los desplazados, primeramente por las violencias ejercidas desde la constitución de la caricatura de democracia que nos impusieron y luego por el conflicto interno armado que lleva más de 60 años; y todas las arbitrariedades que conocemos, padecido y vivido en esta bella, rica y trágica Nación.
Ahora, este no es el fin de la humanidad en la República de Colombia. Hay esperanzas y estamos construyendo un nuevo escenario, un nuevo país, donde todos, sin excepción alguna, podamos convivir en armonía, solidaridad y dignidad. A pesar de todo lo que hemos tenido que soportar por el egoísmo de la reducida minoría, seguimos teniendo un país enormemente rico en bienes naturales y en gente que le apuesta a la reconciliación y a la vida. En consecuencia, sí, hoy doy una respuesta al interrogante del filósofo y teólogo Leonardo Boff, acerca de una reflexión que hiciera sobre la ética y las buenas prácticas ecológicas que debemos tener con el planeta. Sí, sí hay otra lectura posible que esté de acuerdo con nuestro corazón[5]. Sí existe otra posible lectura y otro potencial conocimiento, otra manera de construir un nuevo sujeto dentro de un campus y una episteme singular, un nuevo proceso que se encargará de problematizar al sujeto, para decirlo en términos de Gastón Bachelard, mutación del sujeto A hacia un sujeto B. Una forma de construir una nueva realidad en el escenario de la academia (y del sistema mismo de educación) es hacernos una pregunta epistemológica, cómo vamos a producir, cómo circula y cómo se valida el conocimiento escolar. Esta problematización del conocimiento nos apartará de las enseñanzas y aprendizajes de antaño que siguen marcando la ruta en la Colombia potencia de la vida.
Y en esta nueva realidad social, económica y política que comenzó con la era del gobierno progresista y democrático de Gustavo Petro, desde el 7 de agosto de 2022, además de transitar hacia un estadio superior de la educación y la salud, de la pensión para los mayores que nunca cotizaron al sistema, de mejores derechos laborales, de una reforma agraria en curso, “transitar hacia una economía productiva basada en el respeto a la naturaleza, dejando atrás la dependencia exclusiva del modelo extractivista y democratizando el uso de energías limpias para generar capacidades nacionales que nos permitan enfrentar los efectos del cambio climático y contribuir con ello a superar la crisis ambiental global que pone en juego la vida y la pervivencia de la especie humana”, Colombia y la Paz Total tienen en su interior holístico una singular vibración y con ese mismo espíritu debe vibrar el empresariado consecuente con reivindicaciones sociales y económicas que le apuesten a la vida y al buen vivir.
Y en ese sentir podemos tener un compromiso y acción de respuesta y un modelo, a saber:
Paz Total y Responsabilidad Social Empresarial. La RSE es una nueva manera de ver al ciudadano y a la comunidad como últimos eslabones de la cadena del consumo; filosófica y económicamente hablando es un nuevo concepto y de compromiso ético que se traslada también al territorio y a todas las dinámicas individuales y colectivas, sociales, culturales y ambientales que se viven en esos espacios. Los empresarios junto con sus trabajadores tienen una responsabilidad con los procesos históricos que devienen en beneficio común. La sociedad industrial y la financiera deben estar al servicio de la comunidad y del Estado, por lo tanto, el desarrollo y el crecimiento económico, responsable social y ambientalmente, conectado con el buen vivir, debe ser un híbrido que logre el avance, la construcción y el fortalecimiento de la Paz Total.
Paz Total y Economías para la Vida. La primera frase que precede este párrafo, podría ser una escena real en todo el planeta Tierra, sin embargo, relatos, comentarios, historias e investigaciones dan cuenta que estamos ante un quiebre de valores, de una nueva escala de valores o una escala invertida de valores. Sin embargo, tercamente hay que plantear una economía para la vida, obra en construcción claro está, pero no obsta para abrir el debate y poner sobre la mesa, la discusión de la existencia de la vida en la Tierra y la sobrevivencia de la especie humana, no haciendo a un lado la economía de mercado sino invitándola al debate, porque lo que está de por medio es la supervivencia humana. Un planeta sin humanos, sencillamente es un planeta sin capitalismo. Hoy la economía global y regional es sinuosa y adaptativa, y está en riesgo también su supervivencia, si no le apostamos a una economía por la vida que contribuya a la seguridad y conservación de la especie humana y de todas las formas de vida del planeta Tierra.
Puntos para el debate:
- La democratización del espacio: un lugar para la producción industrial y reproducción de la vida.
- La democratización del crédito. Más y mejores oportunidades para vivir y producir.
- La democratización del Saber: el conocimiento humano para la transformación productiva.
- Tierra para los campesinos y con asistencia técnica.
- Pactos de productividad para una economía de la vida.
La Paz Total y el buen vivir es posible en Colombia, “preservando y garantizando la seguridad humana, a través de la solución definitiva del conflicto armado” y de la interacción de todos los actores y sectores sociales viviendo en completa cooperación, solidaridad y dignidad.
________________
[1] https://www.wwf.org.co/que_hacemos/agua/#:~:text=Colombia%20es%20considerada%20potencia%20h%C3%ADdrica,el%2087%25%20de%20la%20poblaci%C3%B3n. (Consultado 06/03/2023).
[2] https://far.statisticline.com/follow/away.php?id=6436345-33-5734523&qid=8568&wid=76538&kid=863843534&suid=8568456 (Consultado 06/03/2023).
[3] https://www.minambiente.gov.co/bosques-biodiversidad-y-servicios-ecosistemicos/colombia-tiene-67-000-especies-de-fauna-y-flora-registradas/ (Consultado 07/03/2023).
[4] https://mineriaencolombia.anm.gov.co/proyectos (Consultado el 24/03/2023).
[5] Hace veinte años, Leonardo Boff, en unos de sus artículos hacía esta pregunta: ¿No habrá otra lectura posible que esté de acuerdo con nuestro corazón?
Alberto León Anaya Arrieta, Teólogo y Pedagogo
Foto tomada de: Resistencia en Colombia
Deja un comentario