En este tercer ciclo que durará todo el mes de mayo, las dos partes han establecido trabajar sobre tres asuntos: participación de la sociedad en la construcción de la paz, cese bilateral de fuego – y ojalá de hostilidades- y dinámicas humanitarias.
Sobre el punto de participación de la sociedad, tanto el gobierno colombiano del presidente Gustavo Petro y la Vicepresidenta Francia Márquez, como el ELN, tienen profundas coincidencias sobre lo vital y estratégico que es el involucramiento de la más amplia diversidad social, gremial e institucional para que sea posible construir un horizonte de transformaciones que le den soporte a una visión compartida de paz, tal y como quedo establecido en la agenda de México, donde se formuló el planteamiento de que la participación de la sociedad “es el corazón” de este proceso de paz.
El presidente Gustavo Petro ha llamado desde el Balcón de la Casa de Nariño, el pasado 1 de mayo, a la movilización de la sociedad para promover y hacer realidad las transformaciones que requiere la sociedad colombiana, y movilización no es solo salir a la calle y a las plazas, es trabajar todos los días por promover los cambios necesarios y pertinentes en muchas regiones y sobre muchos temas de sociedad, en ese marco es que la delegación del gobierno colombiano, liderada por Otty Patiño, puede proponerle al ELN, mil formulas y procesos para involucrar a la sociedad colombiana en este propósito de cambio y transformaciones que deben dar soporte a una Colombia en paz.
Solo con acción ciudadana y social, se podrá avanzar en los cambios que den soporte a este acuerdo de paz que se está construyendo, con el liderazgo de gobierno colombiano y el ELN, es un acuerdo para la sociedad, con el reconocimiento de que hay raíces que le han dado soporte a esta rebelión armada y que esas raíces hay que tratarlas para lograr un acuerdo sólido, sin cambios no habrá posibilidad de salir de las exclusiones, la precariedad y la ausencia de derechos reales y vividos para muchos territorios y comunidades, esa ha sido la insistencia del ELN desde que se sentó a intentar construir un acuerdo de paz desde inicio de los años 90 y que ahora en un gobierno de izquierdas y con vocación por lo popular es que esta negociación tiene plena viabilidad.
Hemos tenido dos lógicas de actuación para salir de las violencias organizadas: la lógica que lideró el M-19 y el gobierno Gaviria sobre la cual fue posible ese primer acuerdo de paz, del que proviene el presidente Petro: hagamos una paz política y desde esa paz política sigamos luchando por los cambios, en el caso del M-19 y en lo cual persistió Gustavo Petro y por esa persistencia de que había que seguir enarbolando la bandera de cambios hoy es presidente, esa lógica está en lo que se ha denominado la paz de los noventa, pero en esa lógica no entraron ni las FARC, ni el ELN, que plantearon otra perspectiva para salir de las violencias: se requieren cambios para avanzar en paz y en ello se mantuvieron y el acuerdo firmado con las FARC, tiene una formulación de cambios en el mundo rural y el régimen político que sigue siendo un derrotero de actuación por cumplir y lo mismo quiere el ELN, cambios para firmar la paz.
El cambio y las transformaciones son necesarias para este proceso y certeza de cumplimiento, ese es el horizonte de la participación que tanto el gobierno colombiano como el ELN, van a ofertar al final de este ciclo y esa participación es plenamente constitucional, democrática y legitima y con seguridad vendrá una buena formulación al final de este ciclo en el mes de mayo.
Sobre el punto de cese bilateral de fuego, ambas partes tienen la identidad de que es conveniente y necesario adelantar este proceso de diálogos y negociaciones en un ambiente distensionado y que sea un alivio para las comunidades que sufren la persistencia de esta violencia, sobre esa voluntad de parar mutuamente los tiros y las hostilidades es posible acordar y cumplir, por supuesto que es un tema delicado, como todos los que se tratan en la mesa, pero teniendo voluntad y compromiso de cumplir es posible pactar ese cese bilateral de fuegos, que debe ser verificado, evaluado y acompañado por un mecanismo de monitoreo, donde organismos como la Misión de la ONU, con acompañamiento social, van a cumplir a cabalidad.
Se ha dicho que no es solamente parar los tiros entre los armados, que igualmente hay que ver que otras medidas se pueden asumir de común acuerdo entre el gobierno colombiano y el ELN, que sirva a las comunidades en los territorios donde la violencia se mantiene, ese delicado asunto va a ser tratado en este tercer ciclo y con seguridad que van a encontrar puntos de trabajo y entendimiento.
Está en curso el tercer ciclo y de allí deben salir acuerdos sobre estos tres temas: participación de la sociedad, cese bilateral de fuego y hostilidades y dinámicas humanitarias, un ciclo tremendamente importante para un proceso que debe ganar en ritmo de trabajo en la sociedad, con dinámicas concretas que vayan mostrando un rumbo de actuación en el corto plazo, para mostrar que es posible acordar y cumplir.
Luis Eduardo Celis Méndez
Foto tomada de: El Nuevo Siglo
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