Pueden darse varias circunstancias que merecen analizarse:
- Los intereses particulares de los jefes de esas colectividades por encima del interés general de la población que reclama reformas desde el estallido social.
- Una ruptura de voluntades entre las bases de las colectividades y las jefaturas de los particos, que obedecen más a intereses clientelares que a una estrategia seria de cara a los reclamos populares.
- La conversión de los partidos en fábrica de avales, que lejos de ofrecer escenarios democráticos y de canteras de nuevas dirigencias, lo que presentan son tristes escenarios de manipulación, de transacción y presión política.
En medio de este escenario el que hayan pasado en algunas instancias las reformas del Gobierno, a través de un hábil juego del ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, lo que confirma es la desvertebración de la Ley de bancadas y la necesidad de una reforma política de fondo, distinta desde luego a la que se hundió este año, por pretender incorporar puertas giratorias reprochadas e inaceptables.
Por ello, la independencia de los partidos de la coalición frente a las iniciativas del Gobierno no es genuina, sino que obedece a los egos de los jefes transitorios, unidos desde luego a la carencia de voluntad de cambio de esas colectividades y la plena desconexión con las aspiraciones más significativas para superar las angustias de las gentes.
Vienen las elecciones regionales y locales y lo que ya observamos en el flujo de cifras multimillonarias para conquistar esos poderes. La corrupción galopante a lo largo y ancho del país es evidente y explica el que un candidato se gaste miles de millones de pesos para lograr una alcaldía y luego el sueldo no le alcance para reponer esos gastos de la campaña. Todos sabemos que, por medio de la contratación pública, que es la vena rota de la Administración, se producen los mayores desafueros. Tristemente los organismos de control que están para frenar ese estropicio, responden en muchas ocasiones a la lógica de esos mismos poderes regionales. La impunidad reina. El pueblo se desespera. Por ello resulta muy aleccionador que la Academia Colombiana de Ciencias Económicas realice el 28 y 29 de junio próximos, bajo la batuta de Edgar Revéiz, un foro sobre la corrupción en Colombia. De allí seguramente saldrán fórmulas valiosas para acabar con ese flagelo que es el cáncer de la democracia.
Luis Bernardo Díaz, Decano Facultad de Derecho UPTC
Foto tomada de: El Colombiano
Clara Inés Domínguez García says
Triste realidad la nuestra y no se vislumbra luz al final de este túnel interminable que la inmoralidad y la corrupción han construido.