Es necesario unas nuevas formas de entendernos y de comprometernos con la justicia y equidad social para generar un proceso de transformación social, para ello, es fundamental que la solidaridad, la responsabilidad y la tolerancia orienten la interacción social y la gestión pública, virtudes que contribuyen en desinstalar ese “orden” que desde siglos ha significado guerras para defender intereses particulares.
Y con ello, poder contrarrestar las fuerzas políticas y económicas que están dispuestos a la combinación de todos los mecanismos de fuerza, de comunicación e incluso de exterminio de todo aquello que les “perturbe” su capacidad de seguir explotando y esclavizando a través de relaciones laborales precarias, de pensiones irrisorias y de un sistema de salud al servicio del mercado y la muerte.
Lo que olvidan estas fuerzas, es que la mayoría de la población colombiana está en un proceso de transición hacia una sociedad mayormente informada, lo que viene definiendo un ejercicio ciudadano ilustrado y que no juega a favor de los intereses de los que por 200 años han gobernado.
El cambio es necesario para consuetudinariamente construir y fortalecer una sociedad, donde vivir no sea una desgracia sino una posibilidad de consolidar la dignidad humana, la justicia social y que la Paz vaya de la mano.
Nos queda mucho camino por recorrer en este inicio del cambio, tenemos mucho que aprender en este juego político donde priman los intereses económicos por encima de la vida, no es difícil si desempañamos un papel que fortalezca la gestión gubernamental, evidenciando los logros que están cambiando la vida de millones de personas. Defensores ciudadanos del cambio, ligados al presente y futuro para aportar en esta gesta histórica, para ello es necesario:
- Informar y comunicar cotidianamente los cambios logrados a través de la gestión gubernamental
- No informar hasta tener la certeza de que lo comunicado es real y veraz
- Generar mecanismos de comunicación asertiva
- Comprometernos con los cambios estructurales que requiere nuestra sociedad desde nuestro ejercicio ciudadano
- Denunciar toda acción devastadora que atente contra la vida digna y el erario púbico
- Tener voceros en el Congreso de la República que aglutinen a los partidos de la coalición para consolidar un bloque que garanticen que las reformas se aprueben.
Dedicarnos por completo a recuperar la esperanza y orientar nuestros esfuerzos para construir y lograr una vida mejor y, prepararnos para una mágica llegada de todo aquello que garantice La Paz con justicia social,
El amor y la venganza como factor de los cambios en la historia de la humanidad, no pueden ser la redada mortal de algo que está naciendo en su proceso de génesis, por ello las disputas políticas se deben dar con argumentos y no con el lamento que impide asimilar y comprender los acontecimientos; la discusión y deliberación política debe ser argumentativa, transparente y garantizar la movilización social para contrarrestar la redada mortal que están tejiendo los enemigos del cambio.
El ejecutivo debe desplegar un ejercicio de gobernabilidad que contribuya a garantizar que las virtudes públicas sean el liquido amniótico que permita erradicar la alienación de toda persona para que no sea reducida a dinero y concebida como mercancía.
El cambio es ahora y llegó para vivir mejor, en el que las ideas del bien común, democracia, tolerancia, justicia e igualdad, derecho a la crítica, pueden ser realidad y experimentar su desarrollo en contra de la hegemonía del mercado que con ferocidad y barbarie niega los derechos de las personas.
Un verdadero testimonio de que, si es posible hacer de la práctica política un arte de vida, en donde no tiene cabida el utilitarismo que condena a las personas a ser esclavos del beneficio y a convertirlos en mercancías.
Luis Angel Echeverri Isaza, Trabajador Social, MG en Investigación en Problemas Sociales Contemporáneos.
Foto tomada de: RTVC Noticias
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