Las encuestas y el direccionamiento del voto ciudadano

Las recientes contiendas electorales han demostrado la emergencia de un nuevo actor político, estos son las encuestadoras que por los últimos hechos que se han documentado en América Latina, están incursas en un ejercicio de direccionar el voto ciudadano, tal fue lo que ocurrió en la Argentina en donde las encuestas daban por ganador al candidato Javier Milei y se subestimó a Sergio Massa, quien resultó ganador en la primera vuelta por una diferencia de 6 puntos, cuando todo apuntaba a que Milei lo superaba por 4 puntos, es decir, hay un desfase de 10 puntos.

En el caso colombiano para las elecciones presidenciales ocurrió algo similar cuando las encuestas daban ganador en varias de ellas a Federico Gutiérrez quien no logró pasar a segunda vuelta, y proyectaban que en una eventual segunda vuelta entre Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, este último sería el ganador. Nada de esto resultó real, y si bien las encuestas son una foto del momento, generan un ambiente que direcciona y favorece el voto útil hacia el candidato que muestren en el punteo.

El caso mas estruendoso de direccionamiento político por parte de encuestas se da en Bogotá, en donde RCN ha publicado varios GAD TRACKING COLOMBIA,  cuya metodología está basada en encuestas telefónicas, llama la atención que estas no tienen ficha técnica, presentan unos datos superficiales e incompletos que no corresponden a lo que debe ser una ficha técnica,  luego una medición que ni si quiera presente una ficha técnica con los mínimos requeridos, no debería ser presentada a la opinión pública como un instrumento válido para medir la intencionalidad de voto.

Al inicio las encuestas mostraban en punta a Carlos Fernando Galán y a Gustavo Bolívar, con una tendencia a la baja de Juan Daniel Oviedo, de repente, sin ninguna explicación ni hecho político que lo justifique, estas encuestas comenzaron a mostrar un ascenso estrepitoso de Galán, un estancamiento de Bolívar y un cambio abrupto de la tendencia de Oviedo, que vuelve a ascender.  Todo esto sumado a voces del establecimiento político, económico del país y Bogotá que afirman que se debe sacar a Bolívar de la segunda vuelta, el hecho político es la encuesta misma y el direccionamiento explícito de las voces de los poderes del establecimiento. No hay un hecho que explique este comportamiento electoral y las encuestas que lo sustentan tienen importantes sesgos, miremos algunos de ellos.

La de INVAMER, en la de septiembre y octubre resulta llamativo que la encuesta se aplica mayoritariamente en población mayor de 55 años, población que históricamente vota por la derecha, en donde casi el 60% se autodenomina como de centro y de derecha, siendo mayoritaria la representación de la derecha que es el 30%. En la de octubre se hizo sobre una muestra de 1200 personas, nuevamente el 59,1% son del espectro de centro derecha, la ficha técnica no detalla la localidad en la que residen los encuestados, esto es muy importante dado el peso específico que tiene cada localidad de Bogotá en la votación, por el número diferencial y brechas amplias de número de habitantes,  esto determina la probabilidad de votación real, no es lo mismo si los encuestados pertenecen a la localidad de Santa Fe que tiene un numero habitantes menor, que a Kennedy, Suba o Engativá que alcanzan casi 3 millones de habitantes. Lo correcto sería hacer un muestreo por cada localidad y luego agregar para tener una referencia más aproximada a la verdadera intención de voto, pero esto no se hace en ninguna de las encuestas.

Ahora bien, sobre estas encuestas viene la creación del relato mediático, en donde se muestra el cuadro con el resultado final, sin ningún análisis sobre la metodología y las consideraciones técnicas para la elaboración de la misma, esto resulta en un claro direccionamiento de la intención de voto, que lo busca es desalentar al electorado del candidato Gustavo Bolívar, frente al cual existe una clara animadversión mediática dado que no representa al establecimiento y es el objetivo a derrotar, y una inducción al voto útil sobre Galán, mostrándolo como el ganador en la primera vuelta. De nuevo insisto, nada de esto tiene un correlato político que explique por qué Galán que es un candidato asociado a la política tradicional, conocido en el país por la pertenencia a uno de los partidos políticos más comprometidos con la corrupción, quien ha sido candidato por tercera vez, que no está planteando nada novedoso para la ciudad, resulta de repente ser- según estas encuestas- un fenómeno político de masas, como si fuera un outsider emergente que sorprende a una ciudad y de manera vertiginosa y casi incontrovertible duplica en intención de votos a sus adversarios. Si un extranjero viera esas encuestas, supondría que está frente a un enorme fenómeno político, pero ese no es el ambiente de la ciudad, por el contrario, lo que se nota es una importante desafección política y electoral que ameritaría otro artículo para examinarla. Eso sí, lo que sí es una realidad es que en una ciudad que se ha caracterizado por su voto de opinión, es clara la alineación de la maquinaria de toda la política tradicional con este candidato, además de la burbuja de opinión que crean la poderosa matriz mediática de un establecimiento que esta en campaña y busca ganar a toda costa. Ya veremos la realidad el próximo domingo y cuales serán los efectos de toda esta andanada.

Carolina Corcho Mejía, Exministra de salud, médica psiquiatra.

Foto tomada de: El Tiempo