Con ocasión de unas elecciones presidenciales, acaso durante el gobierno del violador de Derechos Humanos Julio César Turbay, el escritor Daniel Samper Pizano publicó un artículo editorial, en El Tiempo, mostrando cómo titularían los periódicos de la época el resultado electoral, donde si ganaba la derecha la mayoría titularía “Colombia votó en paz”, como hacía hasta hace año y medio, mientras que el diario sensacionalista de entonces, El Bogotano, invariablemente abriría con “Herida copera por botellazo en el seno”, a no ser que ganara la izquierda donde El Bogotano titularía “Triunfo de la izquierda en las elecciones”, y los demás “Herida copera por botellazo en el seno”. Medio siglo después se escenifica esa proyección y, desaparecido El Bogotano, durante la presidencia de Gustavo Petro, la prensa hablada, escrita, televisada, día a día se dedica a cubrir el botellazo en el seno de la copera. Algo está cambiando en Colombia.
Y cambió María Jimena. Acaso alguien diga que no cambió, sino que se mostró tal cual era, sus razones tendrá para hacer ese mandado que destiñe una carrera profesional. Lo que sí se puede inferir es lo que busca con ello: desprestigiar mediante calumnia al presidente de la República, como lo hace cualquier Vicky, presentándolo bajo un perfil delincuencial, de un lado. Del otro, ha sido una cortina de humo fenomenal para los escándalos que, durante el proceso electoral, silenció esa prensa que gana más por lo que calla que por lo que dice, tales como los procesos por corrupción de algunos mandatarios electos, como Andrés Julián Rendón, Alex Char, o el patrocinio cocainero de Alias Fico; así como el entramado criminal en que se encuentran los clanes que vinieron a rescatar la derecha de un naufragio en las elecciones de octubre, como los Name, con la presidencia del congreso, o los Gnecco, con su matrona fugitiva, y la complicidad de la Fiscalía General en el vuelo de estos personajes.
Quemar una carta como María Jimena, y la supuesta objetividad de Cambio, tiene que ser por un objetivo muy preciado. Si bien el botellazo en el seno de cada día acapara la agenda informativa, para vender un supuesto fracaso gubernamental, e inducir al miedo, el revés del amarillismo y de la mordaza periodística es la impunidad, pero no referida a unos fleteros que la inoperancia judicial excarcela, sino a la que ha cooptado la institucionalidad colombiana, con epicentro en la Fiscalía, y que tiene a delincuentes de ligas mayores presidiendo el Congreso, o disponiendo el gasto en gobernaciones y alcaldías, mientras les llega su orden de captura. Podría pensarse que esas maniobras tan desesperadas estén dirigidas a evitar que el cambio llegue a la Fiscalía, desacreditando al presidente Petro como proponente de la terna de dónde saldrá la nueva fiscal general.
Desde hace unos meses la alianza del fiscal de la impunidad con la prensa corporativa se ha jugado todo su desprestigio para que Petro no postule la terna, desde los señalamientos a sus familiares, inventarle enfermedades mentales, ahora mostrarlo como adicto, que se traduciría en inhabilidades psíquicas y morales para ejercer el cargo, y para postular la tan temida terna.
Porque la cooptación mafiosa de la Fiscalía tiene engavetados los grandes casos de corrupción que fueron noticia hace años, que hoy se minimizan con el cuento de un botellazo en el seno, donde está untada toda la casta que hasta hoy ha sido dirigente, toda. Si se hace justicia en el caso de la refinería de Cartagena, Reficar, la mayoría de los sacristanes del neoliberalismo, que se hacen llamar técnicos, desfilarían a la cárcel. En Odebrecht todavía no se sabe quienes son los grandes sobornados, pero, al menos dos expresidentes, con algunos familiares, tienen que rendir cuentas. Este es el único país de los involucrados en tal escándalo que no ha enjuiciado a un presidente. Toda la corruptela de Iván Duque está congelada, tanto por lo que se abudinearon, como por sus asesinatos. Cuando la Fiscalía General de la Nación haga su trabajo habrá renovación política total en Colombia.
Un caso especial que espera cambio en la titularidad del ente acusador es la relación con los grandes capos del negocio de la cocaína, y por grandes capos no se debe entender el que le pegó el botellazo en el seno a la copera, tampoco a la copera, ni el campesino que cultiva coca por hambre, sino a los protagonistas de la política, la empresa, la mafia, que manejan la producción por toneladas, tal el caso del entonces embajador del gobierno Duque, Sanclemente, y su megalaboratorio, a quien protege el actual fiscal general. Ya se conocía la diversificación de exportaciones de Fedegan, ahora, pasadas las elecciones, sale a la luz la noticia del contrabando de cocaína a Italia en cargamentos de Banacol, Mecenas de la más extrema derecha antioqueña, y clave en el triunfo de alias Fico en Medellín.
Si el paramilitarismo sigue tan campante, va igual la parapolítica, acaso peor, por el amparo de la Fiscalía. Tal como lo denuncia Yohir Akerman en su columna Puntos de Vista, allí hace una relación de actuaciones judiciales contra los jefes de la organización paramilitar Los Rastrojos, y los “servicios” de sicariato y constreñimiento que prestaban a los congresistas Iván Name, José David Name, y al alcalde electo de Sincelejo Yahir Acuña. Estos jefes han entregado información detallada de sus vínculos políticos, ¡desde hace nueve años!, sin que la Fiscalía haya hecho el traslado de copias a la Corte Suprema, juez natural de los congresistas. Nueve años de obstaculizar la justicia.
Tendrá el presidente Petro que capear el temporal de injurias, calumnias, y entrampamientos que desatarán con mayor virulencia para evitar que Colombia pase a ser un país decente. Superada esa prueba, a la nueva fiscal le corresponderá ejecutar las tereas del héroe: Depurar la infiltración mafiosa en la Fiscalía, desengavetar procesos, llevar a juicio a corruptos poderosos, y derrotar la cocainocracia colombiana, al menos reducirla a sus justas proporciones, como decía el torturador. Pese a la quiebra de los organismos plurinacionales, es deseable que esas tareas hercúleas se puedan realizar con cooperación internacional, y la nueva fiscal estará bajo el fuego de la prensa mercenaria que alineará a las vickys de francotiradoras, en la primera línea hostigará María Jimena.
José Darío Castrillón Orozco
Foto tomada de: Colombia Informa
María Isabel Giraldo Velásquez. says
José Darío.
Buenos días.
Me dió dificultad leerlo.
Está un poco confuso y/ o le falta puntuación:
Puede ser que como el tema es escabroso y confuso, pase eso.
Muchas gracias, por decir lo que otr@s no dicen.
Hernan Pizarro says
Un retrato de lo que es la política tradicional en Colombia.
Nancy Patricia Arango Vanegas says
Excelente, total realidad del país de la seguridad democratica.