Comienzan señalando que: “Durante muchos años se ha descrito a Colombia como uno de los países más desiguales del mundo. Si bien es cierto que el país tiene grandes deudas en materia de desigualdad, el panorama no es tan crudo como se cree. En diferentes indicadores al país le va mejor que lo que debería según su nivel de ingreso, e incluso se encuentra en mejores niveles que sus pares.”
ANIF critica entonces la utilización del Gini en materia de ingresos y de riqueza, propone tener en cuenta otros indicadores, como el índice de Palma, y además no limitarse a estos datos sino observar adicionalmente otros indicadores sociales en los cuales, a su juicio, ha habido progreso durante las últimas décadas[1].
Para sustentar esta posición presentan la siguiente información y comentarios:
- “Durante los últimos años, ha habido una expansión de la clase media en Colombia, pasando de representar el 23,8% de la población en 2002 al 34,4% en 2021.”
- “Durante este mismo período, al analizar la distribución de los ingresos por deciles a lo largo de los años, se observa que la participación en el ingreso total ha aumentado para los deciles 3 a 9 en el período estudiado, mientras que para el último decil ha disminuido.”
- “Otro avance significativo es el incremento en el número de colombianos que viven con más de US$6 al día, que pasó del 11% en 1984 al 57% en 2019. Esta transformación ha ido de la mano del aumento en el ingreso per cápita. Desde 1980, este se ha más que quintuplicado, superando el promedio de América Latina y solo siendo superado en la región por Chile.”
- “En términos de educación, también se ha logrado avances considerables en la cobertura, los años de educación promedio y la reducción de la inasistencia.” “Por su parte, la educación secundaria y terciaria también han experimentado aumentos en su cobertura bruta, llegando al 98% y al 55% respectivamente en 2018.”
- “Todos estos aspectos contribuyen a la reducción de la desigualdad a largo plazo proporcionando a la población herramientas para mejorar su calidad de vida y sus oportunidades laborales. A pesar de que aún existen áreas de mejora en nuestro sistema educativo, especialmente en términos de calidad, los avances realizados en los últimos años sin duda han contribuido a cerrar las brechas en el país.”
- “Por otra parte, una de las principales fuentes de equidad en Colombia es el sistema de salud. Independiente del régimen, contributivo o subsidiado, la afiliación al sistema es muy alta.” El sistema de salud “ayuda a mejorar la calidad de vida de los usuarios y a recortar brechas de desigualdad.”
- “La pobreza monetaria en el país ha mostrado una tendencia decreciente desde 2012, interrumpida únicamente por la pandemia. De manera similar, la pobreza multidimensional ha experimentado un descenso en los últimos años, con un ligero aumento durante la pandemia, seguido de una continua disminución básica hasta alcanzar el 13% en 2022.”
- “La reducción de estos indicadores de pobreza se ha logrado desde diferentes frentes, y uno de ellos, son los programas sociales implementados por diversos gobiernos para reducir la pobreza en el país. Algunos de estos programas incluyen transferencias monetarias por parte del gobierno, que han contribuido a reducir la pobreza monetaria y la pobreza extrema en el país, ayudando a disminuir la desigualdad de ingresos y a mejorar la calidad de vida de muchas personas. Según cálculos de ANIF, las transferencias monetarias reducen la pobreza monetaria en 3 puntos porcentuales, es decir, cerca de 1,5 millones de personas.”
- La política tributaria no reduce la desigualdad: “Por otro lado, unos de los principales problemas que tiene Colombia en materia de desigualdad de ingresos es su inefectividad para reducirla mediante impuestos. Analizando los datos del coeficiente de Gini antes y después de aplicar impuestos, se observa que la disminución es mínima, por cada 10 puntos de ingreso fiscal.”
Pero, a pesar de todo lo anterior, la desigualdad persiste:
- “A pesar de las mejoras en los últimos años, Colombia sigue siendo un país muy desigual en materia de ingresos, riqueza y tierras. En el caso de la distribución de ingresos en Colombia, el 10% de la población con mayores ingresos posee el 54,7%, mientras que el 50% más pobre solo tiene el 10% del ingreso. Estas cifras son comparables con nuestros pares de la región, como Chile, Brasil y México, que tienen mayores concentraciones de ingresos.”
- “De manera similar, en el caso de la riqueza, en Colombia el 10% más rico posee el 64% de la riqueza, mientras que el 50% más pobre posee solo el 4%.”
- “En cuanto a la tenencia de tierras, Colombia presenta un nivel bastante alto de desigualdad, con algunos cálculos del índice de Gini de tierras cercanos a 0,70. Esta desigualdad se manifiesta tanto en áreas rurales como urbanas, siendo la desigualdad rural aún mayor que la urbana.”
ANIF no presenta datos sobre la concentración de las acciones y de los CDT, datos que debe conocer. La concentración aquí es muy superior a la concentración en otras dimensiones.
ANIF se queda en lo superficial
El análisis de ANIF es una muestra del esfuerzo usual de los economistas y gremios por examinar solamente los aspectos superficiales y no hacerse las preguntas de fondo.
Frente a la desigual distribución del ingreso la única explicación que presenta en todo el texto es la siguiente: “Esta distribución ocurre principalmente porque para las personas de menores ingresos es más difícil acumular riqueza, dado que tienen ingresos más bajos y les queda poco capital disponible después de pagar los gastos básicos.” Cantinflas no hubiera podido decirlo mejor: para las personas de menores ingresos, los pobres, es difícil acumular riqueza porque tienen bajos ingresos, esto es magistral. Y cómo son pobres y la plata no les alcanza, entonces no pueden ahorrar y acumular riqueza. Difícil decir tantas tonterías en tan pocas líneas. ¿Y por qué tienen bajos ingresos? Pues porque no tienen ingresos altos para acumular.
Conclusiones
El esquema argumentativo de ANIF es típico de los economistas de la escuela dominante y de la gran mayoría de analistas y columnistas de opinión en los medios de comunicación colombianos. Examinan la desigualdad, por la cual manifiestan una aparente preocupación, sin hacer un mínimo esfuerzo por tratar de entenderla. Todo lo contrario, el esfuerzo intelectual se enfoca claramente en ocultar la realidad, en no hacerse las preguntas de fondo y en desviar la atención. En el texto de ANIF no aparece por ninguna parte algo tan elemental como la división de la sociedad en clases y la existencia de fuentes diferentes de ingresos entre ellas. No hay ningún esfuerzo por precisar la desigualdad fundamental: la diferente situación de las personas en el proceso de producción, la división en clases, la desigualdad consistente en la existencia de patronos y trabajadores con fuentes distintas de ingreso. Se hace mucho énfasis en datos y gráficos y muy poco esfuerzo en comprender y explicar. Se plantean afirmaciones superficiales como que los pobres no pueden ahorrar y por eso no tienen capital. Se sostiene que los ingresos son bajos, pero no se profundiza en la causa de dichos bajos ingresos.
ANIF no derrumba ningún mito. Por el contrario, hace lo posible por mistificar la realidad. Evidentemente hay ciertas mejoras en la situación de los oprimidos, pero en lo fundamental la situación es muy complicada. Cerca del 70% de la población colombiana es pobre y vulnerable, los ingresos de la gran mayoría de trabajadores no alcanzan para comprar la canasta básica, y en un porcentaje importante, ni siquiera para alimentarse bien. Millones de personas están en el desempleo, el subempleo, el trabajo informal y precario, al tiempo que millones han tenido que abandonar el país para buscar trabajo en el exterior. Parte de la clase trabajadora cae en la mendicidad, la delincuencia y la prostitución forzada. Una pequeña parte de la población concentra la mayoría del ingreso y de la riqueza y se da una gran vida, al tiempo que sus compatriotas a duras penas sobreviven. Y a ANIF le preocupa que digan que somos el país más desigual del mundo o de América Latina.
Marcela Meléndez no se queda atrás en banalidad
En columna de El Tiempo el 22 de septiembre, Marcela Meléndez se esfuerza por no dejarse ganar de ANIF en superficialidad[2]. No sabe uno si reír o llorar al leer la columna de Marcela Meléndez, sobre la desigualdad, publicada en El Tiempo el 22 de septiembre de 2023.
Identifica que la desigualdad más evidente es la de ingresos y riqueza y observa que “en un lado familias que viven en el exceso y en el otro, familias con grandes carencias.” Este planteamiento es típico de los economistas que ven los resultados, los ingresos y la riqueza, pero no los procesos, es decir la forma en que se producen dichos ingresos y dicha riqueza. Es algo que ni siquiera se preguntan, con lo cual dejan de lado lo fundamental, las características del modo de producción capitalista en el cual se observan dichas diferencias entre las familias. Algo tan elemental, cómo observar que en el proceso de producción hay por un lado dueños o propietarios del dinero y de los medios de producción y por el otro trabajadores que solo cuenta con su fuerza de trabajo, que obligatoriamente deben vender para conseguir un salario que les permita vivir, no es objeto de cuestionamiento e indagación alguno para economistas como Meléndez. La relación social entre estas personas, que ocupan lugares muy diferentes en la sociedad y que son fundamentalmente desiguales, escapa a su atención, aunque está ahí, a la vista de todos.
Para economistas como ella no hay clases sociales. Afirma que hay familias que viven en el exceso y familias con grandes carencias, familias en ambos lados. Destaca lo común, el hecho se ser familias, pero ignora olímpicamente lo desigual, que unas son familias de capitalistas y otras familias de trabajadores asalariados. A pesar de su miopía, no deja de ver que la concentración del poder económico en pocas manos (no se atreve a decir que son las manos de los capitalistas) se traduce en concentración del poder político y la capacidad para influenciar la política pública en una dirección que puede profundizar la desigualdad.
En su diagnóstico nos lleva de la desigualdad de ingresos a la desigualdad de oportunidades, asunto que considera prioritario, y en el cual evidencia su superficial lectura de la realidad capitalista. Dice lo siguiente sobre la desigualdad de oportunidades, que es una forma de desigualdad “por la cual las personas ven su destino predeterminado al momento de nacer, porque la acción del Estado no consigue contrarrestar las desventajas de haber nacido en una familia de padres menos educados, en la zona rural, en un municipio pequeño y alejado, con un determinado color de piel o con un género particular.” Esto es un lugar común entre los economistas que con la apariencia de una afirmación científica dicen puras tonterías.
Veamos: Meléndez observa que hay personas (que casualmente son trabajadores asalariados, desempleados y trabajadores por cuenta propia precarios, no las personas capitalistas), que al nacer son pobres, tienen bajos ingresos y grandes carencias. Y son pobres porque nacen en el hogar de unos pobres, que viven en un barrio pobre, en zonas rurales pobres, etc. Concluye entonces que estos recién nacidos tienen un “destino predeterminado” de pobreza, pero no se para a pensar mucho: ¿por qué son pobres sus padres?. Seguramente respondería que porque a su vez sus padres eran pobres y así nos remitiría de generación en generación, sin dignarse responder la pregunta de fondo.
¿Por qué nos trata como tontos con este tipo de explicaciones? ¿Por qué plantea estos argumentos? Su intención es ocultar. Plantea es que el responsable es el Estado: “la acción del Estado no consigue contrarrestar las desventajas de haber nacido en una familia de padres menos educados…” Sigue sin responder por qué hay personas que nacen con desventajas, es decir, sigue sin responder por qué la desigualdad y exime de toda responsabilidad al sistema capitalista.
Llegando a este punto ya dejado de lado lo fundamental y se dedica a las ilusiones. Nos dice, muy seriamente, que es necesario igualar las oportunidades para que la partida se dé en términos que sean justos para todos”; este es a su juicio el primer paso para reducir la desigualdad de ingresos, para lo cual se requiere un Estado eficaz y con capacidad de gasto. La causa del problema es el Estado. Pero resulta que este Estado está en manos de quienes se benefician con la desigualdad y no hay garantía de que se tome en serio el asunto. De hecho, puede que ni siquiera asuma esto como una prioridad. Para reducir la desigualdad nos dice que “lo primero es reconocerla como algo detestable”. Pero, “Desafortunadamente, no todos estamos convencidos de que la desigualdad sea un problema.”
Con toda seguridad los banqueros dueños de ANIF no consideran que la desigual distribución del ingreso y la riqueza sea un problema. No ve que lo que aparentemente es un problema es un extraordinario beneficio para los capitalistas: la enorme desigualdad simplemente indica que Colombia es un país muy atractivo para los capitalistas, quienes pueden acumular y darse una vida lujosa en medio de un mar de miseria y de pobreza.
______________
[1] “Al hablar de desigualdad generalmente utilizamos indicadores de la distribución del ingreso y riqueza de los países, pero esas no son las únicas formas de medir el nivel de desigualdad en un país, existen otros factores que tienen efecto sobre el bienestar de la sociedad. La herramienta principal en la discusión de la desigualdad es el Índice de Gini…Al mirar la desigualdad en Colombia desde distintos ángulos, encontramos resultados alentadores sobre el futuro de la desigualdad en el país. Es cierto que la desigualdad es alta y existen cosas por mejorar, pero no se puede afirmar que somos el país más desigual de Latinoamérica y, mucho menos, del mundo.”
[2] https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/marcela-melendez/como-se-reduce-la-desigualdad-columna-de-marcela-melendez-809565. Marcela Meléndez estudió economía en la Universidad de Los Andes y, posteriormente, hizo un MBA y un doctorado en Yale University y ocupa actualmente un alto cargo en el Banco Mundial. Ha tenido muy buenas oportunidades en la vida. https://www.larepublica.co/globoeconomia/marcela-melendez-fue-nombrada-como-la-deputy-chief-economist-del-banco-mundial-3734513
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: Economista Colombia
Deja un comentario