María Isabel Rueda:
“Aclarando lo obvio, que el doctor Sarmiento es dueño de este periódico, reconozco su valor para estar presente en esa reunión después de la forma como el Gobierno ha tratado a su grupo empresarial.” “Y se lució como siempre con sus detallados conocimientos”.
“¿Les digo mi conclusión? Petro se tomó la foto con los cacaos para mejorar su imagen, tranquilizar a la opinión pública y enviar el mensaje de que los ricos de este país aceptan sus políticas. Pero, sobre todo, porque sabe que a un presidente no lo tumban los cacerolazos de unas señoras en Chapinero, sino, como conocedor de la historia, sabe que eso sucede solo cuando los dueños del país creen que llegó la hora.” Destacable la franqueza de María Isabel Rueda sobre el tipo de democracia realmente existente en Colombia. Quienes deciden son los dueños del país y parecería que Petro está aceptando con resignación esta cruda verdad.
Pero, a continuación, trata de matizar tan contundente afirmación: “…a ninguno de esos ricos presentes ni a los ausentes se les ha pasado por la cabeza tumbarlo. Este es un país institucional, ajenos a los golpes blandos…y a los duros.” El mensaje de María Isabel Rueda, alguien que sabe lo que piensan los ricos, es claro y contundente: mejor no moleste mucho presidente. La misma amenaza que hacen en sus empresas a los sindicalistas y trabajadores. Somos “ajenos” a los golpes, pero…cuando toca, toca.
Mauricio Vargas titula su columna “Cese del fuego contra las empresas”, con lo cual muestra que el problema es la agresividad de Petro con los capitalistas. “Tras meses de agresivos ataques a la empresa privada en los que maltrató a banqueros, concesionarios de obras, industriales, comerciantes, medios de comunicación y empresas de salud y de servicios públicos, el martes recibió en la Casa de Huéspedes de Cartagena a un selecto grupo de líderes del sector privado.” Destaca un cambio de tono en el gobierno Petro: “Que Petro hable de mejorar la productividad, crear riqueza, fomentar el desarrollo económico y hacer más grandes a las empresas es toda una novedad: ojalá sea la antesala de un cese al fuego verbal contra el sector privado.” Vargas le pide al gobierno una mejor actitud frente a la empresa privada, más respeto y sumisión con los dueños del país.
¿Qué salió del encuentro? “Nada concreto” dice Mauricio Vargas. Pero no perdió oportunidad para adular al patrón: “…lo más comentado fue una juiciosa exposición del constructor y banquero Luis Carlos Sarmiento Angulo, propietario del El Tiempo, sobre las posibilidades de desarrollo del Chocó, como lo relató Daniel Coronell en la W.”
El Editorial de El Tiempo dice lo mismo que Mauricio Vargas con respecto a la hostilidad de Petro: “Tras varios meses de constante hostilidad de la Casa de Nariño hacia el sector privado -en no pocas ocasiones con señalamientos personales-, es encomiable que todos los partícipes hayan logrado dejar de lado esas diferencias y estar a la altura del evento. En el fondo, la aceptación constituye una muestra del profundo respeto de los llamados “cacaos” a la figura e institución presidencial.” Parece que el editorialista no comparte la “verdad” de María Isabel Rueda: ¿respeto? Si la verdad es que lo sacan cuando quieran.
La importancia de la empresa privada: “Por los lados de la Presidencia, la sola convocatoria es el reflejo de una realidad que no se puede omitir ni ignorar: la valiosa e irremplazable contribución de las empresas, en especial los conglomerados presentes en la cita, a la economía colombiana y a su desarrollo social.” “Al llevar a cabo un encuentro con estas características, se está reconociendo en el empresariado un actor fundamental para cualquier iniciativa de acuerdo nacional.” “En otras palabras, el Gobierno y la esfera estatal no cuentan con la capacidad para asumir de manera exclusiva las graves problemáticas de la sociedad, pero el empresariado tampoco puede por sí solo avanzar en sus lógicos propósitos de crecimiento y aportar al desarrollo económico sin contar con una adecuada interlocución con el Estado.”
“En una sociedad en la que sus liderazgos se expresan, cada vez con mayor frecuencia, por medio de acciones y posturas polarizadoras, la cumbre de Petro y los empresarios es una ratificación de que, por más distancias ideológicas y de visiones del mundo que existan, la intención de buscarle salidas a Colombia amerita encontrarse y conversar.”
El mensaje es claro, a pesar del lenguaje ocultador: en la sociedad capitalista el mando lo tienen los capitalistas.
Daniel Pacheco destaca la armonía del encuentro
Le comenta un asistente al periodista: “Algunos íbamos como a la casa de los horrores, pero llegamos y esto era Disney”, refiriéndose “al contraste entre el ambiente previo de hostilidad hacia los empresarios que habían sembrado varios comentarios del presidente Petro y la conversación durante el almuerzo”. El gobierno y los empresarios también coincidieron en las necesidades de infraestructura que requiere el Chocó, uno de los departamentos más pobres del país. “Podemos tener diferencias en el cómo, pero todos coincidimos en que debemos superar el hambre y la inequidad en el país”, dice Cavalier, capitalista del sector lechero, en un país donde muchos niños no están desnutridos y no tienen como comprar la leche de la Alquería.
“Todos estuvimos de acuerdo en todo”, dice Cavalier. “Y los temas en los que no estaban de acuerdo, no se tocaron. Nada en la conversación amargó el pie de coco que llegó de postre, con helado. Ni las reformas que han dividido opiniones y que están estancadas en disputas agrias en el Congreso, ni las declaraciones anteriores de Petro sobre los empresarios, a quienes ha calificado de “esclavistas”. “Cuando uno quiere solucionar un problema no se pone a hablar del pasado porque no soluciona nada”, dice la fuente del gobierno.” Los esclavistas estuvieron muy amables con el representante de los esclavos.
“Lo más parecido a una tensión fue un intercambio entre Alcocer y Carlos Julio Ardila alrededor de la Kola Román light, servida durante el almuerzo. Esta gaseosa es competencia de los productos de Postobón, la compañía de la Organización Ardila Lulle.”
La profundidad de Daniel Pachecho se refleja en lo más importante que destacó del encuentro: el postre de coco y la Kola Román. Ni una sola frase de análisis sobre la relevancia de la reunión. ¿Dejaron de ser esclavistas simplemente porque no se habló de ello mientras disfrutaban las magníficas atenciones de Verónica Alcocer?
Daniel Coronell: “la estrella de la reunión fue Luis Carlos Sarmiento”
“Sarmiento Angulo concentró durante muchos momentos la atención de todos los asistentes. El baquero de 90 años hizo gala de una gran lucidez cuando el tema fue la necesidad de desarrollar el Chocó como una forma de desembotellar grandes áreas de producción de Colombia, Sarmiento Angulo mostró un conocimiento deslumbrante sobre la geografía de la zona, sobre un mapa enseñó las posibilidades y oportunidades de la llamada conexión Chocó, sin tocar una calculadora expuso los números de cuánto podía valer cada parte del proyecto y cuáles son las utilidades sociales que puede dejar; también mostró la cantidad de kilómetros que debería construirse, el costo del cemento para las obras e ideas sobre posible financiación. En fin, el hombre mayor de la reunión fue el que más habló en público y quizá conversación individual con el presidente.” Cualquier parecido con la lambonería de María Isabel Rueda y Mauricio Vargas con el patrón, es pura coincidencia.
Tantas décadas de pobreza y miseria en el Chocó y Luis Carlos Sarmiento se había guardado la fórmula de para superar el atraso. Ojalá le hayan pasado esta información al jefe de Planeación Nacional para que lleve a cabo este proyecto de desarrollo.
Coronell luego nos informó sobre el menú e hizo un resumen de las intervenciones de los asistentes. Pacheco (del grupo Colpatria), hizo énfasis en la necesidad de encontrar objetivos comunes y que los empresarios deben remar en la misma dirección para superar los retos. Eder puso su mayor atención en la formalización de las economías populares, junto con el crédito, lo cual podría ser el mayor motor de desarrollo del país. Cavelier: uso más racional del campo, aumentar productividad y cuidar el planeta. Gobierno y empresarios descubrieron que está de acuerdo en muchas más cosas de las que pensaban originalmente. Nada de análisis de fondo por parte de Coronell.
El editorialista de El Tiempo y algunos de los columnistas citados hacen énfasis en el ataque a las empresas o al sector privado. Son muy cuidadosos con el lenguaje, no mencionan nunca al capitalismo, ni a las empresas capitalistas, aunque evidentemente es el objeto de su interés principal. Al usar los términos “empresas” o “sector privado” meten en el mismo saco al dueño de buena parte de la banca colombiana y al prestamista de barrio; incluyen al constructor capitalista y al maestro de obra independiente; igualan al dueño del Éxito con el tendero de la esquina. Una estrategia muy hábil para ganar adeptos para su causa, pero sobre todo para desviar la atención sobre el modo de producción capitalista y su sed de ganancias, que parece no existir. Lo mismo que ocurre con los mejores economistas del país que, como Ocampo, escribe un libro sobre el desarrollo económico de Colombia sin mencionar a la ganancia o a los trabajadores asalariados.
Aún los capitalistas más ignorantes saben que la esclavitud asalariada, los bajos ingresos, el desempleo, y la pobreza y la miseria, son resultado del funcionamiento del modo de producción capitalista. Pero quieren a toda costa desaparecer esta idea de sus mentes y de la de sus esclavos, o evitar que les llegue. Van ganando de lejos la batalla cultural.
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: Las2orillas
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