1) Regime change, instrumento clave de la política exterior americana
Central al ejercicio del poder hegemónico americano en el mundo es que la CIA tumba y remplaza gobiernos a voluntad para poner marionetas no solamente en L América (Guatemala, R Dominicana, Chile, Nicaragua, Argentina, Brasil y Bolivia) sino también en Asia Occidental (Irán, Iraq, Afganistán) y Oriental (Indonesia, Vietnam) y África (RD Congo, Libia); como también interfiere en elecciones (hasta en Rusia en 1996 mientras que la acusación de H Clinton en su contra era totalmente falsa). Se dice que en USA no hay golpes de estado porque allá no hay embajada americana… El Maidan se inscribe dentro de esta tradición de expulsión de gobernantes que no son de su agrado por parte del hegemon para poner sus subordinados en su lugar.
El Maidan tuvo incluso antecedentes en Europa, en Portugal y Grecia; no tiene pues nada de extraordinario, más aún fue la respuesta lógica a la imposibilidad de que un gobierno elegido popularmente abandonara su neutralidad y se uniera a OTAN. Lo cual constituía un obstáculo a la continuación de la implementación de la estrategia diseñada por Brzezinstky (A plan for Europe 1995) para extender el dominio de USA en Europa del Este hasta la frontera con Rusia. Este objetivo fue asumido entusiastamente por Clinton quien inicio la expansión de OTAN renegando de la promesa hecha por Baker y el alemán Genscher a Gorbachov de no expandir esta not even an inche al este, como parte un trato en que este aceptó la unificación alemana y su ingreso a OTAN. Y fue extendido dramáticamente por el mismo grupo de neo conservador arquitectos de Iraq (Cheney, Rumsfeld, Rice) en el gobierno de Bush (les debemos tanto Iraq como Ucrania). Movimiento que alcanzó su culmen en Bucarest 2008, cuando anunciaron, con la oposición del secretario de defensa Perry y de la misma Sra Merkel (es una declaración de guerra contra Rusia, decía), la inclusión de Ucrania y Georgia, en un intento por rodear la flota rusa en el Mar Negro (lo que hizo del movimiento de Putin en Crimea algo perfectamente obvio).
Naturalmente, ese anuncio recibió una enérgica y tajante respuesta por parte de Putin quien con razón vio en él la continuación de política de hostilidad de USA/OTAN en contra de Rusia, insistiendo (como lo hizo el embajador americano Burns en Moscú) en que Ucrania constituía una línea roja infranqueable para Rusia. Desde entonces hasta Dic/21 cuando Putin presentó una propuesta sobre seguridad europea, todos sus planteamientos fueron descalificada por USA. Para entonces ya la CIA había instalado un nuevo gobierno ruso-fóbico desde el Maidan en 2014 y USA, junto con OTAN, habían fortalecido (entrenado y equipado) a lo largo de siete años el ejercito de Ucrania. Como lo confeso la Sra. Merkel los acuerdos de Minsk no habían sido sino una forma de ganar tiempo para convertir las fuerzas armadas de Ucrania en una de las más fuertes de OTAN, con lo que ella paso a ser un miembro de facto de la alianza.
El punto es que toda esta estrategia estaba predeterminada desde la propuesta de Brzezinstky de acuerdo a la visión hegemónica de unipolaridad desatada desde el derrumbe soviético en 1991. La implementación de la estrategia de regime change, que no fue necesaria en países previamente integrados, resultó la respuesta obvia a la situación de ambigüedad creada por el gobierno de Yanukovich que no rechazaba acercamientos a la UE, pero si a OTAN
Aún más la estrategia americana incluye regime change en Rusia misma para deshacerse del incomodo Putin que les paró la feria de los recursos del país que permitió el corrupto marioneta de los americanos Yeltsin. Es tal la arrogancia que antes de que Biden hablara de una victoria para reemplazar a Putin por otra marioneta, Obama hablaba del russian reset. La idea era que el golpe en Ucrania fuera seguido por otro en Rusia: el regime change como estrategia hegemónica.
2) Dimensiones e implicaciones
Esencialmente el golpe fue fabricado por la CIA ,con un papel protagónico de la Deputy Secretary of State Victoria Nulan que ha impersonado el proyecto anti-ruso de H Clinton. Ella planeó y ejecutó el golpe. Comunicaciones con un diplomático en la e embajada americana en Kiev muestran como ella disponía a quienes nombrarían de ministros y a quienes asesinar. Así, lo que fue un movimiento popular de los ucranianos del oeste para fortalecer los vínculos con la UE fue instrumentalizado por la CIA y secuestrado por extremistas nazis cuyos francotiradores crearon caos en las manifestaciones.
El significado e implicaciones del golpe se resumen en que desató la guerra de Ucrania. Los medios occidentales ocultan el hecho de que el nuevo gobierno de Kiev implementó leyes que desconocían derechos adquiridos de rusos de los oblast del este, lo que movió a estos a desconocer ese gobierno, el cual desató una campaña militar que incluyo bombardeos que mataron a 14.000 personas. Brigadas nazis como la Azov fueron desatadas sobre la población de manera que por ejemplo 300 sindicalistas fueron quemados vivos en Odessa por protestar contra ese gobierno. La guerra de Ucrania no comenzó como lo pretenden esos medios con la invasión rusa en 2022 sino recién el golpe, el cual generó los enfrentamientos; lo que, en el contexto de la total descalificación de las consideraciones sobre la seguridad rusa por parte de USA condujo a Putin a invadir para detener la matanza en los Oblast rebeldes y enfrentar la agresión de occidente (tal y como Kennedy amenazó con guerra nuclear por los misiles en Cuba, Rusia no podía aceptar misiles de OTAN a minutos de Moscú).
Que Putin invadió con 10% de la fuerza que necesitaría para tomarse a Ucrania muestra la insensatez de acusarlo de pretenderlo, menos aún la histérica paranoica estupidez de que Putin pretende seguir con toda Europa. No tiene la economía y el ejército para tomarse un país tan grande con una población hostil en el occidente que fue siempre cercana a Austria y Polonia en contra de Rusia. En realidad, la guerra, generada por el Maidan fue inicialmente una entre las dos ucranias del este y del oeste, dos países diferentes racial y culturalmente. Putin hizo un movimiento estratégico para forzar a los ucranianos a negociar (nunca pretendió conquistar a Kiev) y obtuvo su objetivo pues en marzo en Estambul se lograron acuerdos que regresaban a los de Minsk. Pero como el objetivo de occidente no es defender la democracia de Ucrania (por cierto, inexistente) sino implementar su vieja estrategia de postrar a Rusia y repartirse sus fabulosos recursos, el tenebroso B Johnson (a nombre Biden) frenó a Zelensky con la promesa de que recibiría apoyo militar suficiente para derrotar a Rusia. Todo como parte de la estrategia de Occidente preso de una paranoia injustificada que ve en Rusia la amenaza soviética, por lo que viene implementando una variedad de medidas (Finlandia, Suecia, batallones americanos en Polonia y alemanes en Estonia) como parte de la estrategia hegemónica de USA que tuvo su pivote en el Maidan.
El golpe era pues parte de la estrategia que incluía la guerra para doblegar a Rusia. Alimentada su paranoia caudillista, Zelensky lanzó, por presión de occidente su ofensiva de verano a pesar de no contar con el equipo y las tropas necesarias. Fracasada esta, sigue presidiendo sobre la destrucción de su país y la perdida de medio millón de soldados, ejercito que trata de reconstruir forzando adolescentes, mujeres y mayores al frente (el general retirado americano Hodges les recomendó en este sentido imitar a los nazis en 1944-45). Los americanos y europeos los armarán hasta el último ucraniano enviando armamento que lo único que hace es prolongar el sufrimiento y la devastación. Como decían senadores Graham y Rommey es una gran inversión matar rusos sin ningún costo en vidas americanas.
Todavía padecemos las consecuencias del Maidan y quien sabe por cuánto más los ucranianos las seguirán sufriendo. Igual los americanos los abandonarán, como abandonan países que destruyen en sus aventuras bélicas hegemonistas, y pasarán a la siguiente guerra en su ciego (a la realidad de la multipolaridad) intento de mantener una supremacía hegemónica que ya han perdido.
Ricardo Chica
Foto tomada de: France 24
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