Pero los imperialistas occidentales no entienden a una Rusia que no sea la sometida de Yeltsin[1]. La falta comprensión y conocimiento por las potencias sobre Rusia, incluyendo su error de cálculo de descalificar de sus fuerzas armadas como ineficientes e ineptas que los movió a usar a Ucrania para agredirla, es muy peligrosa[2]. Y los medios corporativos occidentales, con capacidad insuperable de fabricación de realidad a nivel mundial, construyen leyendas como que Putin fracasó en su intento inicial por Kiev, cuando él se retiró como gesto de buena voluntad que le pidieron franceses y alemanes[3] para avanzar en Estambul el acuerdo que evitaba la guerra, el cual fue torpedeado por Boris Johnson. Los rusos sienten que su civilización y cultura cristiana y nacionalista está siendo amenazada por la agresión de occidente poscristiano globalista (para ellos esta es una guerra de culturas e identidades), y de lo que los rusos son capaces una vez sientan que su nacionalidad está siendo amenazada pueden dar testimonio los nazis.
Europa no ha sido en realidad fiel a los principios humanistas universales de la ilustración ni a los racionalistas de la modernidad que surgieron en ella, salvo quizás el corto periodo en que la socialdemocracia orientó la Unión Europea, UE. Las guerras coloniales, las agresiones imperialistas, las recientes incursiones en Iraq, Afganistán y Libia, y, protuberante y patéticamente, el apoyo al último capítulo de esas guerras, la de Israel contra los palestinos, muestran su hipocresía y duplicidad: si, todos los hombres son iguales, pero algunos somos más iguales que otros. Y esta última canallada (digna heredera de las de la guerra del opio, los horrores de los belgas en Congo y los alemanes en Namibia, y las hambrunas de los británicos en India) ha puesto al descubierto la bancarrota moral de occidente desenmascarando frente al sur global, al que han dominado, su neocolonialismo y absoluta falta de respeto por la legalidad internacional y el derecho internacional humanitario. Es la misma arrogancia que están mostrando con Rusia, otro resultado de esa bancarrota moral manifiesto en ese desprecio por quienes consideran inferiores, solo que esa vez les puede resultar muy caro.
Europa está al servicio del proyecto imperialista hegemónico de USA, en cuyo vasallaje ha caído por completo al punto de desaparecer como actor autónomo en el escenario geopolítico mundial; salvo por exabruptos de agresividad con los que pretende conserva un estatus que ya perdió (patéticamente Inglaterra). Pero hay otro componente emocional igualmente irracional. Los europeos del este odian a los rusos explicablemente por los abusos del imperio soviético; y las potencias del oeste desprecian a los rusos y han conservado la visión de Napoleón y de Hitler de que Rusia es tierra rica en recursos naturales a ser apropiados por estos neocolonialistas occidentales. Junto con los financistas y capitalistas americanos no le perdonan a Putin haber acabado con la feria de estos recursos que lograron con el monigote de Yeltsin, por lo cual insisten en su proyecto de cambio de régimen en Moscú, con la idea de desmembrar a Rusia y apoderarse de sus fabulosos recursos naturales. Esta es la cuarta vez que agreden a Rusia, después de la alianza napoleónica, el intento de los nazis y el apoyo a los rusos blancos durante la guerra civil. Y como entonces, militares americanos, ingleses, alemanes, franceses y polacos están tomando parte activa en la guerra en Ucrania. Los americanos proveen la inteligencia para los equipos de americanos que operarán los Atacms, los ingleses que operan los Storm Shadow, los franceses que operan los Scalps, y ahora los alemanes que operarán los Taurus[4], ataquen objetivos rusos. Particularmente Inglaterra, posando de la potencia militar que ya no es, ha estado agrediendo a Rusia en Crimea en los ataques al puente Kerch, puertos y barcos; ataques todos que como la voladura del NSI son actos de guerra con los que intentan acorralar a Putin. Así, la agresividad del ex imperio británico es tal que el secretario de defensa ha llegado a declarar ‘hemos pasado de una era de posguerra a una de preguerra’, y el almirante que está asesorado en Ucrania, que una guerra con Rusia (su derrota) sería muy corta.
Consecuentemente, como respuesta a recientes revelaciones sobre planes alemanes y participación británica, Putin advirtió con toda claridad que esta agresión puede conducir a una guerra nuclear. ¿Habría cualquiera de estas potencias occidentales empezando por Estados Unidos y Reino Unido, tolerado que un agresor usara un tercer país para lanzar ese tipo de ataques contra su territorio o que lo planeara y empezara a implementar, sin lanzar un ‘preemptive atack’? Lo advirtió Kennedy, no debe a acorralarse a un poder nuclear entre una derrota humillante y usar su armamento nuclear. Lo que Putin ha sido es extremadamente prudente y paciente. No lo van a derrotar en Ucrania, de hecho, está ganando la guerra, y la evidencia de eso es lo que ha movido en pánico a las potencias europeas a sus agresivas estrategias (al extremo del Inglaterra) y declaraciones (Macron). Y en sus actos desesperados que lo único que hacen es prolongar la guerra (muerte y destrucción para los ucranianos) fácilmente pueden forzar a Putin a responder de acuerdo a la doctrina rusa que especifica una agresión, así como causal de defenderse nuclearmente. Él es el único estadista serio en el poder en este momento crítico en el cual la insensatez se ha apoderado de los mediocres líderes occidentales quienes siguen escalando peligrosamente. Particularmente peligrosos los lideres Bálticos y de Polonia cuya paranoia y revanchismo pueden conducir a una intervención directa que enfrente a OTAN abiertamente (porque lo está subrepticiamente) con Rusia.
OTAN fue convertida por USA de una alianza defensiva frente a la URSS a una ofensiva contra Rusia. Países que dependen de USA militarmente se convierten así en sus lacayos para adelantar variadas agresiones incluyendo además de Rusia, China y países árabes. Los neoconservadores americanos de Cheney a Sullivan pasando por la asistente de ese genocida de Iraq, V Nuland, la arquitecta de la guerra en Ucrania (son los mismos con las mismas a los que además de Ucrania les debemos Iraq); así como Blinken, están, en su proyecto de hegemonía global unipolar, llevando la política exterior americana a un extremo de agresividad que fundamenta y refuerza la de los europeos; aunque en este momento, en el cual los americanos están empezando a tener dudas (salida de Nuland), los europeos siguen desatados en su agresividad contra Rusia. Así, la captura de la política exterior europea por USA se complementa con la fobia antirusa europea, y con la ambición occidental de volver a controlar a Rusia y sus enormes recursos, para generar un nivel de agresividad que plausiblemente puede forzar a Putin a defenderse al nivel que considere necesario para salvar a la madre Rusia. Occidente intenta presentar la respuesta rusa a su agresión en Ucrania como un ‘unprovocked atack’, otro mito tan absurdo como el de la conquista de Europa, y lo grave es que sobre esa base continúa escalando irresponsablemente en forma que puede resultar genuinamente suicida (para toda la humanidad).
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[1] A quien subieron al poder comprando las elecciones del 96 y controlaban al punto de que permitiera la expoliación de su patria.
[2] Como siempre (Vietnam e Iraq) los americanos intervienen sin enterarse del ABC de las situaciones y por supuesto fracasan estruendosamente imponiéndoles a los países costos ingentes.
[3] Los mismos que después reconocieron que Minsk no fue sino un engaño para ganar tiempo para armar a Ucrania.
[4] Un ejemplo del grado de imbecilidad q se ha apoderado de los funcionarios occidentales es el ministro de defensa de Alemania Pistorius cuyo comentario a la filtración de la grabación de la conversación entre dos generales alemanes hablando de atacar a Rusia con Taurus, fue que (algo que ya el ministerio de defensa había reconocido como cierto) era una campaña rusa de desinformación.
Ricardo Chica
Foto tomada de: Onda Cero
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