Fue por ésta vía que Uribe durante sus largos ocho años de gobierno pudo mantener holgadas mayorías que le permitieron procesos fraudulentos como hacerse reelegir con la compra de votos de los parlamentarios, cosa que dicho sea de paso fue calificada por el actual presidente de la Corte Constitucional en un proyecto de fallo no como delito sino como práctica normal dentro de la tradición política colombiana. Pero también esas holgadas mayorías le permitieron intentar con éxito en el Congreso volver a cambiar la Constitución por la vía del referendo para aspirar a un tercer período presidencial a lo cual tuvo que ser la Corte Constitucional la que se opuso tumbando la ley aprobada por el Congreso para la realización de un referendo que le permitirá aspirar por tercera vez al solio presidencial. También esas holgadas mayorías alimentadas con el presupuesto nacional le permitieron adelantar un proceso con los grupos paramilitares con un diseño hecho para la impunidad y en su conclusión darse el lujo de que tres jefes paramilitares fueran invitados al Congreso en el cual fueron ovacionados por esas mayorías.
El resultado de las políticas implementadas por este régimen en términos sociales, ambientales y políticos es desastroso. Una tasa de informalidad en el empleo superior al 60%, una pobreza extrema que ronda el 32% a pesar de los esfuerzos de cambiar las metodologías y los indicadores para reducir los índices de pobreza en el país, una tasa de concentración de la propiedad agraria en que 2500 propietarios son dueños del 52% del total de los terrenos productivos del país o lo que es lo mismo una tasa de concentración de la propiedad que medida con el coeficiente de Gini ha llegado según el Censo Nacional Agropecuario del año 2014 al 0.90 en donde 1 sería que toda la tierra estuviera en manos de un solo propietario. Un régimen en que la probabilidad de que un criminal sea castigado apenas llega a un 25% y si los asesinatos se relacionan con indígenas, afros, líderes de derechos humanos o sindicalistas la tasa de impunidad es del 97%. Esta realidad así como el Frente Nacional terminaron por incubar un desastroso conflicto armado que ha dejado más de 220 mil asesinatos directamente relacionados con el conflicto, un poco más de 65 mil desaparecidos, más de ocho millones de víctimas y un despojo de más de 7 millones de hectáreas a familias campesinas sin que se haya castigado a los culpables; de ese despojo y abandono forzado de tierras apenas se han restituido un poco más de 200 mil hectáreas en los últimos cinco años.
Un país en que según la Contraloría General de la República la corrupción compromete cada año cerca de 48 billones de pesos y en dónde todas las campañas políticas están permeadas por dineros de origen ilícito. Así por ejemplo sin mucho ruido y siguiendo fielmente los dictámenes de los organismos multilaterales que dirigen la globalización neoliberal se eliminó la industria, se arruino la agricultura que producía nuestros alimentos que ahora tienen que ser importados y se condujo al país a una reprimarización de la economía para convertirnos nuevamente en un país dependiente de la exportación de nuestros recursos minero energéticos, a eso lo llamaron en sus flamantes planes de desarrollo las locomotoras del desarrollo. Llegada la crisis la economía entra en una profunda crisis. Lo que está en crisis es el modelo de desarrollo impulsado desde los años noventa por los personeros del régimen.
El despunte de los sectores alternativos
Frente a este orden de cosas en el país lentamente con aciertos y desaciertos se ha ido conformando desde la Constitución de 1991 con mayor claridad un espacio político democrático.[i] En aquella ocasión fue la representación alcanzada por la Alianza Democrática M19 la que logro alzarse con un tercio aproximadamente de los escaños de la Asamblea Nacional Constituyente que junto a la representación indígena y de la Unión Patriótica y con sectores progresistas del liberalismo y del Movimiento de Salvación Nacional logra aprobar una carta constitucional democrática que aún lucha por sobrevivir después de 42 contrarreformas que se han aprobado en estos 26 años de vigencia. La experiencia de la misma Alianza Democrática M19 fue un proceso de Unidad de sectores amplios de ese sector democrático en que confluyen en la lista presentada a la Asamblea Constituyente sectores independientes al lado de dirigentes de las guerrillas del M19, que se agruparon alrededor de la propuesta de la recién reincorporada insurgencia del Movimiento 19 de Abril, M19. Perdida esa amplitud y ese factor de Unidad e inhabilitados los constituyentes para presentarse al Congreso de la República esta formidable presencia languideció y se impuso la dispersión y la división con lo cual se redujo la representación parlamentaria durante los certámenes electorales posteriores a la Constitución de 1991.
Pero el llamado y la presión de las bases militantes, vuelve a presionar para las elecciones presidenciales del año 2006. Y ese llamado a la Unidad tiene sus frutos. Y ello se logrará con la Unidad de todos los sectores progresistas en el año de 2006 que dio nacimiento al Polo Democrático Alternativo. El acuerdo del Polo Democrático Independiente, PDI, con la Unidad Democrática lograda alrededor de un programa mínimo: el programa de Unidad suscrito en diciembre del año 2005 y de un mecanismo de consulta abierto para presentar un solo candidato presidencial a primera vuelta de las elecciones de mayo de 2006 la que permitió que el candidato del Polo, el maestro Carlos Gaviria Díaz, lograra una votación de 2’613.157 votos que representaron el 22.02% siendo la segunda votación detrás de Álvaro Uribe que sacó el 62.35% (7’397.835 votos) y por delante de Horacio Serpa que sacó el 11.83% (1.404.235 votos) y de Antanas Mockus que sacó 146.583 votos o sea el 1.23% . Lo que quiero enfatizar aquí es que cuando la franja independiente logra concretar procesos de Unidad el electorado responde. Pero también quiero enfatizar que en Colombia desde la emergencia de la candidatura de Carlos Gaviria esa franja independiente tiene un resultado electoral por encima del 20% del total del electorado.
Esa realidad se vuelve a materializar en las elecciones presidenciales del año 2010. En la primera vuelta presidencial resultó ganador como todos sabemos el candidato de la Unidad Nacional, Juan Manuel Santos respaldado por el Gobierno de Álvaro Uribe quien sacó 6’802.043 votos es decir el 46.67% mientras que Antanas Mockus al frente de lo que en su momento se llamó la Ola Verde producto de la Unidad alrededor de los precandidatos Enrique Peñalosa y Luís Eduardo Garzón logró 3.134.222 votos es decir el 21.51% en la segunda Vuelta logró el 27.47% del total de la votación. Pero en esa primera vuelta Gustavo Petro obtuvo el 9.13% como candidato del Polo Democrático Alternativo. Entre ambos sumaban un poco más del 30% del total de votos. Ya sabemos que Antanas Mockus hizo entre la primera y la segunda vuelta una campaña errática y sin buscar la coalición que requería.
Y nuevamente esa franja se hace presente en las elecciones de 2014. Solo que en éstas elecciones concurre nuevamente dividida a la primera vuelta presidencial. Como ya lo había hecho en las elecciones de 2010 en que el centro de Antanas Mockus se distanció de Gustavo Petro del Polo Democrático Alternativo como ya lo mostramos con los resultados electorales de la primera vuelta del año 2010. Los resultados electorales de la primera vuelta recordémoslo dieron como ganador a Oscar Iván Zuluaga del Uribismo quien sacó 3’769.oo5 votos es decir el 29.28%; Juan Manuel Santos candidato a la reelección sacó 3’301.815 votos es decir el 25.72%; Martha Lucía Ramírez por el Partido Conservador fue la tercera votación con 1’997.980 votos o sea el 15.52%; Clara López del Polo Democrático Alternativo sacó 1’958.518 votos o sea el 15.22% y Enrique Peñalosa del Partido Verde sacó 1’064.758 votos o sea el 8.27% los votos en blanco de esta jornada electoral fueron 770.543 o sea el 5.98%.
Si sumamos los votos de los Verdes y el Polo tenemos un 23.49% frente al 25.72% de Santos es decir una diferencia de apenas 2.23%. Hay que anotar que lo que hizo imposible que la tesis defendida en el seno de los Verdes por Antonio Navarro de la necesidad de la Unidad con el Polo fue la férrea oposición del sector de Robledo o sea del Moir en el seno del Polo Democrático que argumentó la imposibilidad de una alianza por el neoliberalismo de Peñalosa, con lo cual la propuesta de Navarro se hizo políticamente inviable.
El punto que quiero remarcar aquí es que para pasar a la segunda vuelta se tiene que producir una alianza que debe ser concretada en las elecciones parlamentarias como se hizo en el año 2006 que eligió a Carlos Gaviria frente a Antonio Navarro que era el otro precandidato y que noblemente termino siendo el jefe de campaña de Carlos Gaviria. La otra posibilidad es un fenómeno de agrupamiento alrededor de una parte de ese espectro independiente como ocurrió con la llamada Ola Verde que logró sumar también a Fajardo como candidato a la vicepresidencia de Antanas Mockus en el año 2010 y más que duplicó al candidato de la izquierda representado por Gustavo Petro. Esa segunda posibilidad supone un enorme riesgo si no logra despegar para subordinar a los restantes componentes de ese bloque de centro izquierda. En las elecciones de 2014 es la candidata de la izquierda, Clara López, la que duplica al candidato del centro de los Verdes, representado por Peñalosa. En aquella ocasión si se produce la Unidad y una campaña unificada el que probablemente se hubiera quedado por fuera de la segunda vuelta hubiese sido probablemente Santos.
Las encuestas actuales: vuelven y juegan los independientes y el drama…lograran una alianza.
Aquí me referiré a la encuesta de Cifras y Conceptos llamada Polimétrica hecha para Caracol Radio y El Espectador, entre otros, pues es la que más cerca ha estado de los pronósticos electorales en los últimos años y me referiré a la encuesta realizada a finales del mes de mayo del presente año.
Según esta encuesta la fotografía estaría de la siguiente manera: encabezan la intención de Voto Germán Vargas Lleras con un 14%, sigue Gustavo Petro con 13% y luego Claudia López con un 11%. Entre ellos hay un empate técnico pues el margen de error de la encuesta es del 5% y el 22% de los encuestados aún no sabe por quién votar. Luego siguen en su orden Alejandro Ordoñez con un 6%, Clara López con un 6%, Sergio Fajardo con un 5%, Jorge Enrique Robledo 4%, Humberto de la Calle 4%, Juan Manuel Galán 4%, Martha Lucía Ramírez 3% y termina Iván Duque con un 2%.
A la pregunta quien quisiera que fuera presidente el 12% dice que el que ponga Uribe, Vargas Lleras tiene un 8% y ese mismo guarismo del 8 por ciento lo comparten Claudia López y Gustavo Petro; Segio Fajardo tiene un 4% y el resto está por debajo de esa cifra. Y a la pregunta quien cree que será presidente German Vargas tienen un 23%, Gustavo Petro 8%, Claudia López 5%, Alejandro Ordoñez 5% y el que ponga Uribe 5%; el resto está por debajo de esa cifra.
Según esta encuesta si se sumaran a los del centro como Claudia López y Sergio Fajardo con los precandidatos de izquierda como Gustavo Petro, Clara López y Jorge Enrique Robledo sumarían un 39% de la hipotética votación de la franja del centro y la izquierda. Esta suma debe mirarse con cuidado primero por tratarse de una encuesta en que la campaña aún no toma forma definitiva pues algunos no han definido aún sus candidatos como es el caso del Centro Democrático o los Conservadores que se han mostrado como más fuertes dentro de la derecha tradicional, pero, además porque en política no es como en las matemáticas que se puede sumar sin temor a equivocarnos, pero, desde una perspectiva sociológica e histórica aquí no se está presentando una revolución o una ola inexplicable. La franja de los del centro y la izquierda como espacio político tienen todas las posibilidades de sumar para pasar a una segunda vuelta electoral. Lo que quiero decir es que la encuesta muestra que el espacio de los del centroizquierda perfectamente está por encima del 25% que es la votación que se requiere para asegurarse que en primera vuelta se pueda ser o la primera o la segunda votación para ir al balotaje o segunda vuelta. Pero no se presenta una situación como la de la Ola Verde de 2010 en que el centro logra aventajar a la izquierda y asegurarse por sí misma un espacio propio por encima de ese 25%. Tampoco hay un fenómeno como el de Gaviria en el año 2006 en que la izquierda se asegure para si ese 25% para pasar a la segunda vuelta. A mi juicio lo que aseguraría estar en la segunda vuelta es que el centro izquierda lograra en marzo una consulta con la mayor parte de los precandidatos del centro izquierda que le permitiera tener un solo candidato o candidata para enfrentar a la derecha extrema del centro democrático y al centro derecha de Vargas Lleras o de la Unidad Nacional.
Ahora bien con la fragmentación que hoy caracteriza al centroizquierda el esfuerzo que debemos hacer es que haya una confluencia lo más amplia posible en que se pacten dos cosas. Un programa mínimo y el procedimiento para garantizar un candidato fuerte para la primera vuelta. Primero un programa mínimo alrededor de cinco o seis puntos dentro de los cuáles y apenas a título indicativo yo incluiría temas como (1) el cumplimiento de los Acuerdos pactados con las FARC-EP y los mayores esfuerzos por cerrar la paz completa en las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional, ELN; (2) la lucha contra la corrupción con medidas concretas como la pérdida de investidura o cargo de elección popular, la inhabilidad durante cinco o seis años para los privados que corrompan y se les pruebe actos de corrupción; sanción a los partidos que avalen corruptos y devolución de los recursos que hayan recibido por reposición de votos, en fin, medidas muy concretas para combatir la corrupción. La eliminación de los cupos indicativos y la aprobación de obras en las regiones con la participación de todos los actores políticos y con la sociedad civil de esas regiones; (3) Un nuevo modelo de desarrollo para el país donde se ponga en el centro del mismo la inversión en educación y en salud y en ésta última la eliminación de la salud como negocio y la eliminación de la intermediación financiera; la reindustrialización del país con un modelo de producción respetuoso del medio ambiente lo mismo que la prohibición de las industrias extractivas cuando se ponga en riesgo el agua para las poblaciones que allí habitan y el desarrollo de industrias limpias; apoyo y desarrollo del mercado interior y en primer lugar el logro de la soberanía alimentaria, entre otros temas fundamentales de un nuevo modelo de desarrollo así como la formalización laboral y la mejora de los ingresos de la población más necesitada, (4) Finanzas Sanas y equitativas. Reforma tributaria estructural para lograr que el Estado eleve su participación en la economía en los próximos 8 años al 24% del PIB. Hoy se encuentra en un 19%. El principio es que el que más tenga más tributa. (5) Un país de regiones. Relanzamiento del proceso de descentralización fortaleciéndolo pero ante todo luchando por la autonomía y fortalecimiento de los entes territoriales. Y ello pasa por una reforma para refundar los organismos de control Personerías y Contralorías que deberían ser ocupadas por la oposición o por concurso público de méritos para evitar lo que hoy sucede con estos organismos que son elegidos por los alcaldes y gobernadores en la realidad aunque los elijan las Asambleas Departamentales y los Concejos Municipales.
Estos son puntos de un programa que estoy seguro pueden generar Unidad entre los sectores del Centroizquierda en estos momentos en el país y que los diferenciaría notablemente del centro derecha y de la derecha extrema. Con ello además superaríamos o por lo menos lo intentaríamos una fuga hacia adelante para salir de la polarización del santismo y el uribismo centrados en el tema de la paz y específicamente de la negociación del Estado con las FARC-EP.
Sobre el segundo punto se debe trabajar por lograr una consulta popular en las elecciones parlamentarias del próximo mes de marzo para seleccionar un candidato que sería el que mayor votación saque y su fórmula vicepresidencial el que queda o la que quede en segundo lugar de votación. Ese es el reto. Una unidad en la diversidad. Entender que en esta coyuntura se requiere un acuerdo programático alrededor de un programa mínimo que incluya las transformaciones más urgentes que el país reclama y al mismo tiempo pactar un mecanismos de consulta abierta en las elecciones parlamentarias de marzo del próximo año para escoger un candidato que represente a todos estos sectores en la primera vuelta presidencial de mayo de 2017.
Finalmente creo que la propuesta lanzada por Miguel Antonio Galvis en Change.org camina en la dirección adecuada. Con la etiqueta Los queremos Juntos dirigida a presionar por un acuerdo a Fajardo, Petro, Claudia López, Clara López, Robledo, De la Calle y Caicedo marcha en la dirección adecuada. A de la Calle le exige que se presente por firmas. La sociedad civil debe llamar a la responsabilidad histórica en un momento decisivo para la paz y para la construcción de una sociedad con justicia social.
Pedro Santana Rodríguez: Director Revista Sur
Bogotá 6 de junio de 2017.
NOTA
[i] Sin desconocer por supuesto la larga tradición de lucha extraparlamentaria y los formidables movimientos sociales que se han desarrollado a lo largo de la historia del país y sin desconocer tampoco la irrupción de la Unión Patriótica con resultados importantes y sorprendentes en las elecciones parlamentarias, elecciones locales y regionales y en las elecciones presidenciales de 1986. Fueron esos resultados los que empujaron a los sectores más retardatarios y de ultraderecha a poner en marcha el genocidio de la Unión Patriótica que llevó al asesinato de más de 4000 de sus dirigentes, parlamentarios y militantes hasta sacarlo de la escena política.