Por estas dos condiciones podríamos aquí distinguirlos como “sectores alternativos” pues no hacen parte de las elites que han gobernado el país, y de “minorías” que históricamente se han fraccionado brindando ventaja y facilitando el escenario para el continuismo y la conservación de los privilegios de las elites enquistadas en el poder del bipartidismo durante el Frente Nacional, y de la Unidad Nacional (Uribe-Santos) durante los últimos 16 años.
Los actores de la unidad.
Ahora bien, cuáles son los actores políticos que podrían unirse para configurar un nuevo sujeto político que los potencie a todos y los transforme en un actor determinante en las próximas décadas de la vida política nacional, miremos:
En primer lugar, están los denominados sectores independientes, cuyos máximos exponentes en las elecciones de 2010, fueron los profesores Antanas Mockus y Sergio Fajardo a través de la “Ola Verde” que demostró que si se puede llegar a la segunda vuelta presidencial. Hoy en este sector se encuentra el partido Alianza Verde con sus candidatos a la presidencia Claudia López y Antonio Navarro. Dentro de los partidos con personería jurídica están el Movimiento MIRA y el Partido ASI, que hasta ahora no han presentado candidatos presidenciales. Y existen por lo menos dos grupos significativos de ciudadanos que son “Compromiso Ciudadano” liderado por Sergio Fajardo Valderrama y “Fuerza Ciudadana” liderada por el ex-alcalde de Santa Marta, Carlos Caicedo.
En segundo lugar, están los partidos y movimientos de izquierda, o de origen de izquierda, entre quienes se encuentra el Polo Democrático Alternativo, PDA, y su candidato Jorge Enrique Robledo, el grupo significativo de ciudadanos “Todos Somos Colombia” liderado por la ex–ministra Clara López Obregón, el grupo significativo de ciudadanos “Progresistas” liderado por el ex–alcalde de Bogotá Gustavo Petro Urrego, el Grupo significativo de ciudadanos “Poder Ciudadano” liderado por la ex-senadora Piedad Córdoba Ruíz, y también está hace parte de este grupo el Partido Unión Patriótica que tampoco ha presentado candidato presidencial.
En tercer lugar, están los partidos o movimientos de minorías étnicas de los pueblos indígenas, que son: el Movimiento Alternativo Indígena y Social, MAIS; y el Movimiento Autoridades Indígenas de Colombia, AICO, que tampoco han presentado hasta ahora candidatos a la Presidencia de la República. Recuérdese que los partidos de minorías étnicas afrocolombianos fueron usurpados por grupos al margen de la ley, y finalmente por personas que no son reconocidas como afrodescendientes.
En cuarto lugar, podrían llegar a respaldar este proceso de unidad a la presidencia de la república, el nuevo partido que surja del proceso de paz, en el que se transformarán las FARC una vez culminen, la entrega de las armas. Como acertadamente lo han planteado, no llevarán candidato propio y podrían respaldar esta coalición, si la ven con opción de poder para llegar a ser gobierno. De lo contrario, al parecer jugarán con quien esté en capacidad real de garantizar los acuerdos de paz.
Los alcances de los acuerdos de unidad.
Lo deseable sería que no fuera un acuerdo coyuntural, sino que fuera un acuerdo estratégico y de largo plazo. Creo que existe un consenso cuando planteamos que las elecciones presidenciales se disputan en un continuo de tres vueltas y no en dos, como usualmente se cree.
El primer lugar, los partidos y movimientos políticos o los grupos significativos de ciudadanos que tienen candidato presidencial, son evaluados por el desempeño de sus fuerzas en las elecciones de Congreso de la República, y recordará Sergio Fajardo lo que le sucedió cuando la “Selección Colombia” no superó el umbral de senado en 2010.
Si se quiere llegar con opción de poder a la primera vuelta presidencial, sería conveniente que se pensara en una lista en coalición al Senado y las cámaras regionales, si se logra destrabar la reglamentación de las coaliciones, o de lo contrario invitaría a que contemplarán la opción de una fusión en una expresión política de segundo piso, donde se puedan conservar las identidades de los partidos, movimientos y grupos significativos de ciudadanos actuales, pero unificados en una sola personería jurídica.
En cualquiera de los casos, se requiere que se realice una consulta presidencial interpartidista y con los grupos significativos de ciudadanos en las elecciones de Congreso el 11 de marzo de 2018, de manera tal que estos sectores alternativos y de minorías lleguen unificados con una fórmula presidencial a la primera vuelta, que se realizará el 27 de mayo de 2018.
Esta fórmula que tiene una dimensión mayor a la simple suma de sectores, lograría configurar un nuevo sujeto político colectivo capaz de llegar a la segunda vuelta presidencial, trabajando todos los sectores con respeto por los demás actores de la coalición y siendo muy creativos y propositivos.
Esto no quiere decir que los actuales candidatos presidenciales no deben desarrollar sus campañas, deben hacerlo hasta llegar a las elecciones de congreso, donde se definiría por voto popular, la fórmula presidencial de unidad de todos los sectores.
Ahora bien, con una fuerza parlamentaria igual o superior en número a la de los partidos liberal, partido de la U, Cambio Radical, o el Centro Democrático, el camino nos lleva a construir para segunda vuelta “alianzas programáticas”, en primer lugar con el Partido Liberal, y posiblemente con el partido de la U, por su interés con el desarrollo de los acuerdos de paz.
Coyuntura Única.
La unidad no sólo es una opción para potenciar el accionar político de las minorías y los sectores alternativos, es una necesidad para no desaparecer en el futuro inmediato, como ya se planteó en coalición presidencial por la paz.
En el marco del proyecto de acto legislativo 011 de 2017, las elecciones Presidenciales y de Congreso de la República del 2018, son las últimas en las cuales podrán inscribir candidatos los grupos significativos de ciudadanos, en adelante sólo podrán hacerlo de manera exclusiva los partidos políticos de carácter nacional.
Al enfrentar la coyuntura de congreso de manera aislada y atomizada, podrían desaparecer del escenario político varios de los partidos o movimientos que hoy tienen personería jurídica, o en el mejor de los casos podrían conservar la personería y perder la representación parlamentaria, como el caso del PDA, el MIRA, El Partido ASI e incluso el Partido Alianza Verde, porque todos están disputándose los mismos votos de opinión en un periodo de transición política.
Por las anteriores razones, vengo impulsando una campaña de incidencia ciudadana a favor de la unidad de los sectores alternativos, que se ubican en el espectro de la izquierda y el centro, junto con las minorías étnicas, a través de la plataforma Change.org, en la cual cada vez que una persona apoya la petición LOS QUEREMOS JUNTOS, se envía un correo a los candidatos presidenciales: Fajardo, Petro, Claudia, Clara, Robledo, Piedad, Caicedo y Humberto de la Calle, pidiéndoles que busquen caminos de unidad para llegar a la primera vuelta presidencial, que como dije atrás, viene siendo la segunda.
Finalmente, este momento histórico, afecta para bien o para mal, a los sujetos políticos en su condición actual, llámense partidos, movimientos o grupos significativos de ciudadanos, y la opción real de transformar a Colombia está determinada por la capacidad de lograr la unidad de los sectores alternativos y/o de las minorías, justo en el periodo del post-acuerdo de paz, que todos han impulsado y que serían la mejor alternativa para el cumplimiento y desarrollo de los mismos.
Hagamos incidencia ciudadana por la unidad: siga este link.
Miguel Antonio Galvis: Analista político y Veedor Nacional del Partido Alianza Social Independiente, ASI. A
Exclusivo para REVISTA SUR.