Este es el más alevoso ataque del ELN comparable al que realizaron el 17 de enero de 2019 contra la Escuela de Cadetes General Santander de la Policía Nacional en Bogotá y que conllevo la ruptura de la Mesa de Negociaciones durante el Gobierno de Iván Duque y que se selló con la muerte de 23 estudiantes y 87 heridos.
La reacción del gobierno no se hizo esperar. El propio presidente de la República Gustavo Petro anunció la suspensión de los diálogos con el ELN sumiendo a la Mesa de Negociaciones en la peor crisis desde que en el mes de octubre de 2022 se anunció la reanudación del proceso de negociaciones entre el gobierno colombiano y el ELN que formalmente tuvo su primer ciclo de negociaciones en Caracas entre el 21 de noviembre y el 12 de diciembre de 2022.
La crisis de la Mesa de Negociaciones se ha precipitado por dos acontecimientos principales y denuncias de ambas partes por presuntos incumplimientos de los acuerdos que se han pactado en los seis ciclos de negociaciones realizados hasta ahora. El primero de ellos ocurrió por los diálogos autorizados por el gobierno con el frente Comuneros que opera principalmente en el departamento de Nariño. Este forcejeo termina con la separación formal de este frente del ELN y la instalación de una Mesa de Negociaciones al margen de la Mesa que se ha mantenido con el ELN hecho que no ha sido aceptado por esta insurgencia. No obstante, el gobierno nacional instaló ya una mesa independiente de la Mesa de Negociaciones con el ELN que aún se mantiene, pero con un futuro incierto. El segundo detonante fue la exigencia del ELN de que sea retirado de la lista de los Grupos Armados Organizados, GAO, con lo cual pretende que sean considerados como organización rebelde que según ellos obligaría al Estado a considerarlos como organización insurgente lo que les daría otro tratamiento de acuerdo con el Derecho Internacional Humanitario, DIH. El gobierno se ha negado hasta el momento a satisfacer dicha exigencia. Estos son dos temas que se mantienen como las principales divergencias en el proceso de negociaciones.
Hay que anotar que este proceso es el que más lejos ha llegado. Un acuerdo sobre la participación ciudadana que es el principal eje de las propuestas del ELN; un cese al fuego de más de un año, múltiples protocolos adoptados de común acuerdo en la Mesa, así como los mecanismos de monitoreo y seguimiento a los acuerdos humanitarios, todo ello se puede perder si el resultado final es el rompimiento de las negociaciones.
La respuesta del gobierno nacional al atentado de este 17 de septiembre fue la suspensión de la Mesa de Negociaciones. No obstante, la puerta de las negociaciones no se ha cerrado por completo. Este jueves 19 de septiembre el presidente de la República, Gustavo Petro, escribió en su cuenta de X “Se rompe un proceso de paz si se rompe la vida de los jóvenes y se hace sufrir a las familias pobres. Si el ELN no quiere romper el proceso de paz dígalo, No se silencien, que la paz es para gritarla y la violencia para enterrarla”. El gobierno estaría esperando que el ELN haga un pronunciamiento unilateral para tratar de preservar el proceso como podría ser una decisión de cese al fuego unilateral.
Luego de conocerse la decisión del jefe de Estado de suspender la Mesa de Negociaciones el comandante en jefe del ELN, Antonio García, indicó que incluso tras la reactivación de operaciones militares de la Fuerza Pública contra la guerrilla, nunca se ha hablado de ruptura de los diálogos desde el grupo insurgente. Ahora, ¿qué significa esto en realidad? No lo sabemos con certeza.
El hecho concreto es que la Mesa de Negociaciones entra en una crisis profunda, la más grave desde que se instaló en noviembre de 2022. Solo una decisión unilateral del ELN como la señalada de un Cese al Fuego Unilateral podría llevar a una reunión de la Mesa para tratar de salvar el proceso profundamente herido en su credibilidad.
Este atentado no solo sume a la Mesa de Negociaciones en la peor crisis, sino que deja herida esa mesa en una desconfianza y falta de credibilidad en el proceso mismo. Las equivocaciones y desaciertos del ELN siguen siendo protuberantes. La primera de ellas pretender que con estos atentados terroristas lograrán doblegar y conquistar sus pretensiones en la Mesa de Negociaciones obligando al gobierno a hacer concesiones como la indicada de retirarlos del listado de los Grupos Armados Organizados, GAO. Grave equivocación por esa vía no lo lograrán.
Una segunda gran equivocación es que con estas acciones debilitan al gobierno frente a una oposición enemiga del proceso de negociación. Estas acciones terroristas lo único que logran es fortalecer a las fuerzas de la extrema derecha que acentuarán su narrativa que señala que esos diálogos y negociaciones son inútiles y que lo que hay que hacer es aplicar la mano dura y arreciar la confrontación militar. Ya frente a este atentado Uribe señaló que la población añora los tiempos de la seguridad democrática con todos los horrores cometidos contra los derechos humanos en su mandato. Esto lo puede afirmar por la benevolencia con la cual los grandes medios de comunicación lo han tratado después que recientemente se ha afirmado no sin razón que realmente las ejecuciones extrajudiciales habrían ocasionado no 6.462 jóvenes asesinados sino unos 10 mil. De modo que estas acciones terroristas del ELN lo único que logran es fortalecer los discursos extremistas de la extrema derecha.
Un tercer factor es que se debilita el apoyo de los países garantes que también pierden confianza y credibilidad ante un modus operandi del ELN que se repite. Lo que dio argumentos a Duque para acabar con el proceso de negociones con el ELN fue el atentado que reseñamos a la Escuela de Cadetes General Santander en 2019 y este atentado en Arauca ha puesto en vilo el actual proceso. Definitivamente el ELN no aprende.
En realidad, el ELN no pareciera decidido a terminar con sus acciones armadas. Pareciera dar razón a quienes señalan que el ELN emprende estos procesos para fortalecerse y ganar protagonismo sin que haya decidido internamente en emprender el camino de la paz mediante negociaciones serias y acotadas. Como hemos señalado en ocasiones anteriores el ELN podrá intentar regresar a la Mesa de Negociaciones mediante concesiones unilaterales pero su decisión parece ser esperar la coyuntura de las próximas elecciones de 2026. Grave equivocación porque no entendió que no habrá mejores condiciones para una negociación que las que ha tenido bajo este gobierno. Ya veremos qué decide, pero es innegable el duro golpe a la estrategia de Paz Total de este gobierno.
Pedro Santana Rodríguez, Director Revista Sur
Foto tomada de: Youtube – Presidencia de la República de Colombia
Alberto Zapata says
Los cabecillas del ELN no conocen de paz ni saben vivir en paz. Como emperadores toman decisiones sin preguntar que quieren sus súbditos (guerrillada). Mientras ellos estén, no hay negociaciones de paz.