1. Los Objetivos de la COP16: Hacia un Futuro Sostenible
La conferencia está diseñada para abordar tres áreas clave:
a. Monitorear el progreso hacia las metas de biodiversidad.
Tras la adopción del Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal, la COP16 busca garantizar que los países implementen sus estrategias y planes de acción nacionales de acuerdo con este marco. Este proceso de monitoreo es esencial para asegurar que se avance hacia las 23 metas establecidas, entre las que destacan:
– Proteger el 30% de las tierras y océanos para 2030.
– Reducir a la mitad los riesgos derivados de pesticidas y otros contaminantes.
– Restaurar el 30% de los ecosistemas degradados.
b. Movilización de recursos financieros.
La implementación efectiva del marco global requiere una financiación adecuada, que se espera movilizar a través de múltiples fuentes, tanto nacionales como internacionales. La meta 19 del marco compromete a los países a movilizar 200 mil millones de dólares anualmente para 2030, lo que incluye la reforma de subsidios que actualmente resultan perjudiciales para el medio ambiente.
c. Mecanismos de acceso justo y equitativo a los recursos genéticos.
Un tema central en la COP16 es la creación de un mecanismo multilateral para el acceso y reparto de beneficios derivados de la información genética digital. Esto tiene un impacto directo en la forma en que los países acceden a recursos biológicos y se benefician de su explotación en investigaciones científicas o comerciales.
2. Beneficios de los Objetivos de la COP16 para el Sur Global
a. Protección y Uso Sostenible de la Biodiversidad
Los países del sur global albergan una proporción significativa de la biodiversidad mundial. Regiones como la Amazonía, el Congo o el Sudeste Asiático son esenciales para la estabilidad climática y el equilibrio ecológico del planeta. Sin embargo, estas áreas también son las más vulnerables a las presiones del cambio climático, la deforestación y la expansión agrícola.
El objetivo de proteger el 30% de la tierra y los océanos para 2030 es especialmente relevante para los países del sur global, que dependen en gran medida de los recursos naturales para sus economías. La preservación de ecosistemas vitales, como los bosques tropicales y los arrecifes de coral, no solo ayuda a combatir el cambio climático, sino que también asegura la sostenibilidad de sectores clave como la agricultura, la pesca y el turismo.
b. Reducción de la Pobreza a través de la Biodiversidad
Uno de los mayores beneficios de los objetivos de la COP16 para los países del sur global es su potencial para reducir la pobreza mediante el uso sostenible de la biodiversidad. La implementación de prácticas agrícolas sostenibles, como la agroecología, puede aumentar la productividad sin causar daños ecológicos. Además, la gestión sostenible de los recursos pesqueros y forestales puede generar empleos y mejorar los medios de vida de las comunidades locales.
En muchas regiones del sur global, las comunidades indígenas y rurales dependen de los ecosistemas naturales para su sustento. La inclusión de estas comunidades en la gestión y conservación de los recursos naturales, como propone la COP16, garantiza que sus derechos sean respetados y que los beneficios derivados de la biodiversidad se distribuyan de manera equitativa.
c. Acceso a Recursos Financieros y Tecnológicos
Uno de los desafíos más grandes para los países del sur global es la falta de acceso a financiamiento y tecnología para implementar las soluciones necesarias para la conservación de la biodiversidad. La COP16 tiene como objetivo movilizar recursos financieros a gran escala, lo que puede facilitar que estos países inviertan en tecnologías limpias, restauración de ecosistemas y soluciones basadas en la naturaleza.
Además, el mecanismo de acceso y reparto de beneficios a partir de la información genética digital ofrece una oportunidad para que los países del sur global accedan a innovaciones tecnológicas que puedan impulsar el desarrollo sostenible. Este acceso equitativo es vital para evitar una brecha tecnológica que podría perpetuar las desigualdades globales.
d. Justicia Climática y Biodiversidad
La justicia climática es un concepto que aborda el cambio climático no solo como un problema ambiental, sino como una cuestión profundamente relacionada con la equidad social, los derechos humanos y la justicia económica. Este enfoque reconoce que, aunque todos los países del mundo enfrentan las consecuencias del cambio climático, sus impactos no son uniformes. Las comunidades más vulnerables, muchas de ellas en el sur global, son desproporcionadamente afectadas a pesar de haber contribuido muy poco a las causas del cambio climático.
Desde una perspectiva política, la justicia climática implica el reconocimiento de las responsabilidades históricas de los países industrializados del norte global en la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), que han sido la principal causa del calentamiento global. En este sentido, los países del sur global, que enfrentan los impactos más graves de la crisis climática y la pérdida de biodiversidad, exigen no solo una reducción de emisiones por parte de los países del norte global, sino también compensaciones financieras y tecnológicas para mitigar y adaptarse a estos efectos.
En la COP16, el concepto de justicia climática está directamente relacionado con la conservación de la biodiversidad, ya que la degradación ambiental afecta gravemente a las comunidades más pobres, que dependen en mayor medida de los recursos naturales para su subsistencia. Estos pueblos y comunidades tienen un vínculo directo con los ecosistemas, como la pesca, la agricultura y los bosques, que son más susceptibles a los efectos del cambio climático, como sequías, incendios forestales, y la pérdida de biodiversidad.
Desde un punto de vista social, la justicia climática implica una redistribución equitativa de los riesgos y beneficios asociados con la protección del medio ambiente y la biodiversidad. Las comunidades del sur global, particularmente los pueblos indígenas y las comunidades rurales, tienen un papel crucial en la preservación de la biodiversidad. Ellos no solo dependen directamente de los ecosistemas, sino que también han desarrollado prácticas sostenibles para gestionar estos recursos. Sin embargo, históricamente, estas comunidades han sido excluidas de las decisiones globales sobre conservación y manejo de recursos naturales, y a menudo son las primeras en sufrir las consecuencias de la degradación ambiental.
Desde el punto de vista político, la justicia climática plantea varias cuestiones clave sobre la distribución del poder, los recursos y las responsabilidades a nivel global. En las negociaciones internacionales, como la COP16, el tema de la justicia climática conlleva reconocer que los países del norte global deben asumir una responsabilidad diferenciada por su papel en la degradación ambiental global ya que han sido los principales emisores de gases de efecto invernadero durante más de un siglo. Este desarrollo económico basado en el uso intensivo de combustibles fósiles ha acelerado el cambio climático y, con ello, la pérdida de biodiversidad en todo el mundo. La responsabilidad histórica sugiere que estos países no solo deben liderar en la reducción de emisiones, sino también proporcionar financiamiento para que los países en desarrollo puedan adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático.
En la COP16, esta responsabilidad se manifiesta en el compromiso de movilizar al menos 200 mil millones de dólares anuales para la conservación de la biodiversidad global y la adaptación climática. El financiamiento no solo debe cubrir las necesidades de conservación, sino también compensar a las comunidades y naciones que han sido afectadas por las políticas extractivas o industriales que han degradado sus ecosistemas.
La justicia climática también implica una transferencia de tecnología que permita a los países del sur global implementar soluciones sostenibles sin poner en peligro su desarrollo económico. Además, esto incluye un intercambio de conocimientos técnicos para gestionar la biodiversidad de manera sostenible y resiliente frente a los desafíos climáticos.
Otro componente crucial de la justicia climática es la creación de mecanismos de compensación por los daños ya causados por el cambio climático. Los países del sur global enfrentan fenómenos climáticos extremos, como ciclones, inundaciones y sequías, que han destruido infraestructuras, reducido la productividad agrícola y exacerbado la pobreza. Estos eventos, en gran medida, son consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero de los países desarrollados.
Una parte clave de la justicia climática es la reforma de subsidios que promueven la destrucción ambiental. Los países del norte global aún subvencionan significativamente las industrias que causan daños a la biodiversidad, como la agricultura intensiva y el uso de combustibles fósiles. Reformar estos subsidios y reorientar esos fondos hacia prácticas sostenibles es esencial para cumplir con los compromisos internacionales sobre biodiversidad.
Además, esta reforma debe ir acompañada de una redistribución de recursos financieros hacia el sur global, donde la conservación de la biodiversidad tiene un valor crucial para la estabilidad climática del planeta.
e. El Papel de las Comunidades Locales e Indígenas
Un aspecto central de la COP16 es la inclusión activa de comunidades locales e indígenas en las decisiones sobre conservación. Estas comunidades son las custodias de vastas áreas de biodiversidad y tienen conocimientos ancestrales sobre la gestión sostenible de los ecosistemas. Reconocer y respetar su papel no solo es una cuestión de justicia, sino que también es clave para el éxito de los esfuerzos de conservación.
El sur global alberga una diversidad de culturas indígenas que han vivido en armonía con la naturaleza durante milenios. La inclusión de sus perspectivas en la formulación de políticas de biodiversidad no solo asegura un enfoque más inclusivo, sino también más efectivo, ya que estas comunidades son quienes tienen un conocimiento profundo de los ecosistemas que habitan.
3. Desafíos para la Implementación en el Sur Global
A pesar de los enormes beneficios potenciales, los países del sur global enfrentan varios desafíos para implementar plenamente los objetivos de la COP16. Estos incluyen:
– Dependencia económica de actividades destructivas. En muchos países, actividades como la tala ilegal, la minería y la agricultura industrial generan ingresos significativos, lo que dificulta la transición hacia prácticas más sostenibles.
– Debilidad institucional y falta de capacidad. Muchos países carecen de las instituciones y la infraestructura necesarias para hacer cumplir las leyes ambientales y gestionar adecuadamente sus recursos naturales.
– Acceso limitado a financiamiento. Aunque la COP16 busca movilizar recursos financieros, muchos países aún enfrentan dificultades para acceder a fondos internacionales, especialmente en términos de financiamiento a largo plazo.
4. Conclusión: Un Futuro Compartido
La COP16 marca un momento crucial en la lucha global contra la pérdida de biodiversidad. Para los países del sur global, los objetivos de esta conferencia ofrecen una oportunidad única para impulsar su desarrollo sostenible, proteger sus recursos naturales y mejorar los medios de vida de sus poblaciones. Sin embargo, para lograr estos beneficios, será necesario un compromiso renovado por parte de los países del norte global para proporcionar los recursos financieros, tecnológicos y de capacidad que estos países necesitan.
Los países del sur global, que albergan la mayor parte de la biodiversidad del planeta y son los más afectados por el cambio climático, requieren un enfoque centrado en la equidad y la justicia para garantizar que puedan prosperar sin sacrificar su patrimonio natural. La COP16 ofrece una oportunidad única para avanzar en este camino, aunque el éxito dependerá de un compromiso real por parte de todas las naciones involucradas especialmente de aquellas que dejan una huella ecológica mayor.
Jaime Gómez Alcaraz, analista de política internacional
Foto tomada de: www.pares.com.co
Deja un comentario