Pero para avanzar en la dimensión analítica recordemos cuáles fueron las causas, según el ELN, para ‘congelar’ la Mesa de Conversaciones, haciendo precisión, que por el momento no hay ningún nuevo acuerdo sobre cese bilateral del fuego. Podríamos resumirlas en cuatro: 1) la Mesa de Conversaciones no se tomaba por su contraparte como el único espacio de toma de decisiones, ni se le daba la seriedad y solemnidad a la misma –incluyendo incumplimientos, según ellos-; 2) el intentar, por parte del gobierno, y ejecutar lo que llamaron una operación de debilitamiento y fraccionamiento, instalando en Nariño una Mesa de diálogo paralela con una pequeña facción del ELN, llamada ‘Comuneros del Sur’; 3) el compromiso incumplido del gobierno, según el ELN, de sacar a dicha organización de la lista de GAOs (Grupos Armados Organizados); 4) el compromiso unilateral del ELN de suspender el secuestro o como lo llaman las ‘retenciones económicas’ por un tiempo y el compromiso en la Mesa de poner en marcha un Fondo de apoyo económico, en buena medida apoyado por cooperación internacional.
En pronunciamientos del jefe de la Delegación del ELN ha insistido en la necesidad de que exista una sola política de paz –según él hay varias voces y manera de entender la misma-, hay que construir confianza entre las partes –anota que en ciertas intervenciones del Jefe de Estado no perciben eso- y ratifica, como lo hizo el Comunicado conjunto, así como el documento de 13 puntos presentado por la Delegación del ELN, donde se plantean algunos puntos problemáticos, por ejemplo que Estado Unidos no objete la solución política del conflicto, lo cual se sale del control de ambas Delegaciones y otras que podríamos decir son más realistas, pese a que para algunos sean un poco el desinfle de expectativas, como la que señala que la Meta para el 2026 es avanzar lo máximo posible –lo que sin duda se debe interpretar como el escepticismo realista frente a la posibilidad de llegar a un acuerdo final durante el actual gobierno-, así como el punto doce donde se enumeran unos principios básicos, dentro de los que se destacan: resolver las causas no los síntomas de los problemas, cumplir lo acordado, no firmar lo que no se pueda cumplir, cada parte debe asumir sus responsabilidades y cada parte asume una sola política frente al proceso de paz y decir la verdad al país.
No hay duda que hay que saludar con cierto optimismo el que se hubiera dado este nuevo encuentro, después de meses de ‘congelamiento’ de la Mesa de Conversaciones, pero es muy temprano para suponer que ya se resolvieron los problemas y están claras las reglas del juego; es altamente probable que en la próxima reunión del 19 de noviembre se logre finalmente avanzar en puntos de acuerdo y luego si, en una siguiente reunión, quizá en el mes de diciembre se retome la dinámica de la Mesa de Conversaciones e igualmente la posibilidad de retomar la discusión sobre el Cese de Fuego Bilateral Nacional y Temporal, como lo denominaron el año anterior, que como hemos visto es problemático al existir en los territorios actores ilegales con los cuales el ELN tiene confrontaciones regionales.
Algunos analistas o líderes de opinión, pueden derivar de lo conocido de la reunión anterior en Caracas, que esto va a ser un ‘fracaso anunciado’, valoración que no comparto, porque eso supondría ver un proceso como el de terminar 60 años de confrontación armada del ELN con el Estado colombiano, más con el deseo que con el realismo y complejidad que eso conlleva, es decir, podría entenderse como un ‘fracaso’ si se está solamente pensando con el deseo y esa no es una buena manera ni de analizar, ni de valorar un proceso tan complejo como este. Por supuesto, también se equivocan los que están viendo la reanudación de estas conversaciones como el principio del ‘éxito’ del proceso, porque igualmente se estaría minimizando las dificultades y complejidades de un proceso de terminación del conflicto armado, cuando no hay decisiones previas de las partes, no se trata de insurgencias que ya no creen en las posibilidades de lo que están haciendo, sino que esa voluntad de hacer el tránsito al abandono de las armas, que es la gran decisión política, se va construyendo en la propia Mesa de Conversaciones y en paralelo a la misma y en el caso del ELN parece ser muy relevante, aunque abiertamente no lo hayan dicho, qué va a pasar con la Revolución Bolivariana de Venezuela.
Considero que es muy realista la posición que han mostrado las cabezas de la Delegación del Gobierno, Vera Grabe y el Senador Iván Cepeda y esperaría que en el mismo sentido fuera la posición de Pablo Beltrán en la Delegación del ELN, que es considerar que hacer la paz, por la única vía que es posible, es una ‘tarea que debe hacerse’, no importa las dificultades, no interesa los reveses que se hayan tenido o se tengan y esto conlleva, a su vez, la necesidad de no desfallecer en hacer pedagogía en la sociedad. Así como las guerras no dan siempre resultado positivo y quienes lo predican pese a lo anterior, vuelven a insistir, la búsqueda y construcción de la paz es una tarea que debe adelantarse con todo el entusiasmo, buscando las alternativas que puedan ser viables y sin desfallecer en esa labor. Y claramente, desde esa perspectiva que considero es la adecuada, la realización de la reunión de Caracas del 1 al 7 de noviembre es una noticia alentadora y los comunicados, incluidos los del ELN por supuesto son positivos, porque fundamentalmente están cargados de realismo y eso es muy importante y como mensaje a la sociedad.
Cuando se señala en el Comunicado conjunto “hacer lo necesario para avanzar al máximo en los siguientes veinte meses del actual gobierno” no están diciendo que se vaya a lograr la firma definitiva del acuerdo de paz en este gobierno, pero tampoco se está negando esa posibilidad y por lo tanto debe ser un mensaje de estímulo para las dos Delegaciones de hacer el máximo posible para obtener los resultados deseados.
Alejo Vargas Velásquez, Profesor Titular Universidad Nacional, Fundador del Grupo de Investigación en Seguridad y Defensa y del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz, Investigador Emérito de Min Ciencias.
Foto tomada de: Agencia EFE
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