Héctor Alfonso Torres Rojas, Licenciado en Teología y Sociología
La visita de Francisco-Papa exige una mirada global hacia el pasado reciente.
Aquel de la “Nueva Evangelización”, promovida por el largo pontificado de
Juan Pablo II y Benedicto XVI, de 35 años, que no echó raíces. Al
contrario, por América Latina y El Caribe crecieron las iglesias evangélicas o
“cristianas” y van en desarrollo constante el ateísmo, el agnosticismo y la
indiferencia religiosa.
Para 2016, 107 millones de latinoamericanos se congregaban en las
iglesias históricas protestantes, evangélicas o “cristianas” de reciente
generación.
No hago esas afirmaciones con sentido sectario. Constato una realidad: el declinar
relativo de la Iglesia católica y el surgimiento de otras iglesias y actitudes ante el
fenómeno religioso.
Ese declinar es el panorama del país y de los demás países que visite el Papa Francisco en América Latina. A pesar de la buena voluntad de Juan Pablo II (1979-2005) y de Benedicto XVI (2005-2013-febrero), su largo Pontificado coincidió con la mayor crisis que ha sufrido la Iglesia católica en su Historia, en Europa Occidental y en las Américas.
Los años ochenta, la primera década del Papa polaco, coincidió con el inicio de los grandes cambios que se produjeron en América Latina y El Caribe, en el campo socio-religioso.
Qué paradoja hablar de Nueva Evangelización a menos de veinte años del Concilio Vaticano II, cuando bajo sus pontificados se frenó su desarrollo genuino y se persiguieron las teologías progresistas que lo hicieron posible. Como también se satanizó la Teología de la Liberación, que abría un amplio horizonte. Sin embargo, la iniciativa fue bien acogida. Circularon documentos y documentos. En aquellos años alguien me comentó: “Se persiguieron las comunidades eclesiales de base en los barrios populares y ese vacío lo llenaron las sectas”.
Parece que no se ha hecho un balance de la “Nueva Evangelización”, país por país, de sus experiencias significativas, exitosas o fracasadas. Lo que sí se puede afirmar, con toda objetividad y con toda seguridad, es que mientras se hablaba y escribía sobre la Nueva Evangelización, durante el mismo periodo, la Iglesia católica perdió millones de fieles, se impuso el neoliberalismo, los ricos se hicieron más ricos y los pobres son más pobres.
En el año 2012, un año antes de la elección de Francisco-Papa, cuando absolutamente nadie se imaginaba que Benedicto XVI fuera a abdicar, publiqué un largo documento, para mostrar cómo crecían las alertas, cómo aumentaban las estadísticas negativas y se acumulaban los análisis lúcidos.
¿Futuro sin iglesias?” “¿Iglesia sin futuro?” Por Hector A …
Héctor Alfonso Torres Rojas
Responsabilidad e irresponsabilidad histórica
La Iglesia católica y las iglesias de la Reforma Protestante están la crisis más profunda de su historia y en la Historia.
Esa crisis fue aumentando con los años pontificales de Juan Pablo II y estalló bajo Benedicto XVI. Esa fue la razón de fondo de la renuncia de su Pontificado, como lo afirmaron varios analistas. El Papa Ratzinger reconocía el fracaso de ese proyecto de Iglesia, “restaurador” de antiguas concepciones y prácticas, que llegó hasta volver a introducir la misa en latín, para los obispos y sacerdotes que así lo quisieran.
Nueva Evangelización: cifras y datos sobre el alejamiento-disminución de católicos y el crecimiento de los evangélicos, ateos, agnósticos e indiferentes
Si partimos de la constatación según la cual la Iglesia católica tuvo absolutas mayorías en todos los países del continente indio, afroamericano y mestizo, para el año 2016, solamente un promedio del 67% se afirmaban católicos, según el Informe de La Civiltá Cattolica Iberoamericana, del 7 de julio de 2017, citado en un artículo de la revista brasilera IHU ON LIN, del 10 de junio de 2017.
Esta cifra porcentual, obvio, cambia en cada país, según el mismo Informe. Veamos: Paraguay con el 88% y Ecuador con el 81%, son los países con el mayor número de católicos. México, Venezuela y Colombia tendrían el 79%. Guatemala, Honduras, Salvador, Nicaragua y Brasil tienen grandes mayorías evangélicas. En Uruguay y Chile, quienes abandonan el catolicismo optan por el ateísmo o el agnosticismo.
Panamá, Bolivia, México, Argentina, Perú, Venezuela y Colombia estarían en la etapa inicial de transición, entre el 80 % y el 70%. Los evangélicos crecen en la misma medida que decrecen los católicos.
Para el año 2050, el Islam habrá aumentado al 73% en el mundo y sería la religión más numerosa del Planeta. Pero en A.L., sólo alcanzaría un |13%.
Hay mucho dinamismo hacia el pluralismo religioso: creyentes que se congregan en miles de pequeñas iglesias, musulmanes, religiones indígenas, vudú, prácticas provenientes del Oriente, ateos, agnósticos, indiferentes… A pesar de ese dinamismo religioso nunca hubo en A.L. tantas personas que se declaran sin religión, como en la actualidad.
Varios artículos de la revista IHU ON LIN, de Brasil, en portugués, dan las siguientes cifras: Habría 107 millones de evangélicos en A.L. y Caribe. En Brasil, 42 millones
(Artículo: Avance de la Iglesia Evangélica en A.L., 10 abril de 2013).
El artículo: “Transición religiosa en ritmo acelerado en Brasil, IHU, del 10 de enero de 2017, entrega las siguientes cifras:
Brasil en 1994 tenía un 75% de católicos. En 2016 bajaron al 50%
Brasil en 1994 tenía un 14% de evangélicos. En 2016 subieron al 29%
Brasil en 1994 tenía un 6% sin religión. En 2016 aumentaron al 14%.
IHU en el artículo “Transición religiosa en Brasil y en A.L”, del primero de junio de 2017, plantea tres ideas fuertes:
- Disminuyen los católicos y aumentan vertiginosamente los evangélicos.
- Crecen las religiones no cristianas.
- Aumenta la cantidad de los sin religión. Sin religión: 1970, 1%. En 2014, 8%.
En 1970, el 90% de la población de A.L., era católica. Hoy es el 69%.
El 40% de los uruguayos se afirman sin religión.
Brasil 22.2% de evangélicos. 8% sin religión.
Crecimiento de los evangélicos
En 1910 era el 1%. En 1950, el 3%. En 1970, el 4%. En 2014, 19%. Cifras promedio.
Se calculan en más de 107 millones de cristianos evangélicos en A.L: y El Caribe.
Esas cifras muestran que la Nueva Evangelización tuvo muy poca eficacia.
Hay una contradicción entre la mayor cantidad de sacerdotes, de obispos, de parroquias, de diócesis, de librerías, de libros y de revistas católicas, de universidades católicas, de facultades de teología y de colegios católicos y la crisis de la Iglesia católica, en los años de la “Nueva Evangelización”, en los países de América Latina y El Caribe.
En Europa Occidental la crisis es más alarmante: muy pocas vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa, mínima práctica religiosa que ha llevado al cierre vertiginoso de parroquias, de conventos y de seminarios, cuyos edificios se han vendido y siguen en venta para otros usos: centros comerciales, centros de cultura, hoteles, bares…
De esa crisis se salva África negra, que se convirtió en el Continente de la Esperanza. Ya no lo es América Latina. Numéricamente, las cifras de crecimiento de la Iglesia son muy-muy positivas. ¿Pero con qué tipo de teología?
Como también son muy positivas las cifras de crecimiento de lo que en Colombia llamamos las “iglesias cristianas”. Es decir, las iglesias evangélicas de última generación.
En mi criterio, en África negra, salvo excepciones, misioneros, católicos, protestantes y evangélicos, están colaborando en la destrucción de las religiones nativas, como se destruyeron las religiones indígenas en América Latina.
NO así en la geografía árabe, de la India y de Asia. En esas pobladas regiones, las religiones milenarias no han sido penetradas, afortunadamente. Tienen historia y teologías propias y raíces populares y espirituales, como lo fueron las raíces populares y espirituales del catolicismo. Aún más, en esos “continentes” se ha desarrollado y se está desarrollando una vacuna contra el cristianismo. Y no me refiero a los extremismos islámicos o hinduistas de persecución, de quema de templos y de asesinatos de creyentes.
Me refiero a cierto despertar sano, para defenderse del colonialismo religioso cristiano en todas sus vertientes. Porque las iglesias llegaron con los colonizadores modernos: los estados imperiales, todos “cristianos”: Inglaterra, Francia, Bélgica, Holanda… Con sus ejércitos y multinacionales. Como en siglos pasados en América India, se impuso la cruz con las armas, la biblia con la espada y la fe con la tortura administrada por el conquistador…
El radicalismo contra las iglesias cristianas tendría un freno si se desarrolla, de verdad, el ecumenismo de la diversidad y del pluralismo, aceptando, con todo respeto social, cultural y teológico que el Islam, el Budismo, el Hinduismo y otras religiones, tienen historias, teologías y espiritualidades tan válidas como las de los cristianismos: católico, protestante, ortodoxo, anglicano… Los cristianismos ya no podrán llegar con mentalidad colonizadora a convertir a los “paganos”, a los equivocados, a los que creen en ídolos… Que es el caso de las llamadas “iglesias cristianas”, “nuevas iglesias” o evangélicos de muy última generación, que arrasan con las religiones originarias.
Volviendo a la Iglesia católica y a su proyecto de Nueva Evangelización, aunque Juan Pablo II haya sido canonizado, “su proyecto” de Iglesia sufrió la mayor crisis de la Historia de la Iglesia y de la Historia del Occidente cristiano. Y esa crisis ha sido tan fuerte, que ha estremecido las murallas del Vaticano, en sentido estricto, que sí las hay todavía, y en sentido simbólico.
Mientras Juan Pablo II era aplaudido en sus viajes, y el Vaticano hacía todo lo posible por publicitarlo, las iglesias nacionales en una gran parte de la geografía católica se desmoronaban y se desmoronan hoy todavía. Algunos analistas reconocieron el coraje de Benedicto XVI, de renunciar, porque ese proyecto de Iglesia Juan Pablo II-Benedicto XVI, andaba y anda hundiéndose.
Francisco-Papa ha sido muy bien recibido por la opinión pública internacional y por los sectores católicos progresistas, pero pareciera que ya no podrá revertir esa crisis. Las jerarquías y cleros nacionales en América Latina no se han entusiasmado con el proyecto del Papa Bergoglio. Ni la colombiana, aunque ande colocando por todo el país el afiche de la visita, con una frase sugestiva, hasta ahora no refrendada con la realidad: “Demos el primer paso”.
Cabe una profunda pregunta: ¿En qué han dado “el primer paso” significativo los obispos, la Conferencia Episcopal, el clero y las comunidades religiosas, fruto de las propuestas de Francisco?
“Los signos de los tiempos” que muestran y demuestran la crisis de la Iglesia del país
Esta expresión “signos de los tiempos” tiene raíces en la predicación de Jesús de Nazaret. Se actualizó en el contexto del Concilio Vaticano II, para significar los cambios que se han dado en la historia, y que obligan a innovar, para responder mejor a la evangelización, al proyecto de Jesús, es decir, al Reino de Dios.
La crisis se evidencia en “signos religiosos” y “signos políticos”
“Signos religiosos”
** Existe un cansancio en varios sectores sociales, por el peso de tanto catolicismo “repetitivo”, incapaz de innovar, apegado a las prácticas, ritos y rituales de siempre. Ese cansancio se refleja también en la menor práctica religiosa en todas las clases sociales, pero particularmente de las clases medias y altas. La liturgia y la predicación no entusiasman.
** Las parroquias no son focos o centros de formación sólida, de debate, de enriquecimiento intelectual y espiritual. Se deja a las y a los creyentes en el analfabetismo bíblico y teológico. Las parroquias NO tienen vida intelectual, no crean pensamiento, no promueven debates, no tienen voz profética, no denuncian las injusticias…
** Las homilías son más de lo mismo. No se preparan con esmero. Los textos bíblicos, a pesar de su propia riqueza, sirven para repetir las grandes verdades abstractas y las mismas reglas de moral.
** No organizan diferentes grupos o equipos de trabajo, de estudio, de reflexión, de compromiso.
** Salvo excepción, el lenguaje de los derechos humanos, muy poco lo conocen los feligreses. Y aún más. No se promueve la organización para que los reclamen y defiendan.
** Pareciera que se trabaja para consolidar cierto tipo de catolicismo popular y de religiosidad popular, reforzando las prácticas tradicionales, que lleva extremar las advocaciones y las devociones, los milagros y las sanaciones, las novenas y las procesiones, las misas pagas y las promesas mediando dinero…
La multiplicación de “replicas” de imágenes consideradas “milagrosas”: la del Divino Niño, la del “Milagroso” de Buga, la de Fátima, la de Chinquinquirá…, se va extendiendo. Unido a esa dinámica, se fortalecen los puestos de venta de artículos religiosos, en la entrada, en casi todos los templos.
Se promueven las fiestas religiosas de santos y santas, previa la celebración del novenario y la práctica de devociones, que tienen un determinado precio…
Algunas librerías católicas abrieron el renglón de venta de objetos religiosos para la devoción popular porque les representan buenas ganancias. Me lo han afirmado. Y se han multiplicado los almacenes de venta de objetos religiosos.
En los templos no hay imagen de Jesús, de María o de los santos, que no tenga su respectiva alcancía o cajilla para que los fieles depositen limosnas…
** Se insiste en el culto a las almas del purgatorio, cuando la autoridad eclesiástica ha dicho que NO hay purgatorio… En los templos sigue existiendo el altar de las almas en hoguera permanente. Ese culto produce dinero, ciertamente…
** La iglesia católica NO tiene un laicado bien formado y organizado, capaz de crear opinión pública, de intervenir con voz propia ante la gravedad de la situación nacional. Las universidades católicas “producen” para el gasto de sus alumnos pero NO para el debate nacional. ¿Tienen miedo de los baculazos?
“Es necesaria la reflexión teológica frente al conservadurismo jerárquico de la Iglesia”, afirma el teólogo español-ecuatoriano, Anastasio Gallego, en entrevista con Religión Digital.
“Signos “políticos”
Hay también un cansancio por el actuar politiquero de la institución eclesiástica. Si bien el estado colombiano, es laico por la Carta Magna, el maridaje entre la eclesiástica y el Gobierno, sea el que sea, es indisoluble. Así como es fuerte el maridaje con el sector más conservador, ideológicamente hablando, de la clase política. Esta afirmación se evidencia en la falta de críticas concretas y denuncias contra los diferentes tipos de corrupción, por parte de la jerarquía.
La población común y corriente es consciente de esa relación a-crítica, desde las parroquias con los alcaldes y concejales, desde las diócesis con los gobernadores y diputados de los departamentos, y desde la Conferencia Episcopal con los presidentes, parlamentarios y otras autoridades del nivel nacional.
Es de público conocimiento, para quienes tengan suficiente información, que los obispos y el clero están divididos, y que un buen número de obispos son “adictos” al liberal Álvaro Uribe, y votaron contra la aprobación de los Acuerdos de La Habana, liderada por Uribe, y se unieron a las iglesias cristianas, en grandes manifestaciones, para oponerse a la Teoría de Género, en la formación de jóvenes. También liderada por Uribe y su gente.
En materia de Paz no fue posible lograr el consenso para que la Eclesiástica pidiera perdón, por su omisión y/o participación en la guerra de 50 años que se está cerrando. En esa guerra hubo obispos y sacerdotes proclives a los paramilitares.
Por sus silencios en relación con la vida nacional, la institución católica ha pecado por omisión, y es co-responsable del crecimiento de la corrupción… Silencios crónicos ante la corrupción crónica… No han denunciado, con nombre propio, los grandes hechos de corrupción bajo los gobiernos de Uribe y Santos. En los 15 años de estos dos gobiernos, creció como nunca, la corrupción. Sus campañas recibieron millonarias sumas de la empresa Odebrecht, se configuraron los grandes robos en Reficar, en la salud, en las obras públicas, en la alimentación para la niñez…
La jerarquía y el conjunto de los sacerdotes, del clero y de las comunidades religiosas, tienen un compromiso fundamental desde el Evangelio, en la defensa de la ética personal, de la ética social, de la ética pública, de la ética política, así como en el cumplimiento de los derechos humanos. Pero…
El país tiene una eclesiástica sin creatividad teológica en los debates nacionales, regionales o municipales… Las parroquias carecen de compromisos fuertes hacia la sociedad, viven al margen de lo que pasa y acontece en el municipio. Como los obispos de lo que pasa en sus departamentos, Y la Conferencia de Obispos, a nivel del país.
¿Podrá revertir este estado de cosas Francisco-Papa? Muchos lo dudan…
Nota. Para quienes tengan interés, adjunto una serie de estadísticas sobre la Iglesia católica, a nivel mundial. Es positivo tener en cuenta que algunas estadísticas a nivel mundial o nacional, parten de la cantidad de bautizados. Pero miles o millones de bautizados se han retirado silenciosamente de la iglesia…
Héctor Alfonso Torres Rojas, Licenciado en Teología y Sociología