Ante esta tensión del conflicto, iniciativa irracional del ELN, en la medida en que toma el camino de golpear en las grandes ciudades, de una forma desproporcionada, la reacción ciudadana es de reafirmarse en la poca credibilidad que genera esta negociación; el mundo político llama a suspender la mesa, es la voz del Uribismo; arreciar la persecución al ELN, es la voz de Sergio Fajardo o llamar al ELN a un cese unilateral, la propuesta de Gustavo Petro, lo cierto, es que la acción contra la policía, por supuesto, como debe ser recibe el rechazo ciudadano y del mundo político.
Inicialmente se dijo de manera más o menos amplia, que los hechos de Barranquilla, eran autoría de las mafias, en represalia por operativos policiales contra el Narcotráfico, así se cubrió el sábado, se tituló en la prensa del domingo, pero ese domingo en horas de la tarde el Frente Urbano Nacional, montó en su página web un comunicado, asumiendo la responsabilidad por el ataque contra el destacamento policial.
La autoría del ELN, fue un baldado de agua fría, se pensó que el Presidente daría por finalizada la mesa, muchas voces de la política se ubicaron en esa línea de actuación, el Presidente tramito este hecho con cabeza fría, consulto con el equipo negociador presidido por el Sr. Gustavo Bell y otras personas involucradas de manera formal e informal en este proceso, con ese conjunto de reflexiones, anunció al mediodía del lunes que no retornaría a la mesa con el ELN, hasta que este no fuera “coherente”, con el clamor ciudadano que repudia la violencia y quiere una Colombia en Paz.
Muchos analistas y opinadores se preguntan por qué el ELN, en vez de distensionar, mantenerse en el cese bilateral, no arreciar la violencia, hace todo lo contrario, la respuesta que yo tengo, es que el comportamiento de arreciar y tensionar, obedece a la desconfianza que al interior del ELN existe sobre el camino negociado y la inviabilidad de transitarlo, por que valoran que las elites de poder no tienen interés y disposición de asumir transformaciones, respetar a quienes protestan y a los que disienten de las elites de poder, el tema es largo y amerita mayor análisis, el caso es que el ELN, tensiona y asume las negociaciones con un formato de bilateralidad y ninguna disposición a los hechos unilaterales y a la distensión.
La no continuidad del cese bilateral pactado en septiembre y que se aplicó entre el 1 de octubre y el 9 de enero pasado, ha hecho que tengamos una crisis en esta mesa, un nuevo ciclo de confrontación, donde ELN y fuerza pública se golpean de manera mutua, cobrando vidas y lesionando la dinámica de la mesa, en medio de un momento muy sensible, el del debate electoral y a cinco semanas de las elecciones parlamentarias, clima político muy delicado, que explica las decisiones que ha tomado el Presidente Santos, de colocar esta mesa en el congelador.
Lo que vivimos es un choque de lógicas, la lógica formal del ELN, que nos dice que no incumple nada, que pacto un proceso de diálogos y negociaciones en medio del conflicto, que el cese bilateral terminó el 9 de enero y que todas las fuerzas del ELN pueden actuar de manera libre y desplegar sus iniciativas de confrontación, que hay una mesa para tratar los temas de la agenda y que está dispuesto a volver a discutir un nuevo cese bilateral ajustado, en toda su argumentación el ELN tiene razón. El Presidente Santos actúa sobre una lógica de sensibilidad política, como ya lo he dicho, el clima es sensible por la dinámica electoral, el Presidente Santos, lee el momento y valora que no puede volver a la mesa en medio de una iniciativa militar del ELN, por eso toma el camino de pedirle al ELN que “distensione”, no lo dice explícitamente pero desearía que el ELN, vuelva al cese bilateral, finalizado el 9 de enero y que el gobierno trató que el ELN prorrogará de manera no exitosa.
Estamos en dificultades: el gobierno exige que el ELN pare su dinámica militar y el ELN exige que el Gobierno vuelva a la mesa, no veo a las partes cediendo en sus posturas, por eso comparto, con quienes han propuesto que la comunidad internacional que actúa como garante y acompañante, junto a la Iglesia Católica, trabajen como facilitadores y acerquen a las partes nuevamente a una dinámica de trabajo conjunta, formulas hay, se trata de construirlas con el beneplácito de las dos partes.
Queremos Paz Completa, queremos dinámica de participación, queremos un debate electoral sin violencia, el tiempo apremia y la tarea es grande.
LUIS EDUARDO CELIS: Asesor de la Redprodepaz.
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