“El presidente ya lo ha dicho: este es un pacto por Colombia, un pacto por la equidad, a partir del emprendimiento y la legalidad. Estos van a ser los grandes ejes del Plan Nacional de Desarrollo”. Gloria Alonso, directora del Departamento Nacional de Planeación
La inequidad del país se reduce distribuyendo mejor los subsidios, dice la directora de Planeación Nacional, Gloria Alonso en entrevista con Jorge Sáenz en El Espectador el domingo 7 de octubre[1]. Esta afirmación refleja claramente el enfoque tradicional del Estado colombiano: no se trata de afectar la desigualdad real sino de mantener a las personas en su estado subordinado dependiendo de los subsidios.
Uno de los papeles más importantes de las instituciones estatales es ocultar las causas reales de los problemas y desviar la atención de las clases trabajadoras y empobrecidas hacia los efectos. La entrevista de la directora del DNP cumple a cabalidad con esta tarea. Los puntos centrales a los cuales se refiere la funcionaria en esta entrevista son:
- El plan nacional de desarrollo estará enfocado en la reducción de la pobreza y en una merma de la brecha entre ricos y pobres. El punto de partida son 13 millones de personas en condición de pobreza y 3,6 millones en pobreza extrema (indigencia).
- Esto se logrará en primer lugar modernizando las herramientas de asignación de subsidios para que el país pueda tener un mejor coeficiente de GINI (medida de la desigualdad). Considera que los subsidios están mal asignados, mal administrados, que es necesario depurar el SISBEN para eliminar colados. Además sobre un total de $70 billones $40 billones van para pensiones, que realmente están subsidiando a poblaciones de altos ingresos.
- Se abordará también la reducción de las brechas regionales, no solo mediante acciones en materia de cobertura en salud sino también de calidad y en atención a la primera infancia; hace referencia a acciones de apoyo de grandes ciudades a municipios más pequeños y rurales, pero no precisa en qué consisten estas acciones.
- Señala que ha habido una transformación social por el crecimiento de la población de nivel de ingreso medio que representa 31% y es superior al 27% de la población considerada pobre. Pero le preocupa que un porcentaje de la población de clase media “todavía puede ser vulnerable porque no es capaz de generar fuentes de ingreso sólidas que le permita mantener su nivel de subsistencia de manera autónoma”.
- En este segmento es donde está el foco del emprendimiento y la preocupación es “cómo creamos herramientas de capacidad de generación de ingresos, cómo formamos capital humano que sea sólido para que ya no vivan de las ayudas del gobierno central sino que generen sus propios ingresos.”
Nada nuevo en el discurso
La directora del DNP menciona un pacto por la equidad, algo que también enunció el presidente Duque en el discurso en las Naciones Unidas, asunto que no estaba en su programa de gobierno, pero realmente no está planteando nada de fondo y se mantiene en la línea tradicional de generar ilusiones a la gente.
Por ningún lado aparece reflexión alguna sobre las causas de la pobreza. Se trata básicamente de mantener las relaciones sociales existentes, lo cual es apenas obvio porque es un plan de desarrollo capitalista y por tanto de mantener a las personas en condición de dependencia. Esta es la primera línea de trabajo. Lo que se hará fundamentalmente es tratar de manejar más eficientemente los subsidios, pero no se menciona en ningún momento su incremento; si se quiere aumentar la parte del producto nacional que corresponde a los trabajadores, podría plantearse un incremento sustancial de los impuestos a los ingresos más altos y a la riqueza para, por ejemplo, duplicar el monto de los subsidios y de este modo garantizar más derechos a la población. Pero este no es el enfoque del Plan, que lo que busca es precisamente reducir los impuestos a los capitalistas y ricos.
La segunda línea de trabajo, cómo eliminar la dependencia de los subsidios, apenas está esbozada como propósito y no tiene mayor concreción en la entrevista. La directora se hace preguntas, pero todavía no ofrece respuestas: i) ¿Cómo crear herramientas de capacidad de generación de ingresos?, ii) Cómo formamos capital humano sólido? No hay referencia alguna sobre la generación de empleo asalariado ni sobre aumento de los salarios reales y relativos. Por ahora solo una frase general sobre el emprendimiento.
Todo el discurso es una repetición de lo que se ha venido diciendo en los planes de desarrollo desde la Constitución de 1991, para concentrarnos solo en este período. Los planes de desarrollo son la herramienta complementaria de la Constitución en cuanto a la generación de ilusiones sin fundamento a las clases trabajadoras. La Constitución ofrece un listado enorme de derechos que se sabe no se pueden garantizar dentro de esta sociedad: vivienda y empleo digno para todos, por ejemplo; el plan de desarrollo (a secas, por cuanto se esconde que es el plan de desarrollo de una sociedad capitalista) refuerza la ilusión de que el gobierno, con participación de los ciudadanos, puede solucionar problemas insolubles. Y así cada cuatro años se repite más o menos lo mismo.
En todos los planes de desarrollo se ha hablado de la reducción de las desigualdades y la reducción de la pobreza y en todos se han incluido medidas para mejorar las condiciones de ingreso de la población por fuera de la relación asalariada. El programa de Desarrollo Rural Integrado DRI, de la década del 70, ya se refería a los bienes públicos y a un conjunto de acciones (crédito, asistencia técnica, comercialización, etc.) que se incluyen como un ritual en todos los planes de desarrollo; la reforma rural integral pactada con las FARC es una repetición de lo planteado hace 40 años en el DRI. En 1984 se aprobó el Plan Nacional para el Desarrollo de la Microempresa mediante documento CONPES[2] y posteriormente varios CONPES más, mediante los cuales se buscó apoyar la microempresa con muchas acciones para generar herramientas de capacidad de generación de ingresos; con algunas diferencias, todos los gobiernos han mantenido acciones en materia de emprendimiento. En 2009 el gobierno nacional expidió un CONPES para generación de ingresos en la población con pobreza extrema y desplazamiento, bastante detallado, que se quedó escrito[3]. Los resultados de todas estas políticas no han obtenido los impactos esperados: no hay evaluación alguna que permita demostrarlo. Igual ha ocurrido con las políticas de desarrollo económico local, que se han promovido como fórmulas mágicas por funcionarios y consultores sin resultados concretos.
Para algunos se trata de que no se han diseñado bien las políticas o su ejecución ha sido ineficaz, o ha faltado voluntad política, pero se sigue pensando que el propósito y las acciones generales son correctas. Después de décadas de experimentos y acciones fallidas ya valdría la pena que se abordara seriamente el asunto. En el marco de una sociedad capitalista estas acciones están completamente limitadas y aunque se logran a veces resultados individuales y marginales, el resultado social es nulo.
Cecilia López Montaño en columna reciente en El Tiempo[4] señala que “No se ha pensado en cuál debe ser la política social para los vulnerables, antes de que vuelvan a engrosar la fila de pobres y perdamos las ganancias de las últimas décadas. Se trata de darles la oportunidad de volverse productivos, con empleos en empresas que los ayuden a manejar tecnologías innovadoras, o en proyectos productivos que hasta ahora no funcionan, ni los del Gobierno ni los de la cooperación internacional” y luego afirma claramente que “ni el Estado, ni el sector privado ni la cooperación internacional saben cómo volver productivos los sectores rezagados, ni en la ciudad ni mucho menos en el campo.” ¿Será que no saben o que no se puede?
Mistificar e ilusionar
Sin embargo, es conveniente insistir porque la estrategia es sencilla pero eficaz: 1) Desviar la atención sobre las causas reales de la situación de la gente: la estructura y dinámica del capitalismo; 2) Orientar en consecuencia los esfuerzos hacia diversas acciones que no cuestionan el sistema social y político de fondo. De este modo, las críticas se concentran en la ineficiencia del Estado, la politiquería, la corrupción, etc., y no en las características de la sociedad a la cual sirve el Estado.
La intención ocultadora es clara, por ejemplo, cuando se hace referencia a las clases sociales solamente en términos de la magnitud de los ingresos obtenidos: todos somos iguales, personas, ciudadanos, colombianos, etc., pero con diferencias en cuanto al ingreso que recibimos. De esta forma se parte de un hecho real y evidente, la diferencia de ingresos, pero no se profundiza y por el contrario se trata de ocultar, las diferencias en cuanto al lugar en la sociedad que genera dichos ingresos.
Mistificar e ilusionar es la consigna. Y en esto el gobierno, los gremios, ONG, consultores e investigadores favorables al capitalismo logran resultados mucho más eficaces que en la creación de capacidades para generar ingresos. No es sino ver lo que opina la mayoría de trabajadores sobre su situación o los diagnósticos y planteamientos de la gran mayoría de los partidos y movimientos de izquierda y de plataformas democráticas, que siguen atados a propuestas reformistas que solamente buscan actuar sobre los efectos.
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[1] https://www.elespectador.com/economia/inequidad-del-pais-se-reduce-distribuyendo-mejor-los-subsidios-articulo-816457
[2] Documento DNP-2.069-UDS-SENA Bogotá, de marzo de 1984, https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/Conpes/Econ%C3%B3micos/2069.pdf; https://www.dnp.gov.co/CONPES/documentos-conpes/Paginas/documentos-conpes.aspx#Default={%22k%22:%22ConpesNumero:microempresa%20OR%20Title:microempresa%22}
[3] https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/Conpes/Econ%C3%B3micos/3616.pdf
[4] https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/cecilia-lopez-montano/la-desigualdad-en-colombia-277312
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: la FM
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