No solo se han trastocado los calendarios académicos de las universidades públicas; más relevante aún, en sintonía con los horizontes freireanos, el hacer pedagógico se encarna con el contexto, el territorio y las ciudadanías, dándole el lugar político que las academias, no pocas veces, escamotean al conocimiento y al saber.
Los transeúntes han visto con sus ojos y no con los ojos mediáticos -que les bombardean su cerebro a nombre de los empresarios dueños de empresas de información privada, ahora develados por testamentos públicos de su ex-empleados ¿muertos? que los señalan como corruptos sin medida y que las circunstancias los dejan incursos en investigaciones por asesinatos, si existiese un Fiscal General que no siguiera fungiendo como su empleado y se dedicara menos a estigmatizar, perseguir y encarcelar a los y las estudiantes-, que la juventud demandando presupuesto hace de la calle un aula de clase. Al unísono se enteran los caminantes urbanos que la infraestructura de la Universidades se cae a pedazos como los mega-puentes, porque los corruptos que definen y aprueban los presupuestos están en el Congreso, en el ministerio de Hacienda y la presidencia de la República.
En las aulas de la calle los de a pie se van enterando que a partir de la implementación de la Ley 30 la Nación cubría el 84% del presupuesto de la universidades públicas y que hoy solo alcanza el 60.5%, lo que significa que el Estado pasó de invertir por estudiante en instituciones publicas de educación superior de 9.7 millones anuales a 5.7 millones. Y entonces comprenden con facilidad que el Estado traiciona el espíritu de la Constitución al desfinanciar la Universidad Pública transfiriendo recursos públicos a través del Icetex por el orden de 67 mil millones de pesos a las universidades privadas de élite a través del programa “Ser pilo paga”
Así, de manera deductiva, inductiva, cartesiana, compleja, positivista, decolonial, cuanti o cuali, como cualquier periodista la quiera denominar para posar de académico, la gente del pueblo va comprendiendo de dónde proviene el acumulado déficit o desfalco presupuestal de las universidades públicas que asciende a 18 .3 billones de pesos. Los acudientes no matriculados oficialmente al aula de la calle comprenden además que la Universidad está en cuidados intensivos el cual se manifiesta en que en la universidades públicas entre el 70 y 90% de los maestros no tienen un contrato laboral estable, que solo se les reconozca salarialmente entre 8 y 10 salarios al año; aunque por obvias razones, los mismos coticen salud y pensiones durante los 12 meses. Maestros ya no proletarios, que hacen parte de la multitud contemporánea del pre-cariado muy en boga en los estudios marxistas académicos. Eufemísticamente en nuestro mundillo universitario público se nos llama profesores ocasionales y de cátedra. Una nueva consiga se enarbola en silencio en medio de las marchas multitudinarias: ¡Precarios del mundo uníos…último llamado!
Ante la justa demanda que aumenta en las calles mutadas en ágora y aula, el presidente Duque prefiere escuchar a Maluna y en consonancia frente a los conciertos y manifestaciones culturales de los estudiantes el ESMAD pretende desaparecerlos con bombas aturdidoras y gases lacrimógenos.
Los estudiantes han escuchado la convocatoria a la pluralidad y ahora marchan hombro a hombro con las centrales obreras, el campesinado, las organizaciones indígenas y populares, intelectuales y los de a pie, mientras miles de conductores les saludan desde sus carros y gentes desde los edificios ondean banderas y pañuelos. Y así de a poco, en un ejercicio pleno de educación popular se va cociendo el primer paro cívico nacional al gobierno Duque, gobierno que los del común van entendiendo como más de lo mismo pero peor, un gobierno que comulga con las fracasadas medidas de Macri en Argentina y la antidemocracia de Bolsonaro en Brasil.
El Paro Cívico Nacional reclama el Estado Social de Derecho y el buen vivir para el campo y la ciudad que no comulga con una economía extractivista, que niega el agua como ordenador territorial y político y que conculca los derechos humanos y de la naturaleza. Paro cívico que pretende en la calle aprender de los estudiantes, con un aula calle diversa de múltiples ciudadanías, polifónica y multicolor que proclama la democratización del arte, la cultura, la investigación, la educación…
Duque se encierra en su salones de Palacio con una clase empresarial que ahora de manera directa dirige desde los ministerios un gobierno corporativista que aprieta los bolsillos exhaustos de los trabajadores, consumidores y precarios mediante una reforma tributaria que aliviana los grandes capitales favoreciendo la elusión y la evasión de quienes en un Estado decente serían los grandes contribuyentes.
Motivados entre otros, por el asalto a su propuesta anticorrupción, los congresistas de la bancada de oposición ampliada, avanzan en no votar artículo por artículo la reforma tributaria, sino, ante los espurios argumentos del ministro de hacienda, plantear por ineficacia estructural la negativa total a la propuesta del gobierno.
Las cartas están puestas y el juego abierto. El movimiento estudiantil ha optado por la demanda civilista de sus derechos sin ingenuidad. Sabe que debe reconstituirse la mesa y si el gobierno no acepta romper su techo de ofertas, convocarla con más actores. El acuerdo de cubículo entre el gobierno y los congresistas para apoyar la reformas anticorrupción ha sido enseñanza que se discute en todos los coros de la protesta. La traición del gobierno no se expuso por las cabezas visibles que impulsaron la consulta anticorrupción en las calles sino en los medios, y el gobierno Duque pasa de agache.
En los mismos coros se expone que bajo ninguna circunstancia las movilizaciones de los dos últimos meses pueden volver a la “normalidad académica” sin un acuerdo que fortalezca de manera sólida y real a la base presupuestal de la Instituciones de Educación Superior. El fantasma de la MANE desvanecida en su incongruencia, ronda.
En este contexto amerita activar las mesas tri estamentarias universitarias, para impedir el cierre físico de las universidades y la cancelación del semestre académico. Debe contemplarse un acuerdo interno que posibilite un cese de actividades académicas concertado, que dialogue con la asamblea permanente de profesores, el paro de los estudiantes y el Aula en la calle con currículo flexible.
Pd. Es este un homenaje a Gustavo Bustamante, fundador del centro cultural El Goce Pagano, maestro y estudiante permanente, que al decir de Joaquín ahora conversa y juega ajedrez con Homero.
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José Miguel Sánchez Giraldo: Profesor Universidad Pedagógica Nacional. Educador Popular. Doctor en educación y mediación pedagógica
Foto obtenida de: Eldiario.es
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