Vale la pena recordar algunos de esos debates para comparar con lo que sucede en la actual campaña electoral caracterizada por una confrontación entre dos modelos de desarrollo; uno es el planteado por el candidato del establecimiento Iván Duque basado en la llamada “economía naranja”, plantea la continuación del modelo extractivista basado en los combustibles fósiles (Carbón y petróleo), la simplificación tributaria con reducción de impuestos para el sector privado llevándola a los niveles de la OCDE, en el sector agropecuario busca mantener el statu quo sin tocar para nada las rentas improductivas de la acumulación de tierras. El otro es el propuesto por las fuerzas alternativas representadas por Gustavo Petro; impuesto predial para las tierras improductivas del campo, economía verde autosostenible, respetuosa del medio ambiente y enfocada en el desarrollo de energías alternativas, disminuir la dependencia del petróleo para detener el calentamiento global entre otros aspectos.
Lauchlin Currie nace en Nova Scotia, Canada (1902) su padre era un agente naviero, su familia poseía barcos pero muere cuando su hijo solo contaba 4 años; la madre era profesora. Estudia en Inglaterra en el London School of Economics donde conoce las teorías económicas de Keynes; luego en los Estados Unidos estudia en Harvard donde se adquiere el doctorado y luego será profesor.
Su práctica económica se dará en Estadios Unidos en el marco del Crack económico de 1929, el ascenso del fascismo en Europa y Japón, la crisis recesiva de 1937, la Segunda Guerra Mundial y finalmente a inicios de la Guerra Fría durante la etapa oscura del Macartismo. Currie entra en 1933 como funcionario federal del Tesoro durante el gobierno de Franklin Delano Roosevelt; participa como asesor en la elaboración de las políticas conocidas como el New Deal, en las cuales, el centro del debate era que frente a la necesidad de reactivar la economía y generar empleo se debía incrementar el gasto pública en obras de infraestructura duraderas, política que ese momento se consideraba como despilfarro de recursos.
La influencia de los economistas, abogados y técnicos partidarios del New Deal era muy débil, según lo sostiene Currie su número fluctuaba entre los 200 y 300 en todo el aparato federal del Estado norteamericano; por tal razón, sus recetas económicas fueron acogidas con muchas reservas y de modo casi marginal.
Los efectos de la crisis del 29 no serían superados sino después de la Segunda Guerra Mundial; coincidiendo con el oscurantismo desatado por el Macartismo, caracterizado por la percusión a los intelectuales artistas y científicos acusados de ser espías soviéticos, entre sus víctimas estuvieron Charles Chaplin, el mismo Albert Einstein y a esta situación no escapó Lauchlin Currie; aunque los cargos no pudieron ser probados perdió la visa norteamericana.
Es entonces cuando acepta encabezar la Misión del BIRF a un país tropical en plena guerra civil no declarada entre liberales y conservadores, con gobiernos confesionales católicos y un crecimiento demográfico elevado.[1]
Aunque inicialmente es el gobierno de Mariano Ospina Pérez (1946-50) el que solicita la misión que él dirige, su influencia decae pues Laureano Gómez (1950-53) no verá con buenos ojos su oposición a la creación de la siderúrgica de Paz del Rio con base en su tesis de que la industria pesada requería mercados a escala y en Colombia no se daban esas condiciones. Tampoco contó con la venia del gobierno de Gustavo Rojas Pinilla.
Según la documentación que de él hizo Mario García; Currie planteaba, a partir de sus estudios empíricos, que los ciclos económicos estaban determinados por ciertos sectores de la actividad productiva que eran líderes; por ejemplo la construcción y las exportaciones que jalonaban a los demás (industria, comercio, agricultura) durante las etapas de expansión y contracción de cada ciclo. Currie combinaba esta tesis con aspectos de la teoría del crecimiento de Allyn Young.
De allí surgió su libro “Operación Colombia, un programa nacional de desarrollo económico y social” en el cual establecía un marco de desarrollo que propiciara en el término de 2 años la creación de 500.000 empleos. Sin embargo, ese documento estaba en contravía de la política oficial de los 3 primeros gobiernos del Frente Nacional durante los cuales se impusieron los modelos de la CEPAL Comisión Económica para América Latina; si bien Alberto Lleras Camargo acogió en 1959 su recomendación de la crear del Departamento Nacional de Planeación.
Currie ya se había reunido con un grupo de importantes intelectuales colombianos, entre los cuales estaba Mario Laserna fundador de la Universidad de Los Andes, quien lo llama a colaborar en la estructuración de la Facultad de Economía y Ciencia Política gracias a su experiencia como profesor en las Universidades Nacional y Javeriana; en ese interregno se casa en 1953 con Elvira Wiesner, de esa unión nacen dos hijos, en 1958 Currie se hace ciudadano colombiano.
Lauchlin Currie será recordado por su obra durante el gobierno de Misael Pastrana Borrero (1970 -74) en dos aspectos muy polémicos.
El primero será la creación del sistema UPAC (Unidad Patrimonial de Aumento Constante) y las corporaciones de ahorro y vivienda, “El propósito del mecanismo era garantizar que el ahorro fluyera hacia el sector de la construcción aun en épocas de inflación, lo cual era imposible con tasas de interés fijas o habría exigido tasas de interés crecientes con el incremento de los precios para combatir la renuencia de los ahorradores a prestar. Originalmente, la idea era indexar los ahorros y las hipotecas al aumento del nivel de precios, no las tasas de interés”[2]
Estas políticas se pudieron impulsar gracias a los cambios dados durante el gobierno de Carlos Lleras Restrepo (1966-70), especialmente la devaluación “gota a gota”, que consistía en indexar diariamente el valor del peso frente al dólar para evitar procesos hiperinflacionarios como sucedió en Argentina, Brasil y México durante la llamada década perdida de los años 1980; pero Lleras también dio fin a la total dependencia del mercado norteamericano como destino de las ventas de café que era el principal producto de exportación en esa época al ampliar el número de clientes.
Buscó nuevas fuentes de divisas en los países que resurgían de las ruinas provocadas por la Segunda Guerra Mundial al vender café a Francia, República Federal de Alemania y España. En plena Guerra Fría restableció relaciones diplomáticas con la Unión soviética, Polonia y Checoeslovaquia para vender café mediante el mecanismo de compensación.
Estos nuevos mercados y fuentes de divisas permitieron ampliar la clase media y por ende, la base de consumidores necesarios para el desarrollo de la economía.
“Estos cambios institucionales se encuentran entre los más significativos y duraderos en la historia económica del país: dieron lugar al desarrollo del crédito hipotecario, a la consolidación del sector de la construcción y a un notable crecimiento de la actividad constructora durante las tres décadas siguientes.” [3]
El segundo punto y el que desató las más agudas críticas fue su rechazo a la Reforma Agraria, circunstancia que lo distanció tanto del gobierno de Carlos Lleras Restrepo (1966-70) como de los sectores Liberales Alfonso López Michelsen, Jorge Child y de Izquierda Mario Arrubla, Jesús Antonio Bejarano, Bernardo García quienes, con diferencias entre ellos, consideraban fundamental un cambio en la política agraria.
Currie no creía que el aumento en la tecnificación de los minifundios de los campesinos impulsara el desarrollo económico de un país; estaba convencido que la disminución de la pobreza en el campo debía ser producto de la migración de los campesinos a la ciudad donde la industria de la construcción generaría los empleos no calificados suficientes para absorber esa mano de obra. En las áreas urbanas sus familias resolverían los problemas del atraso en salud, educación, vivienda, servicios públicos, etc.
“Desafortunadamente en Colombia sí se ha dado la movilidad de población del campo a la ciudad, pero no como resultado de la implementación de una estrategia de movilización de factores productivos hacia los sectores líderes como lo sugería Currie, sino como resultado del desplazamiento forzoso debido al conflicto armado. También se ha presentado en cierta medida la desaparición de muchas unidades de minifundio, pero no para fortalecer las unidades agrícolas dotadas de mejoras tecnológicas, sino para ampliar el predominio del latifundio y de la ganadería extensiva”.[4]
Hernán Pedraza Saravia, Corporación Nuevo Arco Iris
[1]“En ese tiempo no existían prácticamente los economistas, no había estadísticas tales como las series de medios de pago, de ingreso nacional y de balanza de pagos o de costo de vida, aunque se había comenzado a trabajar para obtenerlas. El Presupuesto era un panfleto que apenas dividía los gastos entre forzosos y ocasionales” (Currie, 1961, p. 136)
[2] VELEZ ALVAREZ Luis Guillermo. “Lauchlin Currie el maestro de los economistas colombianos” en Lecturas Económicas 79 (Julio- diciembre) pp 233-239. Universidad de Antioquia 2013.
[3] Ver nota anterior
[4]ZULUAGA Blanca Cecilia. “Lauchlin Currie: Desarrollo, pobreza y desigualdad del ingreso” en Estudios Gerenciales vol 19 n° 87. Cali abril-junio de 2003.
Foto tomada de https://uniandes.edu.co/noticias/profesor-lauchlin-currie-eisenhower
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