Después de conocida la cifra de ejecuciones extrajudiciales o falsos positivos que hasta el momento la JEP ha logrado precisar, el militar publicó un desafortunado trino, desde la cuenta institucional del Ejército, en el que dijo: “Somos soldados del Ejército de Colombia, y no nos dejaremos vencer por más víboras venenosas y perversas que quieran atacarnos, señalarnos o debilitarnos. Oficiales, suboficiales y soldados, no nos rendimos, no desfallecemos, siempre fuertes con la cabeza en alto. Dios está con nosotros”.
Al ver y sentir la reacción de rechazo de cientos de tuiteros, el alto oficial se bio obligado a recular. A pesar de ello, las audiencias de las redes sociales entendieron el sentido de lo dicho como una amenaza velada en contra de los magistrados de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
En lo expresado por Zapateiro hay una evidente molestia por el hallazgo de la JEP y por la cifra de 6402 ejecuciones extrajudiciales reportadas por el alto tribunal de paz. El General Zapateiro estaría deliberando a través del trino, asunto que está prohibido en la Carta Política. A pesar del ocultamiento metafórico de su rabia por el reporte dado por la JEP, subsiste en su acto de habla una clara deliberación, rechazo y enfrentamiento, como militar, contra un alto tribunal de justicia, que debe ser no solo reconocido por el comandante del Ejército, sino respetado. Se suma a lo anterior que Zapateiro usa la cuenta oficial de la institución armada para emitir sus opiniones y para deliberar en una red pública. ¡Ajúa! General, así no.
Espero que la ONU, HRW y otros organismos de derechos humanos tomen nota de lo expresado por el tropero oficial, pues la vida de los magistrados de la JEP podría estar en riesgo, en virtud de que lo dicho por Zapateiro puede ser asumido por los paramilitares e incluso, por las propias tropas, como una orden no oficial, de atentar contra la vida de los jueces de ese alto tribunal de paz.
Lo cierto es que esta no es la primera salida en falso de Zapateiro. Ya en público había expresado su pesar por el fallecimiento del sicario de Pablo Escobar Gaviria, alias Popeye. Manifestar su dolor patriótico por la muerte natural del asesino de marras, ubica al General en una peligrosa orilla ideológica y moral pues desde ahí parece hacer invisible las diferencias o los límites que debe reconocer como hombre en armas, entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo legal y lo ilegal.
Su empatía con la desaparición del matón del Cartel de Medellín contrasta con la ecpatía manifiesta hacia las víctimas de los Falsos Positivos, ejecuciones perpetradas por miembros del Ejército, que monetizaron la vida de jóvenes civiles, varios de ellos con discapacidades, para luego asesinarlos y hacerlos pasar como guerrilleros muertos en combate.
Convendría que Duque, como jefe directo de Zapateiro, le llamase la atención al General por lo dicho en la red social twitter. Por supuesto que es mucho pedir para quien desconoce qué es eso de ser y fungir como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas. ¡Ajúa! General, mejor dedíquese a perseguir a las víboras que aún operan dentro del Ejército, y que continúan violando los Derechos Humanos y el DIH.
Germán Ayala Osorio, comunicador social-periodista y politólogo
Foto tomada de: W Radio
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